Gran exposición de Paul Klee («Klee y los secretos de la naturaleza») en barcelona (hasta el 10 de febrero)
¿Qué pasa cuando las formas sueñan? Viendo el trabajo de Klee, uno se lo pregunta muchas veces.
Indagación -más allá de lo óptico- en la kosmischer Gemeinsamkeit, nuestro estar juntos y entrelazados en lo terrestre-cósmico. De eso va el trabajo del artista, según el ensayo de Klee Wege des Naturstudiums (1923), escrito en el contexto de su docencia en la Bauhaus.
«El objeto se extiende más allá de su apariencia por medio de nuestro conocimiento de su interior; por medio del conocimiento de que las cosas son más de lo que su superficie revela.»
«El artista de hoy es más que una cámara perfeccionada, es más complejo, más rico y más espacial. Es una criatura en la Tierra, esto es, una criatura en un astro entre los astros.»
Klee: ligereza, amabilidad, curiosidad, ironía (amorosa), constante resonancia poética, indagación más allá de lo visible.
Sale uno entusiasmado de esta exposición y lleno de un sentimiento de reverencia hacia la naturaleza, y hacia el arte humano que se concibe como una parte de la misma. Llegué muy joven -adolescente- a las pinturas y dibujos de Klee, y fue un deslumbramiento. Se convirtió desde entonces en mi pintor favorito.
Muchas de las osadías de las vanguardias históricas nos parecen hoy apenas ingenuidades. El trabajo de Klee, sin embargo, sigue fresco, fértil, intacto.
Subrayo lo anterior para que se entienda bien lo que sigue: lo más alto en artes plásticas para mí, lo más valioso, lo que abre el ámbito de lo sagrado, podría cifrarlo aquí.
Cómo dejar de preguntarse entonces: ¿y si estas chicas y chicos tan jóvenes de organizaciones como Futuro Vegetal profanaran alguno de estos óleos o dibujos -eligiendo aquellas obras que están protegidas por un cristal, para no dañarlas- arrojando sopa sobre ellas?
Diría que hay que leer una protesta de esa clase más o menos así: despertad, despertad de vuestro sueño letárgico. A todas nos gustaría que hubiera ámbitos de refugio inexpugnables, como estos museos que se han convertido en lugares sacros. Pero es una ilusión: no existirán esos ámbitos de refugio cuando se despliegue la crisis devastadora que está en marcha (una crisis de exterminio de la vida). Si queremos evitar los escenarios infernales hay que actuar ahora.
Sí, comprendo esas acciones desesperadas de protesta.
«El diálogo con la naturaleza es para el artista una ‘conditio sine qua non’. El artista es humano y, como tal, es naturaleza y parte de la naturaleza en la naturaleza misma.»
