Por Thierry Meyssan

Hace tres semanas, seg煤n la polic铆a, los agricultores descontentos desplegaron al menos mil tractores para protestar en Bruselas contra la pol铆tica de la Uni贸n Europea.
En toda Europa occidental y central, los campesinos est谩n protagonizando manifestaciones. Primero fue en Pa铆ses Bajos, en Italia, Suiza y Rumania. Ahora est谩 sucediendo en Espa帽a, en Francia, Alemania y Polonia. Esta revuelta campesina a escala continental se levanta contra la Pol铆tica Agr铆cola Com煤n (PAC) de la Uni贸n Europea.
En el momento de la firma del Tratado de Roma, que instituy贸 la Comunidad Econ贸mica Europea, en 1957, los 6 Estados fundadores (Alemania Occidental, B茅lgica, Francia, Italia, Luxemburgo y Pa铆ses Bajos) aceptaron el principio de la libre circulaci贸n de las mercanc铆as. Renunciaban as铆 a toda posibilidad de adoptar pol铆ticas agr铆colas nacionales.
Para garantizar ingresos a los campesinos, los pa铆ses instauraron entonces una pol铆tica agr铆cola com煤n. Seg煤n los Estados miembros se asigna una ayuda de la Uni贸n Europea a las regiones, que a su vez reparten esa ayuda entre los agricultores o la entregan directamente a quienes explotan las tierras –como en el caso de Francia. Este es el «Primer Pilar». La Comisi贸n Europea establece adem谩s normas de producci贸n para mejorar la calidad de vida de las poblaciones rurales y la calidad de lo que producen. Este es el «Segundo Pilar».
El Primer Pilar no aguant贸 la ampliaci贸n de la Uni贸n Europea, ni el paso al libre intercambio global –la Uni贸n Europea se hizo miembro de la Organizaci贸n Mundial del Comercio (OMC) en 1995– que se tradujo en un desmesurado aumento de las subvenciones de la UE.
El Segundo Pilar fue pulverizado por el Pacto Verde para Europa (instaurado en 2019) que tiene como objetivo hacer bajar la temperatura del planeta limitando las emisiones de gases de efecto invernadero.
A falta de una PAC global, no hay soluci贸n posible para el fracaso del Primer Pilar –el principio anglosaj贸n de libre intercambio global es incompatible con el libre intercambio europeo, compensado este 煤ltimo por la PAC europea. Los precios m铆nimos de los productos agr铆colas, tal y como han sido anunciados por diferentes ejecutivos nacionales, no salvar谩n a los campesinos. Al contrario, acabar谩n con ellos en la medida en que se sigan aceptando productos importados mucho m谩s baratos.
En cuanto al Segundo Pilar, su objetivo ya no es pol铆tico sino ideol贸gico. En efecto, la afirmaci贸n seg煤n la cual el calentamiento clim谩tico no es local sino global no est谩 confirmada por los registros sobre las temperaturas. Y la afirmaci贸n seg煤n la cual el calentamiento global no proviene de factores astron贸micos sino de la actividad humana no resiste al rigor del debate cient铆fico.
Es importante recordar que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Clim谩tico (GIEC) no es un grupo de cient铆ficos sino un conjunto de altos funcionarios –s贸lo algunos son cient铆ficos, pero figuran en el GIEC como altos funcionarios. De hecho, el GIEC fue creado en 1988 por iniciativa de la jefa del gobierno brit谩nico, Margareth Thatcher, para justificar en su pais la transici贸n del carb贸n al petr贸leo y, despu茅s, el paso a la energ铆a nuclear [1]. Las conclusiones del GIEC, aprobadas por los gobiernos que tienen la posibilidad de pasar a la energ铆a nuclear, fueron en茅rgicamente rechazadas por importantes c铆rculos cient铆ficos, como la prestigiosa Academia de Ciencias de la Federaci贸n Rusa [2]. El supuesto «consenso cient铆fico» sobre el cambio clim谩tico es tan inexistente como la famosa «comunidad internacional» que emite “sanciones” contra Rusia. En todo caso, lo que s铆 es seguro es que la ciencia no funciona “por consenso” sino a trav茅s del conocid铆simo sistema que combina la experimentaci贸n y el error.
Los intentos de desarrollar un “turismo verde” en las zonas rurales no salvar谩n a los campesinos. En el mejor de los casos les permitir铆an atraer algunos turistas para alquilarles habitaciones en sus granjas… durante algunas semanas al a帽o. El problema no es cambiar de actividad sino permitir a los campesinos vivir decentemente y alimentar a las poblaciones de sus pa铆ses.
Los campesinos del centro y del este de Europa dependen hoy de las subvenciones que reciben de la Uni贸n Europea. No se oponen a la UE, que les permite sobrevivir, pero denuncian las contradicciones de esa entidad que los ahoga. No se trata entonces de abrogar este o aquel reglamento sino de decidir qu茅 tipo de Europa se quiere construir.
Las pr贸ximas elecciones europeas est谩n previstas para junio. De esa consulta saldr谩n los diputados que representar谩n a los pa铆ses en el Parlamento Europeo, los 煤nicos cargos que se someten al veredicto de las urnas en la pesada maquinaria europea. En efecto, el Consejo Europeo se compone de los jefes de Estado y/o de gobierno, que no son electos en el marco de una elecci贸n europea, y la Comisi贸n Europea ni siquiera se somete a elecciones, s贸lo representa los intereses de los “padrinos” de la UE.
Los diferentes proyectos de
la construcci贸n europea
Para entender este extra帽o sistema, y eventualmente modificarlo, es importante que nos remontemos a su origen –entre el corto periodo que separ贸 las dos Guerras Mundiales (1918-1939) y el periodo inmediato al fin de la Segunda Guerra Mundial (1945-1957) hubo 6 proyectos diferentes de uni贸n entre pa铆ses.
1- El primero lleg贸 del brazo de los republicanos radicales y propon铆a una uni贸n entre Estados administrados por reg铆menes comparables. Se hablaba entonces de unir pa铆ses de Europa y de Latinoam茅rica gobernados como Rep煤blicas. Las Rep煤blicas y las Monarqu铆as no se defin铆an en t茅rminos de elecci贸n y de sucesiones din谩sticas (En Francia, el rey Enrique IV (1589-1610) se hab铆a descrito a s铆 mismo como un “republicano” en la medida en que no actuaba seg煤n los intereses de la nobleza sino en funci贸n del Bien Com煤n). Nuestra definici贸n de Rep煤blicas y Monarqu铆as data de la aparici贸n de las Democracias (el gobierno del Pueblo, por el Pueblo y para el Pueblo). Y se focaliza en las reglas que rigen la designaci贸n de los dirigentes… en vez de concentrarse en lo que hacen esos dirigentes. Por ejemplo, com煤nmente se considera que el Reino Unido contempor谩neo es m谩s democr谩tico que Francia y no se tienen en cuenta los incre铆bles privilegios de la nobleza brit谩nica, privilegios que se ejercen en detrimento del pueblo. En aquel primer proyecto de uni贸n, la Argentina de Hip贸lito Yrigoyen –Argentina era entonces la principal potencia econ贸mica de las Am茅ricas– se habr铆a codeado con la Francia de Aristide Briand –cuyo Imperio abarcaba territorios en todos los continentes. El hecho que se tratara de Rep煤blicas que ni siquiera estaban en el mismo continente no asustaba a nadie. Al contrario, eso garantizaba que la uni贸n propuesta nunca se transformar铆a en una estructura supranacional sino que seguir铆a siendo un 贸rgano de cooperaci贸n entre Estados.
Aquel primer proyecto se hundi贸 debido a la crisis econ贸mica de 1929 y el subsiguiente ascenso del fascismo, alimentado precisamente por aquella crisis econ贸mica.
2- El segundo proyecto buscaba la creaci贸n de una uni贸n que garantizar铆a la paz. El ministro de Finanzas de Francia, Louis Loucheur, aseguraba que Alemania y Francia ya no podr铆an guerrear entre s铆 si se un铆an en un solo complejo militaro-industrial [3]. Aquel proyecto se realiz贸, despu茅s de la Segunda Guerra Mundial, cuando los anglosajones decidieron favorecer el rearme alem谩n. En 1951, Robert Schumann, quien hab铆a sido ministro en el r茅gimen de colaboraci贸n con los nazis instaurado en Francia por el mariscal Philippe Petain, cre贸 la Comunidad Europea del Carb贸n y del Acero (CECA).
La CECA expir贸 en 2002 y fue integrada, mediante el Tratado de Niza, a la Uni贸n Europea.
3- El tercer proyecto de uni贸n contiene elementos de los dos anteriores. Fue redactado por el conde austroh煤ngaro Richard de Coudenhove-Kalergi y se trataba de unir todos los Estados del continente europeo –exceptuando el Reino Unido y la URSS– en el seno de una “PanEuropa”. En un primer momento habr铆a sido una federaci贸n comparable a Suiza, pero acabar铆a convirti茅ndose en una entidad supranacional, seg煤n el modelo de Estados Unidos y de la URSS de los tiempos de Stalin –que defend铆a las culturas de las minor铆as 茅tnicas [4].
Ese proyecto lleg贸 m谩s o menos a realizarse con el apoyo de Estados Unidos. As铆 se cre贸, en 1949, el Consejo de Europa [no confundir con el Consejo Europeo]. Si escribo que se realiz贸 «m谩s o menos» es porque el Reino Unido es miembro fundador del Consejo de Europa, algo que no estaba previsto inicialmente. El Consejo de Europa elabor贸 una Convenci贸n de Salvaguardia de los Derechos de los Derechos Humanos y de las Libertados Fundamentales (CSDHLF) y se dot贸 de un Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), que deb铆a encargarse de velar por la aplicaci贸n de la Convenci贸n. Pero, a partir de 2009, numerosos magistrados de ese Tribunal comenzaron a ser “apadrinados” –por no decir sobornados– por el multimillonario estadounidense Georges Soros. Y comenzaron entonces a “interpretar” la Convenci贸n de una manera que modifica la jerarqu铆a entre las normas. Por ejemplo, esos magistrados afirman hoy que los tratados internacionales sobre el salvamento mar铆timo –donde se estipula que los n谩ufragos deben ser trasladados al puerto m谩s cercano– no prevalecen ante el derecho de los migrantes a presentar solicitudes de asilo pol铆tico en Europa.
Actualmente, ese Tribunal juzga, en ausencia, y condena sistem谩ticamente a la Federaci贸n Rusa, que ya ni siquiera es miembro del Consejo de Europa.
4- El cuarto proyecto de uni贸n, el «Nuevo Orden Europeo», fue el que el III Reich quiso imponer a partir de 1941. Se trataba de unir el continente europeo distribuyendo su poblaci贸n, por regiones, seg煤n criterios ling眉铆sticos. Cada lengua regional, como el bret贸n [5], tendr铆a su propio Estado. Por supuesto, el Estado m谩s importante habr铆a sido el de la lengua alemana, que abarcar铆a Alemania, Austria, Liechtenstein, Luxemburgo, la Suiza germ谩nica, el Tirol italiano, los Sudetes checoslovacos, los C谩rpatos eslovacos, la regi贸n rumana de Banat, etc. Adem谩s, en aplicaci贸n de criterios raciales, ciertas poblaciones –los jud铆os, los gitanos, y los eslavos– ser铆an “reducidas”, num茅ricamente hablando, y sus miembros ser铆an utilizados como esclavos.
Este proyecto se negoci贸 inicialmente entre el canciller alem谩n Adolf Hitler y el Duce Benito Mussolini a trav茅s del jurista alem谩n Walter Hallstein y lleg贸 a realizarse parcialmente durante la Segunda Guerra Mundial. Pero se derrumb贸 con la ca铆da del III Reich.
5- El quinto proyecto fue formulado, en 1946, por el ex primer ministro brit谩nico Winston Churchill [6]. Su objetivo era reconciliar a los franceses y los alemanes ir marginar a los sovi茅ticos. Ese proyecto est谩 inscrito en la visi贸n de la Carta Atl谩ntica (1942). Seg煤n ese documento, el mundo de la postguerra deb铆a ser gobernado conjuntamente por Estados Unidos y el Imperio brit谩nico. Ese proyecto corresponde incluso a la visi贸n que tiene el Reino Unido de su propio predominio sobre el resto de la Commonwealth. En la direcci贸n del Atl谩ntico, Reino Unido desarrolla una relaci贸n privilegiada con Estados Unidos. En la direcci贸n continental, ejerce un papel de supervisor sobre Europa, sin considerarse parte de ella. Winston Churchill inici贸 varias instituciones al mismo tiempo. Y, en definitiva fue ese el proyecto que se concret贸 primero, en 1957, bajo la denominaci贸n de Comunidad Econ贸mica Europea (CEE) y despu茅s pas贸 a llamarse Uni贸n Europea (UE). Ese proyecto toma elementos de 3 de los proyectos anteriores, no contiene ning煤n elemento de la Uni贸n de Rep煤blicas. Los anglosajones siempre han controlado la CEE-UE a trav茅s de la Comisi贸n Europea. Es por eso que los miembros de la Comisi贸n no se someten a una elecci贸n, son designados y nominados. Por cierto, Londres impuso como primer presidente a Walter Hallstein, el ex consejero de adol Hitler para los asuntos europeos.
Por otro lado, la Comisi贸n dispon铆a inicialmente del poder legislativo, que ahora comparte con el Parlamento Europeo, y utiliza ese poder para proponer normas que el Parlamento Europeo puede aprobar o rechazar. Todas esas normas reproducen al pie de la letra las normas de la OTAN, que, a pesar de la creencia generalizada, no se ocupa solamente de la defensa sino de la organizaci贸n de las sociedades. Las oficinas de la OTAN, inicialmente en Luxemburgo y actualmente en Bruselas, al lado de la sede de la Comisi贸n Europea, transmiten a esta 煤ltima sus directivas, que van desde el ancho de las carreteras –para permitir el paso de los blindados de la alianza– hasta la composici贸n del chocolate –conforme a las raciones de los soldados.
6- El sexto proyecto fue desarrollado por el presidente franc茅s Charles de Gaulle, en respuesta al proyecto de los brit谩nicos. Se planteaba la construcci贸n de una instituci贸n, la “Europa de las Naciones”, que no ser铆a federal sino confederal. Charles de Gaulle deplor贸 el Tratado de Roma, pero lo acept贸. En 1963 y 1967 impidi贸 la incorporaci贸n del Reino Unido. Precis贸 que si hab铆a que ampliar la uni贸n tendr铆a que ser «de Brest a Vladivostok», o sea sin el Reino Unido pero con la Uni贸n Sovi茅tica. Lo m谩s importante es que Charles de Gaulle luch贸 con el m谩ximo denuedo para lograr que las decisiones que pod铆an influir sobre la seguridad nacional s贸lo pudiesen adoptarse por unanimidad.
La visi贸n de Charles de Gaulle se fue con 茅l. En 1973, Reino Unido se convirti贸 en miembro de la Comunidad Econ贸mica Europea y en 2020 abandonaron la Uni贸n Europea. Pero Rusia nunca fue invitada a ser miembro de la uni贸n y actualmente la Uni贸n Europea acumula los paquetes de “sanciones” contra ese pa铆s. Como colof贸n, la reforma de los tratados de la UE incluye un cambio fundamental: que los temas de seguridad se aprueben por mayor铆a calificada.
¿Y c贸mo quedan los campesinos en todo esto?
Ante el panorama de la Pol铆tica Agr铆cola Com煤n que se describe m谩s arriba, nada, en las estructuras de la Uni贸n Europea, anunciaba la actual crisis. La causa de esa crisis es la ideolog铆a brit谩nica inconfesa de la Uni贸n Europea.
Al convertirse en miembro de la Organizaci贸n Mundial del Comercio (OMC), la Uni贸n Europea abandon贸, pero sin decirlo, la libre circulaci贸n europea y pas贸 a la libre circulaci贸n global. Al dar ese paso, inscrito en su ADN, la Uni贸n Europea segu铆a el objetivo de Winston Churchill. Las ayudas de la Uni贸n Europea nunca podr谩n compensar la competencia extranjera, que obedece a otras reglas. Poco a poco nos dirigimos hacia una especializaci贸n del trabajo a escala global. El espacio de los campesinos europeos en esa especializaci贸n del trabajo a escala global ser谩 cada vez m谩s reducido y llegar谩 el d铆a en que el comercio internacional se ver谩 interrumpido y en que los europeos se ver谩n obligados a reconstruir su agricultura o morirse de hambre.
Id茅nticamente, el Pacto Verde para Europa, formulado por la presidente de la Comisi贸n Europea, Ursula von der Leyen, no es una respuesta al cambio clim谩tico sino a la ideolog铆a construida alrededor de esa cuesti贸n. Con el Pacto Verde para Europa, la Uni贸n Europea se implica en el programa de la ex jefa de gobierno brit谩nica Margaret Thatcher. El objetivo ya no es producir m谩s con una industria y una agricultura fuertes sino con… servicios financieros. En Reino Unido esa pol铆tica ha tra铆do prosperidad 煤nicamente a la min煤scula City of London, pero ha ocasionado el derrumbe econ贸mico del Gran Manchester.
Para salvar a los campesinos europeos no basta con oponerse a la deriva supranacional de la Uni贸n Europea. Primero que todo habr谩 que liberar a la UE de su ideolog铆a. Pero esa ideolog铆a no proviene de los tratados fundacionales. Es resultado de la historia misma de la Uni贸n.

Hace tres semanas, seg煤n la polic铆a, los agricultores descontentos desplegaron al menos mil tractores para protestar en Bruselas contra la pol铆tica de la Uni贸n Europea.
En toda Europa occidental y central, los campesinos est谩n protagonizando manifestaciones. Primero fue en Pa铆ses Bajos, en Italia, Suiza y Rumania. Ahora est谩 sucediendo en Espa帽a, en Francia, Alemania y Polonia. Esta revuelta campesina a escala continental se levanta contra la Pol铆tica Agr铆cola Com煤n (PAC) de la Uni贸n Europea.
En el momento de la firma del Tratado de Roma, que instituy贸 la Comunidad Econ贸mica Europea, en 1957, los 6 Estados fundadores (Alemania Occidental, B茅lgica, Francia, Italia, Luxemburgo y Pa铆ses Bajos) aceptaron el principio de la libre circulaci贸n de las mercanc铆as. Renunciaban as铆 a toda posibilidad de adoptar pol铆ticas agr铆colas nacionales.
Para garantizar ingresos a los campesinos, los pa铆ses instauraron entonces una pol铆tica agr铆cola com煤n. Seg煤n los Estados miembros se asigna una ayuda de la Uni贸n Europea a las regiones, que a su vez reparten esa ayuda entre los agricultores o la entregan directamente a quienes explotan las tierras –como en el caso de Francia. Este es el «Primer Pilar». La Comisi贸n Europea establece adem谩s normas de producci贸n para mejorar la calidad de vida de las poblaciones rurales y la calidad de lo que producen. Este es el «Segundo Pilar».
El Primer Pilar no aguant贸 la ampliaci贸n de la Uni贸n Europea, ni el paso al libre intercambio global –la Uni贸n Europea se hizo miembro de la Organizaci贸n Mundial del Comercio (OMC) en 1995– que se tradujo en un desmesurado aumento de las subvenciones de la UE.
El Segundo Pilar fue pulverizado por el Pacto Verde para Europa (instaurado en 2019) que tiene como objetivo hacer bajar la temperatura del planeta limitando las emisiones de gases de efecto invernadero.
A falta de una PAC global, no hay soluci贸n posible para el fracaso del Primer Pilar –el principio anglosaj贸n de libre intercambio global es incompatible con el libre intercambio europeo, compensado este 煤ltimo por la PAC europea. Los precios m铆nimos de los productos agr铆colas, tal y como han sido anunciados por diferentes ejecutivos nacionales, no salvar谩n a los campesinos. Al contrario, acabar谩n con ellos en la medida en que se sigan aceptando productos importados mucho m谩s baratos.
En cuanto al Segundo Pilar, su objetivo ya no es pol铆tico sino ideol贸gico. En efecto, la afirmaci贸n seg煤n la cual el calentamiento clim谩tico no es local sino global no est谩 confirmada por los registros sobre las temperaturas. Y la afirmaci贸n seg煤n la cual el calentamiento global no proviene de factores astron贸micos sino de la actividad humana no resiste al rigor del debate cient铆fico.
Es importante recordar que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Clim谩tico (GIEC) no es un grupo de cient铆ficos sino un conjunto de altos funcionarios –s贸lo algunos son cient铆ficos, pero figuran en el GIEC como altos funcionarios. De hecho, el GIEC fue creado en 1988 por iniciativa de la jefa del gobierno brit谩nico, Margareth Thatcher, para justificar en su pais la transici贸n del carb贸n al petr贸leo y, despu茅s, el paso a la energ铆a nuclear [1]. Las conclusiones del GIEC, aprobadas por los gobiernos que tienen la posibilidad de pasar a la energ铆a nuclear, fueron en茅rgicamente rechazadas por importantes c铆rculos cient铆ficos, como la prestigiosa Academia de Ciencias de la Federaci贸n Rusa [2]. El supuesto «consenso cient铆fico» sobre el cambio clim谩tico es tan inexistente como la famosa «comunidad internacional» que emite “sanciones” contra Rusia. En todo caso, lo que s铆 es seguro es que la ciencia no funciona “por consenso” sino a trav茅s del conocid铆simo sistema que combina la experimentaci贸n y el error.
Los intentos de desarrollar un “turismo verde” en las zonas rurales no salvar谩n a los campesinos. En el mejor de los casos les permitir铆an atraer algunos turistas para alquilarles habitaciones en sus granjas… durante algunas semanas al a帽o. El problema no es cambiar de actividad sino permitir a los campesinos vivir decentemente y alimentar a las poblaciones de sus pa铆ses.
Los campesinos del centro y del este de Europa dependen hoy de las subvenciones que reciben de la Uni贸n Europea. No se oponen a la UE, que les permite sobrevivir, pero denuncian las contradicciones de esa entidad que los ahoga. No se trata entonces de abrogar este o aquel reglamento sino de decidir qu茅 tipo de Europa se quiere construir.
Las pr贸ximas elecciones europeas est谩n previstas para junio. De esa consulta saldr谩n los diputados que representar谩n a los pa铆ses en el Parlamento Europeo, los 煤nicos cargos que se someten al veredicto de las urnas en la pesada maquinaria europea. En efecto, el Consejo Europeo se compone de los jefes de Estado y/o de gobierno, que no son electos en el marco de una elecci贸n europea, y la Comisi贸n Europea ni siquiera se somete a elecciones, s贸lo representa los intereses de los “padrinos” de la UE.
Los diferentes proyectos de
la construcci贸n europea
Para entender este extra帽o sistema, y eventualmente modificarlo, es importante que nos remontemos a su origen –entre el corto periodo que separ贸 las dos Guerras Mundiales (1918-1939) y el periodo inmediato al fin de la Segunda Guerra Mundial (1945-1957) hubo 6 proyectos diferentes de uni贸n entre pa铆ses.
1- El primero lleg贸 del brazo de los republicanos radicales y propon铆a una uni贸n entre Estados administrados por reg铆menes comparables. Se hablaba entonces de unir pa铆ses de Europa y de Latinoam茅rica gobernados como Rep煤blicas. Las Rep煤blicas y las Monarqu铆as no se defin铆an en t茅rminos de elecci贸n y de sucesiones din谩sticas (En Francia, el rey Enrique IV (1589-1610) se hab铆a descrito a s铆 mismo como un “republicano” en la medida en que no actuaba seg煤n los intereses de la nobleza sino en funci贸n del Bien Com煤n). Nuestra definici贸n de Rep煤blicas y Monarqu铆as data de la aparici贸n de las Democracias (el gobierno del Pueblo, por el Pueblo y para el Pueblo). Y se focaliza en las reglas que rigen la designaci贸n de los dirigentes… en vez de concentrarse en lo que hacen esos dirigentes. Por ejemplo, com煤nmente se considera que el Reino Unido contempor谩neo es m谩s democr谩tico que Francia y no se tienen en cuenta los incre铆bles privilegios de la nobleza brit谩nica, privilegios que se ejercen en detrimento del pueblo. En aquel primer proyecto de uni贸n, la Argentina de Hip贸lito Yrigoyen –Argentina era entonces la principal potencia econ贸mica de las Am茅ricas– se habr铆a codeado con la Francia de Aristide Briand –cuyo Imperio abarcaba territorios en todos los continentes. El hecho que se tratara de Rep煤blicas que ni siquiera estaban en el mismo continente no asustaba a nadie. Al contrario, eso garantizaba que la uni贸n propuesta nunca se transformar铆a en una estructura supranacional sino que seguir铆a siendo un 贸rgano de cooperaci贸n entre Estados.
Aquel primer proyecto se hundi贸 debido a la crisis econ贸mica de 1929 y el subsiguiente ascenso del fascismo, alimentado precisamente por aquella crisis econ贸mica.
2- El segundo proyecto buscaba la creaci贸n de una uni贸n que garantizar铆a la paz. El ministro de Finanzas de Francia, Louis Loucheur, aseguraba que Alemania y Francia ya no podr铆an guerrear entre s铆 si se un铆an en un solo complejo militaro-industrial [3]. Aquel proyecto se realiz贸, despu茅s de la Segunda Guerra Mundial, cuando los anglosajones decidieron favorecer el rearme alem谩n. En 1951, Robert Schumann, quien hab铆a sido ministro en el r茅gimen de colaboraci贸n con los nazis instaurado en Francia por el mariscal Philippe Petain, cre贸 la Comunidad Europea del Carb贸n y del Acero (CECA).
La CECA expir贸 en 2002 y fue integrada, mediante el Tratado de Niza, a la Uni贸n Europea.
3- El tercer proyecto de uni贸n contiene elementos de los dos anteriores. Fue redactado por el conde austroh煤ngaro Richard de Coudenhove-Kalergi y se trataba de unir todos los Estados del continente europeo –exceptuando el Reino Unido y la URSS– en el seno de una “PanEuropa”. En un primer momento habr铆a sido una federaci贸n comparable a Suiza, pero acabar铆a convirti茅ndose en una entidad supranacional, seg煤n el modelo de Estados Unidos y de la URSS de los tiempos de Stalin –que defend铆a las culturas de las minor铆as 茅tnicas [4].
Ese proyecto lleg贸 m谩s o menos a realizarse con el apoyo de Estados Unidos. As铆 se cre贸, en 1949, el Consejo de Europa [no confundir con el Consejo Europeo]. Si escribo que se realiz贸 «m谩s o menos» es porque el Reino Unido es miembro fundador del Consejo de Europa, algo que no estaba previsto inicialmente. El Consejo de Europa elabor贸 una Convenci贸n de Salvaguardia de los Derechos de los Derechos Humanos y de las Libertados Fundamentales (CSDHLF) y se dot贸 de un Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), que deb铆a encargarse de velar por la aplicaci贸n de la Convenci贸n. Pero, a partir de 2009, numerosos magistrados de ese Tribunal comenzaron a ser “apadrinados” –por no decir sobornados– por el multimillonario estadounidense Georges Soros. Y comenzaron entonces a “interpretar” la Convenci贸n de una manera que modifica la jerarqu铆a entre las normas. Por ejemplo, esos magistrados afirman hoy que los tratados internacionales sobre el salvamento mar铆timo –donde se estipula que los n谩ufragos deben ser trasladados al puerto m谩s cercano– no prevalecen ante el derecho de los migrantes a presentar solicitudes de asilo pol铆tico en Europa.
Actualmente, ese Tribunal juzga, en ausencia, y condena sistem谩ticamente a la Federaci贸n Rusa, que ya ni siquiera es miembro del Consejo de Europa.
4- El cuarto proyecto de uni贸n, el «Nuevo Orden Europeo», fue el que el III Reich quiso imponer a partir de 1941. Se trataba de unir el continente europeo distribuyendo su poblaci贸n, por regiones, seg煤n criterios ling眉铆sticos. Cada lengua regional, como el bret贸n [5], tendr铆a su propio Estado. Por supuesto, el Estado m谩s importante habr铆a sido el de la lengua alemana, que abarcar铆a Alemania, Austria, Liechtenstein, Luxemburgo, la Suiza germ谩nica, el Tirol italiano, los Sudetes checoslovacos, los C谩rpatos eslovacos, la regi贸n rumana de Banat, etc. Adem谩s, en aplicaci贸n de criterios raciales, ciertas poblaciones –los jud铆os, los gitanos, y los eslavos– ser铆an “reducidas”, num茅ricamente hablando, y sus miembros ser铆an utilizados como esclavos.
Este proyecto se negoci贸 inicialmente entre el canciller alem谩n Adolf Hitler y el Duce Benito Mussolini a trav茅s del jurista alem谩n Walter Hallstein y lleg贸 a realizarse parcialmente durante la Segunda Guerra Mundial. Pero se derrumb贸 con la ca铆da del III Reich.
5- El quinto proyecto fue formulado, en 1946, por el ex primer ministro brit谩nico Winston Churchill [6]. Su objetivo era reconciliar a los franceses y los alemanes ir marginar a los sovi茅ticos. Ese proyecto est谩 inscrito en la visi贸n de la Carta Atl谩ntica (1942). Seg煤n ese documento, el mundo de la postguerra deb铆a ser gobernado conjuntamente por Estados Unidos y el Imperio brit谩nico. Ese proyecto corresponde incluso a la visi贸n que tiene el Reino Unido de su propio predominio sobre el resto de la Commonwealth. En la direcci贸n del Atl谩ntico, Reino Unido desarrolla una relaci贸n privilegiada con Estados Unidos. En la direcci贸n continental, ejerce un papel de supervisor sobre Europa, sin considerarse parte de ella. Winston Churchill inici贸 varias instituciones al mismo tiempo. Y, en definitiva fue ese el proyecto que se concret贸 primero, en 1957, bajo la denominaci贸n de Comunidad Econ贸mica Europea (CEE) y despu茅s pas贸 a llamarse Uni贸n Europea (UE). Ese proyecto toma elementos de 3 de los proyectos anteriores, no contiene ning煤n elemento de la Uni贸n de Rep煤blicas. Los anglosajones siempre han controlado la CEE-UE a trav茅s de la Comisi贸n Europea. Es por eso que los miembros de la Comisi贸n no se someten a una elecci贸n, son designados y nominados. Por cierto, Londres impuso como primer presidente a Walter Hallstein, el ex consejero de adol Hitler para los asuntos europeos.
Por otro lado, la Comisi贸n dispon铆a inicialmente del poder legislativo, que ahora comparte con el Parlamento Europeo, y utiliza ese poder para proponer normas que el Parlamento Europeo puede aprobar o rechazar. Todas esas normas reproducen al pie de la letra las normas de la OTAN, que, a pesar de la creencia generalizada, no se ocupa solamente de la defensa sino de la organizaci贸n de las sociedades. Las oficinas de la OTAN, inicialmente en Luxemburgo y actualmente en Bruselas, al lado de la sede de la Comisi贸n Europea, transmiten a esta 煤ltima sus directivas, que van desde el ancho de las carreteras –para permitir el paso de los blindados de la alianza– hasta la composici贸n del chocolate –conforme a las raciones de los soldados.
6- El sexto proyecto fue desarrollado por el presidente franc茅s Charles de Gaulle, en respuesta al proyecto de los brit谩nicos. Se planteaba la construcci贸n de una instituci贸n, la “Europa de las Naciones”, que no ser铆a federal sino confederal. Charles de Gaulle deplor贸 el Tratado de Roma, pero lo acept贸. En 1963 y 1967 impidi贸 la incorporaci贸n del Reino Unido. Precis贸 que si hab铆a que ampliar la uni贸n tendr铆a que ser «de Brest a Vladivostok», o sea sin el Reino Unido pero con la Uni贸n Sovi茅tica. Lo m谩s importante es que Charles de Gaulle luch贸 con el m谩ximo denuedo para lograr que las decisiones que pod铆an influir sobre la seguridad nacional s贸lo pudiesen adoptarse por unanimidad.
La visi贸n de Charles de Gaulle se fue con 茅l. En 1973, Reino Unido se convirti贸 en miembro de la Comunidad Econ贸mica Europea y en 2020 abandonaron la Uni贸n Europea. Pero Rusia nunca fue invitada a ser miembro de la uni贸n y actualmente la Uni贸n Europea acumula los paquetes de “sanciones” contra ese pa铆s. Como colof贸n, la reforma de los tratados de la UE incluye un cambio fundamental: que los temas de seguridad se aprueben por mayor铆a calificada.
¿Y c贸mo quedan los campesinos en todo esto?
Ante el panorama de la Pol铆tica Agr铆cola Com煤n que se describe m谩s arriba, nada, en las estructuras de la Uni贸n Europea, anunciaba la actual crisis. La causa de esa crisis es la ideolog铆a brit谩nica inconfesa de la Uni贸n Europea.
Al convertirse en miembro de la Organizaci贸n Mundial del Comercio (OMC), la Uni贸n Europea abandon贸, pero sin decirlo, la libre circulaci贸n europea y pas贸 a la libre circulaci贸n global. Al dar ese paso, inscrito en su ADN, la Uni贸n Europea segu铆a el objetivo de Winston Churchill. Las ayudas de la Uni贸n Europea nunca podr谩n compensar la competencia extranjera, que obedece a otras reglas. Poco a poco nos dirigimos hacia una especializaci贸n del trabajo a escala global. El espacio de los campesinos europeos en esa especializaci贸n del trabajo a escala global ser谩 cada vez m谩s reducido y llegar谩 el d铆a en que el comercio internacional se ver谩 interrumpido y en que los europeos se ver谩n obligados a reconstruir su agricultura o morirse de hambre.
Id茅nticamente, el Pacto Verde para Europa, formulado por la presidente de la Comisi贸n Europea, Ursula von der Leyen, no es una respuesta al cambio clim谩tico sino a la ideolog铆a construida alrededor de esa cuesti贸n. Con el Pacto Verde para Europa, la Uni贸n Europea se implica en el programa de la ex jefa de gobierno brit谩nica Margaret Thatcher. El objetivo ya no es producir m谩s con una industria y una agricultura fuertes sino con… servicios financieros. En Reino Unido esa pol铆tica ha tra铆do prosperidad 煤nicamente a la min煤scula City of London, pero ha ocasionado el derrumbe econ贸mico del Gran Manchester.
Para salvar a los campesinos europeos no basta con oponerse a la deriva supranacional de la Uni贸n Europea. Primero que todo habr谩 que liberar a la UE de su ideolog铆a. Pero esa ideolog铆a no proviene de los tratados fundacionales. Es resultado de la historia misma de la Uni贸n.
[1] «1982-1996: La ecolog铆a de mercado», por Thierry Meyssan, 袨dnako (Rusia), Red Voltaire, 25 de abril de 2010.
[2] Voltaire, Actualidad Internacional - N°44 - 9 de junio de 2023.
[3] Carnets secrets, 1908-1932, Louis Loucheur, Brepols, 1962.
[4] Praktischer Idealismus, Richard de Coudenhove-Kalergi, 1925. Se public贸 en franc茅s bajo el t铆tulo Id茅alisme Pratique: Le plan Kalergi pour d茅truire les peuples europ茅ens, Omnia Verita, 2018.
[5] Se refiere a la lengua regional de la Breta帽a francesa. Nota del Traductor.
[6] «Discours de Winston Churchill sur les 脡tats-Unis d’Europe», por Winston Churchill, R茅seau Voltaire, 19 de septiembre de 1946.
Red Voltaire