OPINI脫N de Samuel Schmidt
Me llega el mensaje por Whatsapp en la ma帽ana: “Movimiento de m茅dicos militares en Palacio Nacional, le est谩n haciendo un cateterismo”.
Mi primera reacci贸n fue preguntar si en Palacio hay un quir贸fano porque el cateterismo es un procedimiento complicado, la segunda fue buscar la ma帽anera para ver si se hab铆a cancelado. La recuperaci贸n del cateterismo puede tomar hasta una semana. Esa ma帽ana AMLO sostuvo su ma帽anera.
Le reclam茅 al ex guerrillero el que circulara una versi贸n falsa que se conformaba como una provocaci贸n, se escud贸 tras el supuesto comunicado de un grupo de periodistas democr谩ticos, que luego se convirti贸 en algunos morenistas, y termin贸 rematando con sus deseos de que llegue el fin del tirano o alg煤n sin贸nimo.
Le indique que com铆a de la mano de la ultraderecha, a lo que respondi贸 que siempre ha sido congruente, se alegr贸 con la muerte de Huerta, Stalin, Hitler y se alegrar铆a con el fin de Netaniahu y L贸pez Obrador. Muy peculiar su lista de villanos, interesante que excluy贸 a la larga lista de dictadores africanos, por ejemplo a Idi Amin de Uganda, o a Teodoro Obiang en Guinea Ecuatorial que lleva m谩s de 40 a帽os de dictadura cleptocrata, ya no digamos que no desea el fin de Kim Jong-Un de Corea del Norte que provoca cotidianamente a Jap贸n y el mundo occidental. Me imagino que incluy贸 a Netaniahu porque soy jud铆o, habr谩 cre铆do que me ofender铆a su deseo necrof铆lico, o tal vez porque en el coraz贸n de 茅stos izquierdistas siempre hay algo de judeofobia. He criticado a Netaniahu desde hace mucho tiempo, me gustar铆a verlo en la c谩rcel por corrupto, lo que no excluye que es infame alinearlo junto a Stalin y Hitler, dos grandes judeofobos.
Alg煤n tiempo cre铆 que deb铆amos tener un amigo ex guerrillero, reconociendo su lucha pero me retracto, muchos de ellos comparten prejuicios y odios.
Estando en la casa del primer aeropirata mexicano, la madre de 茅ste se doli贸 porque Hitler no hubiera terminado la tarea, y no hubo ninguna voz de esos revolucionarios que la corrigiera o amonestara.
La mentira y el enga帽o en pol铆tica es un recurso muy utilizado, desde el Caballo de Troya, el reclamo de Julio C茅sar al haber sido asesinado, la campa帽a del peligro para M茅xico sostenida desde 2006, o los presidentes que colaboraban y estaban en la n贸mina de la CIA. Las mentiras que llevaron a los alemanes al holocausto y uno de los genocidios m谩s horripilantes de la historia, sin dejar de lado las muchas mentiras de Donald Trump que removieron los diques que frenaban a los supremacistas blancos y neo nazis en Estados Unidos.
Los gobiernos con frecuencia mienten para ocultar los resultados de sus malas pol铆ticas o el efecto de la demagogia. Fue legendaria la manipulaci贸n estad铆stica realizada por Carlos Salinas para que sus amigos economistas ayudar谩n a disfrazar la tasa de crecimiento.
M谩s legendaria fue la mentira de George Bush sobre las armas de destrucci贸n masiva en manos de Saddam Hussein, mentira usada para destruir a Irak para quedarse con su petr贸leo. Tal vez no deba sorprendernos que varios pa铆ses hayan aceptado la gran mentira para enriquecerse con los negocios de la reconstrucci贸n y cambiar el equilibrio de fuerzas en el mundo.
El gran debate sobre la invasi贸n rusa a Ucrania consiste en conocer qui茅n le minti贸 a qui茅n, o reconocer que todos han mentido para tratar de configurar el control del mundo en el siglo XXI. Hay pol铆ticos que parecen no entender que la sociedad sigue abrumada por la sangre derramada en el siglo XX pero usan su poder para alimentar con carne de ca帽贸n sus apetitos de grandeza.
La mentira en manos de aquellos que se dicen revolucionarios y que supuestamente est谩n del lado de las causas llamadas de izquierda, adquiere una connotaci贸n distinta por su pretendido impacto pol铆tico, posiblemente han ca铆do en lo que Lenin denomin贸 como La enfermedad infantil del ‘izquierdismo’ en el comunismo que se帽alaba entre otras cosas que han perdido de vista quienes son los verdaderos enemigos, o como se帽alaba Mao en sus an谩lisis sobre las clases sociales en China, quienes son los amigos de la revoluci贸n.
Diseminar la mentira y el lenguaje de la derecha para tratar de debilitar al presidente y tratar de reducir las posibilidades de continuaci贸n del cambio, juega de la mano con el conservadurismo y los intereses olig谩rquicos.
Los guerrilleros buscaban y buscan el poder; perdieron de vista que fracas贸 la primera opci贸n del uso de la violencia, ahora contin煤an con otra violencia pero contra el enemigo equivocado.
Los pol铆ticos usan la demagogia o sea el recurso de prometer algo que saben que no podr谩n cumplir, esto para los ortodoxos puede considerarse como una mentira, y sin duda genera desconfianza social.
La gran amenaza para la democracia es la mentira.