La reflexi贸n contenida en el post precedente se aplica tambi茅n a los dos coautores restantes del libro en que los tres participamos. Es, a todas luces, innecesario presentar a Francisco Espinosa. Lleva m谩s de treinta a帽os escribiendo sobre la mort铆fera represi贸n franquista tras el 18 de julio de 1936, Es un aut茅ntico referente. A 茅l se debe, en este caso, el haber podido consultar la memoria del protagonista, el general de Divisi贸n en el Ej茅rcito del Aire y miembro de su cuerpo jur铆dico as铆 como, previamente, del jur铆dico militar, Felipe Acedo Colunga.
En lo que respecta al profesor Guillermo Portilla, lo conoc铆 tras haber adquirido su libro La consagraci贸n del derecho penal de autor durante el franquismo (Comares, Sevilla, 2010). Es un estudio detallado de las actuaciones del Tribunal especial para la represi贸n de la masoner铆a y el comunismo. Fue una de las aberraciones t铆picas de la postguerra, pero lo que m谩s me impact贸 fue el ap茅ndice documental. En particular las transcripciones de las declaraciones de abjuraci贸n de la masoner铆a que deb铆an firmar quienes deseaban abandonar lo que entonces se denominaba “secta”.
Baste con decir que se compromet铆an a creer firmemente en todos los dogmas de la Santa Madre Iglesia Cat贸lica Apost贸lica y Romana (SMICAR) que remontaban hasta el Concilio de Trento, del siglo XVI. Una prescripci贸n muy adecuada porque el clero espa帽ol (ciertamente masacrado en la contienda) tomaba as铆 su revancha. Adem谩s de la humillaci贸n a los “nuevamente” convertidos a la fe cat贸lica, una y verdadera por los siglos de los siglos am茅n, los prelados los amenazaban con el fuego eterno si volv铆an a la apostas铆a (que no les exim铆a, por cierto, de los rigores que les aguardaban v铆a el brazo secular, es decir, los sayones y verdugos de la dictadura).
Como ya me ha llegado, merced a Amazon.fr, el catecismo del obispo Gonz谩lez Men茅ndez-Reigada, aprovecho la ocasi贸n para reproducir lo que a dicho excelso pr铆ncipe de la SMICAR le parec铆a tan odiosa “secta”:
Es una sociedad secreta, aliada del juda铆smo, para realizar en la sombra sus intentos criminales, y tiene por divisa su odio contra Cristo y aun contra Dios (sic), ensalzando todas las fuerzas de la naturaleza, hasta las pasiones m谩s bajas y abominable, como procedentes de lo que llaman el gran Arquitecto del Universo, adoptando como medio el disimulo y la hipocres铆a m谩s solapada.
Para Francisco Espinosa y Guillermo Portilla, al igual que para m铆, el libro que hemos publicado la semana pasada es una continuaci贸n de trabajos previos.
‘Castigar a los rojos. Acedo Colunga, el gran arquitecto de la represi贸n franquista’, 脕ngel Vi帽as | Francisco Espinosa | Guillermo Portilla (Cr铆tica, 2022)
Quien esto escribe no conoc铆a la totalidad de la Memoria del general Alcedo Colunga (a quien cabe, quiz谩, augurar una larga estancia en el infierno en el que permanecer谩n todos los no perdonados por la gracia infinita de Dios). Me dej贸 helado, si bien la literatura sobre aspectos parciales de la represi贸n jur铆dica de los vencidos en y tras la guerra era ya abundante. Siempre se aprende algo y la Memoria en cuesti贸n me ense帽贸 muchas cosas nuevas. Quiz谩 la m谩s impactante fue no tanto la consideraci贸n de los vencidos como “sublevados”. Esto es un tema que se conoce desde 1936. Fue lo que hab铆a detr谩s.
En particular, las justificaciones de la mala baba de quienes, efectivamente, empezaron a matar a diestro y siniestro, all铆 donde encontraron oposici贸n, pero tambi茅n donde no hubo mucha o incluso ninguna (Marruecos, Navarra, Rioja, Galicia, Baleares, Canarias, grandes partes de Castilla la Vieja y Le贸n o de Andaluc铆a). En todos ellos su mala baba se reflej贸 no solo en los chorros de sangre vertida desde el primer momento.
Tambi茅n aparece, de forma cristalina, en las infames reflexiones del entonces teniente coronel Acedo Colunga de que a los soldados, oficiales y jefes que se opusieron a una sublevaci贸n largamente preparada con pretextos espurios no se les deb铆a reconocer ni siquiera su condici贸n de militares. Seg煤n 茅l, no pod铆a haber igualdad moral, ni profesional, porque quienes no se rindieron ipso facto no eran equivalentes a los “patriotas”, los que se sublevaron, porque estos representaban el Bien en dura pugna para hacerlo triunfar sobre el satanismo y la barbarie.
Esta aberraci贸n conceptual no solo ten铆a un fundamente religioso (¡oh, Santa Inquisici贸n!) sino tambi茅n supuestamente “jur铆dico”. El teniente coronel Acedo Colunga se agarr贸 a la tesis del pirata vs la guerra justa que tom贸 del ilustre tratadista pro-nazi Carl Schmitt. Nuestro protagonista, al hacerlo, fue muy pill铆n. Mezcl贸 alusiones a la teor铆a medieval cristiana sobre dicho tipo de guerra y estableci贸 la distinci贸n fundamental, ontol贸gica, entre el enemigo leg铆timo (extranjero) y el enemigo ileg铆timo (interior).
O sea, el bandido, el rebelde o el pirata que era necesario perseguir con denuedo, hasta eliminarlo, por el bien y por el orden del Estado. Las p谩ginas 64 y siguientes de CASTIGAR A LOS ROJOS son muy representativas de las consecuencias de esta absurda analog铆a. Por desgracia, tuvo consecuencias devastadoras y muchos pagaron con su vida o con largos a帽os de prisi贸n estas que a muchos podr铆an sonar elucubraciones te贸ricas.
El libro que ahora hemos publicado debe insertarse, pues, no solo como un mero eslab贸n en nuestras propias carreras de investigadores. Esperamos que lo sea tambi茅n en un marco m谩s amplio. Es decir, para bien del conocimiento hist贸rico de a帽os cruciales en la evoluci贸n de la sociedad espa帽ola. Desde este punto de vista hacemos causa com煤n con muchos otros, entre historiadores y juristas, que han emprendido la tarea de mirar, desde la atalaya del presente siglo, las aberraciones del pasado. En este aspecto, los investigadores espa帽oles estamos en l铆nea con los extranjeros que han abordado las aberraciones acaecidas en sus propios pa铆ses, por ejemplo, Francia, B茅lgica, Holanda, Dinamarca, Alemania, Austria, Polonia, Italia, Croacia, etc.
Ya despu茅s de terminada la correcci贸n del 煤ltimo juego de galeradas me han llegado dos libros que, tanto para el caso espa帽ol como para el extranjero, arrojan luz sobre las conexiones entre Derecho y Pol铆tica en la historia relativamente reciente.
El primero es la tesis doctoral, convertida en libro, de Gonzalo J. Mart铆nez C谩novas: Luis Jim茅nez de As煤a (1880-1970). Utop铆a socialista y revoluci贸n jur铆dica al servicio de la Segunda Rep煤blica (Comares, Granada, 2022). Un contrapunto a las miserables teor铆as de Acedo Colunga. El segundo es de otro car谩cter, pero no demasiado alejado en cuanto tambi茅n es de un tema hist贸rico-jur铆dico. Un mamotreto de la profesora Francine Hirsch, Soviet Judgment at Nuremberg. A New History of the International Military Tribunal after World War II (Oxford University Press, Nueva York, 2020). Una investigaci贸n en profundidad basada en nueva documentaci贸n procedente de los archivos sovi茅ticos. Pone de relieve c贸mo varias aportaciones esenciales de sus juristas sirvieron, parad贸jicamente, para asegurar una nueva interpretaci贸n que criminaliz贸 las consecuencias de las guerras de agresi贸n y conquista.
Confieso que no he podido abordar ninguno de ambos libros. Muestran que la combinaci贸n entre archivos, documentaci贸n, sentencias de los tribunales y an谩lisis de las doctrinas jur铆dicas a que se atuvieron constituye un 谩mbito vivito y coleando.
Ser铆a muy conveniente continuar profundizando en la v铆a abierta por tal combinaci贸n. En este sentido no puedo sino lamentar la cerraz贸n (no hay otra manera de calificarlo) que demostraron las instancias correspondientes de los archivos del TS cuando varios colegas y un servidor acudimos a ver el expediente de un caso -delicado, por supuesto- pero que nos hubiera permitido aclarar mejor los posibles desmanes de un asesino al servicio de Franco.
No hay historia definitiva. No hay historiadores definitivos. Una afirmaci贸n que choca con los postulados de quien fue el cortesano m谩s asiduo en el entorno de Franco, Ricardo de la Cierva y Hoces, y que, al parecer, siguen cultivando con fruici贸n algunos meritorios, en la Universidad pero, sobre todo, fuera de ella.
https://www.angelvinas.es/?p=2665
(continuar谩)