Cristina Baz谩n | Guayaquil - El auge de grupos criminales que se registra en pa铆ses de Am茅rica Latina y el Caribe tiene graves consecuencias para las mujeres, pues la violencia machista se exacerba, se normaliza y pasa desapercibida en contextos de alta criminalidad, seg煤n ha alertado la Comisi贸n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
En un reciente informe, la CIDH, 贸rgano de la Organizaci贸n de los Estados Americanos creado para promover la observancia y la defensa de los derechos humanos, analiza el impacto del crimen organizado en mujeres, ni帽as y adolescentes que viven en los pa铆ses del norte de Centroam茅rica (Honduras, El Salvador y Guatemala), donde amplias zonas de sus territorios est谩n afectados por la presencia de pandillas criminales, o “maras”, lo que pone en extrema vulnerabilidad a las mujeres y a personas LGBTIQ+.
“Las adolescentes y las mujeres j贸venes se ven especialmente expuestas a diversas formas de violencia sexual, explotaci贸n, tratos crueles, humillantes y degradantes, y homicidios por parte de integrantes de grupos criminales que utilizan su situaci贸n de poder para ejercer violencia contra ellas. As铆, a las altas cifras de violencia de g茅nero que ya enfrentan las mujeres, ni帽as y adolescentes en estos pa铆ses, se suma la ejercida particularmente por las pandillas y otros actores del crimen organizado”, detalla la Comisi贸n en el documento.
Sin embargo, al momento de analizar el fen贸meno y la repercusi贸n del alza de delitos en sus comunidades, los Gobiernos no han estudiado en profundidad el v铆nculo entre el actuar del crimen organizado y la violencia de g茅nero contra las mujeres, lo que provoca que las medidas que toman para enfrentar el problema carezcan de perspectiva de g茅nero.
La violencia contra las mujeres y la alta criminalidad
La Comisi贸n afirma que en situaciones de violencia social y altos 铆ndices de criminalidad, el riesgo de las mujeres, ni帽as y adolescentes a sufrir violencia de g茅nero incrementa, pues “todas las formas de violencia contra las mujeres y los actores que las perpet煤an se suman y se agravan, como una expresi贸n adicional de las relaciones patriarcales hist贸ricamente construidas”.
El organismo tambi茅n destaca que la violencia basada en g茅nero contra las mujeres que se ejerce en y resultado de contextos de criminalidad organizada “pasa desapercibida, es normalizada y recibe menos atenci贸n” que otras formas de violencia social por parte del Estado y las instituciones; ello a pesar de sus preocupantes dimensiones, incidencia e impacto en el ejercicio de otros derechos”.
“Al haberse normalizado la violencia de g茅nero contra las mujeres en estos contextos, la impunidad en la que esta violencia permanece es tambi茅n caracter铆stica de la situaci贸n de vulnerabilidad en la que las mujeres, ni帽as y adolescentes se encuentran”, alerta.
En los pa铆ses del norte de Centroam茅rica, la tolerancia y normalizaci贸n se registra mayoritariamente en zonas rurales. En Guatemala, por ejemplo, en zonas rurales como San Marcos y Huehuetenango, centros de producci贸n de opio y marihuana, as铆 como ruta de tr谩fico de drogas y de contrabando, las ni帽as sin padres y las mujeres sin pareja masculina son especialmente vulnerables, lo que evidencia la idea patriarcal de que las mujeres pertenecen y deben de estar salvaguardadas como objetos por parte de una figura masculina, se帽ala la CIDH.
La situaci贸n en El Salvador, Honduras y Guatemala
Seg煤n datos del Observatorio Infosegura recogidos en el informe, en Honduras las muertes violentas de mujeres han disminuido m谩s lentamente que las de los hombres entre el 2013 y 2020. Y aunque la mayor铆a de los homicidios, tanto de hombres como de mujeres, se cometen con arma de fuego, en los casos de las mujeres prevalece el arma blanca, el arma contundente y el estrangulamiento.
“Adem谩s, la CIDH destaca que estos cr铆menes se realizan con particular ensa帽amiento contra las mujeres e indican un patr贸n de violencia extrema contra ellas que incluye secuestros, desapariciones, torturas en las llamadas ‘casas locas’, mutilaciones, desmembramientos, aplastamientos del rostro, quemaduras en el cuerpo y dem谩s cr铆menes de odio”, afirma la organizaci贸n.
La Comisi贸n ha advertido tambi茅n que, a pesar de la tipificaci贸n del asesinato violento de mujeres bajo la figura de femicidio, persiste una situaci贸n de impunidad dado que en m谩s del 90% de los casos los asesinatos de mujeres contin煤an sin esclarecerse.
El Salvador, por su parte, contin煤a registrando el mayor n煤mero de asesinatos de mujeres en la regi贸n. La CIDH tambi茅n advierte que en este pa铆s “las muertes violentas de mujeres muestran signos de especial odio y ensa帽amiento, como en los casos de asfixias, ahorcamientos y agresiones con machete”.
En Guatemala, la CIDH observa que la violencia contra las mujeres es el delito m谩s denunciado en el pa铆s, especialmente la violencia sexual. Seg煤n datos del Observatorio de las Mujeres del Ministerio P煤blico, en el 2020 se registraron 54.907 denuncias de violencia contra las mujeres, y 12.308 denuncias por delitos sexuales; en el 2021, las cifras aumentaron a 60.999 y 15.553 respectivamente.
“Con relaci贸n a ello, la CIDH ha observado que Guatemala presenta una de las tasas m谩s elevadas de fecundidad en adolescentes en Centroam茅rica. Datos recabados por la sociedad civil indican que en el 2021 se registraron 2.124 embarazos de ni帽as y adolescentes entre 10 y 14 a帽os, y 97.478 en adolescentes entre 15 y 19 a帽os”, se帽ala la Comisi贸n.
Las din谩micas de la violencia
En las pandillas est谩 normalizada “la h铆permasculinidad de sus miembros hombres y su dominio sobre las mujeres”. A ellas, por su condici贸n de g茅nero, se las considera inferiores a los hombres.
Por esta raz贸n, los varones tienen que “controlar y someter a las mujeres por medio de diversas formas de violencia”, dice la CIDH. A los miembros de las pandillas se los amenaza y/o violenta si muestran debilidad al no poder “controlar a sus mujeres”, incluyendo si una mujer desaf铆a sus instrucciones o se niega a aceptar el lugar que se les “asigna”.
En cuanto a la vinculaci贸n de las mujeres, ni帽as y adolescentes con grupos criminales, la Comisi贸n ha observado que muchas son reclutadas de manera forzosa por estos grupos a trav茅s de presiones, amenazas y acosos, mientras que otras se ven involucradas luego de ser v铆ctimas de trata o secuestros. Tambi茅n ha observado que, por diversas razones que vician su voluntad, en muchos casos su ingreso a grupos criminales ser铆a aparentemente voluntario.
“Se observa que las ni帽as son utilizadas por las organizaciones criminales debido a que, por un lado, a su edad son inimputables y, por otro lado, podr铆an pasar m谩s desapercibidas ante las autoridades debido a su edad y su g茅nero”, menciona el informe.
En territorios dominados por pandillas, el riesgo de sufrir violencia sexual de camino a la escuela hace que muchas familias tomen la decisi贸n de alejarlas de sus estudios como medida de protecci贸n.
Las mujeres tambi茅n han sido v铆ctimas de violencia por parte de uno o varios miembros de una pandilla, e inclusive de varias pandillas, se ven forzadas a convivir con sus victimarios y son frecuentemente revictimizadas.
Asimismo, aquellas involucradas con las pandillas se enfrentan a m煤ltiples formas de violencia, tales como: violencia psicol贸gica, incluyendo acoso y amenazas; violencia dom茅stica e intrafamiliar; violencia sexual, incluyendo violaciones grupales, esclavitud sexual y prostituci贸n forzada; uniones, noviazgos o matrimonios forzados; control de sus procesos reproductivos, como embarazos o abortos forzados; trata de personas; desapariciones y homicidios basados en su g茅nero.
Medidas para frenar la violencia
La CIDH advierte con preocupaci贸n la falta de informaci贸n confiable y actualizada que analice en profundidad la relaci贸n entre el fen贸meno del crimen organizado y el de la violencia y discriminaci贸n de g茅nero contra las mujeres, ni帽as y adolescentes.
Por lo que recomienda, entre otras cosas, recolectar datos, crear bases estad铆sticas e informes que profundicen en la comprensi贸n del fen贸meno de la violencia de g茅nero contra mujeres, ni帽as y adolescentes y su relaci贸n con el contexto general de violencia social e inseguridad.
La Comisi贸n cree que es fundamental transversalizar la perspectiva de g茅nero, con enfoque interseccional e intercultural, en estudios y an谩lisis sobre seguridad ciudadana.
Adem谩s, llama a los tres pa铆ses a fortalecer los programas y sistemas de atenci贸n para mujeres, ni帽as y adolescentes sobrevivientes de violencia de g茅nero; adoptar medidas oportunas, pr谩cticas y efectivas para protegerlas de la violencia y garantizar instancias de justicia especializadas, investigaciones con enfoque de g茅nero y tomar las medidas necesarias para erradicar los estereotipos de g茅nero discriminatorios en los procesos de administraci贸n de justicia.