OPINI脫N de Jorge Majfud
En abril de 1972, en Caaguaz煤, la Capital de la madera paraguaya, 171 miembros de la tribu Ach茅 son desalojados de sus tierras y llevados a una reserva. Como en Chile, como en Bolivia o como en Brasil, los indios que se resisten son masacrados con machetes, de la misma forma que se limpia el terreno para extender las tierras de los hacendados, vanguardia de los capitales interesados en invertir en la explotaci贸n de los bosques y la miner铆a paraguaya.
Los machitos son vendidos como esclavos para el trabajo en los campos; las hembritas para placeres sexuales. El misionero James Stolz observa que, para algunos, tener un indio ach茅 es un signo de estatus, como tener un tigre, porque eran m谩s blancos y m谩s feroces que los miembros de otras tribus.
En Asunci贸n deben esperar a que el 21 de enero de 1974 el New York Times publique un art铆culo sobre esta matanza para darse cuenta de lo que estaba ocurriendo en su pa铆s. El r茅gimen del general Adolfo Stroessner le restar谩 importancia al asunto, estimando que se trata de menos de mil indios ach茅. Adem谩s, no pocos ciudadanos tienen una repulsi贸n hist贸rica por los indios de su pa铆s indio. El coronel Trist谩n Infanz贸n afirma que “en Paraguay no tenemos ning煤n problema con los indios; ellos representan el cuatro por ciento de la poblaci贸n”. Para el coronel la cosa es obvia: las acusaciones tienen una motivaci贸n pol铆tica de los radicales de izquierda.
M谩s de veinte a帽os atr谩s, en 1949, el general Stroessner hab铆a apoyado el golpe de Estado del general Raimundo Rol贸n contra el presidente poeta Juan Natalicio Gonz谩lez, electo el a帽o anterior, quien en apenas meses en la presidencia hab铆a tenido la p茅sima idea de nacionalizar la American Light and Traction Company (CALT). Finalmente, el 5 de mayo de 1954, Stroessner derroc贸 al presidente electo Federico Ch谩vez, quien hab铆a propuesto armar a la polic铆a nacional e impulsar reformas sociales que fueron del desagrado de los bancos internacionales, como el FMI.
De esta forma, y al igual que en muchos otros pa铆ses latinoamericanos, luego del breve desaliento a las dictaduras fascistas o pronazis en Am茅rica Latina como consecuencia de la guerra de los Aliados contra el Eje, todo hab铆a vuelto a la normalidad y, una vez m谩s, Washington apoyaba de forma abierta y secreta a los dictadores de extrema derecha que, naturalmente, son los protectores de los capitales del Primer mundo. As铆 se sucedieron golpes de Estado en Guatemala, en Bolivia y en otros pa铆ses, para restaurar el viejo orden militarista y dictatorial bajo la bandera de la vieja Libertad anglosajona.
El general Alfredo Stroessner, hijo de b谩varos alemanes, aficionado al sexo con jovencitas y perteneciente a la clase selecta del pa铆s guaran铆, hab铆a dado asilo a criminales nazis como Josef Mengele, pero esto nunca fue un problema. La CIA se hab铆a encargado de enviar a otros criminales nazis a la regi贸n como Klaus Barbie, Walter Rauff y Friedrich Schwend para apoyar sus dictaduras amigas. Stroessner ser谩 reelecto siete veces como candidato 煤nico a la presidencia hasta 1989 sin que se escuchen voces cr铆ticas de Washington sobre la “perpetuaci贸n en el poder” de su dictador amigo. Por el contrario, no habr谩 bloqueo ni acoso sino apoyo econ贸mico y moral para que se pruebe el 茅xito social que nunca llegar谩. Paraguay se convertir谩 en uno de los pa铆ses m谩s pobres de Am茅rica del Sur, pero la literatura de Washington y de los grandes medios internacionales har谩n que ese dato pase desapercibido. La prensa extranjera m谩s sarc谩stica definir谩 su gobierno como “el r茅gimen nazi de los pobres”.
Aparte de los capitales privados, Washington hab铆a invertido cientos de millones de d贸lares para apoyar su dictadura. A cambio, Stroessner ofreci贸 lo que mejor sab铆a hacer: elimin贸 la disidencia interna―calificada invariablemente como “comunista” y como “enemigos de la libertad”, seg煤n los manuales de la CIA y seg煤n los cursos de la School of the Americas. Como es natural, durante la dictadura de Stroessner los oficiales paraguayos ser谩n enviados a la School of the Americas en Panam谩 tanto como en Fort Benning, Georgia, para ser formados, junto con otros futuros dictadores latinoamericanos, en literatura pol铆tica y en t茅cnicas de tortura y represi贸n.
Tambi茅n (como Colombia en la guerra de Corea, como Argentina en la guerra de Kuwait) Paraguay hab铆a enviado tropas a Vietnam y hab铆a apoyado la invasi贸n a Rep煤blica Dominicana en 1965. Para proteger la libertad en su pa铆s, el general Stroessner hab铆a impuesto la ley marcial y el Estado de sitio, el que durar谩 m谩s de tres d茅cadas, por la cual las libertades civiles se convirtieron en irrelevantes o inexistentes cuando los acusados no pertenec铆an a la clase dirigente. Para proteger los intereses de las compa帽铆as extranjeras, su r茅gimen continuar谩 desplazando a los comunistas y a los indios sucios de sus tierras improductivas.
Bajo Stroessner, Paraguay participar谩 en la mafia de generales de Chile, Argentina, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Brasil y Estados Unidos, conocida como Operaci贸n C贸ndor, la que eliminar谩 a decenas de miles de disidentes desde Washington hasta Tierra del Fuego, pasando por Europa. Sus logros aparecer谩n flotando en el R铆o de la Plata, en el R铆o Paraguay o no aparecer谩n nunca y se llamar谩n desaparecidos.
Por supuesto que el sadismo m谩gico no fue una excepci贸n en Paraguay. Antes de la navidad de 1975, el secretario del partido comunista, Miguel 脕ngel Soler, ser谩 picado vivo con una motosierra y el presidente Stroessner seguir谩 la escena v铆a telef贸nica para su propia satisfacci贸n. Haciendo uso de las novedades tecnol贸gicas de la 茅poca, varias sesiones de tortura y asesinato de este tipo ser谩n grabadas para luego ser enviadas a sus familiares.
El 22 de diciembre de 1992 el abogado y docente Mart铆n Almada descubrir谩 una monumental colecci贸n de informes policiales escondidos en un s贸tano de Lambar茅 con miles de fichas conteniendo los datos, los m茅todos de tortura y la ejecuci贸n de disidentes. Los documentos probar谩n la implicaci贸n directa de Washington y del Plan C贸ndor en el terror impuesto en el Cono Sur durante d茅cadas. Para entonces, m谩s de 70.000 paraguayos disidentes habr谩n sido asesinados o desaparecidos durante este r茅gimen de terror que Asunci贸n y Washington protegen en nombre de la patria, vida, de la libertad y de los derechos humanos.
De una forma u otra, m谩s aqu铆 o m谩s all谩, despu茅s de siglos de civilizaci贸n y progreso, el despojo de tierras, la tortura, el abuso sexual, el genocidio, la muerte y la mentira contin煤an tan campantes como si nada. De la misma forma que Stroessner es conocido como “El viejito bueno”, Washington continuar谩 siendo el L铆der del mundo libre.
JM, extracto del libro La frontera salvaje: 200 a帽os de fanatismo anglosaj贸n en Am茅rica latina (2021)