Fumar no es un hábito recomendable para conservar una buena salud y ciertamente empeora la calidad del aire del entorno de quien lo practica, pero no es la peor amenaza para la contaminación atmosférica. Las emisiones industriales sin control, la quema desproporcionada de combustibles fósiles, el abuso de sustancias químicas y sintéticas, el tráfico de vehículos especialmente contaminantes o el uso indebido de calefacciones anticuadas son algunas de las causas de un problema importante tanto para la salud humana como para la del medioambiente que cada año provoca más de 3 millones de muertes prematuras por enfermedades atribuibles a este tipo de polución, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
(*) Pedro Pablo G. May es periodista y escritor. También dibuja: MundoMay es su universo gráfico, del cual forman parte las ecoviñetas de esta serie. EFEverde.