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OPINI脫N de Amy Goodman 

“La humanidad ha abierto las puertas del infierno”, afirm贸 el secretario general de las Naciones Unidas, Ant贸nio Guterres, al dar la bienvenida a los l铆deres mundiales que asist铆an a la primera Cumbre sobre la Ambici贸n Clim谩tica, un evento convocado en el marco de la Asamblea General de la ONU de este a帽o. “Este espantoso calor est谩 teniendo efectos terror铆ficos. Agricultores que ven con angustia c贸mo las inundaciones arrasan sus cultivos. Temperaturas sofocantes que generan enfermedades y miles de personas que huyen despavoridas de los incendios [forestales] hist贸ricos. Las medidas tomadas para combatir el cambio clim谩tico no est谩n a la altura de la magnitud del desaf铆o”.




Es posible que Guterres estuviera haciendo referencia al famoso canto 茅pico medieval de Dante Alighieri titulado “El Infierno”. En ese canto, el tercero de la Divina Comedia, Dante describe c贸mo es conducido por el poeta griego Virgilio a trav茅s de los nueve c铆rculos del infierno tras atravesar unas puertas en las que se advierte: “¡Oh vosotros los que entr谩is, abandonad toda esperanza!”.

Dada la creciente frecuencia e intensidad de las condiciones clim谩ticas extremas que asolan al mundo, la referencia de Guterres a “el infierno” resulta aterradoramente oportuna. Estamos ingresando en algo parecido a los nueve c铆rculos del catastr贸fico cambio clim谩tico. Sin embargo, a pesar de lo que Guterres describe acertadamente como “la magnitud del desaf铆o”, muchas personas de todo el mundo se resisten a abandonar la esperanza. Activistas por la justicia clim谩tica, cient铆ficos, defensores del agua y de la tierra y otras personas que se preocupan profundamente por el futuro del planeta se est谩n movilizando cada d铆a con m谩s fuerza, desde los frentes de batalla de las comunidades m谩s afectadas hasta el epicentro del capitalismo mundial en Wall Street.

El domingo 17 de septiembre, unas 75.000 personas marcharon por el distrito neoyorkino de Manhattan y se concentraron cerca de la sede de las Naciones Unidas. Aunque se trataba de un mensaje dirigido a todos los l铆deres mundiales, en la pancarta del escenario se le铆a: “Biden, acaba con los combustibles f贸siles”.

La expresidenta de Irlanda Mary Robinson, actual presidenta de The Elders, una organizaci贸n independiente integrada por l铆deres mundiales y fundada por Nelson Mandela, fue una de las referentes que particip贸 de la manifestaci贸n. En una rueda de prensa acerca de la protesta, Robinson expres贸: “Necesitamos que los l铆deres [mundiales] entiendan que hay que acabar ya con los combustibles f贸siles. […] Estamos ante una crisis clim谩tica y ambiental que requiere medidas mucho m谩s urgentes. […] Ninguno de los gobiernos est谩 haciendo lo suficiente. Y los principales responsables no est谩n ni de cerca haciendo lo suficiente. Esto incluye a Estados Unidos y a la Uni贸n Europea, pero tambi茅n a otros grandes pa铆ses emisores [de gases de efecto invernadero] como Rusia, China, India y Arabia Saud铆”.

La marcha se organiz贸 en conjunto con una serie de acciones directas, como parte de un movimiento en constante crecimiento que busca confrontar a los financiadores de la industria de los combustibles f贸siles. En una de las movilizaciones, 149 manifestantes fueron detenidos frente al edificio del Banco de la Reserva Federal de Nueva York.

Renata Pumarol, activista de la organizaci贸n Climate Defenders, dijo a Democracy Now!: “El caos clim谩tico no es algo que vendr谩 en un futuro lejano. […] La 煤nica forma de acabar con la industria de los combustibles f贸siles es detener su financiaci贸n. Por eso, esta semana, cientos de activistas han dirigido sus acciones contra [instituciones] que financian [la industria de] los combustibles f贸siles, como BlackRock, KKR, Citibank y Bank of America”.

En otra de las numerosas protestas que se realizaron, los activistas bloquearon el acceso al Museo de Arte Moderno, o MoMA, debido a la estrecha relaci贸n que esa instituci贸n mantiene con su multimillonario benefactor Henry Kravis, quien es cofundador de la empresa de inversiones de Wall Street KKR. “¡Necesitamos aire limpio, no otro multimillonario!”, fue una de las consignas que corearon los manifestantes.

Los activistas, muchos de los cuales nacieron despu茅s de que comenzaran a realizarse las conferencias de las Naciones Unidas sobre el clima a principios de los ‘90, sostienen que los intereses de la industria de los combustibles f贸siles han influenciado y corrompido esas cumbres clim谩ticas.

La pr贸xima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Clim谩tico, o COP28, no contribuye en absoluto a disipar esa percepci贸n. La COP28 se celebrar谩 a finales de a帽o en la ciudad de Dub谩i, en los Emiratos 脕rabes Unidos, un petro-Estado donde no hay libertad de prensa y est谩n prohibidas las protestas. El presidente de la conferencia ser谩 el sult谩n Ahmed Al Jaber, director de la Compa帽铆a Nacional de Petr贸leo de Abu Dabi.

Marta Schaaf, de Amnist铆a Internacional, declar贸 recientemente: “La prioridad de los Emiratos 脕rabes Unidos en la COP28 parece ser maquillar de verde sus planes de expansi贸n de los combustibles f贸siles e inflar su propia reputaci贸n […] para evitar el debate sobre su lamentable historial de violaciones a los derechos humanos y sus constantes abusos”.

El secretario general de Naciones Unidas, Ant贸nio Guterres, declar贸 en la Cumbre sobre la Ambici贸n Clim谩tica: “La transici贸n de los combustibles f贸siles a las energ铆as renovables se est谩 produciendo, pero llevamos d茅cadas de retraso. Debemos recuperar el tiempo perdido por las demoras, las presiones y la codicia manifiesta de intereses arraigados que ganan miles de millones [de d贸lares] con los combustibles f贸siles”.

En su descenso por los nueve c铆rculos del infierno, Dante retrat贸 lo que 茅l consideraba los grandes pecados, como la gula, la avaricia, el fraude y la traici贸n. Podr铆a haber estado describiendo la industria de los combustibles f贸siles. Nuevos documentos confirman que Exxon y otras petroleras sab铆an, desde hace d茅cadas, que el uso de los combustibles f贸siles estaba contribuyendo peligrosamente al aumento de la temperatura global. Sin embargo, estas empresas financiaron y difundieron informaci贸n falsa sobre el cambio clim谩tico y ejercieron presi贸n para desbaratar las soluciones legislativas y pol铆ticas destinadas a combatir la emergencia clim谩tica.

El mundo ha cambiado en los siete siglos transcurridos desde la 茅poca de Dante, pero la naturaleza humana no. Solo la acci贸n coordinada y global de las comunidades que luchan por la justicia clim谩tica podr谩 asegurar una transici贸n justa hacia una econom铆a verde, que frene el avance del infierno y cierre con determinaci贸n sus puertas.


© 2023 Amy Goodman

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