Sergio Ferrari, desde Berna, Suiza
Unos 20 mil manifestantes ganaron las calles de Berna, Suiza, el s谩bado 16 de septiembre para exigir ajustes salariales y de pensiones. Fue una de las protestas sindicales m谩s concurridas de los 煤ltimos a帽os en este pa铆s.
Anticipo, adem谩s, de una movilizaci贸n nacional convocada para el s谩bado 30 de septiembre por la Alianza por el Clima --100 organizaciones ambientales, de desarrollo y de solidaridad, entre otras-- para demandar medidas gubernamentales efectivas e inmediatas contra el calentamiento global. Los sindicatos ya anunciaron su presencia, solidariz谩ndose de esta manera con las organizaciones ambientalistas, que, por su parte, apoyaron la marcha del 16 de septiembre.
En este “caliente” oto帽o suizo, el movimiento sindical, las organizaciones sociales y los partidos progresistas (el Socialista, Los Verdes y la izquierda extraparlamentaria) relanzan as铆 la movilizaci贸n en las calles para reinstalar la justicia social y clim谩tica en el centro de la agenda pol铆tica. Todo esto a solo tres semanas de las elecciones legislativas del pr贸ximo 22 de octubre, las cuales redefinir谩n las cuotas de poder institucional para los pr贸ximos cuatro a帽os.
Redistribuir el ingreso
Seg煤n la Uni贸n Sindical Suiza (USS) --la mayor confederaci贸n nacional de trabajadores, con 20 sindicatos y 370.000 miembros y principal convocante de la movilizaci贸n del 16 de septiembre-- los ingresos reales de los trabajadores en Suiza cayeron en 2023 por tercer a帽o consecutivo. La USS sostiene que la vida se encarece mientras que los salarios y las pensiones pierden su valor. Y que es dif铆cil soportar los gastos cotidianos, a lo que se suman los aumentos previstos o ya anunciados de alquiler, cuotas de seguros m茅dicos y costo de electricidad.
Los ingresos (sueldos y jubilaciones) tambi茅n deben aumentar. “Si no es ahora, ¿cu谩ndo?”, se pregunt贸 Pierre Yves Maillard, el presidente de la USS, en el discurso de clausura en la Plaza Federal frente a la sede del Gobierno y del Legislativo. Y se帽al贸 que “el desempleo est谩 en su punto m谩s bajo pero las ganancias y los dividendos est谩n en su punto m谩s alto. En tal situaci贸n, los salarios deben adaptarse al nivel de precios. ¡Es hora de que aumenten!”.
Esta demanda p煤blica junto a las puertas mismas del Parlamento Nacional puso punto final a una manifestaci贸n que hab铆a recorrido el centro hist贸rico de la capital suiza y que los organizadores calificaron como muy exitosa. De acuerdo con la proporci贸n poblacional, esa movilizaci贸n corresponder铆a a una manifestaci贸n de 120.000 personas en Argentina o Espa帽a, 200.000 en Francia o 300.000 en M茅xico.
Situaci贸n europea similar
La realidad salarial suiza no es una excepci贸n. Condice, como tendencia, casi con la de todos los pa铆ses europeos donde la explosi贸n de la inflaci贸n y el al aumento de impuestos (en muchos casos) generalizan la p茅rdida del salario real de las y los trabajadores.
A fines de junio el cotidiano espa帽ol El Pa铆s daba cuenta de una ca铆da significativa del poder adquisitivo en ese pa铆s ib茅rico en relaci贸n al del 2008 (https://elpais.com/economia/
Su explicaci贸n es que, a pesar del importante aumento de salarios debido al alza de precios de 2022 el salario medio registr贸 una p茅rdida en el poder de compra. Si se compara con el a帽o 2008 --a帽o de referencia por la gran crisis financiera--, “el salario espa帽ol pierde un 7% de poder adquisitivo”.
Un estudio de julio de la Organizaci贸n de Cooperaci贸n y Desarrollo Econ贸mico (OCDE, o OECD en ingl茅s) constata una ca铆da del salario real de los pa铆ses europeos tambi茅n en el primer trimestre del 2023, que oscila entre el -15,6% de Hungr铆a y el -0,8% de Luxemburgo. Entre las potencias europeas, se registra un -7,3% en Italia, -3,3% en Alemania, -2,9 en Gran Breta帽a, y -1,8% en Francia. 脷nicas excepciones, seg煤n la OCDE, los Pa铆ses Bajos, que lograron aumentar un 0,4% el salario real, y B茅lgica, la gran excepci贸n, con 2,9% (https://oecd.org/employment-
Los que ganan y los que pierden
A fines de 2022, los ingresos de gerentes, directores y ejecutivos en 37 de las principales empresas helv茅ticas --algunas de las cuales tienen un perfil multinacional-- fueron, en t茅rmino promedio, 139 veces superiores a los salarios m谩s bajos de las mismas.
As铆 lo revela una detallada investigaci贸n publicada a fines de agosto por el sindicato UNIA, el m谩s grande del pa铆s, con 175.000 afiliados (https://www.unia.ch/fr). El estudio tambi茅n compara las distribuciones de beneficios entre los accionistas con la evoluci贸n salarial real y sit煤a los resultados en el contexto de la evoluci贸n econ贸mica general. Constata, como tendencia, que, en las diez empresas con mayor diferencia salarial interna, lejos de reducirse esta brecha sigue aument谩ndose. Los beneficios empresariales y las distribuciones de capital entre los accionistas se mantienen a un nivel muy alto, casi como el de los valores r茅cord de 2021. Por otra parte, constata que en Suiza los salarios m谩s bajos cayeron en 2022. Aunque en t茅rminos nominales aumentaron casi 1%, lo cual coincide aproximadamente con el crecimiento de la productividad, de todos modos perdieron un valor real, o adquisitivo, de casi 2% debido al impacto directo de la inflaci贸n (https://www.unia.ch/
Seg煤n esta investigaci贸n, la farmac茅utica multinacional Roche mantiene “el glorioso primer puesto por cuarta vez consecutiva” en cuanto a la mayor brecha salarial interna. Severin Schwan, su gerente general, percibe un salario anual superior a los 15.000.000 de francos suizos (16.680.000 de d贸lares), lo que equivale a 307 veces el salario m谩s bajo en esa empresa.
Dicho de otra manera: un empleado de Roche con el salario m谩s bajo deber铆a trabajar durante m谩s de 25 a帽os para ganar un salario mensual de Schwan, quien hasta 2022 tambi茅n ocup贸 un sill贸n en el directorio del hoy difunto Banco Credit Suisse.
Ralph Hamers, director de la Uni贸n de Bancos Suizos (UBS), y Vasant Narasimhan, director de Novartis, ocupan el segundo y el tercer lugar en la escala de los ejecutivos mejor pagados, con sueldos anuales de 12.640.000 y 10.960.000 de francos suizos, respectivamente.
Seg煤n el estudio de UNIA, la UBS ocupa la segunda posici贸n en la escala de brechas salariales, y la empresa de energ铆a ABB, la tercera. Le siguen la Nestl茅 (grieta salarial de 202 veces entre el director y los empleados con salarios inferiores), Logitech (198), Novartis (190), Alcon (187) y Z煤rich Seguros (185). Entre las 37 empresas evaluadas, que en su mayor铆a cotizan en la Bolsa de Valores, se encuentran nombres de primer nivel mundial como Swatch (brecha salarial de 165 veces), Holcim (154), Swiss Re (122), Julius B盲r (116) y Adecco (91), por citar solo algunas.
Los salarios bajos financian las ganancias astron贸micas
No hay lugar para falsos argumentos. La tendencia bajista de los salarios en las grandes empresas suizas, especialmente entre las-los trabajadores menos pagados, no se corresponde con los exitosos resultados econ贸micos de las mismas. Todo lo contrario: en 2022, los accionistas de las 37 empresas analizadas recibieron un total de casi 76.000 millones de francos suizos (unos 84.523 millones de d贸lares). A la cabeza y, como siempre, Nestl茅, Novartis, Roche y UBS, con repartijas de ganancias de m谩s de 50.000 millones de francos (unos 55.607 millones de d贸lares). Estas cuatro empresas se encuentran entre las diez primeras con las brechas salariales internas m谩s profundas. Seg煤n el estudio de UNIA, las mismas “se comportan descaradamente, distribuyendo unilateralmente sus beneficios mediante repartos de capital en lugar de aumentar los salarios”.
Esta investigaci贸n concluye que, a pesar de la pandemia de Covid 19, los problemas en la cadena de suministros, la inflaci贸n y la guerra entre Rusia y Ucrania, los beneficios empresariales y las distribuciones de capital entre los accionistas han continuado en aumento en los 煤ltimos a帽os. En s铆ntesis: “Las empresas con una amplia brecha salarial tambi茅n se caracterizan por repartos especialmente elevados entre los accionistas, aunque podr铆an ajustar f谩cilmente los salarios m谩s bajos hasta un nivel decente”.
Las cifras hablan por su cuenta. Y la investigaci贸n explica de qu茅 manera los enormes y crecientes beneficios de dichos grupos se distribuyen injustamente. Los directivos siguen recibiendo primas absurdamente altas y los accionistas se benefician gracias a generosos dividendos y recompensas en concepto de acciones.
Diez a帽os despu茅s de una votaci贸n popular que signific贸 una victoria para la Iniciativa contra las Remuneraciones Abusivas, la cual procuraba, justamente, frenar salarios y recompensas empresariales exorbitantes, el estudio de UNIA concluye que, retrospectivamente, esa iniciativa ha demostrado ser una ilusi贸n ().
UNIA insiste que son las-los trabajadores quienes est谩n pagando el precio de esa mala distribuci贸n global de ingresos en la sociedad helv茅tica. Mientras los directivos y accionistas amontonan beneficios, las-los trabajadores tienen que aceptar recortes del salario real. Para justificar esta iniquidad los empresarios no dudan en argumentar que se trata de un contexto econ贸mico dif铆cil, con su consecuente reducci贸n de los m谩rgenes de beneficio. Sin embargo, el estudio salarial refuta estos argumentos bas谩ndose en que las empresas investigadas obtienen ganancias astron贸micas, que les podr铆a permitir el pago de salarios decentes y actualizados para todos sus empleados.
Pobreza creciente
En mayo pasado, la Oficina Federal de Estad铆stica (OFS) constat贸 que en 2021 el 5% de la poblaci贸n suiza tuvo que prescindir de determinados "bienes, servicios y actividades sociales importantes" por falta de dinero. Por ejemplo: el 7,9% no pudo comprar ropa ni comer o beber con amigos una vez al mes, como sol铆a hacerlo. A pesar de que este indicador medio es m谩s bajo que en el resto de Europa, donde la cifra alcanza el 11,9%, la tendencia en Suiza es tambi茅n de aumento permanente, pasando de 8,5% en 2020 a 8,7% en 2021.
La realidad helv茅tica revela que unas 745.000 personas (de un total de 8.703.000) viven con ingresos por debajo del umbral de pobreza, 2.289 francos suizos (unos 2.534 d贸lares) al mes para una persona sola, y 3.989 francos suizos (unos 4.434 d贸lares) mensuales para dos adultos y dos ni帽a-os. Las y los extranjeros, las personas solas, las familias a cargo de una sola persona adulta, o aquellas que carecen de formaci贸n postescolar o de un empleo fijo, son las m谩s afectadas.
Aunque en otros pa铆ses estas cifras pueden parecer enormes, la realidad helv茅tica es otra. En un pa铆s donde una persona necesita unos 400 francos (444 d贸lares) por mes para el seguro m茅dico; no menos de 1.300 francos (1.445 d贸lares) para el alquiler de un peque帽o departamento de un solo ambiente (o como m谩ximo, de dos dormitorios) y adem谩s debe apartar dos meses de sueldo para impuestos federales, cantonales y municipales, las cifras que determinan la situaci贸n de pobreza son extremadamente bajas. Para este sector, la atenci贸n odontol贸gica es, por ejemplo, un art铆culo de lujo inaccesible. ¿C贸mo pagar 220 francos (244 d贸lares) para una visita para higiene dental, 600 francos (660 d贸lares) para una extracci贸n dental o 4.500 francos (4.950 d贸lares) para un implante?
C谩ritas Suiza, en un documento reciente, sostiene que la pobreza ha aumentado "de forma significativa y continuada" desde 2014, y que la demanda de alimentos y productos cotidianos en sus “tiendas de caridad” abiertas a la poblaci贸n de menos recursos contin煤a aumentando. La tercera semana de septiembre, Hubert P茅quignot, responsable de esa ONG en Neuch芒tel, anticipaba que cerca de una cuarta parte de la poblaci贸n de ese cant贸n “podr铆a encontrarse en graves dificultades financieras el a帽o que viene si no se hace nada para compensar la subida de las primas del seguro m茅dico” (https://lecourrier.ch/2023/
El flash sobre la realidad suiza encuentra similitudes y constantes en toda Europa. La tendencia es continental (y aun mundial): la ca铆da del salario real en paralelo a los aumentos siderales de las ganancias de las grandes empresas y grupos multinacionales. Todo esto acompa帽ado del discurso empresarial mentiroso del “no se puede aumentar los salarios debido a la crisis”. La gran econom铆a no solo sigue ganando fortunas; tambi茅n se adjudica el discurso “cultural” hegem贸nico de lo posible y lo imposible cuando se discute sobre la distribuci贸n del ingreso.
Sergio Ferrari