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12 de diciembre de 1930: La Sublevaci贸n de Jaca

La Sublevaci贸n de Jaca del 12 de diciembre de 1930 fue un pronunciamiento militar contra la Monarqu铆a de Alfonso XIII durante la «Dictablanda» del general Berenguer. Aunque fue sofocada y fueron fusilados los capitanes Ferm铆n Gal谩n Rodr铆guez y 脕ngel Garc铆a Hern谩ndez sus efectos se dejaron sentir en la proclamaci贸n de la Segunda Rep煤blica Espa帽ola cuatro meses despu茅s.

Sublevaci贸n de Jaca

La sublevaci贸n de Jaca fue la respuesta al profundo malestar existente entre amplios sectores del pueblo despu茅s de seis a帽os de Dictadura, y el intento de impedir la restauraci贸n del caduco sistema canovista, ya no representativo, dado que muchos de sus prohombres hab铆an declarado su fe en la causa republicana (Maura, Casares, Ortega, etc.).

No fue un episodio hist贸rico aislado, nost谩lgico de los pronunciamientos militares decimon贸nicos; por el contrario, la evoluci贸n pol铆tica y el incremento de las organizaciones de masas (sindicatos y partidos de clase) experimentado en Occidente a ra铆z de la revoluci贸n rusa fueron determinantes que confluyeron en los sucesos iniciados en Jaca el 12-XII-1930.

Se inicia con la proclamaci贸n de la Rep煤blica desde los balcones del ayuntamiento de Jaca con el nombramiento de la primera alcald铆a republicana como s铆mbolo de su car谩cter estrictamente civil. Al mismo tiempo se organizan dos columnas dirigidas por los capitanes Gal谩n y Sediles que parten hacia Huesca.

El 14 de diciembre, un Consejo de Guerra condena a morir fusilados a los capitanes Gal谩n y Garc铆a Hern谩ndez. En marzo ser铆an juzgados y condenados un n煤mero significativo de militares por los hechos. El capit谩n Salvador Sediles, condenado a muerte, fue indultado ante las movilizaciones populares. Poco despu茅s, tras las elecciones del 12 de abril, la monarqu铆a se exilia y se proclama la Rep煤blica y se les reconocer谩 como «m谩rtires» por la Rep煤blica.



Tras la dimisi贸n el 29 de enero de 1930 de Miguel Primo de Rivera, el rey Alfonso XIII nombra jefe de gobierno al general D谩maso Berenguer Fust茅, jefe de su Casa Militar. Un gobierno en la 煤ltima etapa de la dictadura conocido como la «dictablanda».

El 30 de enero, juran su cargo los componentes del nuevo gobierno presidido por un nuevo militar en el que, adem谩s de la jefatura, Berenguer asume tambi茅n la cartera de Guerra.​

Con objeto de tranquilizar los 谩nimos, Berenguer afirma que el nuevo gobierno quiere la pacificaci贸n del pa铆s y la vuelta a la normalidad constitucional, prometiendo, entre otras cosas, la convocatoria de elecciones generales.

Amnist铆a
Berenguer concede una amnist铆a a los condenados por los delitos de rebeli贸n, sedici贸n com煤n o militar y otros delitos de car谩cter pol铆tico. Asimismo, enterado de los proyectos de una sublevaci贸n militar, llama a su lado al general Goded, uno de los conspiradores m谩s activos contra la dictadura de Primo de Rivera, al que supone implicado en estos preparativos, y le hace convencer a los militares m谩s exaltados de sus buenas intenciones.​ Pero Berenguer no cumple sus promesas, radicalizando la actitud tanto de civiles como de militares republicanos.

Pacto de San Sebasti谩n
Art铆culo principal: Pacto de San Sebasti谩n
El Pacto de San Sebasti谩n fue la reuni贸n promovida por la Alianza Republicana que tuvo lugar en San Sebasti谩n el 17 de agosto de 1930 a la que asistieron representantes de todos los partidos republicanos, a excepci贸n del Partido Federal Espa帽ol, y en la que (aunque no se levant贸 acta escrita de la misma) se acord贸 la estrategia para poner fin a la Monarqu铆a de Alfonso XIII y proclamar la Segunda Rep煤blica Espa帽ola. En octubre de 1930 se sumaron al Pacto, en Madrid, las dos organizaciones socialistas, el PSOE y la UGT.​ Miguel Maura en su memorias, aunque no clarifica el origen de la decisi贸n de ir al golpe militar, reconoce que la decisi贸n fue asumida por todos. A pesar de que algunos autores han intentado minimizar su alcance,​ el Pacto de San Sebasti谩n es considerado un hito clave en el proceso que condujo a la proclamaci贸n de la Segunda Rep煤blica Espa帽ola.

La sublevaci贸n

Los preparativos
En el mes de diciembre de 1930 el levantamiento se considera inminente. Por fin, el Comit茅 Revolucionario, despu茅s de varias demoras, acuerda la fecha del lunes 15 de diciembre para el mismo. La direcci贸n de la sublevaci贸n en Jaca corresponde a Ferm铆n Gal谩n, capit谩n del regimiento de Infanter铆a Galicia n煤mero 19. Gal谩n hab铆a llegado a este destino a comienzos del mes de junio, cuatro meses despu茅s de haber salido de la prisi贸n militar de Montjuic amnistiado, donde hab铆a cumplido condena por haber participado en la Sanjuanada, una conspiraci贸n militar que hab铆a tratado de derribar la Dictadura de Primo de Rivera en 1926. Durante su estancia en prisi贸n hab铆a establecido contactos con anarquistas catalanes.

En Jaca entra en contacto con otros militares dispuestos a participar en una insurrecci贸n contra la monarqu铆a, sobre todo con los capitanes 脕ngel Garc铆a Hern谩ndez, al mando de la compa帽铆a de ametralladoras del mismo regimiento al que pertenece Gal谩n, Salvador Sediles y Miguel Gallo del Batall贸n de Cazadores de Monta帽a La Palma n煤mero, Luis Salinas, del arma de Artiller铆a y en situaci贸n de disponible forzoso, as铆 como la de diversos oficiales.

Desde Jaca extiende sus redes de contactos con civiles, especialmente con sindicalistas de Zaragoza, y con Ram贸n Ac铆n, anarquista, pintor y escultor, profesor de dibujo en la Escuela Normal de Magisterio de Huesca, quien le pone en contacto con el «comit茅 revolucionario» de Madrid. Gal谩n quer铆a participar «si el movimiento se realizaba r谩pidamente» pero Marcelino Domingo y Alejandro Lerroux le tratan de convencer «que sin una disciplina absoluta de todos los elementos de la revoluci贸n, 茅sta, con posibilidades y exigencias como nunca, se frustrar铆a nuevamente».

Durante el oto帽o Gal谩n, junto con los oficiales comprometidos y los paisanos que le han prometido su apoyo, tratan de organizar todos los detalles de la sublevaci贸n planeada. Por la indiscreci贸n de algunos conspiradores, el general Emilio Mola, a la saz贸n director general de Seguridad, que conoce a Gal谩n de los a帽os de la Guerra de 脕frica, llega a tener conocimiento de que el capit谩n del regimiento Galicia trama algo, por lo que, en atenci贸n a la relativa amistad que le une con 茅l, env铆a, el 27 de noviembre, una carta a Gal谩n cuyo texto dice:

Madrid, 27 de noviembre de 1930
Se帽or don Ferm铆n Gal谩n – JACA
Mi distinguido capit谩n y amigo:
Sin otros t铆tulos para dirigirme a usted que el de compa帽ero y el de la amistad que me ofreci贸 en agradecimiento por mi intervenci贸n en el violento incidente de Cudia Mahafora, le escribo. Sabe el Gobierno y s茅 yo sus actividades revolucionarias y sus prop贸sitos de sublevarse con tropas de esa guarnici贸n: el asunto es grave y puede acarrearle da帽os irreparables. El actual Gobierno no ha asaltado el poder, y a ninguno de sus miembros puede ech谩rsele en cara haber tomado parte en movimientos de rebeli贸n: tienen, pues, las manos libres para dejar que se aplique el C贸digo de Justicia Militar inflexiblemente, sin remordimiento de haber sido ellos tratados con menor rigor. Eso, por un lado; por otro, recuerde que nosotros no nos debemos ni a una ni a otra forma de gobierno, sino a la Patria, y que los hombres y armas que la Naci贸n nos ha confiado no debemos emplearlos m谩s que en su defensa. Le ruego medite sobre lo que le digo, y, al resolver, no se deje guiar por un apasionamiento pasajero, sino por lo que le dicte su conciencia. Si hace alg煤n viaje a Madrid, le agradecer铆a tuviera la bondad de verme. No es el precio a la defensa que de usted hice ante el general Serrano, ni menos una orden; es simplemente el deseo de su buen amigo que le aprecia de veras y le abraza
Emilio Mola

La ocupaci贸n de Jaca por los sublevados y la proclamaci贸n de la Rep煤blica
Los continuos aplazamientos para fijar la fecha de la sublevaci贸n, hacen que las relaciones entre Gal谩n y el «comit茅 revolucionario» empiecen a deteriorarse. A esto se une el hecho de que Gal谩n ha llegado a saber, por la carta de Mola, que el Gobierno conoce algo acerca de sus planes. Gal谩n se impacienta, y temeroso, adem谩s, de que las nieves invernales cierren los puertos imposibilitando el movimiento de tropas, decide sublevar la guarnici贸n el viernes d铆a 12. Ante la imposibilidad de convencer a Gal谩n para que acepte una nueva moratoria, el Comit茅 revolucionario dispone que en la madrugada del d铆a 12 viajen a Jaca, desde Madrid, Casares Quiroga y otros dos delegados del «Comit茅 Revolucionario» que, seg煤n su posterior testimonio, «llegados a una hora intempestiva, duermen sin haber hablado con Gal谩n».8​

Gal谩n decide no esperar al 15 de diciembre, la fecha que finalmente hab铆a fijado el «comit茅 revolucionario» para la insurrecci贸n, y a las cinco de la ma帽ana del 12, un grupo de militares encabezado por el capit谩n Gal谩n sublevan a la guarnici贸n de Jaca contra el Gobierno, detienen al gobernador militar, y ocupan los centros de tel茅fonos, correos y la estaci贸n de ferrocarril, tras matar en un tiroteo a un sargento de la Guardia Civil y a dos carabineros que se opusieron a ellos. A las ocho de la ma帽ana toda la ciudad ya est谩 en manos de los sublevados y soldados y paisanos comienzan a marchar por sus calles dando vivas a la Rep煤blica y mueras al rey. A las once proclaman la Rep煤blica en el Ayuntamiento, «en nombre del Gobierno Provisional Revolucionario», e izan la bandera republicana en el balc贸n, mientras en su interior quedan detenidos el general gobernador de la plaza y los jefes y oficiales que no se hab铆an sumado a la sublevaci贸n. Gal谩n publica un bando que manda fijar en las calles de Jaca y que dice:

Como Delegado del Comit茅 Revolucionario Nacional, a todos los habitantes de esta Ciudad y Demarcaci贸n hago saber:
Art铆culo 煤nico: Aquel que se oponga de palabra o por escrito, que conspire o haga armas contra la Rep煤blica naciente ser谩 fusilado sin formaci贸n de causa.
Dado en Jaca a 12 de Diciembre de 1930.
Ferm铆n Gal谩n.

Con la finalidad prioritaria de garantizar el orden p煤blico, se form贸 una Junta Provisional Republicana, presidida por P铆o D铆az Pradas,10​ que en 1931 ser铆a designado «alcalde honorario de todos los ayuntamientos de Espa帽a». En Jaca onde贸 por primera vez en Espa帽a la bandera tricolor (rojo, amarillo y morado) que hab铆a confeccionado el sastre local Lucas Bisc贸s para la ocasi贸n.

Hacia Huesca
Una vez controlada Jaca, los sublevados organizaron dos columnas, una por ferrocarril y otra en camiones, para dirigirse a Huesca. La columna de camiones sali贸 de Jaca a las dos de la tarde del 12 de diciembre e iba encabezada por el capit谩n Gal谩n al mando de unos 800 soldados. Pero pronto se encontraron por el camino con la fuerte resistencia de las tropas leales al gobierno procedentes de Huesca. La columna que utiliz贸 el ferrocarril para marchar hacia a Huesca iba mandada por el capit谩n Sediles.

La desorganizaci贸n e imprevisi贸n de los sublevados —que tardaron m谩s de ocho horas en requisar los camiones que habr铆an de transportar a la columna de Gal谩n por carretera—, produjeron una excesiva demora en la salida de Jaca (m谩s de nueve horas sobre la hora prevista). El lamentable estado de muchos de los veh铆culos requisados convirti贸 la marcha de la columna de Gal谩n en una lenta y azarosa peripecia con continuas aver铆as y paradas. La lentitud de la marcha, el fr铆o y el hambre pronto hicieron cundir el des谩nimo entre la tropa.

Reacci贸n gubernamental
El Gobierno del general Berenguer, enterado de lo que suced铆a en Jaca por la alarma enviada por una empleada del servicio de Tel茅grafos —cuya l铆nea hab铆an intentado cortar los sublevados—, decidi贸 actuar con la mayor premura y curs贸 贸rdenes para que desde la Capitan铆a General de la V Regi贸n Militar, en Zaragoza, se organizara la contraofensiva. El capit谩n general de la V Regi贸n Militar, general Fern谩ndez Heredia, orden贸 que dos columnas, una desde Huesca y otra desde Zaragoza, salieran para impedir la entrada de los sublevados en Huesca, las cuales al atardecer del d铆a 12 se reun铆an con la artiller铆a en las lomas de Cillas, a 3 km de Huesca. Al mando de esta fuerza estaba el general Dolla. Asimismo se cursaron 贸rdenes para cortar el ferrocarril a la entrada de Riglos e impedir el avance de los rebeldes, lo que oblig贸 a la columna mandada por Sediles, que hab铆a partido en tren desde Jaca, a continuar a pie hasta Ayerbe, en donde la columna de Gal谩n les espera con cierto nerviosismo.

Cuando llegaron a orillas del r铆o G谩llego, cerca de la localidad de Anz谩nigo, tuvo lugar un encuentro con un peque帽o n煤mero de miembros de la Guardia Civil, mandados por el gobernador militar de Huesca, el general Manuel Lasheras, que result贸 gravemente herido. Pocos d铆as despu茅s falleci贸 a consecuencia de las heridas.

Sobre las 23 horas, la columna de Gal谩n alcanzaba la localidad de Ayerbe, donde tomaron posiciones de defensa, proclamaron la Rep煤blica y fueron invitados a una frugal cena, compuesta de pan y embutido, en el Centro Obrero Republicano, mientras esperaban la llegada de la columna de Sediles que ven铆a a pie desde Riglos. Gal谩n se vio entonces obligado a modificar los planes iniciales, pues habr谩n de continuar todos por carretera, con las previsibles dificultades que esta circunstancia a帽adir谩 debido al escaso n煤mero de veh铆culos con que cuentan y a su lamentable estado.

De madrugada, abandonaron Ayerbe y se dirigieron hacia Huesca, pero en los alrededores del santuario de Cillas, a unos 3 km de Huesca, se produjo el encuentro con el grueso de las tropas del Gobierno. Tras un infructuoso intento, por parte de los capitanes Garc铆a Hern谩ndez y Salinas, de atraerse a los oficiales de las tropas gubernamentales, se produjo un tiroteo y ambos capitanes fueron detenidos. El general Dolla orden贸 entonces a la artiller铆a abrir fuego sobre la columna rebelde, que respondi贸 con fuego de ametralladoras y fusiler铆a. Gal谩n orden贸 de inmediato a sus hombres el alto el fuego, mientras las fuerzas gubernamentales continuaban disparando sobre ellos. El fuego enemigo caus贸 numerosas bajas a los rebeldes que, presa del p谩nico, comenzaron a huir en desbandada ante el desconcierto de Gal谩n que, sin saber qu茅 hacer, permaneci贸 inm贸vil y sin dar ninguna orden a sus oficiales. Por fin los oficiales de Gal谩n decidieron emprender, tambi茅n, la huida, en tanto que Gal谩n se neg贸 a escapar. No obstante, sus compa帽eros lo subieron a la fuerza en uno de los veh铆culos que emprendi贸 la marcha en direcci贸n a Ayerbe.

Apenas pasados dos kil贸metros de Ayerbe, Gal谩n reaccion贸 y orden贸 al conductor que detuviera el coche junto a un cruce de carretera, desde el que se dirigi贸 a pie, junto con otros dos oficiales que hab铆an decidido acompa帽arle, al pueblo cercano de Biscarru茅s, donde se entreg贸 al secretario en ausencia del alcalde y le solicit贸 que avisara a la Guardia Civil para que acudiera a detenerlo.

En el mismo d铆a que se entregaron Gal谩n y otros militares del pronunciamiento, con un d铆a de retraso y desde primeras horas se declar贸 la huelga en Zaragoza y las Cinco Villas.

El Consejo de Guerra y la ejecuci贸n de Gal谩n y Garc铆a Hern谩ndez
Gal谩n, en compa帽铆a de los otros dos oficiales, fue conducido al Gobierno Militar de Huesca, donde pocas horas despu茅s, en la madrugada del trece al catorce de diciembre, fueron juzgados por un Consejo de guerra sumar铆simo, presidido por el general Arturo Lezcano. El Consejo apenas dur贸 40 minutos.

Los acusados mantuvieron durante todo el proceso una actitud digna y valiente. Gal谩n asumi贸 ante el Consejo de guerra toda la responsabilidad de lo sucedido, por lo que solicit贸 que fueran absueltos de los cargos todos los oficiales que le hab铆an secundado. A pesar de los intentos de Gal谩n por salvar a sus compa帽eros, el Consejo dict贸 sentencia condenando a muerte a Gal谩n y al capit谩n Garc铆a Hern谩ndez, que hab铆a sido conducido hasta Huesca por las tropas de Dolla, y condenando a cadena perpetua al resto de sus compa帽eros.

El mismo d铆a 14 de diciembre, a las 14 horas, a pesar de ser domingo y ser tradici贸n no ejecutar condenas de muerte en ese d铆a de la semana, los condenados son fusilados en el polvor铆n de Fornillos, en Huesca —en el polvor铆n de Jaca, seg煤n otras fuentes—12​; Gal谩n, que ha declinado el ofrecimiento del auxilio espiritual de un sacerdote para administrarle confesi贸n -ofrecimiento que s铆 acepta el capit谩n Garc铆a Hern谩ndez- da la orden de fuego al pelot贸n de ejecuci贸n y se desploma con un grito de ¡Viva la Rep煤blica!.

Ni el general Berenguer ni el rey Alfonso XIII accedieron a conmutar la pena de muerte, a pesar de las peticiones de clemencia que recibieron desde diversas instancias nacionales e internacionales.

En la ma帽ana de este mismo domingo 14 de diciembre, el «comit茅 revolucionario», que se hab铆a declarado responsable de la sublevaci贸n el s谩bado 13, es detenido, ingresando en la c谩rcel Modelo de Madrid, entre otros, Niceto Alcal谩 Zamora y Miguel Maura. Por su parte Santiago Casares Quiroga fue detenido en Jaca, a donde hab铆a viajado por orden del comit茅 para detener la sublevaci贸n pero que como lleg贸 muy cansado del viaje decidi贸 irse al hotel y dejar la entrevista con el capit谩n Gal谩n para la ma帽ana siguiente. Pero para entonces la sublevaci贸n ya se hab铆a producido.

Tampoco la insurrecci贸n prevista, la del d铆a 15 de diciembre, tuvo 茅xito, a pesar de que el general Queipo de Llano y el comandante Ram贸n Franco lograron tomar por unas horas el aer贸dromo de Cuatro Vientos en Madrid, desde donde huyeron a Portugal al comprobar que se acercaban las tropas leales al gobierno de Berenguer y la prevista huelga general no era declarada en Madrid.

Consecuencias



Bandera republicana izada en el 77 aniversario de la proclamaci贸n de la Rep煤blica en 脡ibar.

Las ejecuciones de los capitanes Gal谩n y Garc铆a Hern谩ndez causan gran conmoci贸n en todo el pa铆s, despertando un sentimiento antimon谩rquico que se extiende como la p贸lvora por toda la geograf铆a. Los ejecutados se convierten, as铆, en los m谩rtires de la causa republicana, lo que precipitar谩 el curso de los acontecimientos con la llegada, cuatro meses despu茅s, de la Segunda Rep煤blica.
Durante toda la Rep煤blica los retratos de Gal谩n y de Garc铆a Hern谩ndez se convertir谩n en las im谩genes de Los m谩rtires de la rep煤blica. Manuel Aza帽a anot贸 en su diario:

La monarqu铆a cometi贸 el disparate de fusilar a Gal谩n y Garc铆a Hern谩ndez, disparate que influy贸 no poco en la ca铆da del trono

El actual parque de la Constituci贸n de la ciudad de Jaca pasar谩 a denominarse durante la Segunda Rep煤blica Espa帽ola «Paseo Ferm铆n Gal谩n», donde comenz贸 a instalarse el monumento que ide贸 el anarquista Ram贸n Ac铆n que en los fat铆dicos d铆as de julio del 36 fue destruido.

Uno de los momentos m谩s emotivos en Jaca se vivir铆a el 14 de abril de 1931, cuando los manifestantes acuden a la c谩rcel a liberar a los encarcelados con motivo de la sublevaci贸n del 12 de diciembre.

Se llevar铆a al cine la reconstrucci贸n de los hechos en la pel铆cula Ferm铆n Gal谩n, que ser铆a una de las primeras sonorizadas en el pa铆s.

La primavera ha venido
de brazos del capit谩n.
Ni帽as, cantad a corro:
¡Viva Ferm铆n Gal谩n!
La primavera ha venido
y don Alfonso se va.
Muchos duques le acompa帽an
hasta cerca de la mar.
Antonio Machado
La Virgen del Pilar dice
Que no le gusta la monarqu铆a
Que quiere ser republicana
Como Gal谩n y Garc铆a
Copla popular

En la localidad de 脡ibar, el primer pueblo o de los primeros en izar la bandera de la Rep煤blica, llevaron sus nombres dos calles muy c茅ntricas: 

Capit谩n Gal谩n - Calle Bidebarrieta.
Garc铆a Hern谩ndez - Calle Estaci贸n / Estazi帽o Kalea.


 
El C铆rculo Republicano «Gal谩n y Garc铆a» de Jaca organiza anualmente una ofrenda floral y actividades en torno a estos hechos y la represi贸n posterior. Gal谩n y Garc铆a Hern谩ndez tienen un monumento actualmente sito en su calle, adem谩s de otras calles de la ciudad llevan como nombre: P铆o D铆az, Antonio Beltr谩n «el Esquinazau», luego Coronel de la 43 Divisi贸n Republicana (Bolsa de Bielsa); Desideria Gim茅nez «La Cazoleta», joven comunista fusilada cuando contaba con 17 a帽os… etc. Existe una ruta hist贸rica sobre los lugares m谩s importantes del hecho hist贸rico.


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