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The Milei Show

-Luz, c谩mara, acci贸n
-Las condiciones del pacto de Mayo
 
Por Emilio Cafassi (Profesor Titular e Investigador de la Universidad de Buenos Aires). cafassi@uba.ar




 
El Presidente Milei inaugur贸 el per铆odo de sesiones ordinarias del parlamento argentino, como anual y regularmente deben hacerlo todos los titulares del Poder Ejecutivo. En este caso, dada la relevancia que le otorga a lo medi谩tico, no sorprende que haya devenido un show televisivo de “prime time”, con infinidad de marcos escenogr谩ficos y despliegues coreogr谩ficos dignos de una superproducci贸n. Para ello alter贸 inclusive el tradicional horario matutino de la ceremonia. Contrariando la austeridad que pregona para la funci贸n p煤blica, no escatim贸 recurso alguno para la puesta. El guion se inicia con un estrafalario tr谩nsito desde la casa de gobierno hasta el parlamento con varias camionetas espejadas -y posiblemente blindadas- rodeadas de motocicletas de alta cilindrada y no menos potentes luces intermitentes, oscuros runners trajeados y hasta una ambulancia. Para ello, fue necesario vallar los m谩s de 2 Km del trayecto de la Av. de Mayo, disponer de fuerzas de seguridad custodiando el cerco, impedir la circulaci贸n vehicular en la arteria, cosa que el protocolo de seguridad condena sin excepci贸n, adem谩s de monopolizar el espacio a茅reo para el desarrollo de las tomas televisivas con drones y otras c谩maras. M谩s pr贸ximos al destino, la caravana fue antecedida y escoltada a la vez por varias decenas de jinetes disfrazados de libertadores del siglo XIX, llamados “granaderos”, como aquellos que inspiraron a varios modelos de soldaditos de plomo, con toda pompa y esplendor. Ya sea por estribar muy largo o por inflexibilidad de las rodillas result贸 jocoso que el trotecito de los equinos repercutiera con irregulares rebotes de los traseros en las monturas, impidiendo a los extras transmitir la m谩s m铆nima soltura y comodidad. La voz en off de un tan circunspecto como reconocible locutor oficial describ铆a el tr谩nsito y los momentos de “reality” que sucedieron al arribo, con permanente reiteraci贸n de las diversas declinaciones del adjetivo honorable para todo el acto, incluyendo al “nido de ratas” anfitri贸n, tal como Milei califica al poder legislativo.

No es necesario ser experto en la obra de Michel Foucult para encontrar en la escena particularidades transformadoras de lo que el fil贸sofo denomina “dispositivo de poder” el que, sin excluir los discursos, ampl铆a a un conjunto de gestos y pr谩cticas no discursivas, adem谩s de aparatos heterog茅neos que dan lugar a una determinada relaci贸n de fuerzas. Desde la locuci贸n doctorando sin m谩s al Presidente, hasta el control de la calle, desde la grada del atril y la cosm茅tica al juego de c谩maras cuya direcci贸n acompa帽贸 a cada festejante, se imbrican con los contenidos para dar coherencia a la nueva coyuntura de m谩ximo rigor opresivo, que viene instaurando potenciadamente esta gesti贸n.

El discurso propiamente dicho tuvo un recorrido bastante previsible con eje en el diagn贸stico de ruina nacional basado en algunos datos certeros de la crisis capitalista y tantos otros disparatados, tanto de la coyuntura como de proyecciones, la magnitud del d茅ficit fiscal o las perspectivas inflacionarias culpando de todo a la “casta” pol铆tica, a la que, sin embargo, le propone finalmente un pacto de no agresi贸n. Las penalizaciones, como es dable verificar cotidianamente, se ejercen sobre las mayor铆as populares en general, los empleados p煤blicos en particular y el Estado todo y no sobre un pu帽ado de pol铆ticos que pueden sortear inc贸lumes la severidad del ajuste. La medida inmediatamente posterior fue el cierre de la agencia de noticias estatal “Telam”, literalmente, ya que se acompa帽贸 con el vallando del edificio para evitar su ocupaci贸n. La 煤nica referencia a los privilegios concretos de la “casta” fue la vaga promesa de eliminar las pensiones graciables de la que gozan los presidentes y vices que d铆as antes la prensa hegem贸nica se hab铆a encargado de difundir con cifras concretas, por cierto escandalosas. Adem谩s de salpicar la oratoria con tales cifras caprichosas, el fundamento 煤ltimo proviene del simple augurio de progresos posteriores al padecimiento precedente. En Argentina no representa novedad alguna.

Recuerda Norberto Alay贸n en un art铆culo de la publicaci贸n digital, “La tecl@ E帽e”, que ya el ministro de Econom铆a de la presidencia de Arturo Frondizi, 脕lvaro Alsogaray, utiliz贸 en 1959 la f贸rmula “hay que pasar el invierno” para generar esperanza luego de las medidas de ajuste implementadas entonces que con diversos slogans reapareci贸 en las gestiones de Menem y Macri, para referir a los m谩s ortodoxos. Tampoco son los diez puntos sobre los que propone un pacto a los gobernadores. Son pr谩cticamente, en un orden diverso, id茅nticos a la s铆ntesis de los tambi茅n diez puntos que el economista John Williamson denomin贸 “consenso de Washington” en el a帽o 1989, influyendo notoriamente en las pol铆ticas de los pa铆ses latinoamericanos en la d茅cada posterior. Recomendaciones al fin de los tres organismos con sede en la capital estadounidense con mayor capacidad de presi贸n e influencia sobre los pa铆ses deudores y sometidos: el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Departamento del Tesoro. Sin entrar en detalles lo reencontramos en Milei con su propuesta de correcci贸n del d茅ficit fiscal, de reducci贸n o eliminaci贸n de la carga impositiva al capital y de subsidios a los servicios, liberaci贸n del comercio, importaciones y tipos de cambio, de las barreras para la inversi贸n extranjera, adem谩s de la privatizaci贸n de las empresas estatales y la consagraci贸n de la propiedad privada mediante el 茅nfasis en la seguridad jur铆dica.

El pacto al que invita el Presidente al concluir su discurso, se apoya en su exclusivo ideario, para no hablar de programa del que carece e improvisa sobre la marcha, que a lo sumo comparte con las fracciones m谩s macristas del PRO, aunque siempre puede dar sorpresas el dialoguismo tanto peronista cuanto radical. Sin embargo, no son las ideas aquello que propone pactar con los gobernadores provinciales (y con ellos con los parlamentarios de sus distritos) sino la magnitud de aceptaci贸n del chantaje de un alivio fiscal, a cambio, no solo de la suscripci贸n del acuerdo puntual llamado “pacto de mayo”, sino adem谩s con una nueva aprobaci贸n de la ley 贸mnibus, cuyos siniestros alcances hemos comentado en varios art铆culos previos en este semanario.

Personalmente descreo que existan condiciones pol铆ticas inmediatas para revertir la magnitud del padecimiento generalizado en el plano econ贸mico-social, ni esperar铆a nada sensiblemente rectificatorio de los poderes legislativo y judicial, salvo excepciones puntuales. No exclusivamente por aquiescencia mayoritaria hacia la ortodoxia monetarista, sino porque pierde el lugar de discusi贸n de los asuntos p煤blicos y por lo tanto su car谩cter de comunicador social y mediador, que los medios de comunicaci贸n de masas ocupan en mayor y creciente medida, siendo a la vez m谩s cr铆ticos del sistema de partidos y de la pol铆tica en general realimentando la estrategia disciplinadora. Potencian adem谩s esta sustituci贸n las llamadas redes sociales, particularmente determinantes en la estrategia de Milei. En la funci贸n deliberativa parlamentaria, resulta cada vez m谩s dificultoso hallar la conflictividad de intereses al interior de la sociedad civil.

Inversamente, deposito la m谩xima expectativa en que movimientos sociales, con o sin acompa帽amientos partidarios, logren hacer uso de las tradiciones movilizatorias y modos pac铆ficos de protesta en magnitud tal que superen holgadamente la capacidad de ejercicio represivo que el Ministerio de Seguridad ha exhibido, adem谩s de fundamentarlo discursivamente. La amenaza es simplificadamente doble. Por un lado la del ahogamiento econ贸mico, tal vez inmediatamente irreversible, mientras por otro la conculcaci贸n de libertades y derechos c铆vicos cuya resistencia deber铆amos enfatizar en cada oportunidad.

Como la de este viernes 8 de marzo en plena calle, entre todos los g茅neros concebibles.

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