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El voluntariado ecológico, herramienta "indispensable" para la conservación

La sensibilización de la sociedad ante la necesidad de cuidar el entorno natural es uno de los principales beneficios del trabajo de los voluntarios, “indispensable para una auténtica labor de conservación“ según han asegurado a EFE representantes de ong ecologistas en el Día Internacional del Voluntariado Social.

El voluntariado "tiene el potencial de sensibilizar a personas sobre un problema e implicarlas en soluciones" y, en este caso, con "un componente de educación ambiental", certifica la responsable del Programa de Voluntariado de WWF España, Belén Fernández.

En ello coincide con el coordinador del Área social de SEO/Birdlife, Federico García, quien ha añadido que, aunque el voluntariado ambiental "es el hermano pequeño del social", cuando surge un problema serio "se nota su músculo por la reacción de la población".

Además, en el caso de la protección de la biodiversidad ,“el voluntariado ambiental permite cubrir el hueco de la falta de gestión de las administraciones para hacer un buen seguimiento de especies que podrían estar en peligro”.

Y es que “una jornada de limpieza o de reforestación en una zona deja huella" en las personas que participan porque al ayudar en la limpieza y conservación de ese espacio, “se apropian de él, sienten que es suyo, se conciencian de los daños que puede recibir y evitarán hacérselos” en un futuro.

García ha apuntado que para el año en curso esta ong conservacionista en concreto cuenta con "casi 40.000 participaciones, aunque algunas personas se implican en varios proyectos y otras sólo participan puntualmente". 

Según fuentes del Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona (GREFA), la participación "posibilita el contacto directo de los voluntarios con actores implicados en la conservación: autoridades, responsables institucionales y ciudadanos" desde escolares hasta agricultores pasando por los propietarios de tierras.

Voluntaria de GREFA (Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat) liberando un azor. En GREFA cuentan con programas que tienen que ver con recuperación de fauna salvaje, la recogida y rescate de animales heridos, cría en cautividad de especies amenazadas, educación ambiental y la conservación de especies. GREFA / EFE

GREFA ha movilizado este año a más de dos centenares de personas, entre las que se encuentra la bióloga Sandra Goded, galardonada como la mejor voluntaria del año en el área de medioambiente por la Comunidad de Madrid, aunque lleva participando más de 15 años con esta ong en campañas como la de animales huérfanos o la de recuperación del águila perdicera.

"Es una forma de aprendizaje, de agradecimiento a la Naturaleza y de apoyo a muchas especies que necesitan ayuda", ha resumido, porque "hay tanto que hacer y son tantos los animales que pasan por el hospital que cualquier par de manos son necesarios". 

De hecho, los proyectos que requieren voluntarios son numerosos y, según Fernández de WWF, los que "más nos cuesta alimentar" son los de la red de 11 grupos activos locales, "estructuras voluntarias de personas que deciden las áreas donde quieren enfocar en un nivel local, bajo el paraguas global de la filosofía y valores" de la ong.

Plantación en Red llevada a cabo por la organización WWF España, que también cuenta con una línea de proyectos de voluntariado orientados hacia la restauración forestal, censos de población y conservación de especies, y definidos por un equipo técnico. WWF España / EFE

En SEO/BirdLife colaboran voluntarios desde hace 30 años en una lista de más de cuarenta iniciativas que incluye tareas de restauración de ecosistemas, reforestaciones y eliminación de especies vegetales exóticas invasoras, entre otras.

Su línea de acción más importante, asevera García, es "la lucha contra problemas ambientales" como el proyecto LIBERA que busca librar mares, ríos, bosques y montañas de "basuraleza" o basura esparcida en la Naturaleza, y en el que "ya han participado más de 20.000 voluntarios, además de contar cada vez con mayor apoyo social y empresarial”. 

El desastre ecológico de Aznalcóllar en el Parque Nacional de Doñana en 1998 fue el germen a partir del cual la organización empezó a desarrollar actividades de voluntariado.

En el año 2002 y con ayuda del MITECO, la ong dio el salto a otros parques nacionales con un programa de voluntariado específico para ellos, hecho que coincidió con otra catástrofe ambiental, en ese mismo año: la del hundimiento del petrolero 'Prestige' que supuso “un hito nacional del voluntariado ambiental”. EFEverde





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