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Una muerte ignominiosa, pero no ilícita

OPINIÓN de Karolina Kuszlewicz*

"Una muerte ignominiosa, pero no ilícita". Esta expresión aparece en el libro de B. Stevenson Cuestión de justicia, que es un excelente a la par que impactante análisis del sistema judicial en Estados Unidos en lo referente a las personas de raza negra. Durante su lectura, también pensaba repetidamente en los animales y en la abrumadora relevancia de la expresión anterior para ellos. En efecto, todos los días en nombre de la ley, aunque sea en el horror, la suciedad y la más flagrante injusticia, se asesina a los animales. Millones de animales. La magnitud de esta crueldad no se demostrará mediante investigaciones ni mediante el descubrimiento de unas verdades ocultas, sino mediante el análisis de las propias leyes. Lean hasta el final.




Violencia sistémica en nombre de la ley
El libro de Stevenson trata de lo brutal, opresivo y a menudo extremadamente injusto que es el sistema penal, con el llamado populismo penal como bandera (se supone que los castigos duros garantizan la seguridad, lo que suena a broma macabra en un país donde los llamados "tiroteos masivos" se producen casi todos los días), con la pena de muerte en la cúspide1Como apunte, me gustaría añadir que considero que la derogación de la legislación sobre la pena de muerte en Polonia es uno de nuestros mayores logros civilizatorios en el desarrollo del Estado.. Donde las sillas eléctricas siguen siendo parte de la ejecución de la ley, brutal, definitiva, que supone la eliminación de un ser humano. El autor, como abogado, describe de forma bastante naturalista las experiencias derivadas de acompañar a sus clientes durante la ejecución de la pena de muerte sobre ellos - se trata de un libro basado en hechos reales (Stevenson es el fundador de Equal Justice Initiative2https://eji.org/, una organización dedicada a defender a las personas afectadas por un trato racialmente injusto - la mayoría de los que cumplen las penas más duras en Estados Unidos son de raza negra).

Escribe que durante la ejecución huele a carne quemada, se ve salir humo de debajo de la capucha del condenado y se oye el dramático sonido de los otros reclusos golpeando contra las rejas en toda la prisión.

Stevenson muestra lo fácil que es llegar a quitar sistemáticamente la vida al otro, la pesadilla que supone para un condenado esperar la pena de muerte durante mucho tiempo  y lo difícil que es salvar a alguien de la ejecución (incluso en aquellas situaciones en las que era inocente).

El populismo penal no mejorará nada. Lo único que conseguirá será centrar la atención pública en la severidad de las penas, desviando así la mirada del público de la raíz del problema. En cuanto a la severidad de las penas en los delitos contra los animales, creo, por supuesto, que las penas impuestas por los tribunales por maltrato animal deben ser más duras para que sean proporcionales al acto (hoy en día es a menudo una burla del sufrimiento, que, desde el punto de vista de la responsabilidad penal, se juzga menos grave que el robo de un televisor), pero el problema no radica en la falta de penas severas, ya que la mayor parte de la violencia contra los animales es aquella que no se castiga porque ha sido legalizada.

Exclusión, negación y responsabilidad difusa
Tal vez se pregunten por qué recurro al libro de Stevenson en relación con los animales cuando no se ocupa en absoluto de ellos.

Soy abogada y me interesa el funcionamiento del sistema judicial en general, y en particular en el contexto de la exclusión. En el relato de Stevenson, observamos la imprudencia de las condenas impuestas a las personas que no son blancas, las investigaciones, los juicios y las sentencias impregnadas de racismo, la devaluación de la valía de una persona en función de su origen y, en particular, del color de su piel, la aprobación generalizada, tácita y a veces activa de todo el sistema, paso a paso, para invisibilizar cualquier duda que pudiera obligar a mirar el asunto de otro modo. "¿Para qué si se trata del que es peor, del que es diferente, del que es menos importante? ¿Para qué hacer ese esfuerzo y tomarse la molestia cuando podemos explicárnoslo todo tan fácilmente?" - susurra el prejuicio, lo suficientemente racionalizado como para haberse convertido en la norma, pero bajo él subyacen el menosprecio, la exclusión y la repulsión.

Negación de la injusticia. Denegar que el sistema, en lugar de ponerse del lado de los vulnerables, se convierta él mismo en opresor y verdugo.

Lo mismo ocurre en lo que respecta a los animales: tanto la negación, es decir, el consentimiento social masivo para con los males infligidos a los animales, como la política de opresión en forma de violencia legalizada (por supuesto, hay excepciones tanto en la obra de Stevenson como en lo referente a los casos de animales, pero normalmente se deben a que alguien insistió heroicamente en luchar por un caso concreto y son excepciones que confirman la regla de dañarlos).

Además, los factores anteriores se entrelazan (y esto se aplica, en mi opinión, a todas las manifestaciones, históricas y actuales, de injusticia sistémica, discriminación y violencia institucional) de tal forma que, he aquí, la sociedad recibe un simple mensaje de las autoridades: ¡culpable!. O como en el caso de los animales: muerte humanitaria. Así todos pueden dormir tranquilos, las conciencias quedan limpias. Sin embargo, alguien, ya fuera del foco de la mirada pública, tiene que pagarlo con su vida.

Un mensaje cómodo, que quita de los individuos, y por lo tanto de todos, la responsabilidad por la independencia de su propio pensamiento y por sus actitudes personales.

No hace falta cuestionar nada: "si figura en una sentencia o en una ley, eso significa que debe ser así, no hay vuelta atrás, lo han decidido personas sabias, así que seguro que está bien, todo se ha comprobado adecuadamente, etc.". Difusión de la responsabilidad. “No soy yo quien ha tomado esta decisión. Yo no puedo hacer nada”. Este es un punto peligroso en el que puede desarrollarse el espacio para el crimen.

Es así como funciona la mayoría y por eso la banalidad del mal, diagnosticada brillantemente por Hannah Arendt, sigue imperando en nuestra sociedad. La patología no consiste en que haya degenerados capaces de las mayores atrocidades. Hitler, con su monstruoso propósito, pudo aparecer; no podemos impedir que nazcan personas pervertidas. La patología consiste en el hecho de que el sistema, en lugar de detenerlos, comienza a servirles.

En el caso de los animales es aún más difícil de identificar, ya que no existe un arquitecto de la extinción específico, lo que existe es la oferta y la demanda, es decir, nosotros.

La banalidad del mal consiste en suavizar su imagen (no sus efectos), restar importancia a la magnitud del daño causado, racionalizar las razones para infligir sufrimiento, legitimar el mal participando en él en lugar de resistirse activamente.

De este modo se apoya a los malvados, se cede el paso a los fascistas y, en el caso de los animales, se genera demanda para su explotación. La buena noticia es que disponemos de mecanismos para detener este mal. Al menos en teoría, la práctica está en manos de la sociedad. Consiste en ser aliadas y aliados de los animales, a todos los niveles, desde el individual hasta el institucional.

¿Los dignos - los indignos?
Aunque la cita "una muerte ignominiosa, pero no ilícita", se pronunciara en el libro de Stevenson para referirse a un hombre negro que había sido asesinado a tiros (en alusión a la novela Matar a un ruiseñor de N. Harper Lee), me parece muy pertinente también en lo que concierne a los animales. Dicho esto, hay que mencionar que la categoría de dignidad es muy problemática en general. Antes que nada, unas palabras al respecto.

Tras la Segunda Guerra Mundial, como consecuencia de las atrocidades que se habían cometido, se produjo una conmoción política y social. Se formó entonces el sistema moderno de protección de los derechos humanos, basado en el concepto de "dignidad humana inherente e inalienable", que debía garantizar que no se repitieran los crímenes de las dos guerras mundiales cometidos contra civiles. En la Constitución polaca, en el artículo 30, también leemos que dicha dignidad humana inherente e inalienable es la fuente de la libertad y los derechos humanos y es inviolable.

En las leyes, la dignida" como fuente de derechos fundamentales, se reserva explícita y exclusivamente a los seres humanos (en la Constitución polaca y en todos los tratados internacionales que integran el sistema de derechos humanos).

El acervo jurídico internacional de la posguerra, por un lado, pareció ver con perspicacia y profundidad a qué perjuicios conduce la convicción de que alguien tiene derecho a decidir sobre la vida de otro ser y, por otro, perpetuó más aún  la grandeza del ser humano (en el sentido implícito frente a los animales)3En el libro de publicación colectiva ZOEpolis. Construyendo una comunidad humana-no humana (2020), hay un texto mío titulado "El concepto de derecho sensible. De la guerra a la unión interespecie”, en el que analizo en detalle el historial de derechos humanos del derecho internacional de posguerra, surgido de una desgarradora reflexión sobre la barbarie de las dos guerras mundiales del siglo XX, seguida de la necesidad de construir uniones y alianzas internacionales para la protección de los derechos humanos y de la enorme determinación expresada en el derecho para garantizar que no se repitan los crímenes masivos contra la humanidad. Busco analogías con los crímenes masivos contra los animales y propongo un "concepto de derecho sensible" que permitiría desarrollar los modelos de alianzas existentes para convertirlos también en los de la justicia animal.".

Si nos detenemos (por un momento) en esta división chauvinista-especista entre dignos e indignos, deberíamos preguntarnos si no es incompatible con esta magna dignidad humana que aquellas personas tan dignas repitan el ciclo del daño masivo, de hecho del exterminio masivo, pero en bucle a través de la (re)producción simultánea de víctimas. Dicho de otro modo, lo que la humanidad legisla en relación con los animales, ¿no contradice la idea misma de dignidad humana? ¿No la viola?

En 1948, la Asamblea General de la ONU adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El famoso artículo 1 afirma que "todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros". Y en el preámbulo leemos que "la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana", mientras "el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie". ¿No es también un acto de barbarie (re)producir animales en cadena, decidir sobre sus vidas desde la planificación de la concepción hasta el momento de la muerte y utilizar con ellos métodos análogos a los que condenamos con tanto ahínco en los nazis4Cabe señalar aquí que el trato a los animales se compara a veces directamente con el Holocausto. Se reconoce que fue el escritor judío Isaac Bashevis Singer, ganador del Premio Nobel, quien utilizó por primera vez esta yuxtaposición al pronunciar las palabras en su relato "Cartas a un escritor": "Para los animales, todos los humanos son nazis, y sus vidas son un eterno Treblinka". En cualquier caso, esta frase sirvió de inspiración para el título del libro de Ch. Patterson "Por qué maltratamos tanto a los animales? Un modelo para la masacre en los campos de exterminio naazis". En las referencias artísticas y literarias encontramos más comparaciones de este tipo. Yo, sin embargo, dudo que sea una comparación acertada, ya que en la vida real los métodos de matanza son análogos, pero los objetivos son diferentes: no se trata tanto del exterminio de una especie (un pueblo), sino de impulsar constantemente su reproducción para matar más y más. En bucle.?

Cada año en el mundo se mata a 70.000 millones de animales vertebrados: son gaseados, luego desollados, asesinados cuando están plenamente conscientes, por ejemplo como una parte de prácticas religiosas, los peces mueren asfixiados, son electrocutados, etc., pero esto se hace en nombre de la ley.

Los animales como productos de las industrias alimentaria, textil, cosmética, médica y otras se matan legalmente. Y antes pasan su vida en jaulas, sometidos al aislamiento, miedo y sufrimiento. Algunos en espacios tan reducidos que se producen actos de canibalismo entre ellos. Las investigaciones científicas actuales ya no dejan lugar a dudas de que los animales vertebrados sienten dolor y sufrimiento psicológico. Están aterrorizados por su situación.

Pero a diferencia de los protagonistas del libro de Stevenson, no cumplen ninguna condena. Son encerrados y asesinados por el beneficio de un hombre y el placer de posesión de otro.

No es posible solicitar al tribunal la conmutación de la pena contra ellos. Porque no ha habido condena ni juicio. No se les ha acusado de nada (dejando a un lado la validez o falta de la misma de las acusaciones presentadas en el libro).

La cifra mencionada de 70.000 millones de animales al año (que está más allá de la capacidad imaginativa de mi mente, y probablemente también de la tuya) no incluye los peces, porque éstos se cuentan en toneladas (no se calculan en "número de ejemplares"), por lo que la escala de esta matanza es aún mayor.

Quizá alguien piense: vale, pero es sólo un animal. El racista, el xenófobo, el chovinista piensa de forma similar. Siempre dirá: "sólo es...".

‘Señoras y señores, al gas por allí' - la ley macabra en vigor
Me acuerdo de lo mucho que me impresionó, cuando era adolescente, el título del libro de T. Borowski ''Señoras y señores, al gas por allí". La banalidad del mal en estado puro: todo el sistema bien construido de arrebatar la dignidad a los judíos, desde los guetos hasta el exterminio de 6 millones de personas. Una fábrica de muerte. La ingeniería de la degradación. Un sistema planificado, dirigido, diseccionado - el mal convertido en reglamentos e instrucciones. Etiquetado, jerarquías, secuencia. Como si nunca hubiera pasado nada. Todo funciona. La maquinaria de gaseamiento. El asesinato como norma. La escala: masiva. Un sistema tejido a partir de la crueldad. Y después, la verdad de la posguerra, la conmoción y el pavor, los juicios de Núremberg, Eichmann, conocido como el "arquitecto del Holocausto" juzgado en Jerusalén, la dramática búsqueda de un sustituto de la justicia, las preguntas si la ley puede legalizar la atrocidad y las conclusiones que no, no puede absolver y no absuelve de la responsabilidad por los crímenes, el surgimiento de grandes organizaciones internacionales destinadas a defender la paz y la justicia, como la ONU o el Consejo de Europa.

Pasemos ahora al actual reglamento de la UE sobre la protección de los animales en el momento de la muerte5Reglamento (CE) nº 1099/2009 del Consejo, de 24 de septiembre de 2009, relativo a la protección de los animales en el momento de la matanza (DO UE. L. 2009 nº 303, p. 1 en su versión modificada). Al final del artículo se puede descargar un pdf con el texto actual del reglamento..

Aunque desde una óptica formal me doy cuenta de que, en el momento en el que nos encontramos, es decir, cuando criar y matar animales para fines humanos constituye la norma, es mejor que dicho reglamento exista en lugar una completa arbitrariedad, al mismo tiempo recomiendo leerlo como una clara prueba de que la maquinaria de la humillación y la masacre sistemática, legalizada y regulada no ha dejado de existir, pero hoy sus víctimas son las especies animales no humanas.

Según este acto legislativo (las citas y las categorías de animales están tomadas directamente de él - Anexos I - III del Reglamento):

1- Los animales son sometidos a gasificación con dióxido de carbono, consistente en “exposición directa o progresiva de animales conscientes a una mezcla de gas con un contenido de dióxido de carbono inferior a un 40 % asociado con gases inertes hasta llegar a la anoxia. El método puede emplearse en fosas, sacos, túneles, contenedores o edificios previamente estanqueizados.” (concierne a: cerdos, animales de peletería, aves de corral menos patos y gansos, se refiere al aturdimiento previo a la matanza)

2- Las cámaras de gas existen y sirven para matar con dióxido de carbono (concierne a animales de peletería, aves de corral y cochinillos):

“Los animales se introducirán uno por uno, y se velará por que cada animal esté inconsciente o muerto antes de introducir el siguiente. Los animales permanecerán en la cámara hasta que estén muertos. Se podrá utilizar el gas producido por un motor especialmente adaptado para matar animales (…)”

3- Los animales son privados de oxígeno mediante gasificación con argón o nitrógeno, lo que supone “Exposición directa o progresiva de animales conscientes a una mezcla de gases inertes, como el argón o el nitrógeno hasta llegar a la anoxia. Este método puede emplearse en fosas, sacos, túneles, contenedores o edificios previamente estanqueizados” (concierne a cerdos y aves de corral),

4- Los animales se electrocutan (el llamado aturdimiento eléctrico):

Los electrodos se colocarán en la boca y el recto con una corriente mínima de 0,3 amperios y una tensión mínima de 110 voltios durante al menos tres segundos” (concierne a zorros),
Al utilizar el aturdimiento eléctrico limitado a la cabeza, los electrodos deberán abarcar el cerebro del animal”. Objetivo: “Exposición del cerebro a una corriente que genere una forma de epilepsia generalizada en el electroencefalograma (EEG)” (concierne a todas las especies),
5- Los animales son atados y electrocutados en el agua:

Exposición de todo el cuerpo, a una corriente eléctrica que genere una forma de epilepsia generalizada en el EEG y posiblemente una fibrilación o parada cardiaca mediante un baño de agua”,
Los ganchos de suspensión deberán mojarse antes de colgar y exponer las aves vivas a la corriente. Las aves se suspenderán por las dos patas” (concierne a aves del corral),
6- A los animales se les aplasta el cuerpo, lo cual se conoce como trituración: “Este método triturará instantáneamente y matará de forma inmediata a los animales. El aparato dispondrá de cuchillas trituradoras de rotación rápida accionadas mecánicamente, o de protuberancias de poliestireno. La capacidad del aparato deberá ser suficiente para matar instantáneamente a todos los animales, incluso si su número es elevado.”,

7- A los animales se les rompe la columna vertebral y “ninguna persona matará mediante dislocación cervical manual o golpe contundente en la cabeza más de 70 animales por día”. (concierne a animales hasta 3 kg de peso)

8- A los animales se les daña el cerebro con las llamadas "pistolas de perno cautivo penetrante", provocando “daño cerebral grave e irreversible causado por el impacto y la penetración de un perno cautivo” (concierne a todas las especies)

El reglamento es largo, éstos son sólo algunos ejemplos. Suelo analizarlo por partes, porque en un momento dado empiezo a sentir náuseas y escalofríos.

Merece la pena añadir que el reglamento prevé una especie de ley de misericordia, espantosa en su piedad. Se aplica a los bebés y a sus madres.

A saber, el “derecho de prioridad” para ser matados. Según reza, "A efectos del sacrificio, los animales no destetados, los animales lecheros en período de lactación, las hembras que hayan parido durante el trayecto o los animales entregados en contenedores tendrán prioridad sobre otros tipos de animales" (anexo III, punto 1.5.).

Otra "ley de misericordia" es la prohibición de aplicar descargas eléctricas a los animales antes de que entren en el matadero, a menos que el animal se resista ¿Cómo se supone que no va a resistirse si se le arrastra para matarlo? ¿Cómo se supone que no va a sentir pánico? „En cualquier caso, estos aparatos se utilizarán únicamente con bovinos adultos o porcinos adultos que rehusen moverse y solo cuando tengan espacio delante para avanzar.” (Anexo III, punto 1.9.)

El reglamento permite el uso de otros métodos "mejores", pero sólo si son económicamente rentables. Según leemos en su preámbulo “Las recomendaciones de eliminar progresivamente el uso de dióxido de carbono para cerdos, así como el uso de equipamientos de aturdimiento por baño de agua para las aves de corral no se han incluido en el presente Reglamento porque la evaluación de impacto revela que dichas recomendaciones actualmente no resultan económicamente viables en la UE”.

Por supuesto, " tiene que haber orden", por lo que para gasear a los animales “se hará una prueba del motor cada año antes de que se lleve a cabo la matanza de animales” (Anexo II, punto 9.4.(c)), y también “Se velará por que haya un suministro constante de animales al punto de aturdimiento y matanza para evitar que los operarios tengan que apremiar los animales desde los corrales de estancia.” (Anexo III, punto 1.7.).

Cara a cara con la verdad
Todo esto supone una violencia espantosa e inimaginable. No es nada menos que el peor racismo y exterminio entre seres humanos. De hecho, es incluso más grave, porque en este caso se están (re)produciendo animales para dañarlos continuamente (al fin y al cabo, así es exactamente como los llama el preámbulo de este reglamento: "animales de producción"). Es una constante renovación del daño y la explotación. El daño en bucle. Un sinfín de cámaras de gas.

La verdad yace escrita como la letra de la ley, negro sobre blanco. Proporciona un impactante manual de instrucciones para un nuevo subtipo de discriminación letal, es decir, el especismo. Demuestra que los métodos de comportamiento más atroces de los que es capaz el hombre no han desaparecido en absoluto, sino que simplemente se han transferido a otras especies: a los animales sintientes.

Nadie puede acusarme de exagerar, de manipular el material o de imponer mi perspectiva al abordar la cuestión. No, la verdad procede del contenido del propio reglamento, que es un acto de aplicación general y establece los estándares para el trato a los animales.

Este texto me ha costado mucho trabajo, pero quería escribirlo para que, en conversaciones y debates, tuviéramos pruebas irrefutables, recogidas en párrafos y apartados, de un crimen masivo contra los animales.

Es hora de afrontarlo aunque duela y de hacer todo lo posible para detener esta tragedia. El primer paso consiste en negarse valientemente a beneficiarse de él.

*Karolyna Kuszwiecz es jurista, catedrática en la Universidad de Varsovia y autora de varios libros sobre protección animal.

Traducción: Joana Wisniewska

El reglamento: https://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=OJ:L:2009:303:0001:0030:ES:PDF

Lecturas recomendadas

Cuestión de justicia, B. Stevenson, ed. Península, 2020
Por qué maltratamos tanto a los animales? Un modelo para la masacre en los campos de exterminio naazis, Ch. Patterson, ed. Milenio, 2008
Dare to care. Ecofeminism as a Source of Inspiration, D. Holemans, M.-M. Franssen, P. Osman, ed. Oikos, 2022

Notas
1
Como apunte, me gustaría añadir que considero que la derogación de la legislación sobre la pena de muerte en Polonia es uno de nuestros mayores logros civilizatorios en el desarrollo del Estado.
2
https://eji.org/
3
En el libro de publicación colectiva ZOEpolis. Construyendo una comunidad humana-no humana (2020), hay un texto mío titulado "El concepto de derecho sensible. De la guerra a la unión interespecie”, en el que analizo en detalle el historial de derechos humanos del derecho internacional de posguerra, surgido de una desgarradora reflexión sobre la barbarie de las dos guerras mundiales del siglo XX, seguida de la necesidad de construir uniones y alianzas internacionales para la protección de los derechos humanos y de la enorme determinación expresada en el derecho para garantizar que no se repitan los crímenes masivos contra la humanidad. Busco analogías con los crímenes masivos contra los animales y propongo un "concepto de derecho sensible" que permitiría desarrollar los modelos de alianzas existentes para convertirlos también en los de la justicia animal."
4
Cabe señalar aquí que el trato a los animales se compara a veces directamente con el Holocausto. Se reconoce que fue el escritor judío Isaac Bashevis Singer, ganador del Premio Nobel, quien utilizó por primera vez esta yuxtaposición al pronunciar las palabras en su relato "Cartas a un escritor": "Para los animales, todos los humanos son nazis, y sus vidas son un eterno Treblinka". En cualquier caso, esta frase sirvió de inspiración para el título del libro de Ch. Patterson "Por qué maltratamos tanto a los animales? Un modelo para la masacre en los campos de exterminio naazis". En las referencias artísticas y literarias encontramos más comparaciones de este tipo. Yo, sin embargo, dudo que sea una comparación acertada, ya que en la vida real los métodos de matanza son análogos, pero los objetivos son diferentes: no se trata tanto del exterminio de una especie (un pueblo), sino de impulsar constantemente su reproducción para matar más y más. En bucle.
5
Reglamento (CE) nº 1099/2009 del Consejo, de 24 de septiembre de 2009, relativo a la protección de los animales en el momento de la matanza (DO UE. L. 2009 nº 303, p. 1 en su versión modificada). Al final del artículo se puede descargar un pdf con el texto actual del reglamento.
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