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Machismo

Samuel Schmidt

Rosie trabajaba en una cl铆nica, que entre sus actividades impart铆a cursos para personas acusadas de violencia dom茅stica, aunque era una actividad educativa ordenada como castigo por un juez, en caso de reincidencia el castigo era mayor. Por lo menos un “estudiante” en medio del curso dec铆a, llegando a la casa le voy a poner una buena a la mujer. Quiere decir que el curso serv铆a de poco para alterar su 谩nimo y motivaci贸n violenta que lo convert铆an en abusador, y no estaba dispuesto a aprender un comportamiento distinto.

Claudia Sheinbaum

Cuando viajo en el metro de la CDMX o el metrobus, me encuentro con zonas reservadas para mujeres, vagones donde la mujer est谩 a salvo de los patanes que aprovechan la aglomeraci贸n para agredir a la mujer. El proteger a la v铆ctima est谩 muy bien, pero es una medida ineficaz para cambiar la conducta del agresor, el que aprovechar谩 cualquier oportunidad para actuar.

Mientras que un sistema (EUA) cree firmemente en el castigo como medida de correcci贸n, el otro (M茅xico) cree en la prevenci贸n, pero ambos fracasan en su objetivo 煤ltimo que es erradicar la cultura machista.

La cultura que pone al hombre por encima de la mujer tienen una base s贸lida en las ense帽anzas b铆blicas, donde la mujer sale de una porci贸n del hombre, o sea que su existencia deviene del hombre, y es la culpable de la desobediencia y la transgresi贸n que los expulsa del para铆so. Las religiones monote铆stas se consolidan sobre esa noci贸n de la inferioridad de la mujer y llegan al extremo de obligarlas a cubrirse y a ser “merecedoras” de castigos corporales si contravienen principios o valores, definidos por los hombres.

La noci贸n de “superioridad” masculina esta arraigada profundamente en la psique del hombre, al grado que cree tener la posesi贸n del derecho a doblegar, castigar a la mujer, inclusive a matarla.

Me pregunto ¿cu谩l debe ser el evento o suceso que cambie dr谩sticamente un patr贸n cultural de este tipo? ¿Acaso el cambio puede darse con la pol铆tica?

M茅xico ha tenido gobernadoras, diputadas, senadoras, presidentas municipales, jefas de polic铆a sin que al parecer haya mucho cambio; finalmente tendr谩 una presidenta de la rep煤blica, la mujer romper谩 el techo de cristal y ocupar谩 el puesto m谩ximo de la pol铆tica. De aqu铆 se desprenden varias preguntas. Supongo por las encuestas y otros factores que ganar谩 Claudia.

1)  Claudia ¿gobernar谩 como hombre? O sea con los estilos, valores y pr谩cticas que hemos visto hasta ahora.

2) ¿Gobernar谩 como mujer? Hasta ahora no hemos visto un estilo femenino de hacer pol铆tica en ese nivel, lo que abre la incertidumbre.

3) ¿Cu谩nto influir谩 sobre la cultura machista el hecho que una mujer sea presidenta?

4) Claudia llega con un cuerpo de mujeres j贸venes con fuerte ideolog铆a, lo que permite considerar que act煤en al un铆sono d谩ndole una perspectiva distinta a la pol铆tica y permite predecir que en el 2030 otra vez ser谩 mujer la presidenta. ¿C贸mo van a reaccionar los hombres en el contexto de MORENA?

Por su parte, en caso de ganar, ¿X贸chitl podr谩 gobernar fuera de la influencia de los hombres que la rodean, algunos de ellos no pasar铆an ning煤n examen de 茅tica? ¿Hace pol铆tica como mujer? Su lenguaje se asocia m谩s bien con un carretonero que con el de una profesionista, y no tengo prejuicio contra los carretoneros.

¿Qu茅 esperamos de una mujer, que cree instituciones para mujeres, espacios para mujeres, orientaciones femeninas?

Cada una de las  preguntas anteriores tiene consecuencias muy particulares.

Hablar que es tiempo de mujeres puede tener una significaci贸n sist茅mica profunda, a menos que se trate de que ahora es nuestro turno, y de ser ese el caso se perder谩 una gran oportunidad para incidir en los aspectos culturales que refuerzan al agresor que siente que puede serlo por ser hombre.

Me dice Tere que la mujer debe dejar de ser sumisa, abnegada, que guarda silencio ante la agresi贸n masculina, debe adquirir una identidad y espacio propio. Debe dejar de ser un complemento del esposo, hijo, padre, patr贸n, supervisor. La mujer hasta la fecha, a煤n las que son proveedoras, se convierten en dependientes al aceptar la autoridad masculina.

El tiempo de mujeres debe crear f茅minas que reclaman su espacio y forzar que las relaciones giren alrededor de ellas, de alguna manera, si las relaciones familiares son relaciones de poder, la mujer debe ser tomar el poder y hacer pesar su posici贸n, y la mujer que est谩 en el poder pol铆tico debe introducir un sistema valorativo y hasta simb贸lico distinto.

Ser铆a apropiado reescribir los libros de historia que ponen a la mujer como un aditamento, que ocasionalmente ayuda en sucesos considerados menores despoj谩ndolos de su sustancia. A final de cuentas la historia de la humanidad tambi茅n se escribe en la mesa de la cocina, como lo demostr贸 Golda Meir, y la historia esta hecha de sucesos que parecen menores pero dan cauce a grandes cambios.





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