Dubái, 29 nov (EFE).- La COP28, la mayor y más importante reunión mundial para abordar la emergencia del calentamiento global, arrancará este jueves en Dubái, una cumbre determinante para el futuro climático y energético del planeta, donde decenas de líderes globales y miles de activistas, expertos, científicos, industriales y sociales buscarán soluciones a esta crisis.
Esta 28 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) llega con una miríada de temas de la agenda climática en busca de decisiones que impulsen a sus 198 integrantes (países, entidades soberanas y organizaciones regionales) hacia un futuro climático “dentro de los márgenes compatibles con la vida”.
Son decenas los jefes de Estado y Gobierno que han confirmado su presencia, entre ellos el rey de Inglaterra, Carlos III; el presidente de Brasil, Lula da Silva o el presidente del Gobierno español Pedro Sánchez, junto con cientos de ministros y otros altos representantes gubernamentales, aunque también se espera que otros no acudan, como el presidente estadounidense, Joe Biden.
Estos líderes estarán presentes principalmente los días 1 y 2 de diciembre, agrupados bajo la denominada Cumbre de Acción Climática Mundial, que abrirá el camino a varios días de debates y discusiones a puerta cerrada de técnicos y expertos oficiales.
La alta política regresará a la reunión en los últimos días, cuando se tendrán que tomar decisiones que darán forma a la esperada resolución final.
Se da la circunstancia de que el papa Francisco, que tenía previsto acudir, anuló el martes, “con gran pesar”, su viaje del próximo viernes a la COP28 por recomendación de los médicos tras su reciente enfermedad respiratoria, confirmó el Vaticano.
Los temas clave
Los temas de alto calado no son menores: acordar un abandono progresivo de los combustibles fósiles, asegurar la financiación suficiente para una transición justa y ver cómo mantener “vivo” el objetivo de calentamiento global recomendado por la ciencia en un contexto de creciente falta de confianza en los compromisos de los gobiernos, así como entre los países ricos y el Sur Global.
La reunión, considerada especialmente relevante este año, llega cuando los expertos en diplomacia climática ven necesario “corregir la dirección” de la acción climática actual, que según puso de manifiesto el Balance Global -un informe de la ONU publicado en septiembre- está muy por detrás de lo que sería necesario para no traspasar el umbral de seguridad que marca la ciencia para un futuro climático aceptable. La conclusión de este balance se prevé que tenga lugar en Dubái.
Más allá de la política, también se cuentan por centenares los líderes sociales, ambientales, empresariales e industriales que estarán en la ciudad de Emiratos Árabes Unidos (EAU) hasta el día 12 de diciembre, fecha límite de una reunión que nació como un encuentro eminentemente técnico, político y diplomático y ha devenido en un encuentro a medio camino entre una feria comercial y una concentración política.
Cientos de foros
Centenares de foros, mesas redondas, presentaciones, discusiones, charlas y eventos de todo tipo están previstos para estos días, a los que se espera que asistan decenas de miles de personas.
Este año, además, la reunión llega marcada por la polémica de que el anfitrión y responsable de marcar los temas prioritarios de la agenda sea Emiratos Árabes Unidos, bajo el liderazgo de Sultan al Yaber, presidente encargado de la COP28, ministro de Industria y director gerente de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dabi (ADNOC, en inglés).
Varios críticos ecologistas han expresado sus dudas sobre la posibilidad de que se obtengan resultados positivos de la reunión “que se juega en campo contrario”, algo que se ha visto reforzado después de que una información publicada por la BBC revelara que el propio Al Yaber usó su posición como organizador de la COP para buscar acuerdos de negocio petroleros y gas con casi una treintena de países.
La reunión tendrá lugar en Dubái, una ciudad-emirato ubicada en las costas del golfo Pérsico, rica por el petróleo, el gas, el turismo de lujo y la construcción de infraestructuras. EFEVerde