Por Livia Díaz
En Chicontepec me regaló Francisco Hernández Zamora su libro "Amores que anidan Amores que vuelan", compendio de 23 poemas de amor. La temática es de amores de anidar o volar, de insomnio, alas rotas, declaraciones, advertencias, escapes, ruegos, magia y otros encantos y desencantos de ese encuentro humano, en una época en la que la ciencia no nos ha arropado lo suficiente sobre nuestra conducta ni nuestro proceder.
A 10 años de que nos dejó huérfanos el doctor Jacobo Grinberg y que sólo podemos acudir a Sandhguru a responder algunas preguntas, y en que el indú nos atraviesa con una sola en que nos advierte que somos memoria y experiencia y que los medios nos están bombardeando día a día con que perdamos la memoria como solución y vivamos el día a día y nos vaciemos como si fuéramos envase para que "entre" algo nuevo, ya no responde más a nuestra multitud de preguntas, y el científico mexicano sigue desaparecido. Yo recibo este libro y al empezar a leerlo, encuentro la respuesta "sólo nos salva de la locura de matarnos, la poesía."
Es en la huasteca, en el llamado Balcón Huasteco, en el que, a mi parecer es Macondo, en donde retomo, después de unos 20 años la escritura de obras de otros autores, y es con mucho gusto al tener en las manos una autoedición de buena factura, y no es que no haya otras, pero si hay demasiadas en esa región, en las que, por ahorrarse unos pesos, las tiran al aire con errores de todo tipo. Entonces el cuidado puesto en un libro que va a entrar a una casa, una familia, una escuela y una biblioteca, persevere en la función básica pedagógica además, es como se dice ahora "el plus".
Además de algunas viñetas, el libro del ex funcionario, maestro, escritor, poeta, periodista y otros oficios, retoma un par de párrafos a responder la pregunta universal "¿qué es ser poeta?" de obligación es leerlo, pero con ello nos debe el texto completo, para leer toda su explicación relativa, porque habemos montones (lo sé) que queremos escuchar respuestas a nuestras preguntas, y con eso retomo mi introducción, si no la encontramos en la ciencia ni la espiritualidad.
La posibilidad, la fue sembrando en 30 libros previos, habrá que reunirlos (tarea para el ayuntamiento de su pueblo natal) para poder decir, que se ha hecho justicia y respaldado debidamente la labor de un huasteco, y no nadamás decir que en esa tierra náhuatl y mestiza se tuvo un grande. Bueno hay muchos que se dicen serlo, pero nadie los ha visto visitar nisiquiera el mercado, mucho menos la parroquia o el parque. Pero esa es otra historia...
En el poema "Anidar o volar" el vate empieza a contar la historia de un amor al que se le abre la puerta a ver si sale o se queda, constatar ese amor, con inquietud y dudas sobre sí mismo, no como ante la flor en un mequiere o nomequiere, sino un ¿lo querré?
De ahí mis comparaciones, ante la importancia de un elevado pensamiento sobre los sucesos de la vida, que como una cascada nos cubren pero en algunos casos no nos gobiernan, sino que podemos pensar ante ellos, reflexionar y anticiparnos, "y esto no es ningún exceso" dice "hay amores que no se olvidan".
El libro se imprimió en septiembre de 2021 en YPS GRÄFICA Proyectos Editoriales en Veracruz. Y tiene agradecimientos a los doctores Ernesto Kahan, Cristina Olivera Chávez a Edwin Antonio Gaona Salinas, amigos, familiares, seguidores, etcétera. Quienes, estoy segura agradecen a su autor este libro.
@liviainforma
