Ir al contenido principal

Astucias del imperio del d贸lar

OPINI脫N de Jorge Majfud

Actualmente, el d贸lar contin煤a drenando valor de las excolonias, definidas a s铆 mismas como rep煤blicas independientes. Por ejemplo, cuando en un pa铆s perif茅rico como Angola o Argentina el d贸lar pierde demasiado valor debido a la org铆a de impresiones (de tecleos) en Washington y luego del “efecto Cantillion”, los bancos centrales de esos pa铆ses salen a comprar m谩s y m谩s d贸lares. Pero ¿por qu茅, Dios? Porque si el d贸lar se deval煤a demasiado los empresarios criollos pierden capacidad de competir en el mercado internacional y las exportaciones se deprimen. Sobre todo en econom铆as extractivas (como 脕frica y Am茅rica Latina, donde la burgues铆a criolla y empresarial no necesita importar materias primas para exportar sus productos manufacturados; no tanto los bastiones manufactureros de Asia, como Taiw谩n o Singapur). Los pa铆ses perif茅ricos deben producir algo para comprar d贸lares y poder de esa forma pagar sus deudas; no pueden imprimirlos como lo hace el Rey Midas. As铆 que, a m谩s demanda de los bancos centrales de la periferia, m谩s se valoriza el d贸lar y m谩s d贸lares emite Washington para succionar m谩s valor de los pa铆ses que lo usan o de los trabajadores que lo mantienen como ahorros de vida.


La asimetr铆a real, una vez m谩s, es encubierta con un discurso sim茅trico (rec铆proco, igualitario). A trav茅s de sus brazos financieros como el FMI y el Banco Mundial, Washington y Europa sermonean sobre la falta de “disciplina fiscal” de los pa铆ses del Sur Global, de los pa铆ses deudores, de los pa铆ses corrompidos por siglos por el imperialismo del Norte. Naturalmente, como ha ocurrido por siglos, los colonizados adoptan la ideolog铆a y la moral del colono y repiten el mismo discurso para autoflagelarse o para mantener a las masas productivas bajo control de culpabilidad y obediencia debida.

Mientras tanto, en Estados Unidos los pol铆ticos no se cansan de hablar de “disciplina fiscal”, cuando 茅sta nunca ha existido ni importa m谩s que en el mercado electoral que tiene al miedo como principal commodity. De la misma forma que hacen con los impuestos (innecesarios en el pa铆s de la divisa global pero convenientes para mantener cierto control social), obligar a los pa铆ses a tener disciplina fiscal es una forma de mantenerlos controlados y a disposici贸n de los inversores internacionales. La otra forma es a trav茅s de sus deudas nacionales.

El centro pregona disciplina fiscal para sus excolonias, algo que los pa铆ses acreedores no tienen y nunca tuvieron. ¿Es que acaso existe un pa铆s m谩s irresponsable en sus finanzas que Estados Unidos? ¿Es que acaso los pol铆ticos estadounidenses pueden acusar a cualquier otro pa铆s de corrupci贸n e ineficiencia de sus pol铆ticos, como lo hacen con pa铆ses con econom铆as bloqueadas y destruidas pero sin la posibilidad de acosar, saquear a otros pa铆ses y mucho menos de imprimir irresponsablemente una divisa global? No, no pueden, pero la maquinaria medi谩tica es tan poderosa que por todos lados encontramos ciudadanos decentes repitiendo estos mismos mitos sobre la corrupci贸n de los pa铆ses subdesarrollados como si fuesen explicaciones obvias sobre su problemas econ贸micos y sociales.

Sin embargo, muy probablemente esta org铆a monetaria est茅 llegando a su fin. ¿Tomar谩 veinte, cuarenta a帽os? Imposible saberlo. La persistencia de una alta inflaci贸n en Noroccidente podr铆a no solo deberse a hechos circunstanciales como la pandemia del Covid19 y la guerra en Ucrania, sino tambi茅n al efecto de impresi贸n (y de creaci贸n virtual) de d贸lares en un mundo que lentamente se va desprendiendo de esa divisa global.

La supremac铆a global del d贸lar es m谩s importante que cualquier otro recurso, incluso el recurso del millonario poder militar de Estados Unidos, altamente inefectivo y corrupto (tanto en sus finanzas como en sus procedimientos en el exterior), ya que 茅ste depende del d贸lar como del d贸lar depende el resto de los excesos econ贸micos en el pa铆s. Al igual que con la invasi贸n de Irak en 2003 o de Libia en 2011, el objetivo de los a帽os por venir ser谩 evitar que esta supremac铆a desaparezca, lo cual dejar铆a al rey desnudo con sus masivos d茅ficits y deudas internacionales. Ni siquiera su extendida arquitectura residencial en base a la madera y a un intenso y permanente mantenimiento soportar铆a este cambio. Por mencionar solo un efecto m谩s.

Es por esta misma raz贸n (aparte del imperativo cultural protestante de considerar al resto de la humanidad, sean indios, negros, mexicanos, hinduistas, socialistas, pobres y todo tipo de otros sus enemigos a los que se debe combatir invadi茅ndolos antes de que los eternos miedos tribales se hagan realidad) que el traspaso de hegemon铆a de Estados Unidos a China y a otros centros mundiales muy probablemente ser谩 violento, a煤n m谩s violento que la guerra en Ucrania.

Al fin y al cabo, no debemos olvidar que el conflicto internacional no s贸lo ha sido una obsesi贸n anglosajona en su empresa de someter-a-otros-que-podr铆an-someternos-a-nosotros-si-no-los-sometemos-a-ellos-primero, sino tambi茅n ha sido un recurso econ贸mico. En los siglos pasados fue un instrumento altamente beneficioso para las arcas de las metr贸polis. Pero siempre necesit贸 de una excusa maestra, pera convencer al mundo y para convencerse a s铆 mimso de que lo que deb铆an hacer era una obligaci贸n moral.

M谩s recientemente, y por reducir esta observaci贸n s贸lo al d贸lar, debemos recordar los dos principales momentos en que esta divisa estuvo bajo cuestionamiento y a un pelo de perder su predominio mundial desde el acuerdo Bretton Woods de 1944. El primereo fue, como vimos, la desconvertibilidad o abandono del est谩ndar oro en 1971, justo cuando varios pa铆ses europeos estaban cuestionando esta supremac铆a deshaci茅ndose de sus d贸lares al convertirlo en oro. La desconvertibilidad detuvo este proceso. Aunque produjo varios problemas, como, tal vez la crisis inflacionaria de los 70s, tuvo el efecto casi m谩gico de consolidar la divisa estadounidense como reserva de seguridad, a煤n que estuviese basada en solo fe en la potencia de la superpotencia. El segundo momento ocurri贸 con la creaci贸n del euro en 1999. La creaci贸n de una divisa con posibilidades de competir con la supremac铆a del d贸lar fue seguida del Setiembre 11 y de las nuevas guerras a gran escala de Washington. El derrocamiento de Saddam Hussein, justo un proponente de usar el euro en lugar de d贸lares y casi una d茅cada despu茅s la ca铆da de Mohammad Gadafi, quien hab铆a propuesto la creaci贸n de una moneda com煤n africana salvaron al d贸lar, sino de una ca铆da al menos de una p茅rdida de poder geopol铆tico. Ahora, en 2023 los pa铆ses del BRICS impulsan un tercer intento de reemplazo del ´d贸lar como divisa dictatorial. Debido al ascenso de China y de la notable decadencia interna de Estados Unidos, no es dif铆cil imaginar un fin de la hegemon铆a del d贸lar. Sin embargo, recordemos dos factores que ya se han probado en la historia: 1) las divisas creadas para ser compartidas con diferentes econom铆as con diferentes siclos y necesidades econ贸micas no funcionan a la altura del d贸lar. El Euro deber铆a ser suficiente prueba; pero a煤n un grupo unido por razonables reivindicaciones geopol铆ticas pero distanciado econ贸mica y culturalmente como el BRICS; 2) Washington sabe que la inoculaci贸n de conflictos geopol铆ticos, militares, no s贸lo significa ganancias para sus principales corporaciones de las cuales e4s prisionero, sino que produce un efecto conocido: los inversores y ahorristas corren a la “divisa segura”, el d贸lar, por una mera raz贸n psicol贸gica y cultural, algo que no se cambia en pocos a帽os. La guerra de Ucrania, las tensiones en Taiw谩n (iniciadas por Washington, no por Pek铆n) son parte de un patr贸n conocido y muy previsible.

ARCHIVOS

Mostrar m谩s


OTRA INFORMACI脫N ES POSIBLE

Informaci贸n internacional, derechos humanos, cultura, minor铆as, mujer, infancia, ecolog铆a, ciencia y comunicaci贸n

El Mercurio (elmercuriodigital.es), editado por mercurioPress/El Mercurio de Espa帽a bajo licencia de Creative Commons
©Desde 2002 en internet
Otra informaci贸n es posible