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Amelia Valcárcel, 'La civilización feminista'




El feminismo, más que una tendencia circunstancial, es una corriente con entidad civilizatoria, esto es, un conjunto de ideas y valores capaces de definir un nuevo sistema de relaciones de poder, de organización social y de los roles que rigen la cultura, las mentalidades y el comportamiento de los sexos.

Amelia Valcárcel retoma en este libro la genealogía fundamental del movimiento por la igualdad y la plena ciudadanía de las mujeres: sus distintas etapas, sus obras seminales y sus conceptos centrales. En una fundamentada síntesis sostenida por una extensa carrera académica, Valcárcel contextualiza este avance civilizatorio, clarificando el debate sobre cuál es la agenda ética y política irrenunciable del feminismo.

Aunque en Occidente se han obtenido avances históricos frente a la cultura de la dominación masculina, quedan muchas metas pendientes. Siguiendo su vocación progresista y universal, uno de los mayores desafíos del feminismo será extender sus principios a todos los rincones del globo. Frente a la deriva queer —cristalizada en la reciente ley trans— los fundamentalismos religiosos y otras alternativas reaccionarias, el feminismo permanece como una lucha democrática y moral irrenunciable.


Amelia Valcárcel, filósofa y escritora, es catedrática de Filosofía Moral y  Política en la Universidad de Oviedo. Autora de una docena de libros y más de  cien artículos, ha sido dos veces finalista del Premio Nacional de Ensayo con  las obras Hegel y la ética (1987) y Del miedo a la igualdad (1993). Ha  publicado también: Sexo y filosofía (1991), La política de las mujeres (1997),  Ética contra estética (1998), Rebeldes (2000), Pensadoras del siglo XX (2001) y  El sentido de la libertad (2001).


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ENTREVISTA EFE

“El feminismo es rebelde, pero no toda la rebeldía es feminista”

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Carmen Sigüenza y Cristina Bazán | Madrid - EFE.- La filósofa y feminista Amelia Valcárcel publica “La civilización feminista”, un ensayo en el que retoma la genealogía fundamental del movimiento por la igualdad “y la plena ciudadanía de las mujeres: sus distintas etapas, sus obras seminales y sus conceptos centrales”.

Un movimiento que, afirma en su último libro publicado por La Esfera de los libros, tiene una “agenda ética y política irrenunciable”, además de “completamente contraria” a la del “lobby” queer, que, en su opinión, “está pretendiendo sustituir fraudulentamente al feminismo”.

Un tema que ha estado sobre la mesa en los últimos años, pues hay diferencias entre los movimientos feministas sobre la inclusión o no de lo queer en la agenda por la igualdad que se han hecho cada vez más patentes.

Consultada por Efeminista sobre si cree que las divergencias que existen en el movimiento también se pueden deber a un asunto generacional, la catedrática de la UNED lo pone en duda y llama a volver siempre a la teoría. “No confundamos la rebeldía con la teoría. El feminismo siempre es en sí rebelde, pero no toda la rebeldía es feminista”.

“La civilización feminista”, de Amelia Valcárcel

P.- ¿Por qué ha considerado que era necesario escribir este libro?

R.- Es el número 20 de los libros que he escrito. En razón de mi carrera he tenido siempre que alternar uno de filosofía y otro de feminismo, por fin he conseguido introducir en un solo libro las dos cosas.

Estamos en los inicios de un enorme cambio social, que nos pide urgente reflexión y, sin embargo, debate sosegado.

P.- ¿Es el movimiento queer una amenaza para la emancipación de las mujeres?

R.- Primero, no es un movimiento, es un lobby. Numéricamente la doctrina queer es casi insignificante, pero en tanto que trata de redefinir el completo universo de discursos de lo que significa la libertad, y la libertad de las mujeres en la sociedad, en tanto que intenta suplantar al feminismo como teoría de la comunicación y de la agenda, es una novedad política en la que hay que interesarse.

El feminismo y la lucha LGBTI

P.- El movimiento feminista siempre ha sido un aliado de la lucha LGTBI y de otras minorías sociales. ¿Separar esas luchas no sería debilitar la transformación de la sociedad?

R.- El movimiento feminista es universalista, se empeña en todas aquellas acciones que persiguen afirmar las libertades individuales y públicas. No solo ha sido principal aliado de la causa LGB -no lgtbi- ha sido cabeza de esa causa. La normalización social y política de la homosexualidad es importante en una sociedad abierta. El feminismo ha estado en primera línea para conseguirlo.

En general, el feminismo no tiene nada de qué avergonzarse.

P.- ¿Cómo ve el movimiento feminista actual? ¿No cree que se está generando un movimiento reaccionario y de odio en las redes que no favorece al feminismo?

R.- El movimiento feminista es una cosa y las políticas del Estado son otras. En su mayor parte, las políticas son feministas a día de hoy. Es más importante para saber lo que verdaderamente ocurre preguntarse por la resistencia al feminismo que por el propio feminismo. Nadie se opone a la sanidad pública ni a la educación universal ni a la previsión social y todo su enorme aparato administrativo. Las sociedades que nos han precedido no solo no lo han tenido, tampoco lo necesitaban porque las mujeres habían de ocuparse de casi todo ello. Vivimos en un mundo nuevo de una enorme amplitud. Es importante enfocar bien el paisaje político.

El feminismo es una característica del conjunto social, de nuestro conjunto social y civilizatorio, por cierto, no muy bien admitida en otros circuitos civilizatorios.

Probablemente utilizando un recurso adecuado, podamos en breve evaluar la tasa de misoginia presente en el ambiente social. Habría que considerar cosas como la credibilidad de las mujeres, su derecho a la palabra, su derecho al transito público sin interrupciones, su derecho a la ambición, su capacidad de interrumpir la ley del agrado, en fin, muchas variables que seguro que una buena sociología puede fácilmente encajar. Pero si hablamos de impresiones, parece cierto que en los últimos tiempos la sistemática tergiversación del feminismo está contribuyendo a enrarecer el ambiente.


“El feminismo siempre es en sí rebelde”

P.- ¿Considera que estas divergencias pueden ser también un asunto de brecha generacional? 

R.- Comprender la sociedad en que vivimos y ser capaz de dar razón de cada uno de sus tiempos exige una capacidad de síntesis y conocimiento de la historia de la teoría de las ideas y de las acciones sociales, movimientos de tal magnitud que necesitan de una vida entera para conocerse en profundidad.

El feminismo no es ninguna emoción, es un conjunto teórico y explicativo muy extenso con enorme bibliografía. No confundamos la rebeldía con la teoría. El feminismo siempre es en sí rebelde, pero no toda la rebeldía es feminista.

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