Ir al contenido principal

Pero la culpa es de los zurdos resentidos

OPINI脫N de Jorge Majfud

Pero la culpa es de los zurdos resentidos
Debido a la guerra de la OTAN en Ucrania y al consecuente bloqueo de Rusia, las sanciones contra Venezuela aflojaron un poco durante el a帽o 2023. Sanciones, bloqueos y acoso que se radicalizaron, por parte de Estados Unidos y de la Uni贸n Europea, hace ya diez a帽os y que terminaron con un largo per铆odo de crecimiento econ贸mico y de reducci贸n de la pobreza en ese pa铆s, algo que la propaganda ha vendido exitosamente como un fracaso hist贸rico. No por casualidad, la hist贸rica hiperinflaci贸n venezolana ha bajado al 185 por ciento anual, es decir, por debajo de la alcanzada en Argentina este mismo a帽o.




Como ya insistimos por a帽os, las deudas (inflacionarias) de las neocolonias son necesarias para mantenerlas en un estado de necesidad productiva, algo muy similar a la l贸gica que se reproduce dentro de las mismas sociedades entre trabajadores que apenas llegan a fin de mes y una oligarqu铆a que se dedica a demonizarlos como “par谩sitos del Estado” cuando reciben alg煤n subsidio o cuando ya est谩n jodidos y no pueden cargar m谩s bolsas de cemento.

Por estas deudas eternas, las neocolonias est谩n obligadas a producir, exportar y comprar d贸lares para “honrar sus compromisos”. Al mismo tiempo que les exigimos “responsabilidad fiscal” a esas colonias, en Estados Unidos nos olvidamos de que somos los campeones de la irresponsabilidad fiscal, con d茅ficits y deudas fara贸nicas que nunca dejan de crecer, como si nada. ¿Qui茅n puede acosarnos y bloquearnos, cuando tenemos el ej茅rcito m谩s poderoso del mundo? Hist贸ricamente inefectivo para cualquier guerra, pero todav铆a poderoso para acosar a otros y, m谩s, para obligar a nuestra poblaci贸n a sangrar m谩s recursos en aras de alg煤n terror inoculado por los medios ―reacciones a nuestras propias intervenciones que, cuando no son suficientes, las inventamos con m谩s provocaciones o con atentados de bandera falsa.

Aunque, inevitablemente, una econom铆a imperial es muy productiva, la nuestra se sustenta en el consumo (70 por ciento), no en la producci贸n. De hecho, no necesitamos producir mucho; ni siquiera necesitamos pagar impuestos para pagar las deudas del gobierno, instrumento de las corporaciones que atizan guerras por donde sea necesario para mantener vivo el d茅ficit creciente del Estado y las transferencias masivas de capitales desde la clase trabajadora a sus arcas insaciables en Londres y Wall Street.

Los d贸lares los inventamos de la nada, ya ni siquiera en forma de papel. Claro, se pueden imprimir d贸lares, pero no se puede imprimir riqueza. La impresi贸n masiva de una divisa global es una forma de extraer valor de otras regiones que la tienen como reserva o como ahorros personales. Si la inflaci贸n no explota en el pa铆s que la imprime, es porque gran parte de esa inflaci贸n se exporta.

Tambi茅n es un instrumento de extorci贸n. Si un pa铆s no est谩 endeudado, hay que endeudarlo. Lo reconoci贸 el flamante ministro de Argentina, Luis Caputo, cuando en 2017 asegur贸 que el regreso al FMI y el masivo pr茅stamo recibido “nos permite dejar m谩s espacio al sector privado; no hay ninguna se帽al de crisis; esto es preventivo; es la primera vez que un gobierno [el de Mauricio Macri] hace cosas as铆, preventivas…”

El endeudamiento masivo, como el de Argentina, es inflacionario, casi tanto como el bloqueo de cr茅ditos y de mercados a Venezuela (por parte de los campeones del libre mercado), porque obligan a esos pa铆ses a imprimir dinero o a abstenerse de inversiones en su propia sociedad. Ahora, que en Argentina los neoliberales hayan nacionalizado (estatizado), una vez m谩s, las deudas privadas, es un nuevo insulto a la inteligencia del pueblo ―claro que tampoco se necesitaba una gran inteligencia; con un poco de memoria era suficiente.

Se帽alar el imperialismo global como la ra铆z de las mayores crisis econ贸micas y sociales no significa quitar responsabilidad a sus administradores criollos. Sobre todo, al entreguismo cipayo. Tampoco significa que debemos poner a alg煤n pa铆s como modelo para otros. Claro que aclarar esto es in煤til. El pensamiento cavern铆cola nunca morir谩, porque es efectivo como pocos: “Cuba s铆 o Cuba no”, “El Salvador s铆 o El Salvador no”; “vives en Estados Unidos y criticas a su gobierno, ¿por qu茅 no te vas a vivir a Venezuela?”; “si criticas la masacre en Gaza, ¿por qu茅 no te vas a vivir a Ir谩n?”; “si defiendes tanto a los inmigrantes, ¿por qu茅 no los llevas a dormir al cuarto de tu hijo?”; “si defiendes tanto a los gays, ¿por qu茅 no te acuestas con uno?”… En fin, esa cl谩sica dial茅ctica del borracho que ya comienza a perder la euforia de la 煤ltima copa.

Ese ha sido otro error cl谩sico: la descontextualizaci贸n hist贸rica y geopol铆tica de cada realidad. Para los libertarios libertos (neo-neoliberales), el mundo es plano como una pizza. No hay clases sociales, no hay naciones hegem贸nicas. No hay imperios ni hay par谩sitos opresores. Todo lo que pasa en un pa铆s, sobre todo en un pa铆s de la periferia, es simple y pura responsabilidad de los zurdos resentidos. Los gobiernos hacen una diferencia, para mejor o para peor, pero solos no deciden su propio contexto, como puede hacerlo un pa铆s capitalista del centro. Es decir, un pa铆s imperial ―hegem贸nico, si la palabra imperio hiere sensibilidades.

En alg煤n momento, el capitalismo funcion贸 para una parte considerable de europeos y de estadounidenses, pero el mismo capitalismo (m谩s radical, m谩s desatado) nunca funcion贸 para Honduras, Guatemala, India o el Congo. Todo lo contrario, porque no es lo mismo ser una potencia imperial y extractiva, la ara帽a que teje su red y domina desde el centro, que ser una de las moscas en la telara帽a. Hist贸ricamente, los pa铆ses no alineados han sufrido castigos econ贸micos y financieros, cuando no militares (como invasiones, golpes de Estado, asesinatos de sus peligrosos l铆deres, ataques de bandera falsa, todo harto documentado), los que luego se traduc铆an en “fracasos” que la propaganda imperial vend铆a y vende como demostraciones de que las ideolog铆as alternativas “nunca funcionan” y clich茅s similares propagados por los medios globales, por las agencias secretas y, sobre todo, por los mayordomos criollos, quienes se encargaron siempre de reproducir hasta el infinito las ideolog铆as parasitarias de los esclavistas y de las oligarqu铆as coloniales.

Ya est谩. Hemos insistido sobre estos punto por d茅cadas. En algunos libros, como Moscas en la telara帽a, ordenamos estas mismas ideas de una forma m谩s extensa y, a mi juicio, m谩s clara, por lo que no voy a insistir m谩s aqu铆. Pero s铆 es necesario recordar (y repetir hasta el hast铆o) los aspectos m谩s simples que, estrat茅gicamente, se echan al olvido. Siempre. Como, por ejemplo, que no hay desarrollo sin independencia econ贸mica; que no hay independencia sin uniones de no alineados; que no hay caminos propios sin independencia cultural; que eso de la periferia es s贸lo una realidad geopol铆tica, no necesariamente filos贸fica y cultural…

Esas cosas simples que, en los 煤ltimos siglos, los imperios del norte se han encargado de destruir a cualquier precio. Todo en nombre de la libertad y de la prosperidad ―todo eso que las moscas repiten mientras son disecadas por la ara帽a salvadora

ARCHIVOS

Mostrar m谩s


OTRA INFORMACI脫N ES POSIBLE

Informaci贸n internacional, derechos humanos, cultura, minor铆as, mujer, infancia, ecolog铆a, ciencia y comunicaci贸n

El Mercurio (elmercuriodigital.es), editado por mercurioPress/El Mercurio de Espa帽a bajo licencia de Creative Commons
©Desde 2002 en internet
Otra informaci贸n es posible