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Son todos derechos humanos

VIENEN SIENDO ARRASADOS POR MILEI, FMI Y C脫MPLICES

LA SEMANA POL脥TICA

Por Sergio Ortiz

DERECHOS HUMANOS SON TODOS, TAMBI脡N EL PAN Y TRABAJO

Cuando se habla de derechos humanos no nos referimos solo a los arrasados durante el terrorismo de Estado (1975-1983) y en menor medida violados durante los gobiernos de la democracia burguesa. Est谩 bien comenzar por all铆, al hablar de aquellos derechos, porque 700 campos de tortura, desaparici贸n y exterminio de 30.000 personas; violaciones, robos de 450 beb茅s, fusilamientos y vuelos de la muerte, atentados, largas y duras prisiones pol铆ticas para miles de personas, exilio forzoso, intervenci贸n de sindicatos y partidos pol铆ticos, cierre de facultades, quema de libros, censura, robo de propiedades y empresas, aumento brutal de la deuda externa, coordinaci贸n represiva con las dictaduras del Cono Sur, la CIA y el Pent谩gono, etc, son lo primero cuando se habla de violaciones a los derechos humanos. Y mucho m谩s en fechas tan importantes como el 24 de marzo, D铆a de la Memoria, la Verdad y la Justicia.

24 de marzo de 2023


Aquella historia vuelve al presente con motivo de los 48 a帽os que se cumplen de aquel tr谩gico 24 de marzo de 1976 cuando por las radios pasaban el comunicado n煤mero 1 de la Junta Militar integrada por los genocidas Videla, Massera y Agosti. El grueso de los argentinos tiene una posici贸n democr谩tica tomada, sobre todo desde 1983 en adelante. Antes de eso hubo quienes abogaron por el golpe de Estado y lo apoyaron de diverso modo, activamente o bien con el imb茅cil justificativo de que los desaparecidos “algo habr谩n hecho”.

De todos modos ser铆a ingenuo, err贸neo y anti hist贸rico creer que todos los argentinos tuvieron ya en democracia una postura unificada contraria a aquella dictadura. Mayoritaria s铆, pero 煤nica no, por la sencilla raz贸n de que los jefes militares y parte de las FFAA, m谩s los socios y c贸mplices empresarios, pol铆ticos, eclesi谩sticos y otras catervas de civiles, de ac谩 y de USA, fueron parte del terrorismo de Estado. Muchos no se arrepintieron, no hicieron autocr铆tica ni fueron juzgados. A lo sumo tuvieron gestos seudodemocr谩ticos: se sacaron una foto con la democracia, pero siguieron pensando que el golpe de 1976 estaba justificado. Eso s铆, por ah铆 admiten que se cometieron algunos excesos, pero nada m谩s. Lo hecho, bien hecho est谩.

Y a煤n gobiernos que enjuiciaron a las primeras tres Juntas Militares (salvando a la cuarta), como el de Ra煤l Alfons铆n, dejaron libres a parte de los genocidas con las leyes del Punto Final y Obediencia Debida. Otro presidente, el entreguista “pr贸cer” Carlos Menem, indult贸 a aquellos personajes. Y otro que sigui贸 en esa direcci贸n fue Mauricio Macri, con su justicia e incluso Corte Suprema que aval贸 el “2x1” para acortar la estad铆a en c谩rcel de los asesinos del Proceso, lo que provoc贸 una avalancha popular de repudio y aquel premio qued贸 postergado.

La pelea entre los DDHH y los defensores de los genocidas sigue con un resultado amplio a favor de la democracia. Hay muchos condenados por delitos de lesa humanidad, desde que esos juicios pudieron llevarse a cabo, movilizaci贸n de los organismos como la base y decisi贸n pol铆tica del gobierno de N茅stor Kirchner como el complemento indispensable. La victoria democr谩tica se patentiza en que hay 1.173 condenados por cr铆menes de lesa humanidad en 316 sentencias dictadas desde 2006. El l铆mite de ese avance es que el 77 por ciento de los condenados no est谩 en la c谩rcel, com煤n y efectiva, sino en arresto domiciliario. Ambos datos son de la Procuradur铆a de Cr铆menes de Lesa Humanidad, de diciembre de 2023.

LA LUCHA CONTIN脷A

La pulseada entre democracia y los defensores de la dictadura militar-c铆vica no ha terminado. Por eso este 24 de marzo se vuelven a escuchar – y para peor, desde el gobierno nacional- las voces que niegan que hayan sido 30.000 los desaparecidos. Peor a煤n, sostienen que no hubo terrorismo de Estado sino una “agresi贸n del terrorismo” comunista y una leg铆tima respuesta del Estado, o a lo sumo, seg煤n esa 贸ptica negacionista, “una guerra” iniciada por la guerrilla que vendr铆a a ser el peor “demonio” para los que defienden la teor铆a de “los dos demonios”.

Esa confrontaci贸n pol铆tica se est谩 haciendo m谩s fuerte desde el 10 de diciembre pasado, cuando asumi贸 el gobierno de Javier Milei y Victoria Villarruel, una activista con muchos a帽os de apoyo a los criminales como Jorge Rafael Videla y los represores como fueron su padre y su t铆o, ambos militares y el 煤ltimo procesado en los juicios por los cr铆menes cometidos en el centro de exterminio El Vesubio.

Ya en la campa帽a hubo trascendidos de que los militares condenados y sus familias, que apoyaban a ultranza la f贸rmula Milei-Villarruel, reclamaban una amnist铆a o indulto que aliviara sus pesares y tambi茅n los habilitara a seguir percibiendo los jubilaciones o pensiones ca铆das por las condenas. Sobre todo, aquella estaba pensada como una “soluci贸n pol铆tica” para volver al ruedo con m谩s 铆mpetu y supuestos argumentos jur铆dicos de que hab铆an sufrido condenas injustas y que la presunta verdad hist贸rica estaba de su lado. Hasta ahora esa amnist铆a o indulto no existi贸, pero han recrudecido rumores en v铆speras del 24 de marzo. La primera, que deber铆a aprobarse en el Congreso, es imposible en estos tiempos pues LLA es una extrema minor铆a en ambas c谩maras, como lo revel贸 la derrota de la “Ley 脫mnibus” en Diputados y el DNU 70/2023 en el Senado. Lo segundo, el indulto, es posible porque depende de la pluma enloquecida y fascista de Milei, con expertise en provocaciones.

De todos modos es poco probable, salvo que quiera que en vez de movilizarse un mill贸n de argentinos el domingo 24 sean 4 o 5 millones los que ganen las calles en repudio a ese indulto tan cuestionable como que estar铆a premiando a responsables de delitos imprescriptibles, de lesa humanidad y genocidio, lo que est谩 prohibido por la ley 27.156 del 31 de julio de 2015.

Si no se atreven a firmar el indulto a los genocidas, eso no significa que aflojen en su campa帽a negacionista iniciada con el acto que hizo Villarruel en la Legislatura de CABA antes de asumir. Sigui贸 con varias designaciones (caso del jefe del Ej茅rcito, Carlos Alberto Presti, hijo de un general que fue jefe del Regimiento VII de La Plata en la dictadura), las reformas v铆a decreto o leyes para que los militares puedan participar de tareas de Seguridad Interior prohibidas hasta este momento, los acuerdos de la Direcci贸n General de Puertos con el Cuerpo de Ingenieros del Ej茅rcito de EE UU para controlar los r铆os Paran谩 y Paraguay, etc.



CARAS de dirigentes de DDHH y CARETAS de bur贸cratas de la CGT

"PLAN MOTOSIERRA” Y LICUACI脫N DE INGRESOS

El gobierno facho seudo libertario de Milei-Villarruel ha cumplido 100 d铆as y su futuro no tiene certezas, fruto de la crisis argentina potenciada por la acci贸n depredadora de esa dupla. En principio se puede decir que sus acciones est谩n a la baja, aunque no tanto como uno quisiera y podr铆a estimar ante la gravedad del “plan motosierra” y licuaci贸n de activos. Algunas encuestas dicen, favoreci茅ndolo, que su imagen positiva todav铆a es del 50 por ciento, frente a la otra mitad que lo critica y/o detesta. Aunque es discutible que todav铆a tenga esa buena imagen, es posible porque se mezclan varios factores: el recuerdo del mal gobierno peronista que lo precedi贸, la ignorancia pol铆tica de muchos de sus votantes, la influencia de algunas corporaciones medi谩ticas y de los monopolios tipo AEA, UIA y AmCham que acuerdan con el plan de ajuste con el FMI y otros factores. 脷ltimo, pero no menos importante, la acci贸n dubitativa por momentos y colaborativa en muchos otros, de gobernadores y legisladores que est谩n de acuerdo en seguir buscando el “Pacto de Mayo” con quien se ha comportado como una caricatura de monarca, l茅ase dictador.

Esa gente, como los saltimbanquis Mart铆n Llaryora y Miguel Pichetto, los aliados de Milei como el PRO y el grueso de los dirigentes de la UCR, etc, siguen negociando con Guillermo Francos para acordar un texto del “nuevo” DNU que permita sellar el mencionado “Pacto”. Y eso genera confusi贸n, expectativas e ilusiones en que al final del t煤nel se ve una luz de salida y no la de la locomotora de un tren que viene a aplastarnos. El dato alentador, en esa materia, fue la cr铆tica del gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, a los planes de destrucci贸n del Estado, cuando advirti贸 que eso no daba lugar al “anarco Estado” sino al “narco Estado”. ¿Se atrever谩 Kicillof a boicotear el “Pacto de Mayo” y llamar a otros gobernadores a hacer lo mismo? No se sabe. Puede ser. Ojal谩.

Hay gente que vive de ilusiones. Pero vivir de verdad cuesta much铆simo en Argentina, donde la Canasta B谩sica Total o l铆nea de pobreza para una familia tipo era en febrero de 596.000 pesos y el sueldo bruto promedio de los trabajadores registrados, seg煤n el RIPTE, de 555.000. Los empleados en blanco tienen un ingreso promedio inferior a la l铆nea de pobreza. Son pobres por m谩s que se perciban de clase media y se crean diferentes de “los negros”. Peor a煤n, el Observatorio de la Deuda Social de la UCA, ha fijado en 690.000 pesos la CBT de marzo, estirando aquella diferencia.

Agravando el drama, muchos hogares se van a quedar sin ingresos por los despidos anunciados en la 贸rbita p煤blica y privada. Los primeros, por el “plan motosierra” de Milei y varios gobernadores, que cesan los contratos de trabajadores que no est谩n en planta permanente o son monotributistas. Los privados tambi茅n achican empleos, en medio de la tenaza del aumento de la inflaci贸n, tarifas, alquileres, etc, y la ca铆da de ventas por la pronunciada recesi贸n. Hay 80.000 trabajadores de la construcci贸n que han perdido sus puestos de trabajo por el parate, sobre todo de la obra p煤blica, tambi茅n privada, seg煤n UOCRA. Otro aspecto doloroso lo advirti贸 ATE nacional: ser铆an cesados 70.000 contratos de trabajadores de la administraci贸n p煤blica nacional, que fueron prorrogados por tres meses y vencen el 31 de marzo. A eso hay que sumarle el cierre del Instituto y el Consejo Nacional de Agricultura Familiar, donde se perder谩n 900 empleos; lo m谩s grave, 200.000 familias de peque帽os productores empobrecidos del interior se quedar谩n sin los servicios que prestaban ambas instituciones.

Por un lado “la motosierra” amputa cabezas, brazos y piernas, mientras por el otro la licuaci贸n de salarios, jubilaciones y dep贸sitos bancarios le quita poder adquisitivo a los alica铆dos ingresos y ahorros de la poblaci贸n. Hay protestas, paros y marchas callejeras, por ejemplo el Piquetazo Nacional contra el Hambre, reprimido por la Polic铆a y Prefectura en Puente Pueyrred贸n. Esa actitud de lucha honra a los piqueteros que no bajan las banderas frente al ajuste. En cambio se vuelve como un bumer谩n contra la c煤pula traidora de la CGT nacional que, muy presionada, llam贸 al paro general del 24 de enero y despu茅s se ech贸 a dormir una siesta bien santiague帽a. Habr谩 que despertarla a los gritos, sin buenos modales, aunque este 24 se hagan los buenitos y se pongan pa帽uelos blancos.

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