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Violencia en EEUU y en el mundo

Jorge Zavaleta Alegre, Washington.

“Ni los diluvios ni las pestes, ni las hambrunas ni los cataclismos, ni siquiera las guerras eternas a trav茅s de los siglos y los siglos han conseguido reducir la ventaja tenaz de la vida sobre la muerte”. Gabriel Garc铆a M谩rquez

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Biden. Casa Blanca


El Presidente Biden hablo la noche del 24 de Mayo sobre la violencia en los EEUU como respuesta al tiroteo en la Escuela en Uvalde, Texas que acabo con la vida con ni帽os de una escuela primaria:

Buenas noches, compatriotas estadounidenses.

Esperaba que, cuando me convirtiera en presidente, no tendr铆a que volver a hacer esto.

Otra masacre. Uvalde, Texas. Una escuela primaria. Hermosos e inocentes estudiantes de segundo, tercero y cuarto grado. Adem谩s, decenas de ni帽os peque帽os que presenciaron lo que sucedi贸: vieron morir a sus amigos como si estuvieran en un campo de batalla, por el amor de Dios. Vivir谩n con eso el resto de sus vidas.

Hay mucho que no sabemos todav铆a, pero hay mucho que s铆 sabemos.

Hay padres que nunca volver谩n a ver a sus hijos, quienes ya no subir谩n de un salto a su cama y se acurrucar谩n con ellos. Padres que nunca ser谩n los mismos.

Perder a un hijo es como que le arranquen a uno un pedazo del alma. Sientes un vac铆o en el pecho que te absorbe y del que crees que nunca podr谩s salir. Es sofocante. Y nada volver谩 a ser igual jam谩s.

Este es un sentimiento compartido por los hermanos, los abuelos, los miembros de la familia y la comunidad que queda atr谩s.

Las Escrituras dicen —Jill y yo hemos hablado de esto en diferentes contextos, en otros contextos—: “El Se帽or est谩 cerca de los quebrantados de coraz贸n y salva a los que tienen el esp铆ritu abatido”. Hay tantos esp铆ritus abatidos.

Esta noche, le pido a la naci贸n que ore por ellos, para darles fuerza a los padres y hermanos en la oscuridad que atraviesan en este momento.

Como naci贸n, debemos preguntarnos: ¿Cu谩ndo, en el nombre de Dios, vamos a enfrentar al lobby de las armas? ¿Cu谩ndo, en el nombre de Dios, haremos lo que todos, en nuestro interior, sabemos que se debe hacer?

Han pasado 340… 3448 d铆as, 10 a帽os, desde que me par茅 en una escuela secundaria en Connecticut, una escuela primaria en Connecticut, donde otro hombre armado masacr贸 a 26 personas, incluidos 20 estudiantes de primer grado, en la Escuela Primaria Sandy Hook.

Desde entonces, se han reportado m谩s de 900 incidentes de disparos en escuelas.

La Escuela Secundaria Marjorie Stoneman Douglas en Parkland, Florida. La Escuela Secundaria Santa Fe en Texas. La Escuela Secundaria Oxford en Michigan. La lista sigue y sigue.

La lista crece cuando se incluyen tiroteos masivos en sitios como cines, lugares de culto y, como vimos hace apenas 10 d铆as, una tienda en B煤falo, Nueva York.

Estoy asqueado y cansado de eso. Debemos actuar. No me digan que no podemos actuar frente a esta matanza.

Pas茅 mi carrera como senador y vicepresidente trabajando para aprobar leyes de armas de sentido com煤n. No podemos evitar todas las tragedias, y no lo haremos, pero sabemos que las leyes funcionan y tienen un efecto positivo. Cuando aprobamos la prohibici贸n de las armas de asalto, los tiroteos masivos disminuyeron. Cuando la ley caduc贸, los tiroteos masivos se triplicaron.

La idea de que un chico de 18 a帽os pueda entrar en una tienda de armas y comprar dos armas de asalto es simplemente incorrecta.

En el nombre de Dios, ¿para qu茅 necesitas un arma de asalto excepto para matar a alguien?

Los ciervos no corren por el bosque con chalecos antibalas, por el amor de Dios. Es una locura.

Los fabricantes de armas han pasado dos d茅cadas comercializando en茅rgicamente armas de asalto que les otorgan la mayor ganancia.

Por el amor de Dios, debemos tener el coraje de enfrentar a la industria.

Tambi茅n s茅 esto: la mayor铆a de los estadounidenses apoyan las leyes de sentido com煤n, las leyes de armas de sentido com煤n.



Acabo de volver de mi viaje a Asia, donde me reun铆 con l铆deres asi谩ticos, y me enter茅 de lo sucedido mientras estaba en el avi贸n. Lo que me llam贸 la atenci贸n en ese vuelo de 17 horas fue que este tipo de tiroteos masivos rara vez ocurren en otras partes del mundo.

¿Por qu茅? Tienen problemas de salud mental. Tienen disputas dom茅sticas en otros pa铆ses. Tienen personas que est谩n perdida. Pero este tipo de tiroteos masivos no ocurren con la frecuencia que ocurren en Estados Unidos. ¿Por qu茅?

¿Por qu茅 estamos dispuestos a convivir con esta masacre? ¿Por qu茅 seguimos dejando que esto suceda? ¿D贸nde, en el nombre de Dios, est谩 nuestra fuerza para tener el coraje de hacernos cargo y enfrentar a los lobbies?

Es hora de convertir este dolor en acci贸n.

Para todos los padres, para todos los ciudadanos de este pa铆s, tenemos que dejar esto en claro a todos los funcionarios electos del pa铆s: es hora de actuar.

Es hora: para aquellos que obstruyen, retrasan o bloquean las leyes de armas de sentido com煤n, debemos comunicarles que no lo olvidaremos.

Podemos hacer mucho m谩s. Debemos hacer m谩s.

Nuestras oraciones esta noche son por esos padres que, al acostarse en la cama, se preguntan: “¿Podr茅 volver a dormir? ¿Qu茅 les dir茅 a mis otros hijos? ¿Qu茅 pasar谩 ma帽ana?”.

Que Dios bendiga las almas inocentes que se perdieron en este d铆a triste. Que el Se帽or est茅 cerca de los quebrantados de coraz贸n y salve a los que tienen el esp铆ritu abatido, porque necesitar谩n mucha ayuda y muchas de nuestras plegarias.


Dios los ama. (Fin)

Hemos recurrido a diversas fuentes y profesionales para que nos ayuden a entender y encontrar soluciones a problemas estructurales como la violencia que invade al mundo.

La violencia con armas de fuego es un problema contempor谩neo de derechos humanos de alcance mundial que amenaza el derecho m谩s fundamental de todo ser humano, el derecho a la vida.

La violencia con armas de fuego es una tragedia cotidiana que afecta a la vida de las personas en todo el mundo y causa la muerte de m谩s de 500 personas cada d铆a.

La violencia con armas de fuego puede afectar a cualquier persona, pero, en ciertas situaciones, afecta de forma desproporcionada a las comunidades de color, a las mujeres y a otros grupos marginados de la sociedad.

El miedo a la violencia con armas de fuego tambi茅n puede socavar el derecho a la educaci贸n o el derecho a la salud cuando las personas temen ir a la escuela o a los centros de salud o si estos servicios no funcionan adecuadamente debido a la violencia armada en la comunidad.

Amnist铆a Internacional considera necesaria una estricta regulaci贸n de las armas de fuego junto con iniciativas estrat茅gicas de reducci贸n de la violencia son la forma m谩s eficaz de reducir la violencia armada. El acceso f谩cil a las armas de fuego, ya sea legal o ilegal, es uno de los principales motivos de la violencia armada.

Los gobiernos tienen la obligaci贸n de extremar la protecci贸n de los derechos humanos y crear un entorno lo m谩s seguro posible para la mayor铆a de la poblaci贸n, especialmente para las personas consideradas m谩s vulnerables.

Un gobierno que no controla de forma adecuada la posesi贸n y el empleo de armas de fuego en una situaci贸n persistente de violencia armada podr铆a incumplir sus obligaciones en virtud del derecho internacional de los derechos humanos.

Amnist铆a Internacional pide a los Estados que cumplan sus obligaciones y establezcan y apliquen leyes y normas estrictas para la prevenci贸n de la violencia con armas de fuego. Los Estados tambi茅n tienen la obligaci贸n de establecer medidas de intervenci贸n a nivel comunitario para reducir y prevenir la violencia armada en la vida cotidiana de las personas.

ESTAD脥STICAS

¿Cu谩ntas personas mueren a causa de la violencia con armas de fuego en el mundo?

La Small Arms Survey, un proyecto de investigaci贸n con sede en Suiza, estima que en 2018 hab铆a unos 390 millones de armas en circulaci贸n (BBC)

M谩s de 500 personas mueren cada d铆a a causa de la violencia con armas de fuego.

El 44% de todos los homicidios cometidos en el mundo conllevan violencia armada. Entre 2012 y 2016, se produjeron en el mundo 1.400.000 muertes relacionadas con armas de fuego.

La mayor铆a de las v铆ctimas y de los responsables de la violencia son hombres j贸venes, y las mujeres est谩n especialmente expuestas al riesgo de violencia con armas de fuego dentro de la pareja. Las armas de fuego tambi茅n pueden contribuir a la violencia sexual.

¿Cu谩ntas personas sufren heridas de bala en el mundo?. Se calcula que unas 2.000 personas sufren heridas de bala a diario.

En Estados Unidos, cerca de 134.000 personas resultaron heridas por disparos en 2017.

A menudo, las heridas de bala dejan secuelas permanentes y tienen un impacto indeleble en la salud f铆sica y mental a largo plazo de las v铆ctimas. Sin embargo, apenas existen programas que ofrezcan cuidados de larga duraci贸n, rehabilitaci贸n y readaptaci贸n profesional adecuados. En Estados Unidos, el acceso a servicios de salud adecuados y de calidad deber铆a incluir necesariamente tratamientos m茅dicos de larga duraci贸n.

¿Cu谩ntas armas se fabrican al a帽o en el mundo?

Cada a帽o se fabrican en el mundo 8 millones de armas peque帽as nuevas y hasta 15.000 millones de cartuchos de munici贸n. Se calcula que el mercado de armas peque帽as tiene un valor de 8.500 millones de d贸lares estadounidenses al a帽o.

¿Por qu茅 la violencia con armas de fuego es una cuesti贸n de derechos humanos?

La violencia con armas de fuego puede conducir a la conculcaci贸n del derecho m谩s fundamental, el derecho a la vida. Los Estados tienen la obligaci贸n de combatir las amenazas reales o previsibles para la vida y, por tanto, tomar medidas para proteger a las personas de la violencia con armas de fuego. La facilidad para acceder a armas de fuego y su proliferaci贸n pueden afectar a todo el espectro de los derechos humanos de la comunidad.

EN AMERICA.

La violencia con armas de fuego est谩 particularmente extendida en las Am茅ricas, donde imperan el acceso f谩cil a estas armas y una regulaci贸n insuficiente o una aplicaci贸n. En Am茅rica Latina y el Caribe, este problema se ve acentuado por la corrupci贸n, la delincuencia organizada y el mal funcionamiento de los sistemas de justicia penal.

La violencia armada o de cualquier forma tienen un profundo impacto emocional y psicol贸gico en las personas sobrevivientes, las familias y las comunidades, y han creado un entorno en el que las personas no se sienten a salvo en lugares p煤blicos como iglesias, escuelas, salas de conciertos y salas de cine, lo que socava sus derechos humanos a la religi贸n, a la educaci贸n y al ocio.





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