En lo que va de 2023, al menos 178 niños y niñas han perdido la vida o desaparecido al intentar cruzar la peligrosa ruta migratoria del Mediterráneo Central, desde el norte de África hasta Europa, en busca de seguridad, paz y mejores oportunidades. Esto equivale a casi 8 niños por semana.
Unicef estima que desde el año 2018, unos 1500 niños y niñas murieron o desaparecieron. Si tenemos en cuenta que la Organización Internacional para las Migraciones habla de 7610 personas muertas o desaparecidas, una de cada cinco serían menores de edad.
"Ahogados en la inacción mundial"
"Demasiados niños y niñas se embarcan en las costas del Mediterráneo y acaban perdiendo la vida o desapareciendo en el intento de buscar seguridad, reunirse con su familia y encontrar un futuro más esperanzador en Europa", afirma Catherine Russell, directora ejecutiva de Unicef.
Muchos de los naufragios en la ruta migratoria del Mediterráneo Central no dejan supervivientes o ni siquiera quedan registrados, lo que dificulta el cálculo del número real de víctimas infantiles que probablemente sea aún mayor.
UNICEF estima que 9400 niños y niñas llegaron a las costas de Italia desde el norte de África desde enero de 2023. Esto significa que se ha duplicado el número si comparamos con el mismo período de 2022, a pesar de los enormes riesgos que implica para la infancia. La mayoría salieron de Libia y Túnez, recorriendo rutas peligrosas por África u Oriente Medio.
"Esto es una clara señal de que se debería hacer más para crear vías legales y seguras de acceso al asilo. Se debería hacer más para rescatar vidas en el mar y garantizar que los niños y niñas desembarcan de forma segura. Y se debería hacer más para evitar que los niños arriesguen sus vidas. Estos niños y niñas se están ahogando en la inacción mundial", añade Russell.
La situación en España
En los últimos meses, niños e incluso bebés, han perdido la vida intentando hacer esta ruta tan peligrosa u otras a través del Mediterráneo y el Atlántico. Es el caso de las costas de Grecia y las Islas Canarias en España, del pasado mes de junio.
Las diferentes estimaciones existentes sobre esta dramática realidad son contundentes, aun así, los datos disponibles son limitados. Según la Organización Internacional de las Migraciones, entre 2018 y 2022 se contabilizaron 2739 víctimas y personas desaparecidas en su travesía marítima hacia España.
Las consecuencias para la infancia son dramáticas:
- Hay un número creciente de víctimas menores de edad.
- Muchos niños y niñas son testigos directos de la muerte de otras personas, que en algunos casos son sus familiares, amigos y otros seres queridos, situaciones potencialmente traumáticas que muchas veces no son detectadas con prontitud y atendidas adecuadamente a nivel psicoemocional.
- Incluso cuando no migran, los niños y niñas sufren la pérdida de sus madres, padres, hermanos y otros familiares.
A pesar de ciertos avances en el plano de la coordinación interinstitucional, la ausencia de procedimientos y protocolos y la falta de claridad en España en cuanto a las competencias, provocan que las familias se enfrenten por sí mismas a un sistema confuso y enrevesado.
Niños y niñas que viajan solos
Durante el primer trimestre de 2023, el 71% de los niños y niñas que llegaron a Europa a través de esta ruta (y hay registro de ello), viajaban solos o sin sus padres o cuidadores legales. Esta situación les expone aún más si cabe a un mayor riesgo de violencia, explotación y abuso.
Esta vulnerabilidad es especialmente patente en el caso de las niñas que viajan solas, que se enfrentan a la violencia antes, durante y después de la travesía.
Protección insuficiente
La del Mar Mediterráneo Central es una de las rutas más peligrosas que recorren los niños y niñas. Aún así, el riesgo de morir en el mar es solo una de las muchas tragedias a las que se enfrentan. Desde amenazas a experiencias violentas, falta de acceso a la educación y oportunidades de futuro, detenciones o separaciones familiares. A todo esto hay que sumarle las posibilidades limitadas de moverse con seguridad, la falta de protección en los países de paso y las operaciones de rescate, lentas e insuficientes.
Desde UNICEF pedimos a los gobiernos y a la UE que, en línea con el derecho internacional y la Convención sobre los Derechos del NIño, mejore la protección de la infancia vulnerable en el mar y en los países de tránsito, origen y destino:
- Protegiendo los derechos y el interés superior del niño de acuerdo con las obligaciones del derecho nacional e internacional.
- Proporcionando a la infancia vías seguras y legales para migrar y buscar asilo.
- Reforzando la coordinación en las operaciones de búsqueda y rescate y garantizando un pronto desembarco a lugares seguros.
- Reforzando los sistemas de protección nacionales frente a la explotación y la violencia, sobre todo para los niños y niñas no acompañados.
- Mejorando las perspectivas de niños y adolescentes en los países de origen y tránsito.
- Garantizando que los niños y niñas tienen información sobre sus opciones y los riesgos de la ruta a la hora de tomar decisiones.
- Manteniendo a todos los niños y niñas en las escuelas y proporcionando servicios esenciales como la salud.