No es la primera vez que Unicef alerta sobre la situación que sufren los niños y niñas en Sudán, pero esta cifra es la más elevada que se ha registrado jamás en el país: 13,6 millones de niños y niñas necesitan ayuda humanitaria urgente para salvar sus vidas desde la escalada de la violencia el pasado mes de abril.
"Estos niños y niñas no son solo números, son personas con familias, sueños y aspiraciones. Son el futuro de Sudán, y no podemos quedarnos de brazos cruzados mientras sus vidas se destrozan por la violencia. Los niños y niñas de Sudán merecen una oportunidad de sobrevivir y prosperar", afirma la directora de UNICEF en Oriente Medio y Norte de África, Adele Khodr.
Antes del conflicto ya había 9 millones de niños con enormes necesidades, pero en este momento la llegada de la ayuda es crítica.
Sin servicios esenciales, más desplazamiento
En Sudán, un gran número de instalaciones sanitarias están cerradas, dañadas o destruidas. Cuando se pierde el acceso a los principales servicios, básicos para la supervivencia de los niños y sus familias, la situación se torna desesperada. En la mayoría de los casos, estos servicios son pilares fundamentales en la vida de los niños y niñas y al cortarse, producen consecuencias que afectarán su crecimiento y desarrollo incluso a más largo plazo.
En estas circunstancias, la población se ve forzada a abandonar sus hogares en busca de sitios más seguros en los que tengan alimentos, agua potable, electricidad y comunicaciones. Más de un millón de personas son ya desplazados internos en el país y casi 320.000 han huido de Sudán a los países vecinos, más de la mitad son niños y niñas.