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Los supuestos delitos de la prensa deben ser abolidos en todo el país

Por Teodoro Rentería Arróyave

Con motivo de la absurda y aberrante detención, por orden de juez, del apreciado y respetado amigo y colega, Alfredo Jalife-Rahme Barrios, por una denuncia de la política, Tatiana Cloutier, por undécima vez vuelve a la palestra, más que a la polémica, la demanda firme, convincente, valiente e incontrovertible del gremio organizado, conformado por la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX, el Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo, CONALIPE, y la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP-México, en el sentido de que los supuestos o mal llamados delitos de prensa, a saber: calumnia, difamación e injurias deben ipso facto despenalizarse, porque atentan directamente contra las libertades de prensa y expresión. 




Nuestro México tiene una larga y brutal historia en cuanto a los atentados a las libertades de prensa y expresión, como esta aberrante legislación; como consecuencia de nuestras luchas gremiales hemos logrado que se despenalicen dichos delitos a nivel federal y en la mayoría de las entidades federativas, para vergüenza de ellos mismo, 7 son los estados que mantienen esta absurda normatividad. 

El 24 de abril de 2017, en respuestas a esas nuestras demandas y de otros colegas del mundo, el representante en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Jan Jarab, pidió que en el país se despenalicen los delitos de difamación, injurias y calumnias, a fin de no criminalizar la libertad de expresión, combatir el acoso judicial y el mal uso del proceso civil.

Durante el foro “La libertad de expresión en México”, señaló que en México siguen existiendo, en siete estados, tipos penales que criminalizan las opiniones vertidas, como la difamación, injurias y calumnias, que, dijo, son un medio para silenciar ideas, opiniones, lo cual genera temor ante las acciones judiciales y las sanciones penales y monetarias.

Es el caso que, este miércoles 6 fue detenido el periodista y analista político Alfredo Jalife, por agentes ministeriales en cumplimiento de una orden de juez, como consecuencia de la denuncia por los supuestos delitos de difamación y calumnia presentada, según se sabe, por la ex secretaria de Economía en el actual régimen morenista y actual coordinadora de vocerías de la candidata presidencial, Claudia Sheinbaum Pardo, “por unos videos en donde la referencia”, y el mundo se le vino encima y sus aclaraciones en lugar de cancelar el entuerto, se dimensionan y se hacen virales.

A tal grado es el escándalo provocado que la Fiscalía General de Justicia del Estado de Nuevo León, informó o confirmó de inmediato, mediante una ficha informativa, la liberación del analista político, Alfredo Jalife-Rahme, aunque aclara, que seguirá en proceso judicial, explica que “la definición se hizo en una audiencia realizada hace unas horas, para resolver la situación jurídica del analista, acusado de presuntamente haber cometido los delitos de calumnia y difamación.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, de inmediato se pronunció a favor de la libertad de expresión del analista político Alfredo Jalife Rahme, y anunció su libertad.

Claudia Sheinbaum, precandidata única de Morena a la presidencia, también se pronunció a favor de que el delito de difamación se elimine de los códigos penales, “siempre he creído en la libertad de expresión y también creo que debe haber opiniones responsables, no debe haber difamación. No creo que eso sea de carácter penal, en todo caso llamaría a todas las entidades de la República a que quitaran eso de los códigos penales para que pueda ser en todo caso un asunto civil”. 

Es esa nuestra lucha de más de cinco décadas y contenida en la Agenda Legislativa Pendiente del Periodista, desde el 23 de mayo de 2012.

Por último, es de apuntarse lo declarado por Tatiana Cloutier, quien afirmó en redes sociales: “El señor Jalife mintió asegurando que me robé el Litio de México y que le entregué el Estado Mexicano a los estadounidenses”, al advertir, y está en todo su derecho, que defendería “el buen nombre que ha construido durante años”. 

Lo que llama la atención y provoca más que sorpresa, hilaridad, es que se atreva a definir al indiciado, afirmó en entrevista radiofónica que el colega Jalife no es periodista, es articulista. Ahora resulta que la señora Cloutier se da el derecho de calificar a los comunicadores si son o no periodistas. Aberraciones tras aberraciones.  

En consecuencia, como ha sido nuestra lucha de más de cinco décadas: LOS SUPUESTOS DELITOS DE LA PRENSA DEBEN SER ABOLIDOS EN TODO EL PAÍS. Es un grave atentado a las libertades de prensa y expresión criminalizar la difamación, la calumnia y la injuria, a ese aberrante enjambre o absurdo legal se cuelgan los malos funcionarios para amedrentar a reporteros, articulistas, a la prensa en general.




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