El Ayuntamiento de Madrid concede la Medalla de Honor de San Isidro 2023 al 煤ltimo alcalde republicano, Melchor Rodr铆guez, “El 脕ngel Rojo”, uno de los principales impulsores del movimiento obrero madrile帽o.
"Luch贸 por los derechos de los presos, fueran del bando amigo o enemigo y quiz谩 por eso, muchos a帽os despu茅s, ser铆a enterrado en el cementerio de San Justo. Aquella noche, cuando salv贸 a Ram贸n, a Fausto y a los otro cuatro detenidos, el 谩ngel rojo se recost贸 satisfecho en el asiento de su autom贸vil, encendi贸 un puro y mir贸 al joven soldado que conduc铆a. —Apr茅ndete una cosa, hijo, por las ideas se puede morir, pero no matar. Apr茅ndetelo bien".
"Y as铆 hab铆a sido, Ram贸n y Fausto fueron salvados por la gracia de Melchor Rodr铆guez Garc铆a, que se conocer铆a muy pronto como “el 谩ngel rojo”, un obrero de oficio chapista, militante de la CNT, que fue nombrado en noviembre de 1936 Delegado especial de prisiones, y que fue tan defensor de la justicia republicana como enemigo de la injusticia"
"Oto帽o y nueces" de M贸nica Moreno Fern谩ndez- Santa Cruz
Melchor Rodr铆guez, el 脕ngel Rojo
«...Melchor Rodr铆guez, anarquista. Antiguo director de las prisiones republicanas. De este sujeto que se pasea libremente por las calles de Madrid con los fascistas, el diario fascista Ya de 21 de abril de 1939, a la vez que insertaba una foto suya, afirmaba: "Melchor Rodr铆guez que, desde su puesto de director de Prisiones de la regi贸n del Centro, defendi贸 valientemente a miles de nacionales encerrados en las c谩rceles rojas". Y despu茅s se incluye la siguiente entrevista:
-¿Por qu茅 Vd., siendo anarquista, salv贸 la vida a tantos nacionales en el periodo rojo?
-Simplemente era mi deber. Siempre me vi reflejado en cada preso. Cuando me encontraba en la c谩rcel, ped铆 protecci贸n a los mon谩rquicos, a los derechistas, a los republicanos... a aquellos que se encontraban en el poder; entonces me consider茅 obligado a hacer lo mismo que hab铆a defendido cuando yo mismo estuve recluido en las c谩rceles, es decir, salvar la vida de estas personas.
-¿Le result贸 f谩cil?
-Ahora puedo decir con satisfacci贸n que a menudo me arriesgu茅 a perder la vida propia por salvar las de otros. Muchas veces en mi propio despacho me apuntaron al pecho con el ca帽贸n de un rev贸lver. Sal铆a del problema ech谩ndole valor. Cuando regres茅 a Madrid despu茅s de haber salvado de la muerte a 1.532 presos en Alcal谩, tuve que escuchar unos tremendos insultos y amenazas de jefes de relevancia que hasta llegaron a acusarme de ser un fascista.
Tuve a menudo la posibilidad de huir de la zona republicana, pero no la aprovech茅, porque ¿qui茅n se hubiese preocupado de los 12.000 presos que hab铆a en las cinco c谩rceles de Madrid, y de los 1.500 en la de Alcal谩, de las 28 personas escondidas en mi casa y de muchas, muchas m谩s? Solamente yo pod铆a hacer esto. Ahora debo decir que estaba solo en este asunto. Ninguno de ellos, de los rojos, me prest贸 ayuda...»
Del informe, Step谩nov (Stoy谩n Min茅yevich Ivanov, alias Step谩nov, fue un agente de Stalin en la Espa帽a republicana. En 1939 redact贸 un prolijo informe sobre las que, en su opini贸n, fueron las causas de la derrota de la Rep煤blicana)
"Personaje hist贸rico y singular absolutamente apasionante con un papel infravalorado hasta ahora durante la Guerra Civil y en la trayectoria del anarcosindicalismo espa帽ol. El 脕ngel Rojo, como es conocido, defendi贸 a ultranza siempre, aun a riesgo de su propia vida, todo aquello en lo que cre铆a y puso fin a las lamentables sacas producidas a principios de la guerra, sacas que se cobraron la vida de miles de espa帽oles. Director de Prisiones, evit贸 vejaciones en las c谩rceles y ejecuciones irregulares y arbitrarias. Tras la guerra, fue detenido y juzgado. En uno de los consejos de guerra al que fue sometido, en una escena casi de pel铆cula, solo el testimonio del general del bando nacional Mu帽oz Grandes y miles de firmas de personas a las que hab铆a salvado, de todo sesgo pol铆tico, evitaron que lo condenaran a pena de muerte".
Del pr贸logo de Os salvar茅 la vida, de Joaqu铆n Leguina y Rub茅n Buren
Negras tormentas agitan los aires, nubes oscuras nos impiden ver,
aunque nos espere el dolor y la muerte, contra el enemigo nos manda el
deber.
El bien m谩s preciado es la libertad, hay que defenderla con fe y con valor.
Alta la bandera revolucionaria, que del triunfo sin cesar nos lleva en pos.
¡En pie, pueblo obrero, a la batalla!
¡Hay que derrocar a la reacci贸n!
¡A las barricadas! ¡A las barricadas, por el triunfo de la Confederaci贸n!
¡A las barricadas! ¡A las barricadas, por el triunfo de la Confederaci贸n!
La Varsoviana, himno anarquista
Melchor Rodr铆guez Garc铆a (Sevilla, 30 de mayo de 1893-Madrid, 14 de febrero de 1972) fue un sindicalista y anarquista espa帽ol, concejal, delegado de prisiones y brevemente alcalde de Madrid, durante la guerra civil espa帽ola. Fue conocido como El 谩ngel rojo por su labor humanitaria para evitar asesinatos de presos en el bando republicano desde su puesto como delegado de prisiones.
Hijo de Isidoro Rodr铆guez y Mar铆a Garc铆a, nacido en la calle San Jorge, actual n煤mero 23, en el barrio de Triana en Sevilla. Melchor qued贸 hu茅rfano de padre siendo un ni帽o, al morir aqu茅l en un accidente en los muelles del Guadalquivir. Su madre, costurera y cigarrera, tuvo que ocuparse por s铆 sola de sacar adelante a Melchor y a sus dos hermanos.
Acuciado por la pobreza, Melchor comenz贸 a trabajar en Sevilla como calderero y luego como torero, hasta que, hacia 1921, se traslad贸 a Madrid, donde comenz贸 a trabajar como chapista y se afili贸 a la Uni贸n General de Trabajadores (U.G.T.). Pronto se sinti贸 atra铆do por el Movimiento Obrero de la capital, y se afili贸 a la Agrupaci贸n Anarquista de la Regi贸n Centro inmediatamente despu茅s de su fundaci贸n (carn茅 n.潞 3). Poco despu茅s fue nombrado presidente del Sindicato de Carroceros, de corte anarquista, y pas贸 a militar en las filas de la CNT, donde comenz贸 la lucha en favor de los derechos de los reclusos, incluso de aquellos de ideolog铆a contraria a la suya, lo que le cost贸 la prisi贸n en innumerables ocasiones durante la monarqu铆a y la Segunda Rep煤blica.
Al estallar la Guerra Civil Espa帽ola en 1936, las organizaciones anarquistas cooperaron con el gobierno. El 10 de noviembre Melchor Rodr铆guez fue nombrado delegado especial de prisiones de Madrid. Desde este puesto intent贸 detener las sacas de presos de las c谩rceles de Madrid (traslados de grupos de reclusos que eran posteriormente fusilados en Paracuellos de Jarama y otros lugares cercanos a la capital), como Aravaca, aunque ante distintas presiones e interferencias para que estas prosiguiesen dimiti贸 el d铆a 14. Retom贸 su puesto el d铆a 4 de diciembre tras las protestas del cuerpo diplom谩tico y del presidente del Tribunal Supremo, Mariano G贸mez Gonz谩lez. Sin embargo esta vez lo hizo con plenos poderes como Delegado General de Prisiones, otorgados por el entonces Ministro de Justicia del Gobierno republicano, el anarquista Juan Garc铆a Oliver. Mediante la prohibici贸n de los traslados entre las 7 de la tarde y las 7 de la ma帽ana, Melchor Rodr铆guez consigui贸 detener las matanzas de Paracuellos y la situaci贸n de terror de las c谩rceles, al precio de enfrentarse con algunos dirigentes comunistas que pretend铆an seguir con ello, como la Junta de Defensa de Madrid, controlada por los comunistas Jos茅 Cazorla y Santiago Carrillo, y con gran riesgo de su vida en varias ocasiones seg煤n testimonios de numerosos testigos presenciales.
Tuvo pues la responsabilidad no solo de vigilar los reg铆menes y prevenir las fugas, sino tambi茅n de evitar las agresiones y linchamientos de presos perpetrados hasta su llegada por diferentes milicias pol铆ticas, as铆 como terminar con las sacas que se ven铆an produciendo hasta entonces. Las sacas documentadas m谩s numerosas tuvieron lugar en la C谩rcel Modelo de Madrid a principios de noviembre de 1936, cuando el frente de guerra estaba ya muy cerca de los barrios del oeste de la capital, circunstancia que indujo el traslado masivo de reclusos hacia otras prisiones tales como la de Alicante o la c谩rcel de Alcal谩 de Henares, al este de la provincia de Madrid. Muchos de los prisioneros nunca llegaron a su destino, siendo fusilados en localidades como Paracuellos de Jarama o Torrej贸n de Ardoz, a medio camino entre Madrid y Alcal谩. Melchor Rodr铆guez consigui贸 detener estas atrocidades, lo que le llev贸 a enfrentarse con algunos cabecillas de las milicias antes mencionadas, con evidente riesgo para su propia vida. A partir de su nombramiento, y receloso de que sus 贸rdenes pudiesen ser incumplidas, Rodr铆guez se ocup贸 de organizar y escoltar personalmente los convoyes de traslado, garantizando de ese modo que los prisioneros llegaban a salvo a su destino.
Una de las primeras medidas tomadas por Melchor Rodr铆guez como delegado de prisiones fue la implantaci贸n de una norma seg煤n la cual quedaba prohibida sin su autorizaci贸n personal la salida de presos de las c谩rceles entre las siete de la tarde y las siete de la ma帽ana. Esta orden supuso en buena medida el fin de los paseos nocturnos de prisioneros. La expresi贸n era un eufemismo de la 茅poca para denominar a los numerosos asesinatos de reclusos que hab铆an sido puestos en libertad poco tiempo antes, lo que sol铆a suceder durante las horas de la noche.
A finales de julio de 1936 Melchor se incaut贸, junto con tres colaboradores de su confianza, del Palacio de Viana, sito en el n煤mero 1 de la calle del Duque de Rivas de Madrid. El palacio sirvi贸 durante casi toda la guerra de refugio para muchas personas perseguidas como sospechosas de desafecci贸n al Gobierno, algunas de las cuales fueron rescatadas in extremis de la c谩rcel por el propio Melchor, cuando ya hab铆an sido condenadas a muerte por un Tribunal Popular. Para ello Rodr铆guez Garc铆a se val铆a de su prestigio revolucionario y su cargo p煤blico, dando entender a los captores que 茅l y sus colaboradores (constituidos en una c茅lula anarquista de la FAI a la que denominaron Los Libertos) se encargar铆an de aplicar la sentencia. El Palacio de Viana sufri贸 el impacto de una bomba de aviaci贸n, resultando heridas la mujer e hija de Melchor Rodr铆guez. La familia se traslad贸 entonces a un piso en el Paseo de Recoletos 23 de Madrid, en el que Melchor prosigui贸 sus actividades humanitarias. En numerosas ocasiones proporcion贸 documentos (tales como carnets de la C.N.T. o avales personales) a personas perseguidas, y gestion贸 el traslado de algunas de ellas a embajadas tales como la de Finlandia o Ruman铆a para garantizar su seguridad. En varias ocasiones lleg贸 al extremo de proporcionar pasaportes y transporte a Francia a familias en peligro de muerte, y al menos en una ocasi贸n acompa帽贸 personalmente a los evadidos hasta Perpi帽谩n (Francia). Muchas de las personas huidas de Espa帽a con salvoconductos de Los Libertos eran sospechosas de haber apoyado la rebeli贸n de los militares golpistas; testigos afirman que, al cruzar la frontera, se contemplaba la escena de alguno de estos protegidos levantando el brazo al modo fascista y exclamando: «¡Arriba Espa帽a, viva Franco!». Dado el poder de la FAI en los primeros meses del conflicto, el certificado expedido por este grupo anarquista era casi siempre el 煤nico medio para poder salir del pa铆s, por encima de los documentos oficiales del Gobierno republicano o de la Generalidad de Catalu帽a.
Una de las actuaciones m谩s destacadas de Melchor Rodr铆guez tuvo lugar durante unos disturbios, despu茅s de que la aviaci贸n del bando nacional bombardease Alcal谩 de Henares (8 de diciembre de 1936). Una concentraci贸n de protesta en la que participaban milicianos armados lleg贸 a la prisi贸n de Alcal谩, entrando los cabecillas hasta el primer rastrillo donde exigieron la apertura de celdas para linchar a varios presos. Rodr铆guez acudi贸 a la prisi贸n y arriesg贸 su vida enfrent谩ndose a la turba durante varias horas. Dio orden de entregar armas a los reclusos en caso de que los asaltantes persistiesen en su empe帽o.
En esta y otras intervenciones similares (p.e. en la C谩rcel Modelo de Madrid) consigui贸 personalmente impedir vejaciones o ejecuciones arbitrarias de reclusos, pr谩cticas frecuentes hasta su llegada al cargo. As铆 salv贸 in extremis la vida de muchas personas, algunas de las cuales dieron despu茅s testimonio del humanitarismo de Melchor Rodr铆guez Garc铆a (p.e. los militares Agust铆n Mu帽oz Grandes y Valent铆n Galarza, Ram贸n Serrano S煤帽er –que luego formar铆a parte de los gobiernos de Franco–, el Dr. Mariano G贸mez Ulla, los hermanos Rafael, Cayetano, Ram贸n y Daniel Luca de Tena, el locutor Bobby Deglan茅, el futbolista Ricardo Zamora y los falangistas Rafael S谩nchez Mazas y Raimundo Fern谩ndez-Cuesta, entre otros).
En otra ocasi贸n, Melchor Rodr铆guez denunci贸 que Jos茅 Cazorla, Consejero de Orden P煤blico de la Junta de Defensa de Madrid manten铆a c谩rceles privadas ilegales, al parecer controladas por miembros del Partido Comunista.
Todas estas acciones le valieron ser conocido por las gentes de la derecha como El 谩ngel rojo. A 茅l se atribuye la famosa m谩xima: «Se puede morir por las ideas, pero nunca matar por ellas».
El 1 de marzo de 1937 fue destituido de su cargo tras una larga serie de desavenencias con los comunistas, particularmente con Jos茅 Cazorla quien hab铆a sucedido a Carrillo al frente de la consejer铆a de Orden P煤blico el 24 de diciembre de 1936. Melchor Rodr铆guez pas贸 a ocuparse de la oficina responsable de los cementerios de Madrid. A partir de entonces volvieron en buena medida los antiguos excesos contra los reclusos, aunque las sacas masivas de presos de noviembre y diciembre de 1936 ya no volvieron a repetirse. A pesar de la brevedad de su paso por la Delegaci贸n de Prisiones, apenas tres meses, todos los autores que se han ocupado de la figura de Rodr铆guez coinciden en que el n煤mero de personas que salvaron la vida gracias a su intervenci贸n puede cifrarse en varios miles. Melchor Rodr铆guez continu贸 en cualquier caso denunciando la situaci贸n desde su nuevo empleo, en el que volvi贸 a significarse en varias ocasiones asumiendo riesgos considerables. Un ejemplo de ello fue el entierro de su amigo Seraf铆n 脕lvarez Quintero el 13 de abril de 1938, en el que Rodr铆guez consigui贸 que se exhibiera un crucifijo cumpliendo as铆 la 煤ltima voluntad de su amigo.
Rodr铆guez fue tambi茅n nombrado concejal de Madrid, representando a la Federaci贸n Anarquista Ib茅rica. Segismundo Casado lo nombr贸 alcalde de Madrid en los 煤ltimos d铆as de la guerra, siendo 茅l el encargado de traspasar los poderes a los franquistas cuando se rindi贸 Madrid, el 28 de marzo de 1939.
Melchor Rodr铆guez, el Schindler de la FAI, por Rafael Cid
Melchor Rodr铆guez, "El 谩ngel rojo"
"Melchor Rodr铆guez Garc铆a; "El 脕ngel Rojo": Reconocimiento a una figura olvidada"
"La entrega de Madrid"
Melchor Rodr铆guez, el "谩ngel rojo" de la Guerra Civil, tendr谩 calle en Madrid