CONVOCATORIA del Comité Gallego del PCE (m-l)
por el 92 Aniversario de la proclamación de la Segunda República
El 14 de abril de 1931 fue derrocada la monarquía borbónica, expresión del poder político, económico y social de la oligarquía española ultrarreaccionaria.
La República proclamada fue un avance innegable que apoyó a la gran mayoría de los trabajadores y del pueblo de España, a pesar de que todavía no representaba su poder y estaba lejos de desarrollar los profundos cambios revolucionarios que se exigían. Pero el camino estaba abierto.
La revolución obrera de 1934 significó un avance cualitativo para que los intereses del movimiento obrero pesaran cada vez más. La creación y programa del Frente Popular significó finalmente un paso importante para que la República comenzara a realizar los cambios necesarios a favor del pueblo trabajador,
que con su fuerza organizada y su lucha constante, fue la garantía de ese proceso imparable. Por eso la oligarquía, con el apoyo de la Alemania nazi y la Italia fascista, pero también del imperialismo británico y estadounidense,
organizaron el golpe de Estado criminal y la guerra y el terror contra el Pueblo que defendía su República y un futuro de libertad y justicia, sin represión ni explotación.
Todas las fuerzas democráticas apoyaron al Frente Popular ya la nueva República que nacía, al igual que el Partido Gallego, con Bóveda y Castelao a la cabeza.
Explicó que se trataba de conquistar "una República basada en las diversas realidades de las nacionalidades de los pueblos de España, y en la que tengan pleno reconocimiento de sus derechos nacionales y plena igualdad, en un marco federal".
Pero Castelao dijo más: "La lucha contra el fascismo y la guerra requiere la más profunda unidad en la lucha y los objetivos de todos los pueblos. La libertad nacional sólo puede conquistarse después de la destrucción de los estados imperialistas y del propio capitalismo".
Asumió así las enseñanzas de la ideología proletaria y su aplicación práctica en la URSS de entonces.
A pesar de todas las luchas y sacrificios del pasado y del presente, hoy seguimos soportando una monarquía heredada del franquismo e impuesta por el chantaje, la represión, el engaño y la traición. Con este régimen corrupto y explotador la oligarquía,
que tuvo que aceptar algunos cambios, se asegura de que su poder económico y sus privilegios permanezcan intocables. Como ayer, la liquidación de ese poder y la conquista de la República al servicio del Pueblo es la cuestión fundamental a resolver si realmente queremos el pleno ejercicio de los derechos políticos, sociales y laborales democráticos;
y acabar con el abuso y la explotación a los que somos sometidos como trabajadores. Para que sea una realidad es necesaria la más amplia unidad popular, lo que exige la coherencia de todas las fuerzas que se proclaman de izquierda, que de ninguna manera pueden apoyar a la monarquía. Avancemos por ese camino.
¡Contra la explotación imperialista y la guerra!
¡Por la República Popular y Federativa!
¡Por el Socialismo!