L茅a es una maestra canadiense que trata de reconstruir la vida de su abuela, superviviente de aquella masacre de la que siempre se neg贸 a hablar. Rima Elkouri narra, con sencillez y delicadeza, el viaje de L茅a para desenredar el nudo de un recuerdo familiar herido.
El 24 de abril de 1915 las autoridades otomanas detuvieron a unos 800 intelectuales l铆deres de la comunidad armenia en Estambul. Posteriormente los militares otomanos expulsaron a armenias y armenios de sus hogares y les obligaron a marchar cientos de kil贸metros -por el desierto de lo que hoy es Siria- sin alimentos ni agua. Las masacres no respetaron la edad ni el sexo de las v铆ctimas, y las violaciones y otros tipos de abusos sexuales fueron frecuentes.
Manam. Rima Elkouri
Nuestros silencios son cajones de doble fondo.
A principios del siglo pasado, casi toda la poblaci贸n armenia de Manam (Turqu铆a) muri贸 a manos del ej茅rcito turco o en el camino del exilio a Siria. L茅a es una maestra canadiense que trata de reconstruir la vida de su abuela, superviviente de aquella masacre de la que siempre se neg贸 a hablar.
Rima Elkouri narra, con sencillez y delicadeza, el viaje de L茅a para desenredar el nudo de un recuerdo familiar herido. A pesar de todo el horror contado, no faltan la ternura y la esperanza mientras descubrimos a seres valientes que han elegido con coraje el lado de la vida.
"Hay silencios de negaci贸n que regocijan a los verdugos. Silencios asesinos. Hay otros que depositamos sobre las palabras como piedras de sabidur铆a. Silencios sin los cuales no ser铆a posible la supervivencia. Envuelven el dolor y le impiden escapar. Su aspecto es semejante. El sonido, completamente distinto". Rima Elkouri, Manam.
Manam relata una historia tan cautivadora como conmovedora. El rigor hist贸rico, sin aparentarlo, da tanta credibilidad como perspectiva a los horribles acontecimientos de hace m谩s de cien a帽os. Le Soleil
Novela formidable, intensa, poderosa, singular, magn铆fica.Les Herbes folles.
Un libro insignia, un futuro cl谩sico de la literatura quebequense. Page par page.
Los pasados ocultos del genocidio armenio en ‘Manam’, de Rima Elkouri

Tiempo de Papel Ediciones, sello de Librer铆a Berl铆n, espacio para amantes del aroma a lignina, se atreve a editar una historia de uno de los grandes temas que la sociedad mundial evita
Pero —atenci贸n—, uno, el que escribe, el que lee, cualquiera, no quiere ser un cenizo: poner palabras a todo esto es cenizo, l煤gubre, as铆 que mejor demos un salto adelante y centr茅monos en el tema: hace un a帽o, en las postrimer铆as del a帽o dos mil veinte, un peque帽o pa铆s que aqu铆 en Espa帽a no nos dice mucho —se llama Armenia—, un peque帽o pa铆s del que una paisana como es Virginia Mendoza, fant谩stica escritora, escribi贸 mucho —en ese libro titulado Heridas del viento que edit贸 La l铆nea del horizonte—, sufri贸 la agresi贸n de otro pa铆s del que tampoco sabemos demasiado por estas latitudes; ese pa铆s se llamaba Azerbaiy谩n y contaba con el apoyo de la Turqu铆a de Erdogan y sus drones. Aqu铆, en Espa帽a, donde no viven pocos armenios, donde celebramos a un santo armenio como es San Blas en muchos municipios —como puede ser, por mencionar uno, Torrent—, la guerra de poco m谩s de cuarenta d铆as pas贸 desapercibida —unas hostilidades m谩s, tirando de eufemismos europeos, en un pa铆s lejano—. La guerra acab贸, pero los muertos siguieron. Nuestra Uni贸n le dedic贸 unas pocas palabras: la UE ped铆a que cesasen las hostilidades. Vale.
La cuesti贸n es que lo que comenz贸 el veintisiete de septiembre de dos mil veinte tiene unas ra铆ces profundas, obstinadas, que se remontan a mucho m谩s atr谩s: si somos justos con la historia, y debemos serlo, tendr铆amos que remontarnos a unos tiempos pret茅ritos, a una 茅poca b铆blica en la que ya exist铆a el pueblo armenio, mucho antes de que otras naciones comenzasen a dejar su huella en la historia. Hablamos del reino de Urartu, hace varios milenios. Si avanzamos un poco, hasta mil novecientos quince, seremos testigos del crimen que sent贸 las bases de la palabra genocidio: a comienzos del siglo pasado, el imperio turco otomano perpetr贸 uno de los peores cr铆menes que la humanidad recuerda: se llama genocidio armenio —hay que llamar a las cosas por su nombre—, y consisti贸 en el asesinato —la matanza— planificada de un mill贸n y medio de armenios que viv铆an en sus tierras ancestrales.
Los detalles son tan escabrosos que no entraremos en detalle en ellos, s铆 diremos que la vileza humana alcanz贸 cotas m谩ximas en el destierro brutal hacia tierras sirias a trav茅s del desierto, que incluy贸 atrocidades horribles, violaciones horribles y sistem谩ticas y ejecuciones mediante m茅todos que ponen en duda la humanidad del concepto humanidad. Si estamos tardando en entrar en materia en este art铆culo que versa sobre libros es porque la introducci贸n es desagradable pero necesaria, porque aqu铆, en Espa帽a, de esto sabemos poco. El caso es que de aquel episodio terrible qued贸 la di谩spora de un pueblo antiguo, una di谩spora tan masiva previa al holocausto de los jud铆os que hoy d铆a son muchos m谩s los armenios fuera de su patria que los que quedan en ella, resistiendo a genocidas y a imperios y a la indiferencia internacional.
Esto no es un art铆culo sobre historia, disculpen al que escribe, pero es que la ignorancia sobre tan funesto cap铆tulo de la historia humana es tan grande que para contar la novela de la canadiense Rima Elkouri es preciso invertir letras en varios p谩rrafos: como cabe suponer, tama帽o genocidio dej贸 heridas profund铆simas en el tejido de la naci贸n armenia; fueron muchas las mujeres secuestradas y obligadas a habitar una supervivencia cautiva. Muchas de esas mujeres —en muchos casos ni帽as—, acabaron en casa del genocida, continuaron sus vidas repletas de cicatrices, siguieron respirando, tuvieron hijos bajo el nombre del asesino. Pasaron los a帽os y tuvieron tambi茅n nietos, y en algunas ocasiones, pasadas las d茅cadas, sus descendientes llegaron a saber que sus abuelas eran hijas del crimen, que sus nombres eran m谩scaras: el relato sobrevivi贸 en la oscuridad de la intimidad orgullosa, se preserv贸 para que el mundo sordo llegase a conocerlo.
Manam, que publica Tiempo de Papel Ediciones, sello de la librer铆a valenciana Berl铆n, ha rescatado esa historia, que en forma de novela, retrata lo que es una verdad en muchos hogares de ra铆ces desarraigadas. La narraci贸n tiene como protagonista a L茅a, quien descubre que su abuela T茅ta ha guardado en secreto la memoria de un pueblo que se niega a sucumbir al silencio atronador de una 茅poca desmemoriada, amn茅sica, ap谩tica; una 茅poca que solo conoce lo que figura en los guiones, una 茅poca autoindulgente superada por la informaci贸n sin contexto, ahogada en los titulares que aparecen y desaparecen a la velocidad del negocio. Elkouri sin embargo ha decidido, en un acto de coraje poco habitual, apuntar a lo molesto, a lo irrelevante para casi todos, y ha construido con este material una novela de verdad necesaria, una ficci贸n que alberga m谩s verdad que la batalla del relato de la que lamentablemente somos v铆ctimas. Y pese a todo, la memoria armenia, la que rememora Manam, escondida y revelada, reprimida y amenazada, se niega a desaparecer.

El 24 de abril de 1915 las autoridades otomanas detuvieron a unos 800 intelectuales l铆deres de la comunidad armenia en Estambul. Posteriormente los militares otomanos expulsaron a armenias y armenios de sus hogares y les obligaron a marchar cientos de kil贸metros -por el desierto de lo que hoy es Siria- sin alimentos ni agua. Las masacres no respetaron la edad ni el sexo de las v铆ctimas, y las violaciones y otros tipos de abusos sexuales fueron frecuentes.
Mientras la Rep煤blica de Turqu铆a sigue negando la masacre, argumentando que las muertes no fueron el resultado de un plan de exterminio masivo dispuesto por el Estado otomano, la comunidad armenia contin煤a su lucha, reclamando el derecho a la verdad y la justicia.
La Rep煤blica de Armenia se encuentra situada en el C谩ucaso Sur, en el altiplano entre los mares Negro y Caspio. All铆, la presencia del pueblo armenio se remonta al 1.000 AC y ha sufrido constantes invasiones expansionistas de imperios orientales y occidentales.
Al oeste limita con Turqu铆a, donde en 1911 asumieron el poder los ide贸logos del “Panturquismo” con el objetivo de unir en un nuevo esquema imperial a todos los pueblos de habla turca, destruyendo las minor铆as cristianas y recuperando los territorios de la “Gran Turqu铆a” a trav茅s de una limpieza 茅tnica. Las enormes reservas petroleras de Bak煤 (Azerbaij谩n) eran parte de este gran proyecto y los armenios eran un obst谩culo dentro de este esquema.
En 1915 decretaron el exterminio. Armenios, asirios y griegos fueron las v铆ctimas, cuando el estado de guerra mundial en el que Turqu铆a se ubic贸 del lado de Alemania, hac铆a pasar desapercibido para occidente el genocidio.
El plan const贸 de tres fases: en la primera ejecutaron a 800 intelectuales armenios con el objetivo de descabezar al pueblo; en la segunda reclutaron a los hombres para realizar trabajos forzados, los asesinaron y enterraron en fosas comunes; en la tercera obligaron a ni帽os, mujeres y ancianos a caminar sin agua ni comida hacia el desierto y durante la marcha los sometieron a atrocidades como violaciones masivas por parte del ej茅rcito, rapto de menores, ni帽os enterrados o quemados vivos.
El 75% de la poblaci贸n Armenia fue asesinada, el 95% de la cultura Armenia fue destruida y el 80% del territorio hist贸rico armenio fue usurpado.

El t茅rmino genocidio, delito de derecho internacional, es aplicable a esta matanza de armenios entre 1915 y 1923.
As铆 fue reconocido por varios pa铆ses incluido el nuestro, el Consejo Mundial de Iglesias, el Tribunal Permanente de los Pueblos y la Subcomisi贸n de Prevenci贸n de Discriminaciones y Protecci贸n de las Minor铆as de la O.N.U.
Por Ley Nacional 26199 se reconoci贸 este hecho y R铆o Negro se帽ala tambi茅n por Ley 4189 al 24 de abril como “D铆a de conmemoraci贸n del Genocidio del Pueblo Armenio”.
Hay distintas formas de relativizar o silenciar procesos genocidas; se pueden olvidar, negar o darles un sentido salvador que los justifique. Todas ellas son un atentado contra la humanidad que ha reconocido que existen derechos de car谩cter internacional inherentes al ser humano.
Para evitar estos ataques y defender los valores de la vida, el respeto y la dignidad humana, los pueblos necesitan memoria, verdad y justicia.
CONMEMORACI脫N DEL GENOCIDIO DEL PUEBLO ARMENIO
''Los armenios del mundo seguiremos pujando hasta llegar al reconocimiento de este asesinato''

"Todos los que vivimos fuera de Armenia somos sobrevivientes. En cada uno de los armenios est谩 esta
historia, es parte de nuestra identidad", asegur贸.
Adem谩s, explic贸 que "la historia ha probado infinidad de veces lo que los armenios sostienen, pero esto llega a una encrucijada, y es que el Estado turco, el Estado genocida, (quien perpetr贸 la masacre) lo reconozca".
"La justicia tiene que determinar el genocidio, no un historiador", recalc贸. "Mi abuelo presenci贸 c贸mo mataban a su madre y como enterraban a sus hermanos. Es algo escalofriante y el Estado turco utiliza el paso del tiempo", finaliz贸.