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H y N

OPINI脫N de Carlos Luna Arvelo

 “…Al ser los primeros en utilizarla (bomba at贸mica)…adoptamos un est谩ndar 茅tico com煤n a los b谩rbaros de la era del oscurantismo…”



El 16 de julio, la bomba se deton贸 por primera vez. No fue un ataque, sino una prueba a la que se conoci贸 como Trinity y que tuvo lugar en el desierto de Jornada del Muerto, en Nuevo M茅xico. Se produjo a las 5:30 h de la madrugada, lo que provoc贸 que el espect谩culo de luz fuera a煤n m谩s impresionante de lo que todos se esperaban. Seg煤n el hermano de Oppenheimer, testigo directo de la Trinity junto a 茅l, las primeras palabras del f铆sico fueron, simplemente, “It worked” — funcion贸-”. Sin embargo, al orgullo que sinti贸 tras la exitosa primera prueba, pronto le sobrevino el sentimiento de horror y culpabilidad. A帽os despu茅s, el f铆sico recordaba un verso de un texto hind煤 que afirm贸 se le hab铆a atascado en la mente: “Ahora me he convertido en la muerte, Destructora de Mundos”.

https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/oppenheimer-einstein-bomba-atomica_2035

“El uso de esa arma b谩rbara en Hiroshima y Nagasaki no sirvi贸 de ninguna ayuda material en nuestra guerra contra Jap贸n. Los japoneses ya estaban derrotados y prestos a rendirse… Al ser los primeros en utilizarla… adoptamos un est谩ndar 茅tico com煤n a los b谩rbaros de la era del oscurantismo. No me ense帽aron a hacer la guerra de esa manera, y no se pueden ganar guerras destruyendo a mujeres y ni帽os»

Fueron palabras del Almirante de cinco estrellas, William D Leahy. Este militar habiendo estado en retiro (desde 1939) fue incorporado al servicio activo como Jefe de Estado Mayor para el presidente Franklin D. Roosevelt en 1942 y sirvi贸 en esa posici贸n en la Segunda Guerra Mundial. Presidiendo el Estado Mayor y siendo un importante decisor durante la guerra.

Y es que si muchos otros coincidieron con este Almirante estadounidense en la tesis de que ya a los japoneses le faltaba poco para rendirse, en agosto del 1945, es en el 煤ltimo aspecto de la cita donde queremos centrarnos “…no se pueden ganar guerras destruyendo a mujeres y ni帽os”.

Ya en junio de 1945 en el desierto de Alamogordo se hizo la “prueba Trinity” que supuso la explosi贸n de la primera bomba nuclear que al estallar asombro a los cient铆ficos, la destrucci贸n era mayor de la prevista. El arma letal estaba lista, faltaba elegir los objetivos. A los pocos d铆as, los objetivos estaban decididos: Hiroshima, Kioto y Yokohama. Despu茅s se cambiaron los dos 煤ltimos por Nagasaki y Kokura.

La opini贸n contraria de Leahy a ganar la guerra contra Jap贸n matando inocentes no era la excepci贸n, en general muchos militares estadounidenses rechazaban el uso de la bomba at贸mica contra ciudades, algunos plantearon incluso hacer una demostraci贸n sobre el mar frente a la bah铆a de Tokio que sin provocar v铆ctimas demostrar铆a el enorme poder destructivo de la nueva arma. Las ciudades finalmente elegidas, como objetivo de las bombas no ten铆an inter茅s militar y la proporci贸n de civiles era mucho mayor que la de militares. Pero como nos ha ense帽ado la historia en las guerras los criterios morales de los hombres no son los que terminan prevaleciendo.

El hecho cierto es que, a pesar de las objeciones al uso del arma letal en ciudades japonesas, muchas de ellas ya devastadas por bombardeos convencionales, las consecuencias sobre los civiles de las decisiones tomadas por quienes hacen la guerra de lanzarlas sobre Hiroshima y Nagasaki, son incontrovertibles.

La gran mayor铆a de las v铆ctimas fueron mujeres, ni帽os y ancianos. De la mayor铆a de ellos no qued贸 nada. Cuando las bombas explotaron a 600 metros de altura, la ola de fuego volatiliz贸 la madera, la carne y hasta el acero. Dos hongos apocal铆pticos se alzaron a m谩s de 13.000 metros de altura sobre las cenizas radioactivas. En un di谩metro de unos 12 kil贸metros, todo lo vivo muri贸. Personas, animales y plantas. Todo.

Despu茅s de la primera bomba lanzada a Hiroshima, el 6 de agosto, el Presidente de los EE UU Harry Truman envi贸 el mensaje a los japoneses: “Si no aceptan nuestros t茅rminos de rendici贸n, pueden esperar una lluvia de destrucci贸n desde el aire, algo nunca visto sobre esta tierra”.

Tres d铆as despu茅s, el 9 de agosto, lanzan la bomba sobre Nagasaki. Tres d铆as despu茅s de esta el Emperador japon茅s Hiroito decide rendirse y tres d铆as despu茅s de esta decisi贸n, el 15 de agosto, anuncia su capitulaci贸n en un mensaje retrasmitido a la naci贸n, al referirse a las bombas at贸micas dice “…el enemigo ha empezado a utilizar una bomba nueva sumamente cruel, con un poder de destrucci贸n incalculable y que acaba con la vida de muchos inocentes. Si continu谩semos la lucha, solo conseguir铆amos el arrasamiento y el colapso de la naci贸n japonesa, y eso conducir铆a a la total extinci贸n de la civilizaci贸n humana”.

No existen cifras definitivas de cu谩ntas personas murieron a causa de los bombardeos, ya sea por la explosi贸n inmediata o en los meses siguientes debido a las heridas y los efectos de la radiaci贸n. Los c谩lculos m谩s conservadores estiman que para diciembre de 1945 unas 110.000 personas hab铆an muerto en ambas ciudades. Otros estudios afirman que la cifra total de v铆ctimas, a finales de ese a帽o, pudo ser m谩s de 210.000.

Despu茅s de 78 a帽os, aun es necesario que la humanidad siga repiti茅ndose la pregunta ¿fue necesario aniquilar a tantos seres humanos de esta manera?


Carlos Luna Arvelo

Republicado en agosto 2023

Publicado en portal del autor:  carlunasocialismoxxi


 

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