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Decrecer: vivir mejor con menos

OPINI脫N de Manuel Baquedano

La semana pasada, en el Parlamento Europeo, se realiz贸 por primera vez un seminario acerca del decrecimiento. Al finalizar, los miembros de distintos pa铆ses y grupos pol铆ticos firmaron un art铆culo titulado “Abandonar el crecimiento no s贸lo es deseable sino esencial”.



Nuestra civilizaci贸n industrial avanza por un camino equivocado. Si los seres humanos no somos capaces de realizar todas nuestras actividades, principalmente las econ贸micas, dentro de los l铆mites que la naturaleza necesita para reproducirse, nos convertiremos en una de las muchas especies que se extinguir谩n por la crisis clim谩tica y ecol贸gica.

A esta altura, resulta evidente que la naturaleza ha comenzado a buscar un nuevo equilibrio. En el mediano y el corto plazo, los seres humanos tendremos que enfrentar una verdadera “erupci贸n clim谩tica” en relaci贸n al aumento de la temperatura, la p茅rdida de biodiversidad, las lluvias e inundaciones intempestivas, las sequ铆as prolongadas, entre otros fen贸menos. Para sobrevivir no nos quedar谩 otra opci贸n que adaptarnos profundamente a esta nueva situaci贸n clim谩tica y ecol贸gica.

Y quiz谩s, esta “erupci贸n clim谩tica” nos permita tomar real conciencia sobre la gravedad de la situaci贸n. Seg煤n los cient铆ficos, cuando la Tierra alcance un calentamiento de 1,5 grados, m煤ltiples e importantes procesos naturales se volver谩n irreversibles. Entre ellos, los cient铆ficos destacan el derretimiento de las nieves y glaciares, la liberaci贸n del permafrost, la muerte de los corales, la disminuci贸n de la velocidad de las corrientes marinas, la p茅rdida de la selva amaz贸nica como pulm贸n del planeta. Seg煤n la ONU, esta situaci贸n podr铆a sobrevenir en 2030. Para nosotros, en cambio, podr铆a ocurrir antes, en 2026 o 2027. Y en la d茅cada de 2040 podr铆amos alcanzar los dos grados de sobrecalentamiento que, seg煤n el Acuerdo de Par铆s, deber铆an acontecer reci茅n en 2100.

Entonces, para sobrevivir en este escenario, adem谩s de adaptarnos profundamente, debemos aprender a vivir mejor con menos, es decir, eliminar lo superfluo.

Aproximadamente el 50 por ciento de los bienes y servicios comercializados en la sociedad de consumo no satisfacen necesidades reales. Al contrario, solo se ocupan para posicionarnos m谩s alto en las estructuras sociales. En una situaci贸n de emergencia como la que estamos viviendo, es urgente empezar a prescindir de todas estas mercanc铆as innecesarias.

Ya no basta con reciclar, tendremos que reducir. Por ejemplo, terminar con la moda en el vestir o con la obsolescencia programada que vuelve in煤tiles los equipos o artefactos pr谩cticamente nuevos.

Para decrecer ser谩 necesario hacer una verdadera revoluci贸n de los modos de vida y habr谩 que alejarse tanto del neoliberalismo como del marxismo, pues ambas visiones que predominaron en el mundo en el siglo pasado son antropoc茅ntricas y colocan al ser humano por encima de la naturaleza en vez de considerarlo como parte de ella.

Para llevar adelante esta transformaci贸n social, necesitaremos nuevos valores que nos permitan reducir la sociedad de consumo en vez de hacerla crecer.

Sin embargo, es importante destacar que el decrecimiento de la producci贸n econ贸mica y de la actividad de los seres humanos en general tendr谩 lugar de todos modos. Lo que no sabemos es si este decrecimiento ser谩 ca贸tico, producto de las crisis econ贸micas y la crisis clim谩tica o si ser谩 planificado, con la eliminaci贸n sistem谩tica de todo aquello que sea superfluo. De esto se trata la adopci贸n de la v铆a de la simplicidad que la gran mayor铆a de las personas no desea ahora como forma de vida pero que como especie no podremos evitar.

En este contexto, m谩s importante que la educaci贸n ambiental ser谩 el desarrollo de una espiritualidad que acompa帽e el proceso de renuncia voluntaria. En vez de acumular cosas, este proceso dar谩 lugar a nuevos v铆nculos y alianzas que definir谩n un nuevo trato con la naturaleza y con las dem谩s especies.

El dilema ya no es el cl谩sico que predomin贸 en el siglo pasado, reforma o revoluci贸n. Hoy estamos frente a una in茅dita decisi贸n colectiva y existencial. Si no cambiamos dr谩sticamente nuestra forma de habitar el planeta, seguiremos avanzando hacia la extinci贸n.


*Manuel Baquedano. Presidente del Instituto de Ecolog铆a Pol铆tica

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