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Elecciones presidenciales en Rusia: simulacro en tiempos de guerra

Rusia celebrar谩 elecciones presidenciales entre el 15 y el 17 de marzo de 2024, siendo obvio el triunfo de Vladimir Putin, con lo que ello conllevar谩.


La guerra en Ucrania es el tel贸n de fondo de las elecciones presidenciales rusas. Por muy obvio que sea el triunfo de Vladimir Putin, que conseguir谩 su quinto mandato presidencial, estas elecciones de 2024 no ser谩n un ritual vac铆o. Est谩n destinadas a mostrar el dominio y la legitimidad de Putin dentro de Rusia, pero tambi茅n, de cara al exterior, se presentar谩n como un refer茅ndum sobre la guerra contra Ucrania.

Por Mira Milosevich-Juaristi

Desde la llegada al poder de Vladimir Putin en 2000, y durante los largos 24 a帽os de su permanencia en el mismo, el Kremlin ha organizado sus elecciones presidenciales, regionales y generales mediante el sistema de la “democracia soberana”, basado en el supuesto de que cada pueblo, seg煤n su car谩cter y tradici贸n, debe poseer su propia democracia: un concepto inventado por Vladislav Surkov (antiguo asesor del propio Putin). Se trata de un simulacro de principios democr谩ticos (como, por ejemplo, el pluripartidismo), aunque s贸lo sirva como un medio para apuntalar el r茅gimen y promover la popularidad del presidente.

En las elecciones presidenciales de 2024 que se celebrar谩n entre el 15 y el 17 de marzo, participan Vladimir Putin, como candidato de Rusia Unida, y los candidatos de la “oposici贸n oficial”, que est谩n registrados pero controlados por el Kremlin. La “oposici贸n no oficial” est谩 silenciada y la oposici贸n en el exilio no tiene posibilidad alguna de influir en los resultados. La “oposici贸n oficial” es un instrumento m谩s del simulacro democr谩tico, en el que el Kremlin combina m茅todos autoritarios y pseudo-democr谩ticos, restringiendo la competencia pol铆tica y garantizando as铆 la victoria de Vladimir Putin. Los candidatos de la “oposici贸n no oficial” no podr谩n participar porque no han conseguido registrarse como candidatos o han sido eliminados f铆sicamente, como demuestran los ejemplos de Alex茅i Navalni en febrero de 2024 y Boris Nemtsov en febrero de 2015. Los impedimentos para registrar candidaturas para competir con Vladimir Putin se basan principalmente en la Ley de Partidos (2001), que contempla la posibilidad de prohibir el registro de un partido/candidato por su emblema, su programa o el lenguaje que utiliza, o porque no ha reunido suficientes firmas “aut茅nticas” para su candidatura. Otro obst谩culo clave es la cl谩usula que proh铆be que un candidato represente a una coalici贸n.

En diciembre de 2023 las autoridades rusas prohibieron a Ekaterina Duntsova, ex periodista de televisi贸n y candidata contra la guerra, con cientos de miles de seguidores en Telegram, incluso recoger las firmas necesarias para aparecer en la papeleta electoral. Dos meses m谩s tarde, la comisi贸n electoral central vet贸 a Boris Nadezhdin, el 煤nico candidato contra la guerra que quedaba, anul谩ndole un gran n煤mero de firmas. Cuando el nombre de Nadezhdin se mostr贸 por primera vez como posible candidato, la mayor铆a de los analistas rusos asumieron que llevar铆a a cabo una campa帽a mansa en estrecha coordinaci贸n con el Kremlin. Durante la mayor parte de su carrera, Nadezhdin ha estado activo en grupos pol铆ticos leales al Kremlin. Ha figurado en Rusia Unida (sin 茅xito en sus primarias) y tambi茅n ha intentado (de nuevo sin 茅xito) entrar en la batalla electoral para las elecciones de gobernador en la regi贸n de Mosc煤. Lo m谩s importante es que Nadezhdin es conocido por sus v铆nculos con el poderoso supervisor de pol铆tica interna del Kremlin, Sergu茅i Kiriyenko, de quien ha estado cerca durante m谩s de 25 a帽os. Cuando Kiriyenko fue brevemente primer ministro en 1998, Nadezhdin fue su asesor. Por lo tanto, Nadezhdin era el ideal “candidato liberal” auspiciado por el Kremlin. Sin embargo, su manifiesto electoral sostiene que Putin est谩 “arrastrando a Rusia hacia el pasado”, que “Putin cometi贸 un error fatal” cuando orden贸 la invasi贸n de Ucrania, y que el pa铆s est谩 “corriendo hacia el feudalismo medieval y el oscurantismo”, palabras que el Kremlin no le iba a perdonar. Su eliminaci贸n de la lista electoral revela que el Kremlin ya no tolera un panorama electoral competitivo, incluso uno que garantice la victoria de Putin.

La oposici贸n rusa en el exilio ha solicitado a las instituciones europeas y estadounidenses que dejen de reconocer a Vlad铆mir Putin como “presidente leg铆timo” de Rusia, una vez se celebren las elecciones presidenciales, y que busquen interlocutores diferentes, tanto en la sociedad civil opuesta a la guerra contra Ucrania como entre la actual elite pol铆tica rusa. El texto de la Asociaci贸n de Rusos Libres ha sido apoyado por la organizaci贸n Open Russia, liderada por el ex oligarca y ex cautivo Mija铆l Jodorkovski. Tal texto estipula un enorme listado de razones por las cuales Vlad铆mir Putin no debe ser reconocido presidente leg铆timo de Rusia, apelando a la resoluci贸n 2519 de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE) adoptada en octubre de 2023. Entre ellas destacan: la falsificaci贸n sistem谩tica de los resultados en las sucesivas elecciones; la encarcelaci贸n o asesinato de oponentes pol铆ticos; la clausura o neutralizaci贸n de medios de comunicaci贸n independientes; la celebraci贸n de comicios en territorios arrebatados a Ucrania a ra铆z de la guerra; y la intimidaci贸n de los votantes en estas regiones con m茅todos como la extorsi贸n y la amenaza o la manipulaci贸n de los censos electorales y el veto a las organizaciones de observaci贸n electoral. Por supuesto, tambi茅n, la imputaci贸n internacional por cr铆menes de guerra lanzada por el Tribunal Penal Internacional contra el mandatario.

Las elecciones presidenciales rusas de 2024

El 8 de diciembre de 2023 Putin anunci贸 que se presentar铆a a las elecciones presidenciales de Rusia de marzo de 2024. El anuncio estuvo auspiciado por Artyom Zhoga, presidente del parlamento regional de la regi贸n ucraniana de Donetsk, ocupada por Rusia, que pidi贸 al l铆der ruso que se presentara a los comicios y afirm贸 estar hablando en nombre de “todo el pueblo” de Donb谩s. “No lo ocultar茅. He cambiado de opini贸n varias veces, seg煤n el momento”, le dijo Putin a Zhoga y otros reunidos a su alrededor en una sala del Kremlin. “Pero tienes raz贸n. Ahora es necesario tomar una decisi贸n. Me presentar茅”.[1] Nadie se sorprendi贸. En 2020 la Duma rusa cambi贸 la Constituci贸n para que Putin pudiera presentarse a dos mandatos m谩s. Sin embargo, el momento elegido para anunciar su nueva candidatura sorprendi贸 a los que esperaban que Putin evitar铆a una guerra en Ucrania durante la campa帽a. El escenario, la sala de San Jorge del Kremlin, s铆mbolo de la gloria militar de Rusia, con soldados uniformados presentes, suger铆a que la campa帽a la har铆a como l铆der de guerra, pues su figura es imprescindible para ganarla.

Despu茅s de dos a帽os de guerra a gran escala en Ucrania y de una brutal represi贸n contra cualquier forma de disidencia dom茅stica, el Kremlin ha optado por deshacerse de la fachada de la “democracia soberana” por completo. A pesar de que est谩 tratando de enmarcar la pr贸xima votaci贸n como un gran acontecimiento nacional, acompa帽ado de exposiciones, concursos y conferencias, el decepcionante calibre de los oponentes de Putin deval煤a todos esos esfuerzos porque todo el proceso va pareciendo cada vez m谩s una farsa. El mayor problema para el r茅gimen no es si Putin gana o no las elecciones, sino que estas, incluso bajo criterios rusos, parezcan una farsa.

Desde hace mucho tiempo el Kremlin sabe lo que quiere de las elecciones presidenciales de 2024: una participaci贸n r茅cord y que el presidente Putin obtenga la mayor parte del voto. Sin embargo, sus planes tuvieron que ajustarse sobre la marcha, porque varios l铆deres dijeron que no intentar铆an postularse y porque los candidatos que lo har谩n son sustitutos, por lo que socavan la narrativa del Kremlin sobre la importancia de las elecciones y la grandeza de Vladimir Putin. En las elecciones presidenciales de 2018 Putin obtuvo el 76,7% con una participaci贸n del 67,5%. Ambos r茅cords deben ser batidos en 2024.

Los candidatos de la “oposici贸n oficial” se reducen a tres: Nikol谩i Jarit贸nov, candidato del Partido Comunista (su tradicional candidato, Guennadi Ziug谩nov, se ha negado a participar); Leonid Slutski, del partido Liberal Dem贸crata de Rusia (que es el mayor rival del presidente en t茅rminos de estatus formal); y Vladislav Davankov, de Nuevo Pueblo (que sustituye al l铆der del partido, Alex茅i Nechaev). Entre los rusos, no es ning煤n secreto que el Kremlin quer铆a a Ziug谩nov y Nechaev en la papeleta electoral, porque son pol铆ticos de alto rango conocidos por el p煤blico y porque su participaci贸n habr铆a facilitado a los gerentes pol铆ticos del Kremlin la “gran victoria” de Putin que est谩n buscando. En otras palabras, el Kremlin puede permitir que los oponentes de Putin obtengan hasta el 20% de los votos, pero no m谩s.

Nikol谩i Jarit贸nov, candidato del Partido Comunista, public贸 en sus redes sociales fotos donde aparec铆a hablando sentado en una mesa bajo un retrato de Vladimir Putin. Ziug谩nov se mostr贸 reacio a participar en la campa帽a. Tem铆a que un resultado mediocre pusiera en peligro su posici贸n dentro del partido, dada su edad de 79 a帽os. Jarit贸nov es una oposici贸n d茅bil porque, aunque fue una figura bastante prominente en la d茅cada de 1990 y principios de 2000, ha perdido su atractivo pol铆tico desde entonces. En 2000 Jarit贸nov, entonces teniente coronel en la reserva, fue ascendido a coronel en la reserva del Servicio Federal de Seguridad (FSB) en reconocimiento de su activa defensa de la restauraci贸n del monumento a F茅lix Dzerzhinski (fundador de la Checa) en Lubyansk. En las elecciones presidenciales de 2004 ya represent贸 al Partido Comunista, en las que obtuvo el 14% de los votos. Es muy probable que en 2024 reciba un apoyo m铆nimo. Si compitiera Ziug谩nov, habr铆a podido aspirar a alrededor del 10% (aproximadamente el nivel actual de apoyo al Partido Comunista).

Leonid Slutski, candidato del extremista Partido Liberal Democr谩tico de Rusia (LDPR), del que se hizo cargo en 2022 despu茅s de la muerte de su inveterado l铆der, Vladimir Zhirinovski, tiene estrechos v铆nculos con el r茅gimen. En marzo de 2022 form贸 parte del equipo ruso en las negociaciones “de paz” con Ucrania en Estambul. Tambi茅n particip贸 en las conversaciones sobre el canje de prisioneros en 2023 en Abu Dabi. Su margen de actuaci贸n es limitado porque est谩 supervisado por el Kremlin. Adem谩s, reforz贸 su posici贸n dentro del partido modificando los estatutos para ampliar los poderes del l铆der, concretamente en relaci贸n con la forma de seleccionar a los dirigentes y rotando el Consejo Supremo para incorporar leales a su persona. Slutski, al igual que Jarit贸nov, ha declarado que su campa帽a no tratar谩 de ganarse a los votantes que apoyan a Putin. Expres贸 su convencimiento de que las pr贸ximas elecciones consolidar谩n a煤n m谩s a la sociedad en torno al actual presidente. Sin embargo, su carrera s贸lo se considerar铆a un 茅xito si obtuviera al menos el 5%-6% de los votos, como sol铆a hacer su predecesor Zhirinovski. Slutski cree que esto es posible.

Por tanto, el candidato de Nuevo Pueblo, Vladislav Davankov, podr铆a esperar alrededor del 3% del voto. Davankov acapar贸 gran atenci贸n durante su campa帽a a la alcald铆a de Mosc煤 en septiembre de 2023 y se dio a conocer como una nueva voz en pol铆tica, a pesar de que s贸lo obtuvo el cuarto puesto, con el 5% de los votos. Es el diputado de la Duma que encabez贸 el proyecto de ley de 2023 que penaliza las cirug铆as transg茅nero. A sus 39 a帽os, su relativa juventud es la 煤nica ventaja sobre los dem谩s candidatos. Aunque es posible que su campa帽a sea marginal entre los votantes, Davankov podr铆a ser un indicador que muestre hasta qu茅 punto la sociedad rusa se ha militarizado y ha adoptado las creencias del Estado como resultado de la guerra. Su ret贸rica ya ha molestado a las facciones “patri贸ticas” de los dem谩s partidos rusos.

La 煤nica inc贸gnita de las elecciones es qui茅n ocupar谩 el segundo puesto. El Partido Comunista, que tradicionalmente lo ha ocupado en todas las elecciones desde la desintegraci贸n de la Uni贸n Sovi茅tica, podr铆a perderlo.

Cuesti贸n clave para el Kremlin es la de garantizar una participaci贸n adecuada, porque una campa帽a con candidatos poco destacados no atraer谩 a los votantes a las urnas. Por tanto, el Kremlin se esforzar谩 en establecer objetivos para la participaci贸n de los votantes. La campa帽a est谩 dise帽ada para generar entusiasmo por la candidatura de Putin, con un especial enfoque en destacar sus 茅xitos del pasado reciente. Estos se centran en la guerra en Ucrania y en la guerra h铆brida que supuestamente el “Occidente colectivo” est谩 ejerciendo en contra de Rusia y los rusos. No menos importante es la promoci贸n de la resiliencia rusa, la deficiencia ucraniana y la irresoluci贸n de Occidente.

La campa帽a electoral de Vladimir Putin

Putin tiene razones para creer que el tiempo juega a su favor. Contrariamente a las expectativas generalizadas en los meses posteriores a la invasi贸n a gran escala de Ucrania, las sanciones occidentales no han paralizado la econom铆a rusa. Despu茅s de un declive en 2022, los pron贸sticos del Kremlin, as铆 como los del FMI, auguran un crecimiento de la econom铆a rusa de alrededor del 3% en 2024, debido al aumento de la producci贸n militar y a la ayuda de terceros Estados –del espacio post sovi茅tico, China, la India y otros para eludir las sanciones.

La decisi贸n de adoptar una econom铆a de guerra ha asegurado el flujo continuo de armamento y proyectiles al frente, al tiempo que empuja la econom铆a hacia el pleno empleo. Mientras tanto, en el campo de batalla, Rusia ha provocado el fracaso de la contraofensiva ucraniana. Por problemas burocr谩ticos y falta de munici贸n, el apoyo occidental a Ucrania va disminuyendo. Putin lo est谩 aprovechando en su campa帽a para afianzar la confianza en que Rusia est谩 progresando constantemente hacia el logro de sus objetivos en Ucrania. No habla del elevado coste humano de la invasi贸n ni de la posibilidad de una movilizaci贸n general. Su objetivo es mantener la ilusi贸n de que la “operaci贸n militar especial” no es una guerra que exigir谩 sacrificios genuinos de la gran mayor铆a de la poblaci贸n rusa.

Sin embargo, como refleja el discurso sobre el estado de la naci贸n del presidente ruso el pasado 29 de febrero, su campa帽a electoral se centra en la hostilidad contra Occidente apelando al sentimiento antioccidentalista ruso, pero sobre todo amenazando a Bruselas y Washington. Durante el discurso, Putin se mostr贸 convencido de que Rusia se ha apoderado de la iniciativa militar en la guerra en Ucrania y que, a pesar de que esta recibe ayuda de Occidente, desmantelar谩 la cobarde ambici贸n occidental de “derrotar a Rusia estrat茅gicamente” y, sobre todo, de convertir a Rusia en un “espacio dependiente, en declive y moribundo donde puedan hacer lo que les plazca”. Present贸 a Rusia como “un basti贸n de los valores tradicionales sobre los que se sostiene la civilizaci贸n humana”, respaldada por “la mayor铆a de las personas en el mundo, incluidos millones en los pa铆ses occidentales”. Putin ve a Rusia como el 煤ltimo basti贸n de los valores tradicionales y como un palad铆n de la lucha con la cultura woke.

Despu茅s de las declaraciones del presidente franc茅s Emmanuel Macron de que la OTAN no debe excluir ning煤n escenario, que era una declaraci贸n de gran “ambig眉edad estrat茅gica” y no un anuncio de que la OTAN fuera a intervenir en la guerra como muchos quisieron entender, era previsible que Putin hablase de Rusia como la mayor potencia nuclear, subrayando que “las fuerzas nucleares est谩n en plena preparaci贸n para el combate”, que el sistema de misiles estrat茅gicos Sarmat ha sido entregado a las tropas y que los sistemas de misiles hipers贸nicos Kinzhal y Zircon ya est谩n en uso. Un ejemplo m谩s de la guerra psicol贸gica contra Occidente.

Las autoridades rusas ya han dejado claro que s贸lo est谩n preparadas para entablar un di谩logo estrat茅gico con Washington sobre una base “inclusiva”, es decir, como parte de la b煤squeda de una soluci贸n para Ucrania. En realidad, esto significa que Rusia est谩 exigiendo que EEUU acepte la partici贸n de Ucrania, lo cual no es realista en las circunstancias actuales. En su discurso, Putin llam贸 a las propuestas de di谩logo “demag贸gicas”, neg贸 tener planes para desplegar armas nucleares en el espacio, como informaron recientemente los medios de comunicaci贸n occidentales, y dijo que tales acusaciones eran un intento de Occidente de atraer a Rusia a negociaciones que s贸lo beneficiar铆an a EEUU. La arenga de Putin va mucho m谩s all谩 de unas elecciones presidenciales: anuncia la continuidad de las hostilidades tanto en Ucrania como con Occidente y, si “fuera necesario”, la escalada.

Conclusiones
Por todas estas circunstancias, y aunque hace tiempo sabemos qui茅n va a ganar las elecciones en Rusia, la victoria de Vladimir Putin fortalecer谩 la legitimidad de su r茅gimen y la legitimaci贸n interna de la invasi贸n de Ucrania, as铆 como la ruptura hist贸rica entre Rusia y Occidente.


[1] “Putin says ‘I will run’ when asked about Russia’s presidential election”, In March, Radio Free Europe, 9/XII/2023.

Autor: Mira Milosevich-Juaristi

Real Instituto Elcano.

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