OPINI脫N de Eduardo Madro帽al Pedraza
La invasi贸n imperialista rusa de Ucrania va a prolongarse, amenazando la paz y la estabilidad, y amplificando los efectos que ya est谩 teniendo en las econom铆as de todos los pa铆ses europeos. Y la inflaci贸n no ser谩 un fen贸meno coyuntural, sino que se prolongar谩 al menos durante todo el a帽o en niveles m谩ximos, por encima del 7%, manteniendo una escalada de precios que lejos de remitir se est谩 acelerando. Un escenario donde cada vez m谩s organismos y analistas anticipan que conducir谩 a una recesi贸n, una nueva crisis en Europa.
Una situaci贸n que golpea especialmente a nuestro pa铆s. Sufrimos con especial intensidad el atraco olig谩rquico-imperialista que se esconde detr谩s de la subida de la inflaci贸n. Si soportamos una inflaci贸n superior a la media de la Uni贸n Europea es porque los oligopolios el茅ctricos y petroleros imponen un precio de la energ铆a m谩s elevado. Mientras los bancos y los oligopolios del Ibex-35 han repartido en el primer trimestre a sus grandes accionistas -principalmente grandes fondos extranjeros- dividendos que casi duplican los del a帽o anterior, y anuncian para 2022 beneficios r茅cord que superar谩n los 50.000 millones de euros.
Espa帽a es el segundo pa铆s europeo -solo nos supera Grecia- donde las clases populares han perdido m谩s poder adquisitivo gracias al bocado de la inflaci贸n. Y tanto la Comisi贸n Europea como el Banco Central Europeo anuncian que Espa帽a deber谩 acometer en 2023 -el a帽o pr贸ximo- un “ajuste del gasto p煤blico”, palabras que siempre significan nuevos recortes para el 90% de la poblaci贸n.
Nadie puede negar la urgente necesidad de un plan de choque contra los efectos de la inflaci贸n. Lo que nos estamos jugando es si, para proteger los beneficios del capital extranjero y olig谩rquico, se impone un nuevo recorte de salarios y condiciones de vida a la mayor铆a.
¿S贸lo ayudas urgentes?
El decreto aprobado en el Consejo de ministros extraordinario supone una inyecci贸n de 9.000 millones de euros, que, sumados a las medidas ya aprobadas en abril, supondr铆a una inversi贸n total de 15.000 millones durante este a帽o para atajar los efectos de la inflaci贸n.
¿Es este el “plan de choque” que las clases populares y el conjunto del pa铆s necesitamos para enfrentar la grave situaci贸n actual? No. ¿Va a poder revertir el empobrecimiento de las clases populares y el aumento de la desigualdad que est谩 ya provocando la desbocada subida de la inflaci贸n? No.
La gran mayor铆a de las medidas propuestas son ayudas sociales que benefician a la poblaci贸n, especialmente a los sectores m谩s vulnerables, y que debemos respaldar. Apoyamos que se conceda un cheque de 200 euros a las familias con menos ingresos, que se aumenten un 15% las pensiones m谩s bajas o la cuant铆a del Ingreso M铆nimo Vital, y que se rebaje el precio del abono transporte.
Pero 茅sta no es una pol铆tica de redistribuci贸n de la riqueza. Sigue la l铆nea de “proteger a los m谩s d茅biles a trav茅s de un escudo social”, consistente en ayudas, m谩s o menos generosas, sufragadas por el Estado, a trav茅s de ayudas directas o de rebajas de impuestos. Puede contener el da帽o, suavizar los efectos de la subida de precios en algunos sectores, pero no impedir que siga aumentando el empobrecimiento general de la poblaci贸n y las desigualdades.
¿Por qu茅 no redistribuir la riqueza?
Pero, al mismo tiempo, bajo el actual gobierno de coalici贸n de izquierdas, los beneficios de bancos, oligopolios y capital extranjero no solo no se han recortado, sino que se han incrementado a pesar de la pandemia y los estragos de la inflaci贸n. Es especialmente significativo que en Espa帽a no se permitan, en pol铆tica econ贸mica, medidas que s铆 se est谩n aprobando en otros pa铆ses.
En Espa帽a la sola menci贸n de un impuesto a los beneficios extraordinarios de los oligopolios el茅ctricos, petroleros y gasistas ha provocado una tormenta pol铆tica. Pero esta medida ya la aplican gobiernos nada sospechosos de “izquierdismo”. El italiano - encabezado por el banquero Mario Draghi, el que firmaba los billetes de los euros antes de Lagarde- ha aprobado un impuesto para gravar con el 25% los beneficios extra de las el茅ctricas -aprovechando la subida del precio de la luz- para financiar un paquete de ayudas. Y un gobierno como el de Boris Johnson, en el Reino Unido, ha aprobado un impuesto extraordinario, tambi茅n del 25%, a los beneficios, disparados, de petroleras y gasistas, con el que pretende recaudar 6.300 millones.
¿Por qu茅 lo que se aplica en Italia y Reino Unido, no se puede en Espa帽a?
Apoyamos todas las medidas impulsadas por el actual gobierno que benefician a la poblaci贸n, aunque sea de forma limitada y parcial. Defendemos una pol铆tica de apoyo y exigencia hacia el gobierno de coalici贸n de izquierdas.
Pero ning煤n “escudo social” va a poder proteger a las clases populares del atraco olig谩rquico-imperialista que supone la inflaci贸n. S贸lo podr谩 hacerlo una aut茅ntica pol铆tica de redistribuci贸n de la riqueza, que impida a los oligopolios el茅ctricos y petroleros imponernos un precio de la energ铆a artificialmente alto; que blinde las pensiones en la Constituci贸n -frente a los intentos por recortarlas afirmando que “no ser谩 posible actualizarlas en funci贸n del IPC”- y que grave con una reforma fiscal progresiva los escandalosos beneficios, en plena crisis, de bancos, oligopolios y capital extranjero.
Cada vez es necesaria la m谩s amplia unidad en torno a un programa de redistribuci贸n de la riqueza, 煤nica alternativa que puede dar soluci贸n duradera a las demandas urgentes.
Eduardo Madro帽al Pedraza