Imagen de Ignacio Torres
OPINI脫N de Elizabeth Subercaseaux
Para minimizar su propia responsabilidad en el golpe de estado de 1973 la derecha dice (en boca de Marcela Cubillos) “mientras la izquierda no admita su responsabilidad en el colapso de la democracia que antecedi贸 al golpe de estado no tiene ning煤n sentido ni utilidad ninguna declaraci贸n”.
Lo primero que habr铆a que aclarar es que la democracia colaps贸 en el momento del golpe. ¡No antes! Chile era un pa铆s democr谩tico: el Congreso funcionaba, las instituciones funcionaban. El gobierno cometi贸 muchos errores, s铆. Hab铆a grupos violentistas de derecha y de izquierda, s铆. Pero la democracia no estaba colapsada.
A cincuenta a帽os del 11 de septiembre de 1973 la derecha exije a la izquierda que reconozca responsabilidad en el golpe, distorsionando una historia que parte con el asesinato por la derecha del general Schneider, sigue con la complicidad de la derecha con la CIA, con la orden de Nixon de “hacer chillar la econom铆a”, y se inserta en una Am茅rica Latina golpista en el contexto de la Guerra Fr铆a.
En el curso de los a帽os la izquierda ha hecho un reconocimiento de los errores que se cometieron durante la Unidad Popular. Y los hechos hist贸ricos nos hablan de un presidente Allende republicano, que en una actitud apaciguadora, cuya intenci贸n era justamente no desestabilizar la democracia, estuvo dispuesto a llamar a un plebiscito el d铆a martes 11 de septiembre, de modo de impedir el golpe militar que la derecha estaba organizando desde hac铆a un buen rato con la ayuda del gobierno de Washington y la CIA.
La preguntas que habr铆a que hacerse, hoy, son otras:
¿Ha reconocido la derecha su responsabilidad en la preparaci贸n del golpe, los hechos delictuales de Patria y Libertad, las conversaciones de personeros de la derecha con el gobierno de Nixon, el acaparamiento de alimentos que produjo colas y desabastecimiento y termin贸 el d铆a despu茅s del golpe, la huelga de los camioneros que paraliz贸 el pa铆s y fue financiada con platas de la derecha y otras provenientes de Estados Unidos?
¿Ha reconocido la derecha el acto criminal que signific贸 bombardear el palacio de la Moneda donde muri贸 el presidente de Chile mientras la derecha celebraba destapando botellas de champa帽a?¿Ha pedido perd贸n la derecha por los 17 a帽os en los cuales se tortur贸, fusil贸, degoll贸 e hizo desaparecer a opositores mientras estaba clausurado el mismo Congreso desde donde hoy responsabilizan a la izquierda del golpe militar?¿Se desembarc贸 la derecha del gobierno de Pinochet cuando ese gobierno orden贸 asesinar a Orlando Letelier en Washington, disparar a Bernardo Leighton y su esposa Anita Fresno en Roma, dej谩ndola a ella en silla de ruedas y a 茅l malamente herido?
Convengamos que el de la Unidad Popular fue un gobierno donde se cometieron muchos errores, convengamos que personeros como Carlos Altamirano hicieron un da帽o enorme exacerbando los 谩nimos de la Marina, de opositores al gobierno e incluso del propio gobierno, convengamos que la m谩xima de “avanzar sin transar” de los j贸venes del MIR no hizo m谩s que exasperar a los detractores de la Unidad Popular, convengamos que las tomas ilegales de f谩bricas y terrenos contribuyeron a intoxicar la convivencia social, convengamos que la arrogancia con que una parte de la Unidad Popular cre贸 todo tipo de odiosidades y suspicacias al pretender hacer cambios radicales, sin acuerdos con la oposici贸n. Y convengamos tambi茅n que la propia oposici贸n no hizo m谩s que cortapizar cualquier cambio propuesto por el gobierno, por positivo que fuera para el pa铆s.
Convengamos que aquel no fue un buen gobierno y tampoco fue una buena oposici贸n. Lo que se instal贸 all铆 fue el odio, el revanchismo y la polarizaci贸n.
Pero nada de eso justifica el acto criminal que fue el golpe militar, planeado mucho antes de que la situaci贸n se polarizara y por fuerzas, algunas de ellas completamente ajenas a la situaci贸n interna chilena. Y por supuesto que nada de eso justifica la larga dictadura que lo sigui贸, donde se conculcaron todas las libertades p煤blicas, se hizo desaparecer a m谩s de tres mil personas, se mand贸 al exilio a diez mil familias, se tortur贸, se quem贸 vivos a opositores al r茅gimen, a otros se los degoll贸. Y despu茅s, cuando el dictador perdi贸 el plebiscito, que lo habr铆a dejado otros ocho a帽os en el poder, comenz贸 una transici贸n a la democracia pactada con los militares, que sent贸 a Pinochet, como senador vitalicio, en el reabierto Congreso.
Por un tiempo demasiado largo se estableci贸 la “intocabilidad” de los militares. Y aprovech谩ndose de esa intocabilidad los militares nunca dijeron d贸nde estaban los cuerpos de los detenidos desaparecidos, ni qu茅 hicieron con ellos antes de lanzarlos al mar, a los lagos o antes de dinamitarlos en los desiertos o esconderlos en hornos de cal y en cuevas. Y as铆 qued贸 instalada la impunidad.
Lo que nos ha pasado a todos los chilenos, de izquierda y de derecha, ha sido una horrible tragedia. La justicia que debi贸 haber llegado hace muchos a帽os, o ha tardado demasiado o simplemente no lleg贸. Algunos militares est谩n presos en una c谩rcel de lujo. El general Pinochet muri贸 tranquilo en su cama sin hacer un solo d铆a de c谩rcel y sin reconocer que, bajo el pretexto de una guerra contra el marxismo lenininismo, instal贸 una dictadura militar donde incluso los militares que se atrevieron a defender valores democr谩ticos, como su amigo el general Carlos Prats, fueron asesinados.
Lo 煤nico que se ve claramente en este triste aniversario es que estos dos bandos no van a reconciliarse mientras no haya un consenso con respecto a que, sean cuales sean los errores pol铆ticos de un gobierno, un golpe de estado como el del 11 de septiembre de 1973 ser谩 siempre un acto criminal, que acarrear谩 la muerte de quienes defienden la democracia, producir谩 un quiebre profundo en la sociedad y dejar谩 el alma del pa铆s tan herida como est谩 el alma de Chile hoy.
Creo que el 煤nico punto de uni贸n que nos va quedando es el dolor.
Elizabeth Subercaseaux, periodista y escritora chilena
Pressenza
Redacci贸n Chile