“Esta maniobra fue detectada por las organizaciones y partidos políticos, y terminó con la cancelación del torneo por parte de la justicia”, explica Aïda Gascón Bosch, directora de AnimaNaturalis en España. “Aún así, se ha organizado un encierro en el campo que hasta el día de ayer no estaba autorizado, aunque la ley exige al menos diez días para este tipo de permisos”, agrega.
Esta nueva irregularidad va a ser el inicio de una larga seguidilla de denuncias y movimientos en tribunales, desde varias organizaciones de protección animal. “En este momento estamos revisando todo el material que hemos recogido por la mañana, para descubrir cualquier otra falta que podamos denunciar”, dice Gascón.
“AnimaNaturalis y CAS International denunciaremos las irregularidades de Tordesillas, cuyo Ayuntamiento podría ser sancionado con una multa de entre 60.000 y 150.000 euros por organizar un festejo sin autorización del Delegado Territorial de la Junta de Castilla y León”, dice.
Para autorizar un festejo taurino se requiere hacer la solicitud con 10 días de antelación, al Ayuntamiento de Tordesillas se lo han concedido con 6 horas de antelación. Una muchedumbre difícil de calcular y no menos de 80 jinetes a caballo persiguieron al toro Manjar por el campo, a pesar de lo anómalo de las circunstancias en que este festejo se realiza. El animal morirá fuera del campo, en el matadero, como especifica la normativa.
El torneo tradicional del Toro de la Vega fue considerado ilegal desde la aprobación del nuevo Reglamento de Espectáculos Taurinos Populares y Tradicionales en Castilla y León, en 2016. Desde entonces, los esfuerzos de los aficionados no han cesado para sortear las limitaciones que obliga la ley. Este año, PACMA pudo bloquear los intentos del Ayuntamiento de Tordesillas para eludir la normativa vigente que la Comunidad Autónoma había impuesto para este tipo de celebraciones. Gracias a su denuncia ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, el toro Manjar no fue pinchado y lacerado por las lanzas de los vecinos.
Entre 80 y 90 jinetes a caballo persiguieron al toro Manjar hasta la extenuación, acompañados por una turba de vecinos que podrían ser miles.
El toro Manjar se ha quedado atascado bajo la torre de alta tensión y fue escarbando un agujero. Los aficionados comenzaron a molestarle con bastones, lanzar y ropa.