Layla Nassar y Josep Llu铆s del Alc谩zar*
Ning煤n otro estado del mundo asiste a la impunidad con la que act煤a Israel. Genocidios ha habido muchos, pero pocos a la luz del d铆a y reivindicados abiertamente por sus responsables.
¿C贸mo es posible un genocidio en Gaza con 100.000 v铆ctimas entre muertos, heridos y desaparecidos en cuatro meses, que los dirigentes pol铆ticos y militares israel铆es salen a diario a proclamar ante las c谩maras? La respuesta es clara: Israel sabe que es una pieza clave para el imperialismo en Oriente Pr贸ximo, un lugar estrat茅gico del planeta. Una pieza clave en el funcionamiento del capitalismo global.
Israel es una apuesta del imperialismo desde su fundaci贸n, en 1947-48, que fue el resultado de la confluencia de tres factores. El primero, la necesidad del imperialismo de turno (primero el brit谩nico, despu茅s de Estados Unidos) de tener un portaaviones en un lugar clave para el control de las reservas de gas y el petr贸leo mundiales y tambi茅n por su ubicaci贸n privilegiada en medio las rutas del comercio internacional a trav茅s del canal Suez. El segundo, el sionismo, un movimiento pol铆tico que aspira a crear un estado 茅tnicamente puro s贸lo para los jud铆os, un proyecto racista por definici贸n. Y en tercer lugar, el enorme peso del capital financiero en la actual fase depredadora del capitalismo, que fusionaba los intereses imperialistas con los del sionismo.
As铆, el estado de Israel s贸lo puede entenderse como un producto de la fase imperialista del capitalismo global. No hay ser marxista para entenderlo. El propio Joe Biden ha dicho en muchas ocasiones que «Si Israel no existiera deber铆amos inventarlo» y recientemente el sobrino de Kennedy, Robert Kennedy Jr., aseguraba que «Israel es nuestro portaaviones», «nuestros ojos y nuestros o铆dos» en Oriente Pr贸ximo, adem谩s de una inversi贸n muy rentable para la industria militar estadounidense. El estado de Israel es el 煤nico estado que nace no como un ap茅ndice, sino como parte intr铆nseca del imperialismo dominante en el planeta.
Ya Lenin explicaba c贸mo en esta fase imperialista del capitalismo, el capital financiero predomina y acaba controlando el capital industrial o comercial. Por eso, desde esa posici贸n privilegiada del capital financiero, el sionismo ha tejido una potente red de empresas en el sector de armamento y seguridad. Empresas que hoy venden a otros estados la tecnolog铆a de blindaje de fronteras, polic铆as, ej茅rcito... Armas en forma de misiles o en forma de software de vigilancia y espionaje, como Pegasus. Israel no es el 煤nico pa铆s que desarrolla esta tecnolog铆a, pero s铆 el 煤nico que la vende al mejor postor. Y esto se explica por las caracter铆sticas de la econom铆a de la ocupaci贸n. Es posible por la existencia de miles de ex oficiales del ej茅rcito que se jubilan muy j贸venes y comienzan una carrera en el sector privado como recompensa por los servicios prestados. Y sobre todo porque Israel tiene un permanente banco de pruebas para desarrollar su tecnolog铆a militar: los millones de palestinos que viven bajo ocupaci贸n en Gaza y en Cisjordania. La tecnolog铆a israel铆 tiene el aval de estar "probada en combate" contra todo un pueblo, ya que desde 1978 Israel no ha entrado en guerra con ning煤n otro estado. Esto es lo que hace rentables empresas como Elbit Systems, IAI o Rafael. El sufrimiento de palestinos y palestinas se convierte en un negocio.
Ning煤n otro estado ha recibido tantos recursos de Estados Unidos. En el decenio 2019-2028 la ayuda militar desde Washington a Israel prevista supera los 38.000 millones de d贸lares. Y a mediados de octubre, en plena ofensiva israel铆 contra Gaza, Biden anunciaba un paquete adicional de otros 14.300 millones. Aunque Biden ve c贸mo un sector joven y racializado puede retirarle el voto y hacerle perder las elecciones, sigue poniendo por delante los intereses estrat茅gicos del imperialismo.
El ataque a Gaza y la crisis econ贸mica de 2009
El estallido de la crisis del 2009 en Estados Unidos con la quiebra de Lehman Brothers golpeaba la estructura financiera mundial. Con enormes recursos p煤blicos que han dejado una deuda astron贸mica, el capitalismo logr贸 aplacar la crisis, pero no resolverla. A煤n 15 a帽os despu茅s, la crisis, lejos de tocar fondo, puede reactivarse en cualquier momento.
La pol铆tica de la gran burgues铆a y de los gobiernos que le sirven para descargarla sobre los hombros de la clase trabajadora mundial y los pueblos, tensar谩 en el extremo la lucha de clases. Como en los a帽os 30–en plena crisis y la depresi贸n que la sigui贸- estos sectores de capital financiero se preparan y promocionan a la extrema derecha. Una extrema derecha que inicialmente viene a endurecer la pol铆tica policial y represiva desde las instituciones del estado, pero que si la situaci贸n lo requiere tambi茅n puede bajar a disputar la calle y, eventualmente, transformarse en fascismo.
Este proceso que podemos ver con Meloni en Italia, Bolsonaro o Trump, o ahora con Milei, tambi茅n hizo que la extrema derecha entrase en el gobierno de Israel. Estamos frente a un fen贸meno mundial porque la crisis tambi茅n lo es. Y tambi茅n se manifiesta en el caso de Israel. Las reformas que quer铆a imponer Netanyahu no difer铆an sustancialmente de las otras: subordinaci贸n de la justicia al ejecutivo, recortes en el gasto social... las mismas recetas que han introducido Erdogan o Putin, o las que prepara Milei. En Estados Unidos hemos visto hasta d贸nde ha llegado la polarizaci贸n entre Biden y Trump. Tambi茅n en Israel, mientras las tensiones entre los dos sectores mayoritarios del sionismo se enfrentaban en la calle y en los tribunales, la expansi贸n de las colonias Cisjordania avanzaba m谩s r谩pido que nunca, as铆 como el asesinato de palestinos.
Todos los gobiernos israel铆es, como sionistas, han sido racistas, expansionistas... pero el gobierno de Netanyahu de alianza con la ultraderecha ha ido un paso m谩s all谩. Con brutalidad hacen lo que antes no se hab铆an atrevido otros gobiernos, aunque esto ponga en peligro la arquitectura de seguridad creada en torno al estado de Israel. Su plan actual para Gaza es la expulsi贸n de los y las palestinas, con una masacre sin precedentes en los pasados 75 a帽os de colonizaci贸n. Y esto pone en una situaci贸n muy delicada a todos sus socios internacionales, a esta red imperialista que forman tambi茅n los estados 谩rabes, empezando por Egipto y Jordania y los aliados occidentales.
Combatir el tejido imperialista que sostiene el estado de Israel.
La lucha contra el estado sionista y en defensa del pueblo palestino sobrepasa un problema local o regional, es una cuesti贸n central de la lucha de clases internacional. Por eso millones han salido a la calle como en pocas otras luchas de solidaridad, porque millones se sienten interpelados, se sienten palestinos o palestinas.
No esperamos nada de los estados de la regi贸n que a menudo se han envuelto con la bandera palestina para tapar las verg眉enzas ante su pueblo como hacen los reg铆menes de Siria o Ir谩n, que a la hora de la verdad no hacen nada por la causa palestina. La disociaci贸n entre las amplias masas y los gobiernos atrapados en las redes de complicidades es m谩s evidente que nunca. Las contradicciones entre los gobernantes afloran, porque es demasiado fuerte y evidente lo que deben tragar. La legitimidad de las instituciones internaciones est谩 m谩s en entredicho que nunca. Caen las caretas del imperialismo y la superestructura sobre la que ejerce el poder.
El genocidio del pueblo palestino es una advertencia para todos los pueblos del planeta. Rosa Luxemburgo ya planteaba en los a帽os 20 del siglo pasado la disyuntiva socialismo o barbarie. Y el capitalismo dej贸 muy claro que era capaz de llegar a la barbarie con el nazismo ¿Y qu茅 es si no barbarie capitalista lo que vemos hoy en Gaza? La advertencia no es s贸lo para los palestinos: es para todos los pueblos del mundo. Por eso toda la extrema derecha se alinea detr谩s del estado de Israel.
La resistencia del pueblo palestino, a un precio de vidas y sufrimiento elevad铆simo, nos da una oportunidad a todos los oprimidos del mundo. No verla ser铆a imperdonable. S贸lo cabe una actitud revolucionaria: estar a todas, sin tregua, con el pueblo palestino. Por ellos y ellas, pero tambi茅n por nosotras mismas y nuestro futuro.
Vietnam demostr贸 que la resistencia en el frente es imprescindible, pero que la guerra tambi茅n se determina a miles de kil贸metros de distancia. Estados Unidos pod铆a haber militarmente arrasado muchas veces a Vietnam, pero al final se le hizo indigerible la resistencia interna e internacional de millones que sal铆an a la calle.
Las mismas definiciones sobre el estado de Israel apuntan a c贸mo combatirlo. La lucha en defensa del pueblo palestino es antimperialista por definici贸n, y tambi茅n tiene un componente anticapitalista en esta fase decadente de predominio del capital financiero. Haciendo tambalear la larga telara帽a de complicidades y silencios para hacer o铆r la voz del pueblo palestino. Porque el enfrentamiento entre el estado de Israel y el pueblo palestino es un enfrentamiento de trascendencia mundial, cada Gobierno, cada ayuntamiento o cada universidad tiene su responsabilidad. La campa帽a de ruptura de relaciones diplom谩ticas y militares abarca todos los 谩mbitos, porque los tent谩culos de los intereses israel铆es escapan a todas partes. Porque ya no se trata de qui茅nes son y qu茅 hacen los palestinos, sino de qui茅nes somos y qu茅 hacemos nosotros.
*Lucha Internacionalista