Ir al contenido principal

De sol a sol

OPINI脫N de Ilka Oliva-Corado

Francisco tiene la suerte de trabajar de lunes a domingo sin importar el clima. As铆 le cuenta a su mam谩 en su natal Moraz谩n, El Salvador, cada vez que la llama por tel茅fono. El trabajo es duro, pero no tan distinto a la jornada en el campo en su pa铆s natal, donde creci贸 arando la tierra con una yunta de bueyes. 

Cuando le dijeron de irse para El Norte, no lo pens贸 dos veces, de eso ya treinta a帽os. Dej贸 los cerros y los r铆os para irse a vivir a una ciudad de rascacielos para trabajar en el s贸tano de uno de estos picando y empacando apios. Pero despu茅s de cinco a帽os sin ver la luz del sol agarr贸 camino hacia California donde estaban sus amigos de infancia y varios miembros de su familia, lo que se encontr贸 ah铆 fue una inmensidad de campos de cultivo y pr谩cticamente a la mitad de su aldea.

Conocedor de la labor campesina, se sorprendi贸 de la tecnolog铆a que utilizan en El Norte para trabajar la tierra, el tipo de abono y los tiempos de cosecha. Todo industrializado. Sin importar las altas temperaturas, las tormentas invernales o los temporales de lluvia, Francisco se pone sus botas de hule y su sombrero y se convierte en una de las hormigas que se ven a distancia entre los surcos. 

En su aldea las limitaciones de terreno las marcan los cerros, los barrancos y los r铆os, en California los campos agr铆colas son del tama帽o del municipio donde creci贸. Todo queda lejos, tambi茅n los garrafones de agua que llevan para la hora de almuerzo, salir de los surcos para ir al ba帽o se convierte en una aventura, por eso muchos no toman l铆quidos durante la jornada laboral para no perder tiempo en ir al ba帽o y que les descuenten del salario. 

Tiene suerte, le dice siempre a su mam谩, porque en otros trabajos, como en el de jardiner铆a, dependiendo el estado se hace s贸lo de primavera a oto帽o y si llueve fuerte no se trabaja y no reciben pago. En cambio, el trabajo del campo es el m谩s seguro, le comenta, porque la gente tiene que comer truene, llueve o relampaguee y la tierra tiene que producir.  Francisco no le pone cuidado a trabajar de doce a catorce horas diarias de lunes a domingo, tampoco que su salario sea el m铆nimo y que por no tener derechos laborales por ser indocumentado no se le paguen horas extras.  

Cuando se aburre de un campo se cambia a otro, es as铆 como ha trabajado en sembrad铆os de fresas, apio, culantro, pepinos, remolachas y cuanta fruta y vegetal crezca en California. Cuando se aburre de California se va con las caravanas de jornaleros golondrina que viajan de estado en estado cosechando por temporada. 


Cada vez que llama por tel茅fono a su mam谩 le cuenta la cantidad de aventuras que se viven en el trabajo agr铆cola, pero jam谩s le contar谩 que tiene deficiencia renal y que necesita urgentemente un trasplante de ri帽贸n que no puede realizarse por ser indocumentado.  

 https://cronicasdeunainquilina.comIlka Oliva-Corado. @ilkaolivacorado



ARCHIVOS

Mostrar m谩s


OTRA INFORMACI脫N ES POSIBLE

Informaci贸n internacional, derechos humanos, cultura, minor铆as, mujer, infancia, ecolog铆a, ciencia y comunicaci贸n

El Mercurio (elmercuriodigital.es), editado por mercurioPress/El Mercurio de Espa帽a bajo licencia de Creative Commons
©Desde 2002 en internet
Otra informaci贸n es posible