Estado de la Poblaci贸n Mundial 2023: Todav铆a hoy d铆a demasiadas personas siguen sin poder lograr sus objetivos reproductivos. Los cuerpos de las mujeres no deben estar sujetos a decisiones tomadas por gobiernos o personas ajenas. La planificaci贸n familiar no debe ser una herramienta para alcanzar objetivos demogr谩ficos, sino para empoderar a las personas
NACIONES UNIDAS, Nueva York - El 15 de noviembre de 2022, la poblaci贸n mundial alcanz贸 la hist贸rica cifra de 8 mil millones de personas. Pero, ¿qu茅 significa este sorprendente dato? ¿Cu谩les son las consecuencias en las vidas, los derechos, la salud y la futura descendencia de todas estas personas?
En lugar de celebrar un hito en el desarrollo mundial, los medios de comunicaci贸n han mostrado, de manera abrumadora, su preocupaci贸n: no cabe un alfiler, la migraci贸n est谩 fuera de control, no hay nadie para cuidar de todas las personas mayores, las mujeres necesitan reproducirse m谩s (o menos). Mientras circula una ret贸rica alarmista y los gobiernos tratan cada vez m谩s de influir en las tasas de fecundidad, en nuestro 煤ltimo informe sobre el Estado de la Poblaci贸n Mundial nos preguntamos: ¿qu茅 hay de verdad?, ¿qu茅 hay de mito? y ¿cu谩l es el futuro m谩s all谩 de las cifras?
Mito 1: Nacen demasiadas personas
Cada vez hay m谩s cat谩strofes clim谩ticas, conflictos interminables por los recursos, m谩s hambre, pandemias, devastaci贸n econ贸mica... las causas de estas crisis son m煤ltiples y se superponen. Para muchas personas, lo normal es apuntar a las tasas de fecundidad como la causa de estos males: la poblaci贸n mundial es demasiado alta, no hay suficientes recursos, etc.
Pero lo cierto es que alcanzar los 8 mil millones de personas es se帽al de progreso humano. Significa que m谩s reci茅n nacidos sobreviven, que m谩s ni帽os y ni帽as acuden a la escuela, reciben atenci贸n sanitaria y alcanzan la edad adulta. Las personas viven hoy casi 10 a帽os m谩s que en 1990. Los cambios en las tasas de fecundidad apenas influir谩n en la actual trayectoria de crecimiento de nuestra poblaci贸n (durante los pr贸ximos 25 a帽os, dos tercios del crecimiento demogr谩fico estar谩n impulsados por el crecimiento de a帽os anteriores). De hecho, si nos fijamos en la tasa de crecimiento demogr谩fico, se est谩 ralentizando significativamente, lo que nos conduce al siguiente mito.
Muchos pa铆ses han experimentado un descenso de sus tasas de poblaci贸n desde la d茅cada de 1970, pero a煤n as铆 han crecido debido a la migraci贸n. Y todas las poblaciones est谩n envejeciendo, como consecuencia del celebrado aumento de la longevidad.
© UNFPA/ARTificial Mind/Cecilie Waagner Falkenstr酶m
Mito 2: No nacen suficientes personas
Desde la d茅cada de 1950, el promedio de hijos que las mujeres tienen en todo el mundo se ha reducido en m谩s de la mitad: de 5 a 2,3. Dos tercios de la poblaci贸n mundial viven en lugares con tasas de fecundidad por debajo del nivel de reemplazo. ¿Es esto una se帽al de alarma de la extinci贸n de la poblaci贸n mundial, de que a medida que la poblaci贸n envejezca, las personas mayores agotar谩n todos los recursos de servicios sociales y las naciones menguar谩n y desaparecer谩n?
No. Es una se帽al de que los individuos cada vez ejercen m谩s control sobre su propia vida reproductiva. El descenso de la fecundidad no tiene por qu茅 traducirse en una reducci贸n global de la poblaci贸n. Muchos pa铆ses han experimentado un descenso de sus tasas de poblaci贸n desde la d茅cada de 1970, pero a煤n as铆 han crecido debido a la migraci贸n. Y todas las poblaciones est谩n envejeciendo, como consecuencia del celebrado aumento de la longevidad.
Mito 3: Son cuestiones demogr谩ficas, no de g茅nero
La demograf铆a trata sobre personas, y las personas nacen actualmente en un mundo con una desigualdad de g茅nero profundamente arraigada. La reproducci贸n humana deber铆a ser una elecci贸n, pero los 煤ltimos datos nos muestran que, lamentablemente, muchas veces esto no se cumple. Alrededor del 44 por ciento de las mujeres y ni帽as con pareja no tienen libertad para ejercer su autonom铆a corporal, lo que significa que no pueden decidir libremente sobre su atenci贸n sanitaria, m茅todos anticonceptivos y si desean o no mantener relaciones sexuales. Casi la mitad de todos los embarazos son no intencionales. Cada a帽o, medio mill贸n de partos son de ni帽as de entre 10 y 14 a帽os. 脷nicamente entre un cuarto y un tercio de las mujeres de las regiones de ingresos bajos y medianos tiene el n煤mero de hijos que hab铆an planeado, al ritmo que hab铆an planeado (si es que hab铆an planeado tener descendencia).
Sin embargo, cuando afrontamos cambios o preocupaciones demogr谩ficas, a menudo vemos que el discurso y los responsables pol铆ticos recurren a las tasas de fecundidad como si fuesen la mejor soluci贸n. ¿Con qu茅 frecuencia las personas que proponen estas soluciones tienen en cuenta los deseos de fecundidad de las mujeres y las ni帽as? No lo suficiente.
Mito 4: La tasa global de fecundidad ideal es de 2,1 hijos por mujer
Se suele afirmar que 2,1 hijos por mujer es la fecundidad a nivel de reemplazo, es decir, la tasa media necesaria para reemplazar una poblaci贸n a lo largo del tiempo. En general, esto es cierto. Pero es un error tomar la cifra de 2,1 como regla de oro y objetivo en muchas pol铆ticas de fecundidad. En primer lugar, 2,1 es la tasa media de reemplazo en pa铆ses con una mortalidad muy baja de menores de cinco a帽os y una proporci贸n natural de sexos al nacer, no en pa铆ses con una mortalidad m谩s alta o una proporci贸n de sexos sesgada. Tampoco tiene en cuenta los cambios en la edad de las mujeres en el momento del parto ni el impacto de la migraci贸n. En resumen, es un objetivo err贸neo e inalcanzable. No hay ninguna raz贸n para creer que una tasa de fecundidad de 2,1 conducir谩 a niveles de bienestar y prosperidad 贸ptimos.
Mito 5: Es irresponsable tener hijos en un mundo de cat谩strofes clim谩ticas
Este razonamiento insin煤a que las mujeres de los pa铆ses con altas tasas de fecundidad son responsables de la crisis clim谩tica. La realidad es que son las que menos han contribuido al calentamiento global y las que m谩s sufrir谩n sus efectos. El 10 por ciento m谩s rico de la humanidad es responsable de la mitad de todas las emisiones de gases de efecto invernadero. Y suelen vivir en pa铆ses con tasas de fecundidad m谩s bajas, donde existen pol铆ticas destinadas a fomentar la fecundidad o no existen pol铆ticas al respecto.
¿Qu茅 podemos inferir de estos datos? Que reducir las tasas de fecundidad no solucionar谩 la crisis clim谩tica: para ello, son necesarios niveles sostenibles de consumo. Hay que reducir las desigualdades e invertir en fuentes de energ铆a m谩s limpias.
Mito 6: Hay que estabilizar las tasas de poblaci贸n
Esta creencia parte del supuesto de que determinadas tasas de poblaci贸n son buenas o malas. Sin embargo, no existe un n煤mero perfecto de personas, ni debemos imponer el n煤mero de hijos para cada mujer. La historia ha demostrado que este tipo de pensamientos puede producir da帽os como la eugenesia y el genocidio.
Hoy en d铆a, la comunidad internacional rechaza categ贸ricamente los intentos de control demogr谩ficos, pero sigue existiendo un gran inter茅s por influir en las tasas de fecundidad. Las Naciones Unidas han estudiado la postura de los gobiernos hacia el cambio demogr谩fico en la 煤ltima d茅cada. Una conclusi贸n destacable de nuestro informe es un marcado repunte del n煤mero de pa铆ses que adoptan pol铆ticas con la intenci贸n de aumentar, reducir o mantener las tasas de fecundidad de sus ciudadanos. No se trata necesariamente de pol铆ticas coercitivas —pueden ser positivas, por ejemplo la mejora del acceso a los servicios sanitarios—, pero en general se observa que los intentos por influir en la fecundidad se correlacionan con peores resultados en las medidas de democracia e 铆ndices de libertad humana.
La conclusi贸n es que todas las personas tienen el derecho humano fundamental a elegir, libre y responsablemente, el n煤mero de hijos que desean tener y cu谩ndo desean tenerlos. Nadie —ni pol铆ticos, ni expertos, ni legisladores— puede privarles de este derecho.
Mito 7: Tenemos que centrarnos en las tasas de fecundidad porque no existe informaci贸n sobre los deseos de las mujeres
Las preocupaciones demogr谩ficas se plantean una y otra vez en torno a las tasas de fecundidad o de natalidad, pero ¿alguien se preocupa por qu茅 desean las personas para su propia vida reproductiva? Los expertos suelen temer que los datos sobre intenci贸n de fecundidad sean poco fiables. De hecho, los deseos de fecundidad de una mujer pueden variar con el tiempo, dependiendo de sus circunstancias. Por supuesto, las personas pueden ser ambivalentes en cuestiones como el tama帽o de la familia. Pero no tener en cuenta lo que las mujeres —y otros grupos marginados— necesitan y desean deja la puerta abierta a que se produzcan perjuicios y violaciones de derechos.
Los llamados a aumentar o disminuir las tasas de fecundidad se perciben a menudo como intentos por controlar la fecundidad de las mujeres, y no como garant铆as para que las propias mujeres y ni帽as decidan libremente.
Para las personas m谩s marginadas, afirmar que las «tasas de fecundidad son demasiado altas» o «demasiado bajas» deja de lado la capacidad de decisi贸n de las mismas personas de cuya fecundidad estamos hablando. Debemos salvar estas distancias situando los derechos y las libertades en el centro de todas las conversaciones sobre tasas de fecundidad.
Mito 8: Los derechos y las libertades son estupendos en teor铆a, pero inalcanzables en la realidad
No apoyar los derechos reproductivos siempre tiene un costo, y este costo es asumido, de forma desproporcionada, por las mujeres y las personas m谩s marginadas. Debemos esforzarnos en ofrecer una gama completa de servicios de salud reproductiva —desde m茅todos anticonceptivos hasta partos seguros, pasando por la atenci贸n a la infertilidad— en todas las situaciones. Estas actuaciones pueden favorecer que las personas y las sociedades prosperen.
En definitiva, ¿estamos hablando realmente de cifras?
¿Demasiadas personas? ¿Demasiado pocas? ¿Cu谩l es la cifra adecuada? Nos estamos haciendo las preguntas equivocadas. Lo que deber铆amos preguntarnos es si las personas, especialmente las mujeres, pueden tomar libremente sus propias decisiones reproductivas. La respuesta, en demasiadas ocasiones, es negativa.
Como dijo la Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA: «La reproducci贸n humana no es ni el problema ni la soluci贸n. Cuando situamos la igualdad de g茅nero y los derechos en el centro de nuestras pol铆ticas demogr谩ficas, somos m谩s fuertes, m谩s resilientes y m谩s capaces de lidiar con los retos derivados de la r谩pida evoluci贸n de las poblaciones».
El informe del Estado de la Poblaci贸n Mundial 2023 muestra que todav铆a hoy d铆a demasiadas personas siguen sin poder lograr sus objetivos reproductivos. Los cuerpos de las mujeres no deben estar sujetos a decisiones tomadas por gobiernos o personas ajenas. La planificaci贸n familiar no debe ser una herramienta para alcanzar objetivos demogr谩ficos, sino para empoderar a las personas.
© UNFPA/ARTificial Mind/Cecilie Waagner Falkenstr酶m
NACIONES UNIDAS, Nueva York - El 15 de noviembre de 2022, la poblaci贸n mundial alcanz贸 la hist贸rica cifra de 8 mil millones de personas. Pero, ¿qu茅 significa este sorprendente dato? ¿Cu谩les son las consecuencias en las vidas, los derechos, la salud y la futura descendencia de todas estas personas?
En lugar de celebrar un hito en el desarrollo mundial, los medios de comunicaci贸n han mostrado, de manera abrumadora, su preocupaci贸n: no cabe un alfiler, la migraci贸n est谩 fuera de control, no hay nadie para cuidar de todas las personas mayores, las mujeres necesitan reproducirse m谩s (o menos). Mientras circula una ret贸rica alarmista y los gobiernos tratan cada vez m谩s de influir en las tasas de fecundidad, en nuestro 煤ltimo informe sobre el Estado de la Poblaci贸n Mundial nos preguntamos: ¿qu茅 hay de verdad?, ¿qu茅 hay de mito? y ¿cu谩l es el futuro m谩s all谩 de las cifras?
Mito 1: Nacen demasiadas personas
Cada vez hay m谩s cat谩strofes clim谩ticas, conflictos interminables por los recursos, m谩s hambre, pandemias, devastaci贸n econ贸mica... las causas de estas crisis son m煤ltiples y se superponen. Para muchas personas, lo normal es apuntar a las tasas de fecundidad como la causa de estos males: la poblaci贸n mundial es demasiado alta, no hay suficientes recursos, etc.
Pero lo cierto es que alcanzar los 8 mil millones de personas es se帽al de progreso humano. Significa que m谩s reci茅n nacidos sobreviven, que m谩s ni帽os y ni帽as acuden a la escuela, reciben atenci贸n sanitaria y alcanzan la edad adulta. Las personas viven hoy casi 10 a帽os m谩s que en 1990. Los cambios en las tasas de fecundidad apenas influir谩n en la actual trayectoria de crecimiento de nuestra poblaci贸n (durante los pr贸ximos 25 a帽os, dos tercios del crecimiento demogr谩fico estar谩n impulsados por el crecimiento de a帽os anteriores). De hecho, si nos fijamos en la tasa de crecimiento demogr谩fico, se est谩 ralentizando significativamente, lo que nos conduce al siguiente mito.

© UNFPA/ARTificial Mind/Cecilie Waagner Falkenstr酶m
Mito 2: No nacen suficientes personas
Desde la d茅cada de 1950, el promedio de hijos que las mujeres tienen en todo el mundo se ha reducido en m谩s de la mitad: de 5 a 2,3. Dos tercios de la poblaci贸n mundial viven en lugares con tasas de fecundidad por debajo del nivel de reemplazo. ¿Es esto una se帽al de alarma de la extinci贸n de la poblaci贸n mundial, de que a medida que la poblaci贸n envejezca, las personas mayores agotar谩n todos los recursos de servicios sociales y las naciones menguar谩n y desaparecer谩n?
No. Es una se帽al de que los individuos cada vez ejercen m谩s control sobre su propia vida reproductiva. El descenso de la fecundidad no tiene por qu茅 traducirse en una reducci贸n global de la poblaci贸n. Muchos pa铆ses han experimentado un descenso de sus tasas de poblaci贸n desde la d茅cada de 1970, pero a煤n as铆 han crecido debido a la migraci贸n. Y todas las poblaciones est谩n envejeciendo, como consecuencia del celebrado aumento de la longevidad.
Mito 3: Son cuestiones demogr谩ficas, no de g茅nero
La demograf铆a trata sobre personas, y las personas nacen actualmente en un mundo con una desigualdad de g茅nero profundamente arraigada. La reproducci贸n humana deber铆a ser una elecci贸n, pero los 煤ltimos datos nos muestran que, lamentablemente, muchas veces esto no se cumple. Alrededor del 44 por ciento de las mujeres y ni帽as con pareja no tienen libertad para ejercer su autonom铆a corporal, lo que significa que no pueden decidir libremente sobre su atenci贸n sanitaria, m茅todos anticonceptivos y si desean o no mantener relaciones sexuales. Casi la mitad de todos los embarazos son no intencionales. Cada a帽o, medio mill贸n de partos son de ni帽as de entre 10 y 14 a帽os. 脷nicamente entre un cuarto y un tercio de las mujeres de las regiones de ingresos bajos y medianos tiene el n煤mero de hijos que hab铆an planeado, al ritmo que hab铆an planeado (si es que hab铆an planeado tener descendencia).
Sin embargo, cuando afrontamos cambios o preocupaciones demogr谩ficas, a menudo vemos que el discurso y los responsables pol铆ticos recurren a las tasas de fecundidad como si fuesen la mejor soluci贸n. ¿Con qu茅 frecuencia las personas que proponen estas soluciones tienen en cuenta los deseos de fecundidad de las mujeres y las ni帽as? No lo suficiente.
Mito 4: La tasa global de fecundidad ideal es de 2,1 hijos por mujer
Se suele afirmar que 2,1 hijos por mujer es la fecundidad a nivel de reemplazo, es decir, la tasa media necesaria para reemplazar una poblaci贸n a lo largo del tiempo. En general, esto es cierto. Pero es un error tomar la cifra de 2,1 como regla de oro y objetivo en muchas pol铆ticas de fecundidad. En primer lugar, 2,1 es la tasa media de reemplazo en pa铆ses con una mortalidad muy baja de menores de cinco a帽os y una proporci贸n natural de sexos al nacer, no en pa铆ses con una mortalidad m谩s alta o una proporci贸n de sexos sesgada. Tampoco tiene en cuenta los cambios en la edad de las mujeres en el momento del parto ni el impacto de la migraci贸n. En resumen, es un objetivo err贸neo e inalcanzable. No hay ninguna raz贸n para creer que una tasa de fecundidad de 2,1 conducir谩 a niveles de bienestar y prosperidad 贸ptimos.
Mito 5: Es irresponsable tener hijos en un mundo de cat谩strofes clim谩ticas
Este razonamiento insin煤a que las mujeres de los pa铆ses con altas tasas de fecundidad son responsables de la crisis clim谩tica. La realidad es que son las que menos han contribuido al calentamiento global y las que m谩s sufrir谩n sus efectos. El 10 por ciento m谩s rico de la humanidad es responsable de la mitad de todas las emisiones de gases de efecto invernadero. Y suelen vivir en pa铆ses con tasas de fecundidad m谩s bajas, donde existen pol铆ticas destinadas a fomentar la fecundidad o no existen pol铆ticas al respecto.
¿Qu茅 podemos inferir de estos datos? Que reducir las tasas de fecundidad no solucionar谩 la crisis clim谩tica: para ello, son necesarios niveles sostenibles de consumo. Hay que reducir las desigualdades e invertir en fuentes de energ铆a m谩s limpias.
Mito 6: Hay que estabilizar las tasas de poblaci贸n
Esta creencia parte del supuesto de que determinadas tasas de poblaci贸n son buenas o malas. Sin embargo, no existe un n煤mero perfecto de personas, ni debemos imponer el n煤mero de hijos para cada mujer. La historia ha demostrado que este tipo de pensamientos puede producir da帽os como la eugenesia y el genocidio.
Hoy en d铆a, la comunidad internacional rechaza categ贸ricamente los intentos de control demogr谩ficos, pero sigue existiendo un gran inter茅s por influir en las tasas de fecundidad. Las Naciones Unidas han estudiado la postura de los gobiernos hacia el cambio demogr谩fico en la 煤ltima d茅cada. Una conclusi贸n destacable de nuestro informe es un marcado repunte del n煤mero de pa铆ses que adoptan pol铆ticas con la intenci贸n de aumentar, reducir o mantener las tasas de fecundidad de sus ciudadanos. No se trata necesariamente de pol铆ticas coercitivas —pueden ser positivas, por ejemplo la mejora del acceso a los servicios sanitarios—, pero en general se observa que los intentos por influir en la fecundidad se correlacionan con peores resultados en las medidas de democracia e 铆ndices de libertad humana.
La conclusi贸n es que todas las personas tienen el derecho humano fundamental a elegir, libre y responsablemente, el n煤mero de hijos que desean tener y cu谩ndo desean tenerlos. Nadie —ni pol铆ticos, ni expertos, ni legisladores— puede privarles de este derecho.
Mito 7: Tenemos que centrarnos en las tasas de fecundidad porque no existe informaci贸n sobre los deseos de las mujeres
Las preocupaciones demogr谩ficas se plantean una y otra vez en torno a las tasas de fecundidad o de natalidad, pero ¿alguien se preocupa por qu茅 desean las personas para su propia vida reproductiva? Los expertos suelen temer que los datos sobre intenci贸n de fecundidad sean poco fiables. De hecho, los deseos de fecundidad de una mujer pueden variar con el tiempo, dependiendo de sus circunstancias. Por supuesto, las personas pueden ser ambivalentes en cuestiones como el tama帽o de la familia. Pero no tener en cuenta lo que las mujeres —y otros grupos marginados— necesitan y desean deja la puerta abierta a que se produzcan perjuicios y violaciones de derechos.
Los llamados a aumentar o disminuir las tasas de fecundidad se perciben a menudo como intentos por controlar la fecundidad de las mujeres, y no como garant铆as para que las propias mujeres y ni帽as decidan libremente.
Para las personas m谩s marginadas, afirmar que las «tasas de fecundidad son demasiado altas» o «demasiado bajas» deja de lado la capacidad de decisi贸n de las mismas personas de cuya fecundidad estamos hablando. Debemos salvar estas distancias situando los derechos y las libertades en el centro de todas las conversaciones sobre tasas de fecundidad.
Mito 8: Los derechos y las libertades son estupendos en teor铆a, pero inalcanzables en la realidad
No apoyar los derechos reproductivos siempre tiene un costo, y este costo es asumido, de forma desproporcionada, por las mujeres y las personas m谩s marginadas. Debemos esforzarnos en ofrecer una gama completa de servicios de salud reproductiva —desde m茅todos anticonceptivos hasta partos seguros, pasando por la atenci贸n a la infertilidad— en todas las situaciones. Estas actuaciones pueden favorecer que las personas y las sociedades prosperen.
En definitiva, ¿estamos hablando realmente de cifras?
¿Demasiadas personas? ¿Demasiado pocas? ¿Cu谩l es la cifra adecuada? Nos estamos haciendo las preguntas equivocadas. Lo que deber铆amos preguntarnos es si las personas, especialmente las mujeres, pueden tomar libremente sus propias decisiones reproductivas. La respuesta, en demasiadas ocasiones, es negativa.
Como dijo la Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA: «La reproducci贸n humana no es ni el problema ni la soluci贸n. Cuando situamos la igualdad de g茅nero y los derechos en el centro de nuestras pol铆ticas demogr谩ficas, somos m谩s fuertes, m谩s resilientes y m谩s capaces de lidiar con los retos derivados de la r谩pida evoluci贸n de las poblaciones».
El informe del Estado de la Poblaci贸n Mundial 2023 muestra que todav铆a hoy d铆a demasiadas personas siguen sin poder lograr sus objetivos reproductivos. Los cuerpos de las mujeres no deben estar sujetos a decisiones tomadas por gobiernos o personas ajenas. La planificaci贸n familiar no debe ser una herramienta para alcanzar objetivos demogr谩ficos, sino para empoderar a las personas.