Fallece El Cronista de El Tajín
Por Livia Díaz
Xalapa.- Hace muchos años Remigio del Ángel me dijo en Poza Rica "para qué voy a hablar si no tengo algo bueno qué decir". Y así yo. Dejé de hablar hace mucho tiempo. Pero ayer me cayó una noticia de esas que duelen. Que los recuerdos y el alma. Que murió Leonardo Zaleta Juárez. Que en paz descanse. Que alcance La Gloria. Que pronto pase el pesar para amigos, familiares, admiradores y dereoteros, porque todos los vamos a extrañar.
Leonardo era de esas personas que nos contaba a todos. Y contar no es algo fácil que podemos hacer todos. Hay que tener el tema y los conocimientos.
Estudió en la Ciudad de México en la Facultad de Ciencias Políticas. Se dedicó a la política profesionalmente, luego a escritor. Fue cuando yo lo conocí. En ese tiempo ya tenía entre mis proyectos "Poetas ignorados y olvidados" y yo investigué, para escribir, sobre el finado. Así es como me enteré de que La Ciudad del Trueno, El Tajín, y otros de sus primeros 4 libros, -agotados. Como siempre.- ya vendía mas de 100 mil copias, lo que lo volvió uno de los pocos "Best Seller" mexicanos, según récord y registros en Estados Unidos de Norteamérica.
Así que me dirigí al pozarricense para preguntarle lo relativo. Encontré que efectivamente es posible que así fuera, pero pero, como todos o casi todos los artistas huastecos del siglo 20, le costó.
Lo explico.
El artista de esta parte del mundo no solo ha tenido que hacer su obra con recursos propios (muy pocas veces con mecenas o patrocinadores) sino que además, después de producir su obra, promover, vender, entregar, llevar (adonde sea), presentarla, etcétera. Algo que desde inicio de siglo describió Renato Leduc.
Esto encontré en el vate, quien tenía un tono de voz muy especial, que no olvidaremos nunca.
Al tiempo que me dijo esto, me contó que cada que se agotaba su libro sobre El Tajín, Veracruz, había que volver a buscar imprenta, impresor, "pitcher" o patrocinadores. Si Usted tiene un ejemplar podría notar que en los lomos, Leonardo plasmó publicidad de gasolineras, café, periódico, ayuntamiento y otros, que le compraron, al menos una página. Usted tendrá entonces la historia del libro mexicano entre sus manos. Porque esto es único. Es la verdad tras bambalinas. La que no se ha contado y se cuenta sola. Sólo hay que ser muy observador.
Para eso. Zaleta Juárez tenía que promoverse, viajar, invertir y distribuir. Como a todos a veces no le resultó. no le cumplieron en el negocio. No le daban el dinero a tiempo o "cosas así."
En aquél tiempo, última década del siglo 20 y la primera del 21, también había otros haciendo una vida obra que se volvió una verdadera lucha. Antes no había al acceso impresoras caseras ni pdf ni muchas maneras que hoy están en minutos. Los procesos que hoy, describo a propósito de una irreparable ausencia, de un dolor como un tapón que desquitan a un desagüe que hace que el agua fluya como torbellino, merecen ser contados.
Le recomiendo tener esos libros. Cada edición fue revisada por el autor. Los datos mejorados, información aumentada o perfeccionada. Y cada vez que alguien por allí tenía otros datos, El Cronista de La ciudad petrolera de México, acudía a sentarse con esa persona a escuchar y platicar y documentar esa información. Y seguramente en la siguiente edición se plasmó.
El producto de ese trabajo. Si se me permite decirlo "brutal", fue insuficiente.
La gente de Poza Rica y alrededores fue demandante. Los lectores siempre pedían más libros. Hasta proponian temas. Hasta aportaban temas y materiales, fotos, videos, dibujos, e incluso hallazgos de arqueología, más libros y manuscritos.
Por eso, nuestro amigo. Promotor cultural, nos debe muchos todavía.
No te olvidaré.
Gracias por tanto.
17 de agosto de 2022
