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África sin fronteras: La libre circulación en África es un paso hacia la descolonización completa

La descolonización rápida es un requisito previo para la emancipación africana y la libre circulación es un gran paso en esa dirección.



Por Hardi Yakubu*

Del 29 al 31 de agosto de 2022, Africans Rising celebró la All-African Movement Assembly (AAMA), una reunión híbrida de más de 600 líderes de movimientos, activistas, panafricanistas y agentes de cambio. Yo dirigía la coordinación y organización de todo el evento bajo la supervisión de los entonces co-coordinadores del movimiento, Mohammed Lamin Saidykhan y Coumba Toure. Como parte de mis tareas previas al acto principal, tuve que ocuparme de los visados de entrada en Tanzania, donde se iba a celebrar la Asamblea. Una experiencia de esta función resultó ser para mí uno de los momentos más destacados del evento. Uno de mis colegas viajaba a Tanzania con tres niños, uno de ellos con pasaporte estadounidense y los otros dos con pasaporte senegalés. No se lo van a creer, pero al que tenía pasaporte estadounidense le resultó más fácil entrar en Tanzania que al resto. Nos costó mucho conseguir visados para los dos debido a sus pasaportes senegaleses. Y esto no fue algo aislado, al menos 13 países africanos necesitan un visado previo para entrar en Tanzania.

Como era de esperar, uno de los sentimientos más extendidos entre los participantes fue la idea de un África sin fronteras. Esta idea se incluyó en el programa sólo porque la serie de reuniones consultivas regionales previas a la asamblea reveló que era uno de los temas clave que los miembros de Africans Rising querían debatir. Fue una elección obvia al menos por dos razones: en primer lugar, por las dificultades que muchos tuvieron que afrontar para viajar a Tanzania, la tierra de Julius Nyerere y, en segundo lugar, por la antigua visión transmitida por generaciones anteriores de un África unida y próspera. La primera quizás demostró la sabiduría de la segunda, ya que muchos empezaron a relatar los obstáculos a los que se enfrentaban al intentar viajar de un país africano a otro. De hecho, algunos ni siquiera pudieron asistir por problemas de visado.

Ahora que lo pienso, la forma en que se protegen y defienden estas fronteras divisorias hace que uno se pregunte si los responsables políticos de África recuerdan la historicidad de las líneas fronterizas. Fue en la conferencia de Berlín de 1884-1885 cuando los colonialistas europeos iniciaron el proceso de esculpir el continente y dividirlo entre ellos con fronteras arbitrarias que no tenían en cuenta a los pueblos de África que vivían entonces en los territorios que estaban tomando. De hecho, ninguno de esos colonialistas había estado nunca en África para ver cómo vivía la gente. Esta acción dividió a familias, grupos étnicos y grandes entidades políticas que hasta entonces vivían juntas o mantenían estrechas relaciones. Por ejemplo, en África Occidental, las fronteras entre Benín-Níger y Benín-Nigeria dividieron zonas culturales como los hausa, los fulani, los gourmantche, los adja, los yoruba y los bariba entre los tres países. Los adja y los gourmanche están divididos además por las fronteras Benín-Togo y Benín-Burkina Faso, respectivamente. En el sur de África, los tonga y los subiya estaban divididos por la frontera entre Botsuana y Zambia, los va-kalanga, babirwa, etc. por la frontera entre Botsuana y Zimbabue y los ba-tswana entre la frontera entre Botsuana y Sudáfrica, por nombrar algunos. Estas son sólo algunas de las zonas culturales divididas arbitrariamente por las fronteras. (Para una lista más amplia, véase Partitioned Culture Areas: a Checklist de Asimaju). Para los colonialistas, sus intereses comerciales y de otro tipo estaban por encima de todo. El dominio colonial directo que siguió a la partición cimentó la dominación de los sistemas sociales, políticos, económicos y culturales del pueblo durante tanto tiempo que, incluso después de recuperar la independencia política, el legado del colonialismo permanece hasta la fecha y condiciona la toma de decisiones y las interacciones entre el pueblo y las instituciones.

El legado del colonialismo perdura hasta hoy y condiciona la toma de decisiones y las interacciones entre la población y las instituciones

Tras la AAMA, los participantes se dedicaron a realizar una campaña posterior al evento sobre África sin fronteras, abogando por conexiones entre africanos más allá de las fronteras arbitrarias para construir más solidaridad y sentimiento de compañerismo. Otras campañas que se gestaron se referían a la justicia de género, la justicia económica, la justicia climática, etc. Posteriormente lanzamos el primer pilar de la campaña: la Petición Popular por un África sin Fronteras, y actualmente estamos desplegando voluntarios por los 55 países africanos para hacer llegar el mensaje a millones de personas.

Si se realiza un análisis crítico, basado en hechos históricos, resulta evidente que las injusticias actuales y la opresión sistémica en África y, de hecho, en el resto del llamado Sur Global, son los efectos de la continua dominación de sistemas y estructuras por parte de la ideología neocolonial. Los resultados de los primeros vienen dictados por los intereses de los segundos. Gran parte de las instituciones, estructuras y procesos de conocimiento siguen estando diseñados y funcionando a día de hoy con el propósito de extraer valor económico para los más ricos, mientras el resto son pobres y están subyugados. La falta de independencia económica parece estar erosionando los logros de la libertad. La gobernanza y el liderazgo irresponsables continúan mientras la comunidad de naciones apoya o condena selectivamente en función de lo que mejor sirva a sus intereses.

La lucha por la descolonización reconoce sin duda el arraigo de las estructuras e instituciones y la dificultad de erradicarlas porque son demasiado intangibles y, sin embargo, sus efectos son tan reales, atroces y duraderos. Quizá uno de los legados más concretos del colonialismo sean las fronteras que aún dividen a los países africanos. A diario, los africanos luchan por cruzar esas fronteras. El mantenimiento de estas fronteras significa que viajar entre los países africanos sigue siendo muy difícil debido a la restricción de visados y los controles fronterizos. Al no poder circular libremente entre territorios, los habitantes de los distintos países rara vez saben los unos de los otros, lo que limita considerablemente la solidaridad. Cuando ocurre algo en Togo o Benín, los ghaneses apenas se enteran ni muestran mucha solidaridad cuando lo saben.

También limita el comercio entre nosotros. El comercio intra-africano es el más bajo de todas las regiones, un 15% frente al 60% de Europa y el 45% de Asia, según estimaciones de la UNCTAD. Los efectos sobre la economía africana son evidentes. Por otro lado, muchos estudios han demostrado cómo la libre circulación puede desbloquear la economía africana gracias al aumento del comercio, la movilidad laboral, las infraestructuras transfronterizas y la seguridad.

Parte de la descolonización consiste en eliminar estas barreras erigidas entre africanos y permitirnos expresarnos libremente a través de la movilidad. Un africano de Senegal no debería necesitar visado para viajar a Tanzania. Del mismo modo, un africano de Ghana no debe necesitar visado para viajar a Sudáfrica. Con la libre circulación, podríamos avanzar varios pasos hacia la liberación total y la unificación. También catalizará el comercio, el empleo e impulsará las economías de África. Consciente de ello, la Unión Africana adoptó en 2018 un protocolo sobre libre circulación, pero necesita 15 ratificaciones para entrar en vigor. Hasta ahora solo cuatro (4) países lo han ratificado: Níger, Ruanda, Mali y Santo Tomé y Príncipe. A este ritmo (es decir, una ratificación al año) el protocolo tardará otra década en entrar en vigor. Si reconocemos la urgencia de la descolonización, no debemos esperar la evolución a paso de tortuga de la historia. Debemos estar preparados para dar a la historia un empujón revolucionario. Esperamos utilizar la campaña #BorderlessAfrica para ese empujón.

Traducido por Kevin Cogolludo Fitzpatrick


Borderless Africa: Free movement in Africa is a step towards complete decolonisation 

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