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Descolonizar la cooperaci贸n internacional para el desarrollo

OPINI脫N de Ollantay Itzamn谩

Los pueblos y la humanidad entera somos producto del encuentro, de la solidaridad o la cooperaci贸n. Sin la cooperaci贸n mutua no existir铆a ning煤n tipo de vida, menos la vida humana.

Terminada la II Guerra Mundial, el entonces presidente de los EEUU, Harry Truman, en 1949, dividi贸 el mundo entre: los desarrollados (ellos) y los subdesarrollados (nosotros).[1] Y, montado en los “consensos” de Organizaci贸n de las Naciones Unidas (ONU), Europa y EEUU emprendieron el programa de la Cooperaci贸n Internacional para el Desarrollo (CID) hacia los pa铆ses subdesarrollados. El objetivo era y es: Desarrollo y progreso para los pueblos.

Casi un siglo despu茅s de la vigencia de la cooperaci贸n internacional para el desarrollo, constamos que esos programas, en buena medida, fueron mecanismos de recolonizaci贸n para crear las condiciones socioculturales que posibilitaron la expansi贸n del capitalismo (despojo/destrucci贸n de los territorios). En buena medida, los programas de cooperaci贸n internacional desintegraron a nuestros pueblos, y nos empujaron al consumismo y a la ilusi贸n del emprendedurismo.

En el caso de las comunidades campesinas, la cooperaci贸n internacional para desarrollo promovi贸 la “revoluci贸n verde” que destruy贸 y destruye los ecosistemas y tramas de vida en nuestros territorios. Desintegr贸 socialmente a las comunidades, y descampesin贸 a las familias. Ahora, las familias que a煤n se dedican a la producci贸n agr铆cola ya no quieren producir sin productos agrot贸xicos.

La bicentenaria historia blanca y sangrienta de la intervenci贸n o del colonialismo (cooperaci贸n) norteamericano tiene facetas nefastas como el Plan para el Progreso en nuestro Continente de Abya Yala. Dicho colonialismo norteamericano, hoy, cobra hegemon铆a con la cooperaci贸n letal de la USAID, que ya no s贸lo coloniza mentes y sentimientos, sino que incluso fecunda “progresismos norteamericanos” para seguir colonizado a los pueblos, como ocurre con el actual gobierno de Guatemala.[2]

Desde los pueblos de Abya Yala sentipensamos que la cooperaci贸n internacional para el desarrollo fue uno de los nuevos mecanismos para la recolonizaci贸n y perpetuaci贸n de la dominaci贸n de los “vencedores” de la II Guerra Mundial sobre los pueblos del Sur.

Cuando Truman dec铆a desarrollo y subdesarrollo, anunciaba el horizonte del neocolonialismo del Sur para el (mal) desarrollo del Norte. Sin colonizar la mente y los sentimientos de los pueblos del Sur, mediante la cooperaci贸n internacional “apol铆tico”, era impensable expandir en el globo el capitalismo. En consecuencia, conseguir el desarrollo del Norte sobre las cenizas del Sur.

Pero, el desarrollismo promovido desde el Norte, no s贸lo puso en “situaci贸n l铆mite” el entramado de la Vida en el planeta Tierra, sino que agudiz贸 o “traslad贸” el Sur al Norte. Al punto que, ahora, ese Sur empobrecido en el Norte opulento exige la cooperaci贸n al desarrollo. Pero, ya no hay tiempo, ni condiciones, para ampliar el “desarrollo” a m谩s gente, mucho menos de manera indefinida. La Tierra, como macro ecosistema de vidas, no da m谩s.

En este contexto hist贸rico y planetario, conversamos con un sure帽o en el Norte, Eneko Gerrikabeitia, desde Euskal Herr铆a, sobre la urgente necesidad de descolonizar la cooperaci贸n internacional y proyectarlo como un “acompa帽amiento” entre pueblos para los buenos vivires, como hijos e hijas de la Madre Tierra.[3] Ahora m谩s que nunca, los pueblos colonizados en el Norte y en el Sur necesitamos hermanarnos para emprender nuestros caminos de emancipaci贸n para la redignificaci贸n de nuestra Madre Tierra. 

Ollantay Itzamn谩
Defensor de Derechos de la Madre Tierra y Derechos Humanos desde Abya Yala

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