Por Teodoro Renter铆a Arr贸yave
El destacado colega y estupendo amigo, licenciado Luis Manuel Arce Isaac, director de Prensa Latina en M茅xico, como nos tiene acostumbrados, ha publicado en la agencia cubana de noticias para todo el mundo, este estupendo art铆culo-denuncia, con la cualidad intr铆nseca de haber sido testigo valioso de estos cr铆menes de lesa humanidad. Con su autorizaci贸n lo reproducimos porque compartimos plenamente su contenido:
“La noticia de que el presidente estadounidense, Joe Biden, decidi贸 enviar bombas de racimo a Ucrania estremeci贸 a quienes las conocemos de cerca y hemos sido testigos de sus estragos.
En mi caso, las que usaron en Vietnam, guerra que cubr铆 como periodista.
Su argumento de que son para ‘defenderse’ de Rusia, adem谩s es c铆nico, pues quien las conoce m铆nimamente sabe que est谩n dise帽adas con un objetivo sicol贸gico pues est谩n dirigidas a causar bajas donde haya altas concentraciones de soldados y poblaci贸n civil -llamadas v铆ctimas colaterales- la cual est谩 en los c谩lculos a la hora de tomar la decisi贸n de usarlas.
As铆 sucedi贸 en Vietnam durante mucho tiempo, y las principales v铆ctimas no fueron combatientes de las Fuerzas Armadas Populares de Liberaci贸n, FAPL, sino civiles.
Las bombas de racimo -llamadas por los vietnamitas entonces “barre margaritas” por la forma de funcionar-, se abren como un escaparate a unas decenas de metros del suelo y esparcen su mortal carga.
No hacen cr谩teres ni derrumban edificaciones, ni hacen da帽os a tanques y veh铆culos blindados, sino que est谩n concebidas para matar personas, ideadas para masacres, matanzas masivas.
Se trata de una bomba madre que carga en sus entra帽as hasta dos y tres centenares o m谩s de peque帽as granadas de fragmentaci贸n, unas en forma de naranjas y otras de pi帽a.
Son lanzadas por cualquier tipo de avi贸n de combate, aunque en Vietnam lo hac铆an preferentemente desde las estratofortalezas B-52.
Sus ‘bombitas’ tienen la cualidad de que se dispersan en una gran 谩rea y por su forma de rotaci贸n entran a las casas e incluso a los refugios antia茅reos superficiales y cuando estallan al un铆sono “barren” literalmente la superficie, arrasan con la vegetaci贸n y matan a todo ser vivo en el 谩rea o les crean graves heridas.
En el argot del Pent谩gono esto 煤ltimo es lo preferible, pues un herido se convierte en una carga m谩s fuerte para el ej茅rcito, el gobierno y la familia, que un muerto, y hay que destinar m谩s tiempo y recursos para atenderlos. Las bombas de racimo logran esos prop贸sitos tambi茅n.
Cuba estuvo entre los pa铆ses que dieron una enorme batalla en los organismos internacionales especializados para que se prohibiera su uso, al igual que el napalm y el f贸sforo vivo.
Tambi茅n se luch贸 contra el agente naranja, un defoliante que usaron en las selvas y arrozales de Vietnam que produce c谩ncer en el h铆gado y que, a 48 a帽os de terminada la guerra con la derrota de Estados Unidos, todav铆a hay zonas contaminadas, y muchas ‘bombitas’ sin estallar, que son m谩s dif铆ciles de detectar que las bombas m谩s potentes.
La Comisi贸n cient铆fica cubana contra los cr铆menes de guerra de Estados Unidos en Vietnam, presidida por el excelso doctor Jos茅 Antonio Presno Albarr谩n, jug贸 un papel importante en su denuncia internacional.
La integraba adem谩s Rub茅n Rodr铆guez Gavald谩 y asesorada por el jurista Miguel D´Est茅fano, entre otros muchos, y de la cual tuve el privilegio de ser su periodista, es parte de las fuerzas sociales en el mundo que lograron detener su uso y que muchos a帽os despu茅s la convenci贸n de Oslo la prohibiera.
Sin embargo, los gobiernos que no la firmaron no se sienten atados a ella, como es el caso de Estados Unidos y la propia Ucrania, aunque lamentable, Rusia, China y otras naciones tampoco la rubricaron por el simple expediente de que su adversario no lo hizo.
Sin embargo, las potencias de la Uni贸n Europea s铆 son firmantes y como tales no pueden, en teor铆a, respaldar el exabrupto de Biden de aplicarlas, aunque este ha dicho que sus aliados comprender谩n ‘la justeza de usarla, es decir, comprensi贸n para matar a civiles, pues todos aceptan que los da帽os colaterales son m谩s grandes y dram谩ticos que los militares.
¿Qu茅 har谩n los jerarcas de la OTAN sobre este tema cuando el 11 y 12 de este mes se re煤nan en Vilna, Lituania, los l铆deres de los 31 pa铆ses miembros del bloque militar? ¿Abordar谩n este acto de desesperaci贸n de Biden que tanto deja de desear humana y militarmente?
¿Qu茅 har谩 el primer ministro brit谩nico, Rishi Sunak quien ya record贸 que el Reino Unido es signatario de la convenci贸n que proh铆be la producci贸n y el uso de bombas de racimo?, ¿o Espa帽a, Francia, Italia, Alemania y los dem谩s socios europeos? ¿aceptar谩n, como lo hicieron en Vietnam, el crimen de lesa humanidad a煤n no castigado?
¿Tendr谩n el coraje esta vez de declarar a Biden criminal de guerra como no hicieron nunca con los presidentes de Estados Unidos que fueron genocidas de Vietnam?
Como testigo de aquella contienda y de aquellos horrendos cr铆menes, solo les puedo asegurar que, a pesar de todo ese terror, perdieron la guerra de Vietnam y de forma bochornosa”.
Las “BOMBAS DE RACIMO: ASESINATO MASIVO PREMEDITADO”, es el t铆tulo del art铆culo-denuncia del colega cubano, Luis Manuel Arce Isaac, que esperamos sea escuchado por el mundo que a煤n se respeta al margen y en contra del imperialismo yanqui.