Multinacionales a la caza del litio latinoamericano
Sergio Ferrari, desde Berna, Suiza
El planeta consume el doble de la sal m茅dicamente recomendada. Miles de personas ya podr铆an estar condenadas a muerte por esta ingesti贸n excesiva. Un tema que excede la simple receta culinaria y confronta con la transici贸n clim谩tica 茅tica y justa.
En dosis correctas, la sal constituye un condimento nutriente esencial. En exceso, potencializa el riesgo de enfermedades card铆acas, accidentes cerebrovasculares (ACV) y muerte prematura.
El consumo medio mundial de sal es de 10,8 gramos al d铆a, cantidad que supera los 5 gramos aceptables (un poco menos que una cucharita de t茅). Es decir, un 200% mayor que lo que acepta una dieta equilibrada. Este exceso amenaza la vida de 7 millones de personas en los pr贸ximos siete a帽os. Tal es el n煤mero de aquellos que seguramente morir谩n debido a infartos de miocardio o ataques cerebrales.
Esta dram谩tica realidad, expuesta en un informe reciente de la Organizaci贸n Mundial de la Salud (OMS), conspira contra los compromisos asumidos por la comunidad internacional de reducir en un 30% el consumo de sodio hacia el a帽o 2025 (https://news.un.org/es/story/
La principal fuente de sodio es la sal de mesa (cloruro s贸dico), pero tambi茅n se encuentra en otras substancias utilizadas para condimentar alimentos.
La OMS se帽ala que las dietas malsanas son una de las causas principales de enfermedad y muerte en el mundo y advierte que cada d铆a aparecen m谩s pruebas de la estrecha correlaci贸n entre el consumo elevado de sodio y el aumento de riesgo de diversas afecciones, como el c谩ncer g谩strico, la obesidad, la osteoporosis y las enfermedades renales. La lenta toma de conciencia --y de decisiones concretas-- por parte de los gobiernos no se corresponde con la gravedad del problema. Conclusi贸n que nace de dicho informe, seg煤n el cual s贸lo el 5% de las naciones han establecido pol铆ticas obligatorias de protecci贸n de la salud, que incluye la reducci贸n del consumo de sodio. Casi tres de cuatro pa铆ses en el mundo carecen de indicadores completos para asegurar medidas de control. Hasta la actualidad, solo 9 cuentan con medidas apropiadas de regulaci贸n estatal. Entre ellos, cuatro latinoamericanos: Brasil, M茅xico, Chile y Uruguay. Los otro cinco son Espa帽a, Lituania, Malasia, la Rep煤blica Checa y Arabia Saud铆.
Apunten contra la sal
Seg煤n la OMS, un enfoque integral de la reducci贸n de sodio para la prevenci贸n de enfermedades no transmisibles debe incorporar dos pilares. Por una parte, la adopci贸n de medidas obligatorias y, por otra, pol铆ticas p煤blicas de adquisici贸n de alimentos con bajo contenido de sal para las cocinas y cantinas de las instituciones p煤blicas, como hospitales, escuelas, centros de trabajo estatales y residencias de ancianos. Tambi茅n propone ampliar todo ya se hace para educar a los consumidores, como colocar etiquetas bien visibles en los envases de alimentos. De esta manera, los consumidores podr谩n informarse adecuadamente y optar por los productos con menor contenido de sodio. Finalmente, sugiere la creaci贸n o ampliaci贸n de las campa帽as de comunicaci贸n que promuevan cambios en el comportamiento individual para la reducci贸n del consumo de sodio.
Por otra parte, y con el fin de aplicar una visi贸n pedag贸gica m谩s eficaz, recientemente la OMS ha dise帽ado un mapa mundial de puntaje con respecto al consumo de sodio (https://extranet.who.int/
La sal, una prioridad y monopolio nacional
Para asegurar ese consumo excesivo de la sal es imprescindible un aumento constante de su producci贸n y de la comercializaci贸n mundial.
Suiza, para铆so de las transnacionales y espacio abierto para una filosof铆a predominante que promueve la liberaci贸n de los mercados, jam谩s renunci贸 al monopolio de la comercializaci贸n de la sal, un sector que el Estado controla desde hace 450 a帽os. Un interesante an谩lisis de 2018 del cotidiano helv茅tico Le Temps comenta que se trata de “uno de los 煤ltimos monopolios p煤blicos de Suiza” y que “en la era del comercio globalizado, Suiza conserva una particularidad: el impuesto sobre la sal”.
Dicho art铆culo adem谩s subraya que, aunque el Gobierno suizo rechaz贸 la iniciativa popular para la soberan铆a alimentaria por considerarla proteccionista, de todos modos “ha mantenido uno de los 煤ltimos monopolios p煤blicos en Suiza: la sal”. El mismo se encuentra en manos de la sociedad an贸nima Salines Suisse SA, constituida en 2014 a partir de la fusi贸n de Salines du Rhin y Saline vaudoise de Bex. Sus accionistas son los 26 cantones suizos (provincias o Estados) y uno de sus vecinos, el Principado de Liechtenstein. Estos accionistas tienen derechos exclusivos para producir y comercializar la sal en el pa铆s en virtud de un acuerdo Inter-cantonal de 1973 (https://www.letemps.ch/
La sal no s贸lo se utiliza para el consumo en la mesa familiar, sino tambi茅n para descongelar caminos nevados en el invierno alpino (principal mercado), la industria y el sector farmac茅utico, de importancia estrat茅gica para la econom铆a del pa铆s. Salines Suisse reconoce en su sitio oficial que “la industria qu铆mica de Basilea pudo desarrollarse gracias a la f谩brica de sal del R铆o Rin” y sostiene que la mayor parte de la sal utilizada en el comercio y la industria se presenta en forma de 谩cidos y soluciones alcalinas, aunque muchos productos de uso cotidiano, como el jab贸n, tambi茅n contienen sal. Y agrega que “en Suiza, la industria transforma cada a帽o unas 100.000 toneladas en una amplia gama de productos”. Desde el vidrio –y los envases en general-- hasta el detergente para lavar la ropa, numerosos productos contienen sal (https://www.salz.ch/fr/sel-
Cuando sal rima con litio
Diecis茅is de los 18 salares m谩s extensos del mundo se ubican en Sudam茅rica. El mayor, el de Uyuni, en Bolivia, abarca m谩s de 10.000 km². Le siguen el de Atacama, en Chile, y el Coipasa (entre Chile y Bolivia). El Arizaro es el m谩s extenso de Argentina, con 1.600 km², junto con los de Hombre Muerto, Pipanaco y Antofalla, por citar los primeros de la lista de los sudamericanos. S贸lo el Salinas Etosha, en Namibia (segundo en extensi贸n a nivel mundial, con 4.800 km²) y el Salar de Bonneville, en Estados Unidos (con 260 km²), escapan a la supremac铆a regional cono-sure帽a.
Significativamente, los salares sudamericanos tambi茅n representan el 58% de las reservas mundiales de litio, mineral cada vez m谩s esencial para el desarrollo de numerosas tecnolog铆as “limpias” (ecol贸gicamente hablando), las cuales buscan sustituir parcialmente a los combustibles f贸siles. El litio juega un papel fundamental en la producci贸n de celulares, bater铆as, computadoras y autom贸viles el茅ctricos. La reserva sudamericana es m谩s del doble de la de China, hasta ahora la segunda en importancia, y 6 veces m谩s grande que la de Australia, tercera en la lista.
Un an谩lisis muy completo intitulado “La gobernanza del litio y el cobre en los pa铆ses andinos”, publicado en 2020 por la Comisi贸n Econ贸mica para Am茅rica Latina y el Caribe (CEPAL), pone el dedo en la llaga al analizar a fondo la trascendencia estrat茅gica del litio y los desaf铆os que les plantea a los pa铆ses sudamericanos en t茅rminos de su extracci贸n y comercializaci贸n. El estudio se帽ala que este mineral “est谩 provocando un aumento de la presi贸n extractiva en los pa铆ses andinos, en los que abundan el cobre y el litio, e impulsando la expansi贸n de la frontera extractiva, algo que tiene amplias consecuencias sociales, econ贸micas y ambientales en estos territorios”. En s铆ntesis, que esa industria minera, con el pretexto de reemplazar los combustibles f贸siles –y as铆 combatir el calentamiento global-- atenta contra los intereses locales y regionales de asegurar una transici贸n energ茅tica 茅tica y justa. (https://repositorio.cepal.
Descifrar el panorama de qui茅nes controlan la producci贸n del litio sudamericano permite descifrar los grandes intereses transnacionales que est谩n en juego teniendo en cuenta que, seg煤n la Agencia Internacional de Energ铆a, la demanda del mineral aumentar谩 42 veces de aqu铆 al a帽o 2040, particularmente para la fabricaci贸n de bater铆as de autos el茅ctricos.
A inicios del a帽o pasado, el Centro Estrat茅gico Latinoamericano de Geopol铆tica (CELAG), public贸 un informe (https://www.celag.org/
Seg煤n CELAG, Bolivia, Argentina, Chile, M茅xico y Per煤 controlan m谩s del 67 % de los recursos mundiales de litio. Los mismos est谩n concentrados principalmente en Bolivia (21 millones de toneladas (MdT), Argentina (18,3 MdT) y Chile (9,6 MdT).
En cuanto a las grandes empresas que lideran la producci贸n mundial del Litio, CELAG enumera las chinas Jiangxi Gangfeng Lithium y Tianqi Lithium (con acciones en SQM, con presencia en Chile y en M茅xico); las norteamericanas Albemarle (opera en Chile) y FMC Corporation, y la Sociedad Qu铆mica y Minera de Chile (SQM o Soquimich). El informe indica tambi茅n que la Tianqi est谩 ganando presencia y opera junto con la Albemarle la mina m谩s grande del mundo, la Greenbushes en Australia. A SQM, Gangfeng y Albermale se suman Jemse, Orocobre, Toyota Tsuyo y Livent en Argentina. En Brasil, Sigma, AMG, CBL, y en Bolivia, TBA-Boacheng y ASI Systema.
Am茅rica Latina: del plato de comida diario a nuevos desaf铆os geo-estrat茅gicos; del consumo y la producci贸n en vertiginoso aumento de la sal a la angurria desmedida de transnacionales y grupos pol铆ticos de poder por el control del litio en la reserva mundial m谩s importante de ese mineral. Sal y litio van de la mano, y los excesos de su consumo amenazan no s贸lo al ser humano (y su salud cotidiana), sino tambi茅n a la Tierra, su propia vida y su sobrevivencia.