La lucha por los campos sem谩nticos: la pluma y el fusil
Por un lado est谩n los hechos hist贸ricos que todos, m谩s o menos, conocemos. Por otro lado hay algo mucho m谩s importante, que es la lucha dial茅ctica y la guerra narrativa. En otras palabras: la guerra psicol贸gica.
En el caso de la Masacre de Gaza, 茅sta se divide en dos grupos: (1) un grupo insiste en sus discursos (o en los hechos) de que no todos los seres humanos son iguales. Es una convicci贸n medieval, pre-ilustrada. Por entonces, la sola idea de que la vida de un noble y la de un campesino val铆an lo mismo provocaba una carcajada un谩nime, incluso entre los campesinos. El otro grupo (2) insiste en el principio humanista de que todas las vidas valen lo mismo. Ir贸nicamente, son estos 煤ltimos los acusados de ser racistas y de apoyar el terrorismo.
El humanismo y la Ilustraci贸n introdujeron el consenso (la idea estaba de forma difusa en los antiguos griegos y en los primeros cristianos) de que cada vida es igualmente valiosa. Esta idea, antes absurda, se convirti贸 en un paradigma. Pero, en lo hechos, se sigue demostrando que no todas las vidas valen lo mismo. La frase “todos los hombres son iguales” refinada en la Declaratoria de la Independencia de Estados Unidos, fue, a un mismo tiempo, una verdad te贸rica y una mentira pr谩ctica. Quienes la escribieron cre铆an en la superioridad de “la raza blanca”, eran esclavistas y nunca dejaron de serlo.
Aunque los de abajo lograron tomar (siempre por la fuerza o a trav茅s de alguna lucha desigual contra el poder de turno) muchos derechos en base al principio de la igualdad, la evidencia de los hechos no ha cambiado mucho. Cuando en enero de 2015 un grupo terrorista asesin贸 a 12 personas en Par铆s, una decena de l铆deres de todo el mundo, desde Nicolas Sarkozy, Francois Hollande y Angela Merkel hasta Benjamin Netanyahu y Mahmoud Abbas march贸 del brazo por las calles de par铆s. Al frente de la misma marcha iba el presidente de Mal铆, Ibrahim Keita y el presidente de Nigeria, Mahamadou Issoufou. El mundo se embander贸 con el lema “Je suis Charlie”.
Casi simult谩neamente, Boko Haram asesinaba a cientos de personas en Nigeria, luego de otras masacres cometidas en ese mismo pa铆s el a帽o anterior, con una estimaci贸n de 6.000 v铆ctimas. No hubo marchas. No hubo l谩grimas. La prensa apenas lo report贸. Eran negros y, tal vez peor que eso, eran pobres y viv铆an en uno de esos “pa铆ses de mierda”, en definici贸n del presidente Donald Trump.
Los muchos cientos de millones de muertos de los imperios occidentales casi no se mencionan en los libros de historia y mucho menos en los grandes medios.
Ham谩s ataca Israel
Seg煤n una nota menor del Washington Post, entre enero y setiembre de 2023, 227 palestinos fueron asesinados por las fuerzas militares de Israel y por sus colonos, que de forma impune suelen desalojar a los palestinos de sus casas y de sus granjas. Cuando no los matan, los secuestran bajo cualquier acusaci贸n con base al criterio de los soldados y del derecho israel铆. Estas 227 muertes pasaron desapercibidas. No hubo marchas ni indignaci贸n de los medios ni de los poderosos l铆deres del mundo. Nunca importaron. Eran nadies, eran animales, eran n煤meros, eran nada.
Luego del tr谩gico 7 de octubre (seguir铆an muchos d铆as mucho m谩s tr谩gicos que no ser谩n adjetivados obligatoriamente como tales), aquellos que desde el principio condenaron las acciones b茅licas de Ham谩s y del Gobierno de Israel han sido acusados de estar “a favor del terrorismo” por aquellos que solo condenan a Ham谩s y justifican el terrorismo masivo, hist贸rico y sistem谩tico del Gobierno de Israel.
Que la frontera m谩s vigilada del mundo se deje invadir por un grupo de rudimentarios terroristas y que la respuesta del cuarto ej茅rcito m谩s poderoso del mundo haya demorado horas es tan poco cre铆ble como que 22 a帽os atr谩s unos estudiantes saud铆es de aviaci贸n hayan derribado las dos torres m谩s vigiladas del mundo secuestrando aviones comerciales en los aeropuertos m谩s vigilados del mundo. Adem谩s de tardarse horas en reaccionar, cuando lo hacen, sus pilotos en super aviones con super tecnolog铆a no alcancen a distinguir a los terroristas de Hamas de sus propios ciudadanos. Semanas despu茅s, en un pretendido gesto de objetiva honestidad, el gobierno de Israel reconoci贸 que las v铆ctimas hab铆an sido 200 menos de las reportadas, ya que inicialmente hab铆an contado cuerpos calcinados ajenos como si fueran propios, lo que significa un reconocimiento impl铆cito de una matanza indiscriminada por parte de la aviaci贸n propia que no reconici贸 v铆ctimas propias de terroistas ajenos. El ej茅rcito de Israel dice saber todo de los t煤neles debajo de hospitales que bombardea sin piedad, pero no sab铆a nada de un cruce de los militantes de Hamas en busca de rehenes…
Luego, la brutal reacci贸n “de defensa contra los terroristas” que va dejando m谩s de 11 mil inocentes masacrados, casi la mitad de ellos ni帽os (significativamente, casi la mitad de la poblaci贸n de Gaza son menores), sin contar los miles de desaparecidos bajo los escombros y los dos millones de inocentes con el m谩s profundo Trastorno de Estr茅s Postraum谩tico (TEPT) que se pueda imaginar. Cantera de “terroristas”, si las hay.
Se bombardean 谩reas enteras, incluidos hospitales, escuelas y campos de refugiados bajo la excusa de que all铆 podr铆a haber terroristas. La inteligencia israel铆 que no supo prever ni evitar la breve invasi贸n de Ham谩s el 7 de octubre, afirma que sabe todo lo que ocurre en el subsuelo palestino. La culpa de que tantos ni帽os palestinos mueran es de los terroristas de Ham谩s que los usan de escudo. Como lo resumi贸 al c茅lebre Primer Ministra Golda Meir medio siglo atr谩s, “nunca podremos perdonarle a los 谩rabes por obligarnos a matar a sus hijos”. A esta l贸gica genocida y profundamente terrorista hemos llegado en nombre de (1) Dios, (2) la democracia, (3) la defensa propia y (4) la lucha contra el terrorismo.
En este momento, aparte del principio unilateral del “derecho a defenderse”, los reclamos pro-israel铆es se centran en la liberaci贸n de los rehenes que quedan en manos de Hamas. Algo que apoyamos abiertamente. Pero ¿por qu茅 no hablamos tambi茅n del secuestro sistem谩tico de palestinos por parte del ej茅rcito de Israel? Varios miles de ellos languidecen en las c谩rceles de Israel sin juicio y bajo la acusaci贸n de insultar o desobedecer las 贸rdenes arbitrarias de sus soldados. O por tirar piedras al Cuarto Ej茅rcito m谩s poderoso del mundo. El mismo embajador israel铆 Gilat Erdan Miles, en un alegato en la ONU, levant贸 un ladrillo para demostrar la agresi贸n de los palestinos. ¿A qu茅 distancia puede un ni帽o, o un adulto, arrojar semejante bloque de hormig贸n con una sola mano? Muchos de los encarcelados son menores, es decir, secuestrados por un Estado extranjero, como es el caso m谩s reciente de la joven Ahed Tamimi, junto con otros 7.000 rehenes palestinos que no son llamados as铆 para no herir la sensibilidad del Occidente democr谩tico y civilizado.
Ahora, dejemos por un momento las contingencias hist贸ricas del presente y detengamos en los conceptos centrales de este conflicto que no es s贸lo regional sino global―por sus causas y por sus consecuencias.
Sionismo
El sionismo se origin贸 en la Inglaterra imperial del siglo XVII. Sus promotores fueron cristianos protestantes que cre铆an que la segunda llegada de Jes煤s ocurrir铆a en 1666, luego del retorno del pueblo hebreo a Palestina y su aceptaci贸n de Jes煤s como el Mes铆as. Es decir, luego de la conversi贸n de los jud铆os al cristianismo. Nada nuevo.
Seg煤n la historiadora israel铆 y experta en sionismo de la Universidad de Tel Aviv Anita Shapira, los evang茅licos sionistas transmitieron esta idea a algunas comunidades jud铆as a mediados del siglo XIX, a pesar de la resistencia de los mismos rabinos a un nacionalismo jud铆o desde principios de ese siglo. Seg煤n las 煤ltimas estad铆sticas, actualmente el sionismo est谩 compuesto por un jud铆o por cada treinta cristianos.
Los principales anti sionistas, desde sus or铆genes, fueron jud铆os. A煤n hoy lo son. Cuando los mismos palestinos se han hecho a la idea de una soluci贸n de dos estados, los jud铆os ortodoxos anti sionistas reclaman el desmantelamiento de todo el Estado de Israel, el cual consideran antijud铆o. Para ellos, el “regreso del pueblo hebreo” a su tierra no es un hecho pol铆tico y menos militar, sino un milagro de Dios. Como dice un dicho popular, “los sionistas no creen en Dios, pero est谩n seguros de que fue 茅l quien les dio la tierra”.
En la actualidad, uno de esos grupos de jud铆os anti sionistas es el Neturei Karta, fundado en Jerusal茅n en 1938. Por entonces, Hitler apoyaba la idea sionista como una forma de limpieza 茅tnica voluntaria, algo muy similar a lo que ocurri贸 con los negros en Estados Unidos, luego de que Lincoln los convirtiese en ciudadanos con derecho a voto: muchos fueron “enviados de vuelta” a Hait铆 y a 脕frica, donde fundaron Liberia. Algo similar a lo que pretende Netanyahu y sus apologistas con la molesta poblaci贸n palestina: que se vayan, que busquen refugio en alg煤n otro pa铆s. De hecho, la di谩spora palestina, de aproximadamente diez millones, desde hace m谩s de dos d茅cadas supera el n煤mero de palestinos en Palestina.
Otros jud铆os ortodoxos anti sionistas viven al norte de Jerusal茅n, en el barrio Mea Shearim, el cual tuve la oportunidad de visitar en los 90s, cuando parec铆a que jud铆os y palestinos estaban cerca de lograr un acuerdo. D铆as despu茅s de que dej茅 Palestina e Israel (luego de dos horas de interrogatorio en el aeropuerto de Tel Aviv), un fan谩tico de extrema derecha asesin贸 al Primer Ministro Yitzhak Rabin, logrando su objetivo de destruir cualquier esperanza de convivencia.
De la misma forma que en el siglo IV los cristianos dejaron de ser perseguidos para convertirse en persecutores con su oficializaci贸n por parte del brutal emperador Constantino, los jud铆os (perseguidos, expulsados y demonizados por los cristianos en Europa por siglos) se convirtieron en persecutores luego de la Segunda Guerra mundial.
En 1975, la Asamblea General de la ONU determin贸, en su Resoluci贸n 3379, que el “sionismo es una forma de racismo y discriminaci贸n”. Esta resoluci贸n fue revocada en 1991 como condici贸n de Israel para su participaci贸n en la Conferencia de Paz en Madrid, la cual llev贸 a los Acuerdos de Oslo. Luego de una d茅cada, tambi茅n estos acuerdos fracasaron, debido a que la realidad los asentamientos ilegales iba en direcci贸n contraria a todas las promesas de independencia palestina.
El pueblo jud铆o ha sobrevivido en la di谩spora dos mil a帽os en Asia, 脕frica, Europa y Am茅rica. Ha sido expulsado y perseguido decenas de veces, sobre todo en Europa y en Estados Unidos antes de 1945. Nunca ha sido quebrado moralmente hasta que el Estado de Israel logr贸 hacerlo.
Antisemitismo
A lo largo de casi todo el siglo XX, sobre todo despu茅s del Holocausto jud铆o y de la creaci贸n de Israel, la acusaci贸n de “antisemita” se convirti贸 en una de las etiquetas m谩s temidas por cualquier cr铆tico de las pol铆ticas del gobierno de Israel. Este absurdo procede de la confusi贸n estrat茅gica entre sionismo y juda铆smo. De la misma forma, todos los nacionalismos siempre secuestraron a pueblos diversos identificando sus decisiones pol铆ticas con un pa铆s entero. En tiempos de guerra, cualquier cr铆tica fue y es vista como antipatri贸tica, ya que todo se reduce a la vulgar y criminal dicotom铆a de “ellos o nosotros”.
Benjam铆n Netanyahu justifica la propiedad de la tierra en base a un m铆stico linaje 茅tnico-racial que va m谩s all谩 de los dos mil a帽os. Quienes se oponen son calificados de antisemitas, lo cual es una referencia racial o, por lo menos, 茅tnica. No sin iron铆a, Netanyahu y la mayor铆a de los israel铆es tienen menos de semitas que los palestinos. Los israel铆es modernos tienen tanto de semitas como los sionistas tienen de religiosos. Varios estudios gen茅ticos han demostrado que aproximadamente la mitad del linaje gen茅tico de los jud铆os puede remontarse al antiguo Oriente Medio y la otra mitad a Europa.
Los palestinos no s贸lo son m谩s semitas que los israel铆es, sino que son el grupo gen茅tico m谩s cercano a los jud铆os modernos. Sin embargo, han sido calificados por diversos integrantes del gobierno de Netanyahu como “animales de dos patas” y no pocos israel铆es los consideran bestias inhumanas o, por lo menos, humanos de una casta inferior―solo que deben sufrir de una violencia f铆sica y moral mucho peor que los intocables en India. ¿Qu茅 hay m谩s antisemita que esto hoy en d铆a? Es la vieja estrategia que aplicaron los nazis contra los jud铆os en Europa: primero deshumaniza, ll谩malos ratas; luego suprime, como se suprimen ratas. Nada de esto es considerado antisemitismo, vaya el Diablo a saber por qu茅.
Una tr谩gica paradoja m谩s. Esta identificaci贸n del juda铆smo con el semitismo y con el Estado de Israel ha desacreditado (cuando no criminalizado) a las izquierdas en todo el mundo, convirti茅ndolas en el objetivo principal de las acusaciones de antisemitismo. Cualquier posici贸n humanista que no vea ninguna diferencia de valor y de derecho entre la vida de un palestino y un israel铆 y se proteste abiertamente es autom谩ticamente etiquetada de antisemitismo.
A ese absurdo hemos llegado. Al mismo tiempo, las extremas derechas se han convertido en bastiones proisrael铆es. Basta con considerar la extrema derecha en Estados Unidos con su supremacismo blanco e, incluso, con diversos grupos neonazis, hist贸ricos campeones del antisemitismo. O la extrema derecha en Brasil, como el clan del expresidente Bolsonaro, obsesionado con las banderas israel铆es y su causa evang茅lica―todo vuelve al origen. O el candidato a la presidentica en Argentina, el ultra derechista Javier Milei, hondeando banderas de Israel en sus actos pol铆ticos. O, en momentos en que millones de personas marchan por todo el mundo en protesta contra la masacre en Gaza, en Paris Marine Le Pen, l铆der hist贸rica de la ultraderecha francesa integrada por neonazis y fascistas, y Jordan Bardella, presidente del partido de ultraderecha Agrupaci贸n Nacional, organizan una marcha “contra el antisemitismo” de aquellos que se atreven a denunciar la brutalidad del cuarto ej茅rcito m谩s poderoso del mundo sobre una poblaci贸n civil sin ej茅rcito y sin derecho a anda.
Una paradoja es una contradicci贸n aparente con una r铆gida l贸gica de base. Claro que el actual p谩nico de los imperios decadentes no es s贸lo de la extrema derecha. C茅line Pina, asistente parlamentario en el Senado de Francia, militante del Parti socialiste (PS), quien en 2016 compar贸 el velo isl谩mico con un brazalete nazi, tom贸 natural partido en el conflicto de Gaza. Su razonamiento es una copia de todos los imperios occidentales que devastaron y asesinaron a cientos de millones de asi谩ticos, africanos y latinoamericanos, siempre en nombre de la civilizaci贸n, del Mundo Libre y, una vez m谩s, contra la invasi贸n de las razas inferiores: “una bomba que explota, destruye y causa da帽os colaterales, sin duda matar谩 a ni帽os (palestinos). Pero estos ni帽os no morir谩n teniendo la sensaci贸n de que la humanidad los ha traicionado. Todo lo que eran, tienen derecho a esperar. Lo que es horrible aqu铆 es imaginar que los ni帽os (israel铆es) de 8, 9, 10 a帽os, que esas pobres mujeres murieron llev谩ndose como 煤ltima imagen una imagen de inhumanidad, de atrocidad y desprecio por lo que eran. Aqu铆 es donde est谩 el crimen contra la humanidad”. Todos los panelistas que la acompa帽aban en la TV Francesa estuvieron de acuerdo.
Seg煤n el f铆sico Hajo Meyer, sobreviviente de Auschwitz y jud铆o anti sionista “en las escuelas de Israel se ense帽a racismo contra los palestinos, se adoctrina sobre el Estado, la sangre y la tierra, igual que los nazis me ense帽aron en Alemania. El sionismo es una ideolog铆a nacionalista, racista y colonialista”. En 2006, Mayer fue acusado de antisemita en Alemania por comparar la ocupaci贸n israel铆 de los territorios palestinos con el r茅gimen nazi.
Pueblo elegido
Seg煤n una encuesta de PEW, el 70 por ciento en Israel se cree elegido de dios. El 17 por ciento ni siquiera creen en Dios. Claro que esta elecci贸n habr铆a ocurrido miles de a帽os atr谩s, pero, a juzgar por las creencias y las pol铆ticas impuestas a fuerza de aviones cazas F-35 Lightning, esta preferencia ser铆a hereditaria. Seg煤n las mismas encuestas, el diecisiete por ciento de los israel铆es no cree en Dios―pero esto es un detalle.
La idea de ser parte de un pueblo elegido no es muy diferente a la idea de ser un profeta elegido por Dios o, a煤n m谩s, ser un hijo de Dios. Sin embargo, desde un punto de vista moral y sociol贸gico, hay diferencias abismales en sus pr茅dicas y en sus pr谩cticas.
Vamos por partes. La idea de profeta que domina el mundo hunde sus ra铆ces en la cultura griega: profeta es aquel que puede predecir el futuro. En el Antiguo Testamento, los profetas no ten铆an nada que ver con esto. El profeta era aquel que, sin miedo y sin adulaci贸n se atrev铆an a se帽alarle a su pueblo sus pecados morales. Profetas como Amos eran claros en su cr铆tica sobre la avaricia de la clase dominante y sobre la inmoralidad de las injusticias sociales. Para gran parte de la tradici贸n cristiana, Jes煤s es el Hijo de Dios, pero no es dif铆cil entenderlo tambi茅n en esta misma l铆nea. Jes煤s tambi茅n fue un profeta que no ahorr贸 cr铆ticas a las faltas morales y a la hipocres铆as de su propio pueblo. Por algo fue ejecutado como un reo com煤n, junto con otros dos criminales de la 茅poca por el imperio de la 茅poca y por los colaboracionistas criollos del momento.
Ahora, su afirmaci贸n de ser el Hijo de Dios fue considerada por entonces demasiado arrogante como, de hecho, lo es que un pueblo se considere “el pueblo elegido de Dios”. Idea sugerida en el quinto y 煤ltimo libro de la Torah, el Deuteronomio, cuando el egipcio Mois茅s preparaba a su pueblo para entrar en tierra Prometida. Este libro, en realidad, fue escrito siglos despu茅s del violento ingreso y conquista de la tierra cananea.
Sin embargo, en el caso de Jes煤s, su afirmaci贸n no se traduc铆a en un derecho especial para oprimir a otros pueblos, sino lo contrario. Aparte de recomendar un amor democr谩tico e indiscriminado, incluido amor a sus propios enemigos, Jes煤s afirmaba haber venido para sacrificarse por los pecados ajenos. Mito o realidad, la idea no tiene nada de egoc茅ntrica o genocida, sino todo lo contrario.
El problema surge cuando la arrogancia de considerarse el pueblo elegido por (su) Dios implica derechos especiales y, adem谩s, el derecho de oprimir a alg煤n otro pueblo. Pretensi贸n que, adem谩s, en t茅rminos hist贸ricos, no es algo muy especial ni muy exclusivo.
Esta idea de ser “el pueblo elegidos de dios” ha sido la norma en todas las auto narraciones nacionalistas de una gran cantidad de otras culturas. Por ejemplo, Huitzilopochtli, el dios guerrero de los mexicas (luego aztecas) le hab铆a ordenado a su pueblo elegido emprender un 茅xodo hacia el Sur en b煤squeda de la Tierra Prometida. All铆 donde viesen un 谩guila matando una serpiente sobre un nopal sobre un lago deb铆an tomar posesi贸n. Claro que esta tierra ya estaba poblada y hubo que aplicar la regla del desalojo por mandato divino bajo la convicci贸n de que eran ellos el pueblo elegido.
En otro continente, como para no extenderme demasiado, la religi贸n tradicional del pueblo mas谩i del este de 脕frica sostiene que el dios Supremo y 煤nico, Ngai, los ha elegido para pastorear todo el ganado del mundo. Naturalmente, esta creencia se ha utilizado para justificar el robo de ganado a otras tribus.
Aun aceptando lo inaceptable (que un pueblo tenga derechos especiales sobre otro por haber sido elegido por su propio dios), cabr铆a la posibilidad de preguntarse: ¿Haber sido elegido por Dios, significa poseer el derecho de oprimir y decidir sobre otros? ¿Es el Creador del Universo un b谩rbaro nacionalista que odia al resto de su propia creaci贸n?
Seg煤n la “Declaraci贸n de principios del juda铆smo conservador” de la Asamblea Rab铆nica Sinagoga Unida de Am茅rica que tuvo lugar en 1988 en Nueva York, la condici贸n de pueblo elegido por Dios “lejos de ser una licencia para un privilegio especial, implica responsabilidades adicionales, no s贸lo hacia Dios sino tambi茅n hacia nuestros semejantes… Nos obliga a construir una sociedad justa y compasiva en todo el mundo y especialmente en la tierra de Israel”.
No conozco ning煤n caso de un pueblo que crease una religi贸n y afirmase que el pueblo elegido por su dios eran sus vecinos. Que lo dijeran los cristianos cauc谩sicos se debi贸 a que su nueva religi贸n surgi贸 de la misma tradici贸n, de los mismos libros hebreos. Claro que no iban a renunciar al canon ancestral de considerarse, a su vez, los elegidos. El cristianismo se apoder贸 de este privilegio de ser preferido de Dios a trav茅s de la demonizaci贸n del original pueblo elegido: aqu铆 el verdadero antisemitismo.
En una entrevista de 1981, el estudioso de los mitos Joseph Campbell dijo que, para 茅l, la idea de un pueblo elegido era “un mito anacr贸nico de otro tiempo” donde el h茅roe adquiere un car谩cter colectivo. Fue acusado de antisemita.
“Tenemos derecho a defendernos contra los terroristas”
Este derecho no corre para los ocupados sino para los ocupantes. Como dijo el periodista israel铆 Gideon Levy, “no conozco en la historia ninguna fuerza de ocupaci贸n que se haya presentado a s铆 misma como v铆ctima de los ocupados”.
El ministro de patrimonio de Israel, Amichai Eliyahu, piensa diferente: “Todos aquellos que ondean una bandera de Palestina no deben seguir viviendo en este planeta”. D铆as antes, hab铆a propuesto arrojar una bomba at贸mica sobre Gaza, a pesar de que Israel insiste en que no posee esas cosas o no sabe cu谩ntas tiene.
La declaraci贸n de la ONU (Resoluci贸n 37/43 de la Asamblea General, 1982) reconoce y “reafirma la legitimidad de la lucha de los pueblos por la independencia, la integridad territorial, la unidad nacional y la liberaci贸n de la dominaci贸n colonial y extranjera por todos los medios disponibles, incluida la lucha armada”. No obstante, cualquier resistencia de los pueblos nativos, cualquier resistencia palestina ha sido siempre calificada por los m谩s poderosos medios como “terrorista”. Exactamente la misma distinci贸n que Estados Unidos e Inglaterra otorgaron por d茅cadas a Nelson Mandela y al Congreso Nacional Africano por sabotear el Apartheid de Sud 脕frica, r茅gimen racista y opresor definido por Ronald Reagan en 1982 como “un aliado del Mundo Libre”. El mismo Nelson Mandela, en su visita a Gaza en 1999 fue claro al recordar su lucha contra el apartheid: “debemos elegir la paz antes que la confrontaci贸n, excepto cuando no hay salida; entonces, si la 煤nica alternativa es la violencia, usaremos la violencia”.
¿Los Palestinos no tienen derecho a defenderse tomando las armas? ¿Por qu茅 no? El gobierno israel铆 ha dicho que los 11.000 muertos inocentes en Gaza (hasta ahora) no son inocentes. Que los multimillonarios bombardeos a los hospitales se debe a que debajo existen t煤neles de Ham谩s y eso justifica la masacre de los inocentes que est谩n siendo tratados all铆, incluso afirmando que “no hay inocentes”. ¿Por qu茅 Ham谩s no podr铆a decir lo mismo, sobre todo considerando que los israel铆es tienen servicio militar obligatorio y suelen ir armados con AK-47 o similares hasta cuando van de compras a sus modernos y pulcros malls?
Para un humanista, es una l贸gica deprimente que se pueda aplicar a un lado o al otro de la maldita frontera. De hecho, un principio b谩sico indica que una ley es moral cuando adem谩s de revindicarla para nosotros la extendemos a los otros. No lo es para los fan谩ticos que se consideran con derechos especiales por ser elegidos de Dios. No lo es para los poderosos que la aplican todos los d铆as su inalcanzable brutalidad sobre los “animales de dos patas”. Cuando la practican esos animales, es terrorismo, y quienes no sufren esa brutalidad pero tienen un m铆nimo de coraje para cuestionar esta l贸gica genocida, autom谩ticamente son demonizados como “antisemitas” o como “apologistas del terrorismo”. Esto, aparte de terrorismo de Estado, es terrorismo psicol贸gico y medi谩tico que se ejerce a lo largo y ancho en los ya seniles imperios modernos.
Para los fan谩ticos racistas, “nosotros somos especiales”. Somos “verdaderos seres humanos”, y ellos, “los palestinos, son animales” que deben ser exterminados. Esto no es una interpretaci贸n. Lo dijo el Primer ministro de Israel Benjam铆n Netanyahu de forma expl铆cita en uno de sus mensajes televisados, citando a un pueblo destruido hace dos milenios y medio, seg煤n la tradici贸n b铆blica, Amalec: “Ve, ataca a Amalec y destruye por completo todo lo que tiene, y no te apiades de 茅l; mata a hombres y mujeres, a ni帽os y a beb茅s, a bueyes y a ovejas, a camellos y a asnos” (1 Samuel 15:3). Expertos en los textos b铆blicos sostienen que Amalec nunca existi贸, pero para el caso esto es un detalle irrelevante. Como deber铆a serlo casi todos los argumentos basados en manipulaciones religiosas para asentar el Derecho Internacional de unos pueblos a oprimir a otros.
Nuestro Vietnam
Poco despu茅s de iniciada la tan deseada destrucci贸n de Gaza por parte de un primer ministro acosado por las denuncias de corrupci贸n y de golpe de Estado judicial y parlamentario, Netanyahu advirti贸 por televisi贸n a Ir谩n: “lo mejor que pueden hacer es guardar silencio”.
¿De d贸nde procede esta arrogancia geopol铆tica sino del poder militar y financiero que todav铆a se estructura sobre el antiguo orden de los agonizantes imperios modernos? Durante los primeros d铆as de la nueva masacre palestina, Occidente liber贸 16.000 millones de dinero iran铆, secuestrado en Estados Unidos, para que ese pa铆s no se metiera en lo que no le importa.
Existen muchas otras razones ex贸genas a la tragedia de los miles de ni帽os masacrados solo en Gaza. Una especulaci贸n no probada a煤n (y a mi juicio algo d茅bil) consiste en que Israel quiere retomar el proyecto del Canal de Ben Gurion. Este proyecto fue estudiado y detallado en los a帽os 50 y pretend铆a unir el norte de Gaza con el Mar Rojo a fuerza de bombas at贸micas para competir con el Canal de Suez, nacionalizado por Gamal Abdel Nasser en 1956, lo que llev贸 a un largo conflicto. Por entonces, Gran Breta帽a, Francia e Israel atacaron a Egipto para recuperar el control del canal. Seg煤n Netanyahu, en realidad el proyecto de unir la frontera norte de Gaza con el Mar Rojo ser铆a m谩s bien una l铆nea de tren de alta velocidad. Qui茅n sabe.
Otra especulaci贸n, con mayor apoyo factual, se帽ala el descubrimiento de gas y petr贸leo en las costas de Gaza. A煤n m谩s probable resulta la explicaci贸n del actual candidato a la Casa Blanca, el dem贸crata Robert Kennedy Jr.: “Israel es un baluarte para nosotros… es casi como tener un portaaviones en Medio Oriente. Si Israel desaparece, Rusia, China y los BRICS controlar谩n el 90 por ciento del petr贸leo del mundo y eso ser铆a un cataclismo para la seguridad nacional de Estados Unidos”. La fuerza de este argumento radica en que es suficiente.
Meses antes mencion谩bamos sobre un “terremoto geopol铆tico” que no ha sido registrado por la gran prensa. No es necesario ser muy listo para advertir que la reconfiguraci贸n del poder geopol铆tico movi茅ndose de Occidente a Oriente traer谩 diversas reconfiguraciones y conflictos, desde 脕frica y Am茅rica Latina hasta la por el momento olvidada guerra de la OTAN en Ucrania. El conflicto israel铆-palestino ha sido clave desde hace casi un siglo y lo ser谩 a煤n m谩s.
Es m谩s que probable que los servicios de inteligencia estadounidenses, europeos e israel铆es tengan este dato caliente sobre la mesa. No creo que haya un m铆nimo espacio para la duda. Los documentos desclasificados para entonces, si queda alguno, revelar谩n que la idea y el objetivo m谩s urgente es el siguiente: el mundo ser谩 mucho m谩s dif铆cil de manipular a nuestro favor en 2040; as铆 que, hagamos lo que podemos hacer ahora que podemos, o renunciemos a nuestros objetivos para siempre. Entre esas urgencias est谩 el uso y abuso de la creaci贸n de d贸lares antes que la divisa verde sea abandonada como divisa global y refugio del miedo ajeno. Antes que el abuso del recurso inaugurado por Richard Nixon en 1971 genere una hiperinflaci贸n a煤n mayor a la producida en los 70s, en el pa铆s que emite y administra la ficci贸n monetaria para mantener al resto en estado de endeudamiento y producci贸n.
El conflicto israel铆-palestino es otro de esos objetivos urgentes antes de perder el control absoluto. Es decir, estamos en un escenario de m煤ltiples “soluciones finales”, estilo Alemania perdiendo la Segunda Guerra, pero a una escala mucho mayor y a lo largo de un tiempo mayor. Como soluci贸n a la crisis humanitaria de Gaza, Israel propone, sin pudor, que los palestinos sobrevivientes a la masacre sean recibidos como refugiados en otros pa铆ses, confirmando el plan original de limpiar el 谩rea de esos inc贸modos animales.
Como es la norma, las encuestas fraguadas se venden como pan caliente. Los manipuladores no solo hackean las opiniones de los pueblos sino, cuando 茅stas no son lo que se espera, hackean los resultados. Algunas suelen ser m谩s confiables por la trasparencia de su metodolog铆a. Una de esas encuestas de 2021, realizada por el Instituto del Electorado Jud铆o (JEI) entre votantes jud铆os, revel贸 que una cuarta parte de los encuestados coincidieron en que Israel es un Estado de apartheid. Para 2023, seg煤n PEW, la mayor铆a de los jud铆os estadounidenses no apoyaba la ayuda incondicional a Israel y solo estaban dispuestos a respaldar los miles millones de d贸lares que Washington env铆a cada a帽o a Tel Aviv bajo la condici贸n de que esta ayuda no se utilice para promover la ocupaci贸n israel铆 de los territorios palestinos. Como bien dice el dicho, de buenas intenciones est谩 empedrado el camino al infierno.
Como consecuencia de la masacre en curso de los gazar铆es, diferentes grupos jud铆os se organizaron y marcharon en protesta contra la brutalidad de Israel. Decenas que se manifestaban en Nueva York contra los m谩s de diez mil muertos en Gaza, fueron arrestados. Otra decenas de Jews For Ceasefire (Jud铆os por el alto al fuego) fueron arrestados por protestar frente al consulado israel铆 de Chicago. Entre estos grupos est谩n los jud铆os anti sionistas hasidistas.
Palestina ser谩 el Vietnam de la nueva generaci贸n en Occidente. Como Vietnam, no cambiar谩 la geopol铆tica global, porque 茅sta recorrer谩 otros caminos, pero cambiar谩 la forma en que una generaci贸n percibe la narrativa dominante. El cambio radical tomar谩 m谩s tiempo y sobrevendr谩 con al nuevo equilibrio o desequilibrio geopol铆tico a partir de mediados de este siglo. M谩s bien antes.