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La huelga sigue siendo una potente arma sindical

Am茅rica Latina en movimiento

Sergio Ferrari*

Con m谩s de 26 meses de duraci贸n, la huelga de las y los periodistas de la agencia mexicana de informaci贸n Notimex es uno de los conflictos m谩s largos de la historia sindical contempor谩nea de Am茅rica Latina.

Se inici贸 el 21 de febrero del 2020 y contin煤a. La lanz贸 SutNotimex (https://sutnotimex.com.mx/), el Sindicato 脷nico de Trabajadores de Notimex, que cuenta con el apoyo activo del Sindicato Nacional de Redactores de Prensa, organizaci贸n afiliada a la Federaci贸n Internacional de Periodistas (FIP) con sede en Bruselas, B茅lgica.

Para esa fecha Notimex hab铆a despedido a 245 de sus 327 colaboradores. La principal reivindicaci贸n de la huelga sigue siendo la restituci贸n del personal cesanteado y el pleno respeto al Contrato Colectivo de Trabajo.

Desde entonces, el servicio informativo “cl谩sico” de Notimex est谩 suspendido. La agencia reemplaz贸 a una parte de los despedidos y recurri贸 a otros canales y medios sociales para tratar de mitigar el impacto de la huelga en su oferta informativa cotidiana.

SutNotimex contabiliza en la actualidad un centenar de miembros, el 90% son mujeres. “Hemos vivido dos a帽os y dos meses muy complejos. Sin salarios y sin prestaciones sociales”, explica a este corresponsal Adriana Urrea, joven periodista y secretaria general de dicho sindicato. Urrea particip贸 en la 煤ltima semana de abril en el 4to. encuentro de la Red Sindical Internacional de Solidaridad y Lucha que se realiz贸 en Dijon, Francia.

Adriana Urrea hablando en el acto del 1ero de mayo

Aunque el Ministerio del Trabajo reconoci贸 la legalidad de “nuestra medida de fuerza”, comenta Urrea, “hemos sufrido muchas presiones. Sectores del gobierno y ciertos medios de comunicaci贸n cercanos al poder nos han tratado de criminalizar. Esgrimen que nuestro movimiento no es leg铆timo”. Sin embargo, enfatiza, “hemos revertido estas acusaciones y ese intento de criminalizar nuestra lucha. Hemos modificado esa situaci贸n desfavorable, ganando una credibilidad social que no cont谩bamos en 2020 cuando nos lanzamos a la huelga”.

La joven dirigente sindical mexicana Adriana Urrea a la cabeza de la huelga de  m谩s de dos a帽os de los periodistas de NOtimex. Foto Guillermo Granados SutNotimex

Urrea ha sido acusada, a trav茅s de tres diferentes procesos judiciales, de corrupci贸n y desv铆o de recursos p煤blicos durante sus viajes de servicio en sus funciones de reportera, antes del conflicto. Fue declarada inocente en dos de los tres juicios por falta de m茅rito. Un tercer fallo, de abril del a帽o en curso, la sanciona por no haber presentado comprobantes de gastos por la irrisoria suma de 120 d贸lares. “Es un burdo pretexto para desprestigiar nuestra lucha. Mis abogados tienen todas las pruebas en las manos y van a recurrir esta nueva embestida jur铆dica”, argumenta.

Adriana Urrea en la manifestaci贸n de este 煤ltimo 1 de mayo

La acci贸n legal tiene un objetivo claro: desprestigiar a la dirigente sindical. Algo totalmente coherente con la actitud de la direcci贸n de Notimex, que ya en junio de 2021 propuso resolver el conflicto y respetar los salarios ca铆dos con la 煤nica condici贸n de que Adriana Urrea no regresara a su puesto de trabajo. “Las afiliadas y afiliados no aceptaron esta propuesta. Rechazaron la falta de respeto de la empresa tanto a la libertad sindical como a la persona que les representa”, explica la dirigente.

Al momento del balance de este conflicto siempre en marcha, la dirigente subraya con emoci贸n la presencia mayoritaria de mujeres. “Protagonizamos una lucha largu铆sima con compa帽eras que no aceptan levantar la huelga porque sienten que ser铆a una claudicaci贸n”. Y que se juegan por el sindicato que recuperaron de las manos de una burocracia inoperante y que lograron reconstruir.

Urrea reivindica tambi茅n la enorme legitimidad nacional e internacional: “Amplios sectores gremiales y de la sociedad civil mexicana hoy nos apoyan activamente, nos reconocen y adhieren a nuestras demandas. Al igual que organizaciones del mundo entero. Esta es ya una gran victoria de nuestro combate sindical”.

Otra lucha, las mismas armas

A casi 4.500 kil贸metros al sur de M茅xico, en diciembre pasado estall贸 un frontal conflicto sindical en pleno coraz贸n del Per煤 andino. Sus protagonistas: los trabajadores de la mina de Andaychagua, en el departamento de Jun铆n (44 mil kil贸metros cuadrados). Exigen a la Volcan Compa帽铆a Minera, propiedad de la multinacional suiza Glencore, la firma de un Convenio Colectivo de Trabajo.


Manifestaci贸n de los trabajadores del Sindicato de los mineros de Andaychagua

A pesar de que las autoridades peruanas ya hab铆an reconocido la legitimidad de las demandas sindicales, ante el rechazo empresarial de negociar dicho acuerdo, el 20 de diciembre del a帽o pasado el Sindicato de Trabajadores Mineros Metal煤rgicos de Andaychagua convoc贸 a la huelga. Luego de m谩s de 60 d铆as de conflicto, el Gobierno peruano exigi贸 a la filial de Glencore que se sentara a negociar. La empresa rechaz贸 la decisi贸n oficial y opt贸 por apelar ante la justicia, recurriendo a diversos pretextos formales.

“Una de las posibles causas de fondo por la cual la Volcan no aceptar铆a la negociaci贸n es la decisi贸n del sindicato de ampliar el 谩mbito de afiliaci贸n a los trabajadores tercerizados”, explica en entrevista exclusiva Gianina Echevarr铆a, asesora sindical y miembro de Programa Laboral de Desarrollo (PLADES), instituci贸n especializada en la problem谩tica laboral en Per煤 y Am茅rica Latina (http://www.plades.org.pe/).

La mina de Andaychagua, que se dedica especialmente a la extracci贸n de plata y zinc, cuenta con aproximadamente 400 trabajadores directos (de planta) incluyendo el staff administrativo. Otros 1.100 son trabajadores de empresas subsidiarias o contratistas de la Volcan, por lo cual no gozan de los mismos derechos que los trabajadores directos. Sus contratos temporales pueden no ser renovados sin obligar a la Volcan a pagar indemnizaciones y derechos sociales.

Protesta de los trabajdores de la Volcan Compa帽铆a Minera de Andaychagua propiedad de la multinacional suiza Glencore

Echevarr铆a visit贸 recientemente Suiza invitada por organizaciones helv茅ticas para la celebraci贸n del 1 de mayo y para participar en varios eventos informativos sobre la situaci贸n sindical en su pa铆s.  “Otro nivel de tensi贸n, detonante de la huelga”, explica, “fue la oposici贸n de la patronal de Volcan a firmar una Convenci贸n Colectiva con el sindicato. 脡ste propuso en julio de 2021 un pliego de peticiones que la filial de la Glencore rechaz贸 negociar”.

Seg煤n esta asesora sindical, que representa tambi茅n en Per煤 a la organizaci贸n CNV Internacional --de los Pa铆ses Bajos--, “las condiciones de trabajo de los trabajadores tercerizados son, muchas veces, peores que las de los empleados directos”. Laboran a cientos de metros bajo tierra, en espacios mal ventilados, con temperaturas muy altas y sin equipos de seguridad adecuados.

Desde el comienzo de la pandemia, la situaci贸n de los mineros se deterior贸 a煤n m谩s. Esta situaci贸n impuls贸 al sindicado en su reuni贸n de diciembre de 2020 a modificar sus estatutos, con el fin de autorizar la afiliaci贸n de sus colegas tercerizados. La oficina regional de trabajo aprob贸 este cambio, pero la filial de Glencore present贸 un recurso para invalidarlo. Las autoridades rechazaron dicho recurso. La empresa entonces tom贸 represalias contra el sindicato y multiplic贸 los obst谩culos jur铆dicos formales para no negociar con su contraparte sindical.

El respeto a los convenios y a la negociaci贸n colectiva es un derecho universal reconocido por la Organizaci贸n Internacional del Trabajo y un instrumento esencial para los trabajadores. Sin embargo, dicho derecho produce irritaci贸n en amplios sectores patronales. La huelga sigue siendo en algunos pa铆ses latinoamericanos, un arma esencial del combate sindical.

Miles de trabajadores recurren a esta medida de lucha. Paros que exigen grandes sacrificios personales de parte de sus protagonistas. Sin embargo, estas-os ven que sus reivindicaciones y luchas gozan de buena salud, recogen un apoyo social significativo y, muchas veces, incluso, su compromiso ejemplar despierta y moviliza a la solidaridad internacional.

*Art铆culo en homenaje a Victorio Paul贸n, amigo-hermano, compa帽ero ex preso pol铆tico de la c谩rcel argentina de Coronda durante la 煤ltima dictadura, destacado militante sindical argentino, fallecido el 5 de mayo del 2022 en Rosario, Santa Fe, Argentina.











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