Sea cual sea su calidad, su nivel,
su finura, su capacidad creadora,
el poeta para la burgues铆a solo puede ser:
SIRVIENTE,
PAYASO
o ENEMIGO
Roque Dalton
Pas贸 m谩s de un cuarto de siglo desde que las guerrillas guatemaltecas se reconvirtieron a la pol铆tica legal por medio de la firma de los acuerdos de paz de 1996. Sin embargo, el bagaje hist贸rico y cultural que acompa帽贸 a la insurgencia armada sigue en gran medida oculto. La obra po茅tica de Otto Ren茅 Castillo es v铆ctima de ese reparo residual ante todo lo que huela a compromiso militante y revoluci贸n. Si en su pa铆s los intentos por rescatar su obra fueron t铆midos, en el resto de Am茅rica Latina fueron pr谩cticamente nulos.
En esta serie de tres notas nos proponemos aportar a revertir esa injusticia. Esta primera entrega recoge los aspectos centrales de su biograf铆a personal, pol铆tica y po茅tica. En una segunda parte abordaremos la relaci贸n 铆ntima, fundamental, que Otto mantuvo con su amigo, colega y camarada Roque Dalton. En la tercera, reconstruiremos su paso por la guerrilla de la mano del testimonio del comandante Pablo Monsanto, el 煤nico sobreviviente del grupo de las Fuerzas Armadas Rebeldes que fue emboscado cuando detuvieron a Otto Ren茅 y despu茅s le dieron muerte de manera brutal. Con 茅l dialogamos en ciudad de Guatemala una tarde de 2018 y mantuvimos una entrevista in茅dita hasta hoy.
Un d铆a,
los intelectuales
apol铆ticos
de mi pa铆s
ser谩n interrogados
por el hombre
sencillo
de nuestro pueblo.
Se les preguntar谩,
sobre lo que hicieron
cuando
la patria se apagaba
lentamente,
como una hoguera dulce,
peque帽a y sola.
O.R.C.
De historia y pueblo
Otto Castillo naci贸 el 25 de abril de 1934 en Quetzaltenango, una de las ciudades m谩s importantes de Guatemala, a unos 200 km. al noreste de la capital del pa铆s (aunque en la mayor铆a de las rese帽as biogr谩ficas se se帽ala como a帽o de nacimiento 1936, su familia confirma que 茅sta es la fecha correcta). As铆 fue bautizado y as铆 se lo conoci贸 hasta su juventud: Otto Castillo, sin segundo nombre; solo con los a帽os 茅l elegir谩 adosarse el Ren茅. Lo pari贸 Juana de Dios Castillo M茅rida. Su padre, Reginaldo Cabrera Ordo帽ez, no se hizo cargo de su crianza. Otto fue el m谩s chico de cinco hijos: comparti贸 hogar con sus hermanas Zoila y Hayd茅e y sus hermanos Jorge y Jos茅.
El abuelo de la familia, padre de su madre, fue Juan de Dios Castillo y Castillo, miembro de la Corte Suprema de Justicia, congresista y profesor universitario. El hombre garantiz贸 un buen pasar econ贸mico al grupo familiar hasta 1935, cuando muri贸. Sin el sustento del patriarca, el nivel de vida de la familia desmejor贸. “Nos acomodamos mi madre y los cinco hermanos en una sola habitaci贸n. Mi madre y Zoila trabajaron bordando sombreros de palma. Jorge y yo empezamos a trabajar para llevar dinero a la casa. Fuimos vendedores de golosinas en el cine Roma de Quetzaltenango”, cuenta Jos茅. En 1941 se mudaron a la capital. Zoila recuerda que Otto era “disciplinado y responsable; desde ni帽o se caracteriz贸 como un “excelente estudiante”.
Primavera en el pa铆s de la eterna tiran铆a
“Nuestra familia tuvo siempre militancia pol铆tica antidictatorial”, cuenta Zoila. Otto ten铆a 10 a帽os cuando las protestas populares derivaron en una rebeli贸n contra la dictadura del general Jorge Ubico que llevaba 14 a帽os en el poder. De las movilizaciones “participaron hermanos de nuestra madre y dos de nuestros hermanos, que para ese entonces eran menores de edad”, agrega. Durante la d茅cada democr谩tica que sigui贸 a aquella revuelta sus dos hermanos y sus dos hermanas mayores trabajaron para el nuevo gobierno en “puestos de regular importancia, en la ampliaci贸n de reformas sociales”. Un a帽o despu茅s asumi贸 la presidencia el profesor Juan Jos茅 Ar茅valo. Era la primera vez en la historia de Guatemala que hab铆a algo parecido a un gobierno popular. Despu茅s de Ar茅valo, en 1951 fue electo Jacobo 脕rbenz, otro nacionalista que sigui贸 los pasos de su antecesor y se anim贸 a un poco m谩s.
Durante casi una d茅cada el pueblo vivi贸 una in茅dita “primavera en el pa铆s de la eterna tiran铆a”, como defini贸 el escritor guatemalteco Luis Cardoza y Arag贸n (parafraseando a Alexander Von Humboldt, quien hab铆a dicho de Cuernavaca, M茅xico, que era la “ciudad de la eterna primavera”). Pero el 27 de junio de 1954 se acab贸 el buen tiempo. 脕rbenz fue forzado a renunciar en nombre del anticomunismo agitado por los EEUU y de los intereses de la United Fruit Company, la bananera que la CIA usaba como cobertura en la regi贸n.
Am茅rica Latina volv铆a a agitarse. Los movimientos campesinos, obreros y populares pujaban por sacarse de encima a las clases olig谩rquicas en el poder. El fin de la Segunda Guerra Mundial y la crisis de las potencias hegem贸nicas hab铆an alentado la rebeld铆a de los pa铆ses oprimidos. La figura de Jacobo 脕rbenz se emparenta con las de otros l铆deres que buscaron dar cuenta de esos procesos sociales, como Juan Domingo Per贸n en Argentina (apresado en 1945, lo que origin贸 la rebeli贸n popular del 17 de octubre); Jorge Eli茅cer Gait谩n en Colombia (asesinado en 1948, tras lo que se desencaden贸 el Bogotazo), Getulio Vargas en Brasil (electo por segunda vez presidente en 1950); V铆ctor Paz Estenssoro en Bolivia (iniciar铆a en 1952 su Revoluci贸n Nacional).
Pero las limitaciones de esos procesos nacionalistas llevar谩n a la juventud a orientar la lucha de manera m谩s radical. Por esos d铆as andaba por la capital guatemalteca un joven argentino algunos a帽os mayor que Otto, a quien todav铆a llamaban Ernesto. En su recorrida por Am茅rica Latina se hab铆a interesado cada vez m谩s por la pol铆tica. En Guatemala lo desilusion贸 la falta de resistencia al golpe. “脕rbenz no supo estar a la altura de las circunstancias, los militares [que lo apoyan] se cagaron en las patas”, escribi贸 en una carta a su familia.
Las v铆as alternativas de lucha ante esa desilusi贸n generacional se catalizar谩n a帽os despu茅s, en 1959 en Cuba, con el triunfo de la Revoluci贸n.
¿Has o铆do que est煤pidamente te digan: / ¡comunista!, porque eres diferente / al reba帽o que deifica al d茅spota?
Ser de izquierda en aquellos tiempos en Centroam茅rica era, b谩sicamente, apoyar al Partido Comunista o directamente militar en 茅l. En Guatemala, tras a帽os de persecuci贸n, el PC hab铆a pasado a llamarse Partido Guatemalteco del Trabajo, PGT.
Al momento del golpe contra 脕rbenz, Otto era uno de los activistas juveniles m谩s destacados de su generaci贸n. En 1953 hab铆a sido electo presidente de la Asociaci贸n de Estudiantes de Post-primaria y con 18 a帽os hab铆a publicado su primer poema, “Canci贸n de amor para tu flor de sue帽os”, en la revista guatemalteca La Hora Dominical. En ese tiempo compone una serie de poemas que giran en torno a una concepci贸n rom谩ntica del amor. Basta mencionar algunos t铆tulos que despu茅s fueron reunidos en el volumen El sabor de la sal: “Acontece as铆, enamorados”, Amemos este invierno”, “Cuando te alejas”, “Por ti”, “Tienes miedo al amor”, “Todo ternura”, “Comienzas a ser mi lejan铆a”.
En ese mismo a帽o se gradu贸 de bachiller y se uni贸 a la agrupaci贸n Alianza de la Juventud Democr谩tica, orientada por el PGT. Desde all铆 impuls贸 el autogobierno estudiantil que logr贸 cierto reconocimiento durante la presidencia de 脕rbenz. Su encuadramiento militante se dio en la Juventud Patri贸tica del Trabajo (JPT), el brazo juvenil del PGT. Tras el derrocamiento del gobierno nacionalista volvieron los tiempos de confrontaci贸n y persecuci贸n. Otto cre铆a que para ser un verdadero revolucionario no alcanzaba con su compromiso individual, que deb铆a militar en un proyecto colectivo, de manera organizada. Pero el PGT, tras haber tenido unos pocos cuadros en el gobierno de 脕rbenz y como resultado del anticomunismo exacerbado de los golpistas, debi贸 reorganizarse en la clandestinidad.
Exilio
Muchos dirigentes e intelectuales se vieron forzados al exilio. Otto decidi贸 irse a El Salvador. Transit贸 el cambio de pa铆s con un cambio sutil de identidad: cuenta su hermana Hayd茅e que fue a partir de ese a帽o que comenz贸 a agregar a su firma Ren茅, en busca de un nombre “art铆stico” a la hora de firmar sus poemas.
En 1954 otro joven poeta, el salvadore帽o Roque Dalton, se encontraba de regreso en San Salvador tras un a帽o de estudios en Chile. Se conocieron en la Universidad. Roque contar谩 que Otto era “extrovertido, vital, de personalidad fuerte y simp谩tica. Su af谩n de vivir intensa y apasionadamente la vida le cobr贸 su precio. Sus camaradas j贸venes le aceptaron siempre, en su rica totalidad humana, necesariamente contradictoria con el medio”. Dalton escribi贸 sobre 茅l despu茅s de enterarse de su asesinato, por eso la intenci贸n de “salvarlo del riesgo, que puede propiciarle su muerte admirable, de pasar a la historia como un sant贸n, como uno de esos personajes planos a que nos tiene acostumbrados el apologismo p贸stumo”.
El v铆nculo entre ambos poetas fue tan intenso, fruct铆fero y determinante que dedicaremos una pr贸xima entrega a abordar de manera plena esa relaci贸n.
Durante esos a帽os en El Salvador, Castillo desarroll贸 su militancia en los medios intelectuales y los grupos de la resistencia que el PGT manten铆a en ese pa铆s. Algunos militares nacionalistas guatemaltecos exiliados se sumaron a los j贸venes universitarios y crearon un programa radial llamado Radioprensa, que lleg贸 a ser muy escuchado. “Fundaron una tradici贸n de prensa hablada que no exist铆a hasta entonces en El Salvador”, cuenta el escritor Manlio Argueta, quien comparti贸 aquellos tiempos de militancia y juventud. En ese programa de radio trabajaron Dalton y Castillo. Despu茅s Otto Ren茅 fue redactor en La Prensa Gr谩fica, en donde public贸 art铆culos cr铆ticos que le dieron notoriedad y provocaron su despido al poco tiempo. “Nos pusimos de moda, como quien dice, porque est谩bamos planteando un problema social y pol铆tico por primera vez en El Salvador. S贸lo Otto militaba en el PC. 脡l fue el que sac贸 a Roque de su educaci贸n jesuita”, completa Manlio. Adem谩s de los trabajos period铆sticos, Otto trabaj贸 en obras de construcci贸n como pintor, fue cuidador de autom贸viles y vendedor de libros.
Cuenta el coronel Carlos Paz Tejada, un militar alineado con el gobierno nacionalista de 脕rbenz que se encontraba en el exilio al igual que Otto, que fue el joven poeta quien primero lo busc贸 para planificar el regreso: “Me fue a decir que yo ten铆a que encabezar la lucha (…) entramos clandestinamente a Guatemala Otto Ren茅 Castillo y yo. Ven铆amos de tener reuniones conspirativas contra el gobierno dictatorial”. Hasta que la resistencia logr贸 imponerse, Otto cruz贸 la frontera entre Guatemala y El Salvador de manera clandestina en m谩s de una oportunidad.
A la vez, durante ese tiempo Castillo sigui贸 profundizando su vocaci贸n po茅tica. Fue una figura destacada del C铆rculo Literario Universitario que ayud贸 a fundar. En ese per铆odo ley贸 y difundi贸 a Miguel Hern谩ndez, C茅sar Vallejo y el turco Nazim Hikmet. Su propia poes铆a comenz贸 a tener otra densidad. A煤n influenciado por el estilo l铆rico nerudiano, comienza a madurar su propia identidad po茅tica, como puede verse en estos versos del poema “Exilio”:
T煤, mercader de mi pa铆s,
escucha:
¿Has o铆do caminar a la patria
m谩s all谩 de tu sangre?
¿Te has despertado alguna vez
llorando por su pulso sonoro?
¿Has o铆do, alg煤n d铆a de invierno,
sentado en un caf茅 de pa铆s lejano,
que platiquen los hombres de su lucha?
¿Has visto el exiliado moribundo,
tirado en un cuartucho sucio, acostado
sobre una cama construida de cajones,
preguntar por la vaga estatura
de sus hijos ausentes de su amor?
¿Has o铆do penar a la risa? ¿Has
llorado alguna vez sobre el vientre
alt铆simo de nuestra patria? ¿Has
o铆do que est煤pidamente te digan:
¡comunista!, porque eres diferente
al reba帽o que deifica al d茅spota?
Su consolidaci贸n po茅tica tiene otro punto de referencia: el poemario escrito a cuatro manos con su amigo Roque Dalton titulado Dos pu帽os por la tierra. Abordaremos la importancia que tuvo ese trabajo en el ambiente literario de la 茅poca en la pr贸xima nota de esta serie.
Por aquellos a帽os Otto y sus camaradas sol铆an frecuentar las tertulias celebradas en El Rancho del Artista, ubicado en las afueras de San Salvador. El lugar, una construcci贸n r煤stica con espacio para diversas actividades, se hab铆a convertido en uno de los centros m谩s importantes para las vanguardias art铆sticas y la bohemia. Estaba a cargo de la poetisa hondure帽a Clementina Su谩rez, quien daba lugar a exposiciones, lecturas de versos, conferencias y conciertos. Por entonces “surgieron los grandes amores ef铆meros y las tr谩gicas pasiones que repetir铆an hasta el cansancio ´Los versos del Capit谩n´”, contar谩 Dalton a帽os despu茅s. Sin embargo, una visi贸n menos rom谩ntica transmitir谩 Otto Ren茅 a sus compa帽eros guatemaltecos: “[las jornadas literarias] terminaban cuando la anfitriona (…) los echaba ‘barranca abajo’ de la casa”, les dir谩.
Roberto Cruz conoci贸 a Otto por aquellos a帽os; luego estuvieron juntos en Guatemala, en la Facultad de Derecho, donde fueron compa帽eros, y posteriormente en Alemania. “Cuando lo conoc铆 trabajaba en un radioperi贸dico y ya hab铆a ganado el Premio Centroamericano de Poes铆a de la Universidad de El Salvador. Otto era entonces un joven delgado, moreno, de mirada profunda, lleno de dinamismo y entusiasmo. La nostalgia por la patria no le hab铆a hecho perder la alegr铆a. M谩s que su 茅xito como poeta me impresion贸 su decisi贸n de impulsar con toda su pasi贸n el proceso revolucionario del pueblo de Guatemala”.
La poes铆a en Centroam茅rica, un arma de liberaci贸n
Durante la segunda mitad del siglo XX, en Centroam茅rica, la lucha revolucionaria y la poes铆a fueron de la mano. Persecuciones y matanzas cometidas contra comunidades enteras impiden abordar ese momento hist贸rico de forma liviana; sin embargo, aquellas apuestas por revolucionarlo todo —el poder, las relaciones de propiedad, el arte, la cultura—merecen ser reivindicadas, tambi茅n, desde la dimensi贸n po茅tica que acompa帽贸 cada intento insurgente. Aportaron a ello, en El Salvador, Roque Dalton, pero tambi茅n Roberto Armijo, Manlio Argueta o Claribel Alegr铆a, por mencionar algunas de las figuras destacadas de la Generaci贸n Comprometida. En Nicaragua, Ernesto Cardenal, Leonel Rugama o Gioconda Belli; En Guatemala, los ya por entonces famosos Miguel 脕ngel Asturias y Luis Cardoza y Arag贸n, adem谩s, por supuesto, de Otto Ren茅 Castillo.
En aquel contexto los poetas eran figuras socialmente reconocidas. “No exist铆an partidos pol铆ticos: el partido 煤nico era el de los militares. Por lo tanto, los poetas desempe帽aron una labor de cr铆tica social. En un pa铆s donde no hab铆a espacio para la divergencia pol铆tica, esto ocupaba la atenci贸n de los diarios, pero tambi茅n de la polic铆a”, explica el escritor salvadore帽o Luis Alvarenga. Se refiere a la d茅cada de 1950 en su pa铆s, pero refleja la situaci贸n de toda la regi贸n.
Alvarenga dice adem谩s que las vidas de Roque Dalton u Otto Ren茅 Castillo dan cuenta de otra funci贸n del poeta en Am茅rica Latina: “Se ha dicho que los pueblos de lengua espa帽ola tienen, a falta de una filosof铆a —seg煤n los c谩nones occidentales—, a la literatura como un modo de llegar a dar esa vista filos贸fica de la realidad”. La integraci贸n de poes铆a, historia, identidad nacional y sentido universal que expresan las obras de estas generaciones da cuenta de ese fen贸meno que excede lo meramente art铆stico o literario. Lo que en otras sociedades podr铆a haber sido motivo de prestigio, en la Centroam茅rica surcada por tama帽as injusticias fue motivo de persecuci贸n.
En aquellos a帽os de Guerra Fr铆a hab铆a un ensa帽amiento especial con quienes se convert铆an en voceros de las ideas cr铆ticas. Relata el poeta rumano-franc茅s Trist谩n Tzara en la presentaci贸n de un libro del turco Nazim Hikmet, quien hab铆a pasado 12 a帽os preso: “Est谩 de m谩s preguntarse de d贸nde proviene este encarnizamiento de los reaccionarios por querer suprimir a los poetas: ¿no es esta la mejor prueba de la eficacia de sus escritos, cuando, bajo la presi贸n de los acontecimientos, la poes铆a se vuelve un arma de liberaci贸n?”.
Ahora quiero caminar contigo
Casi cuatro a帽os despu茅s de haber iniciado su primer exilio, en diciembre de 1957, Otto Ren茅 regresa a Guatemala. Se hab铆an relajado las condiciones represivas, el nuevo gobierno hab铆a permitido que los exiliados volvieran al pa铆s. Con 23 a帽os, un pasado de activista y poemas publicados, ya era reconocido entre los c铆rculos pol铆ticos y literarios. En 1956 hab铆a ganado el Premio Autonom铆a patrocinado por la Asociaci贸n de Estudiantes Universitarios por su poema “Peque帽o canto a la patria” (recuperado en su versi贸n original en la edici贸n de Vamos patria a caminar del a帽o 2015, F&G Editores, Guatemala). En Budapest, Hungr铆a, donde hab铆a enviado algunos de sus trabajos por intermedio de los contactos del PGT, tambi茅n gan贸 en 1957 el Premio Internacional de Poes铆a.
Peque帽a patria m铆a, dulce tormenta,
un litoral de amor eleva mis pupilas
y la garganta se me llena de silvestre alegr铆a
cuando digo patria, obrero y golondrina;
es que tengo dos a帽os de amanecer agonizando
y acostarme cad谩ver sobre tu nombre inmenso,
flotante sobre todos los alientos libertarios,
Guatemala, diciendo patria m铆a, peque帽a campesina.
Durante 1958 y 1959 estudi贸 en la Facultad de Derecho de la Universidad de San Carlos de Guatemala, uno de los pocos 谩mbitos donde la dictadura no hab铆a podido aniquilar la resistencia. Se sum贸 a la revista Lanzas y Letras, un proyecto nacido en mayo de 1958 que cont贸 con el aval de la Asociaci贸n Estudiantil universitaria. La revista “muy pronto sobrepas贸 los l铆mites que sus fundadores se hab铆an planteado. Concebida originalmente como 贸rgano cultural estudiantil, sus p谩ginas fueron de inmediato invadidas por todas las voces del presente nacional y mundial. La labor de esta publicaci贸n fue important铆sima en esa etapa y trascendi贸 hasta los pa铆ses vecinos de Am茅rica Central”, seg煤n rememor贸 Roque Dalton a帽os despu茅s. Otto tom贸 esa tarea como parte de su compromiso militante. El Partido estaba en un proceso de reorganizaci贸n y tejer relaciones en distintos 谩mbitos resultaba fundamental.
Pero la militancia no le daba de comer. Comenz贸 a trabajar en una empresa de aparatos el茅ctricos, al tiempo que terminaba su tesis de grado titulada “El poeta ante los problemas de la humanidad. Responsabilidad de los poetas guatemaltecos”.
El documento incluye los cap铆tulos “La historia humana y la funci贸n de la poes铆a”, “El poeta como conducta moral”, “El poeta y su pueblo: un mismo coraz贸n”, “Regionalismo o universalidad: dos caminos frente al poeta” y, por 煤ltimo, “Responsabilidad de los poetas guatemaltecos”. La presentaci贸n de la tesis demarca el objetivo del trabajo: indagar sobre “la enorme importancia que tienen para todo poeta viviente los problemas que aquejan a la humanidad, es decir, al hombre de nuestro tiempo, quien, dicho sea de paso, se encuentra situado en uno de los momentos m谩s dram谩ticos de su existencia”. En esas p谩ginas se condensa la concepci贸n del mundo, del arte y de la militancia, que sostuvo con coherencia hasta el momento de su muerte.
El trabajo no se public贸 como libro, pero le sirvi贸 para ganar en 1958 otro premio, esta vez al mejor estudiante. Con ello tramit贸, por medio del Partido, una beca para continuar sus estudios de Letras en la Universidad Karl Marx de Leipzig, en la Rep煤blica Democr谩tica Alemana.
Todo se orienta a la canci贸n / en esta parte de Alemania
En 1959 lleg贸 a Leipzig, donde destin贸 los primeros meses a estudiar alem谩n. Apenas logr贸 manejarse con el idioma inici贸 sus estudios de literatura alemana (german铆stica) en la Universidad Karl Marx. Conoci贸 a B谩rbara Wenzig, con quien se cas贸 y tuvo dos hijos: Tec煤n y Patrice Sandino. Su amigo Roberto Cruz, que comparti贸 alg煤n tiempo con 茅l all谩, recuerda que “viv铆an con los padres de ella, gente muy trabajadora, culta y cari帽osa, que acogi贸 con gran hospitalidad a la media docena de guatemaltecos que estudi谩bamos en Alemania. La familia entera quer铆a y admiraba a Otto fuera de todo l铆mite”.
Mientras tanto, en Guatemala, el PGT segu铆a siendo perseguido. En mayo de 1960 debi贸 realizar su III Congreso de manera clandestina. El evento grafic贸 la realidad del partido en el que militaba Otto Ren茅: el 53% de los asistentes fueron obreros y campesinos; el 47% hab铆a pasado por la c谩rcel por motivos pol铆ticos y el 6% hab铆a sido torturado por comunista. El relevamiento, realizado por el dirigente sindical V铆ctor Manuel, mostraba una representaci贸n obrera loable para un partido de izquierda clandestino. Adem谩s de la Federaci贸n Sindical Fasgua, el PGT incid铆a en diversas ligas campesinas, el Frente Unido del Estudiantado Guatemalteco (Fuego) y la Asociaci贸n de Estudiantes Universitarios (AEU). En ese congreso el partido defini贸 la validez de “todas las formas de lucha”, resoluci贸n que comenz贸 a hacerse pr谩ctica en 1962.
Otto Ren茅 segu铆a los acontecimientos desde la lejana Alemania comunista. La distancia, sin embargo, no le imped铆a explorar v铆as de aproximaci贸n a la realidad y la lucha de su pa铆s. En enero de 1962 decidi贸 dejar los estudios e integrarse a la brigada de cineastas que dirig铆a el director holand茅s Joris Ivens, quien se propon铆a documentar las insurgencias latinoamericanas desde adentro. Para ello, el entrenamiento del grupo constaba de formaci贸n cinematogr谩fica pero tambi茅n militar. De hecho, cuando es detenido tres a帽os despu茅s, se aprestaba a subir a la monta帽a para hacer un reportaje cinematogr谩fico sobre sus camaradas en armas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, FAR.
Peque帽a Patria, dulce tormenta
Ya de regreso en su pa铆s, durante un breve per铆odo del a帽o 1964 dirigi贸 el Teatro de la Municipalidad de Guatemala. Dio clases de alem谩n, fue editor de un peri贸dico universitario, tradujo al espa帽ol la obra de Bertolt Brecht Los Fusiles de la Se帽ora Carrar y escribi贸 apuntes sobre el teatro 茅pico del dramaturgo alem谩n, que se convirti贸 en una nueva influencia en su poes铆a.
El 2 de marzo de 1965, fue detenido cuando estaba preparando la incursi贸n a la guerrilla para filmar un documental sobre las FAR. El tiempo que pas贸 preso lo dedic贸 a corregir varios originales de sus poes铆as, que ser铆an recogidas en el poemario V谩monos patria a caminar, reeditado p贸stumamente en M茅xico, en 1968, un a帽o despu茅s de su muerte, con un pr贸logo del l铆der guerrillero guatemalteco C茅sar Montes.
Sobre esa detenci贸n, cuenta su hermana Zoila: “La polic铆a judicial allan贸 nuestra casa una noche como a las nueve o nueve y media para hacer un cateo. En ese preciso momento lleg贸 Otto. En el dormitorio de Otto Ren茅 encontraron unas botas de Cob谩n y una caja de papeles sin importancia, pero se lo llevaron detenido a la c谩rcel. Otto Ren茅 estuvo preso 30 d铆as. La ley establec铆a que a los 30 d铆as el detenido debe ser consignado a los Tribunales. A Otto no pudieron levantarle cargos por lo que fue dejado en libertad. Sin embargo, la Judicial dispuso deportarlo a M茅xico cubriendo nosotros sus familiares los gastos del viaje. Otto Ren茅 sali贸 de la c谩rcel al avi贸n que lo condujo a M茅xico.”
Una vez en M茅xico logr贸 ser designado representante de la izquierda guatemalteca en el Comit茅 Organizador del Festival Mundial de la Juventud que estaba previsto se realizar铆a en Argelia. Aunque el festival no se concret贸 por el golpe de Estado que derroc贸 al l铆der independentista Ahmed Ben Bella en junio de 1965, la responsabilidad que ten铆a Otto le permiti贸 viajar. Estuvo en Argelia cuando fue el golpe y pas贸 por Austria, Hungr铆a y Chipre. Finalmente viaj贸 a Cuba, donde permaneci贸 alg煤n tiempo.
Su paso por La Habana fue fundamental. All铆 Otto se vio con Luis Turcios Lima, el experimentado militar rebelde guatemalteco con quien cuadr贸 su participaci贸n en la lucha armada de su pa铆s. Tambi茅n all铆 se encontr贸 con Nora Paiz, con quien regresar铆a a Guatemala y ser铆a su compa帽era en la guerrilla.
A ese 煤ltimo tramo de su vida dedicaremos la tercera parte de esta serie. “Vamos patria a caminar”, el poema por el que m谩s se lo conoci贸, fue el que sus verdugos le enrostraron a la hora torturarlo y asesinarlo:
Vamos patria a caminar, yo te acompa帽o,
yo bajar茅 los abismos que me digas,
yo beber茅 tus c谩lices amargos,
yo me quedar茅 ciego para que tengas ojos,
yo me quedar茅 sin voz para que t煤 cantes,
yo he de morir para que tu no mueras,
para que emerja un rostro flameando al horizonte
de cada flor que nazca de mis huesos.
Tiene que ser as铆, indiscutiblemente.
Ya me cans茅 de llevar tus l谩grimas conmigo
y ahora quiero caminar contigo, relampagueante,
acompa帽arte en tu jornada, porque soy un hombre
del pueblo, nacido en octubre para la faz del mundo.
Patria,
los generales acostumbran orinar tus muros
pero nosotros vamos a lavarte con roc铆o,
por ello pido que caminemos juntos, siempre
con los campesinos agrarios
con los obreros sindicales;
¡con el que tenga un coraz贸n para quererte!
Vamos patria a caminar, yo te acompa帽o,
naveguemos el siglo veinte sin negarlo,
yo te doy mi brazo impersonal, mi coraz贸n manzana,
mi frente que crece sobre la faz del trigo.
Alguien dar谩 la mano abismo del alba帽il a茅reo
y el pie cuadrado del arcilloso pe贸n,
el pecho mineral del hombre de las minas
y el grito final del ferroviario muerto,
alguien ser谩 la cordillera popular que se levante
para revisar la historia del hombre sin dolor
que llena de dolor la vida de los hombres.
Vamos patria a caminar, yo te acompa帽o.
*Pablo Solana. Editor en La Fogata Editorial (Colombia) e integrante del equipo de Revista Lanzas y Letras. Coautor del libro "2001. No me arrepiento de este amor. Historias y devenires de la rebeli贸n popular" (Ed. Chirimbote, 2021)