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El fascismo, las exigencias del Imperio y el juego de los amarres de amor


Enriqueta de la Cruz*

No parece que Sánchez vaya a dimitir salvo que se lo hayan requerido desde el teléfono rojo, que precisamente no es el teléfono de Lenin, sino el de los contrarios.


Por eso, la carta de nuestro presidente suena más a amarre de amor con sus electores y base ante las exigencias del Imperio, las actuales y las por venir, que él ya conocerá. Y un amarre no es un amor natural, que nace solo, o por comportamiento satisfactorio: es una trampa. Y las trampas se hacen cuando prevalece el “yo” y no el “todos” y el “vosotros”. Y algo le traiciona el inconsciente en eso cuando nos habla de un amor privado y no del que nos debe tener a los representados.

En definitiva: Nos lo está diciendo: No se quiere ir, es que va a necesitar apoyo incondicional. Ha necesitado esclarecer un golpe de Estado que se viene dando perpetuamente desde el 23 F o antes y mostrar su aparente impotencia.

A medida que pasan las horas, es más preocupante lo que ha pasado.

Con esta carta nos ha aplicado la doctrina del shock norteamericana. Tanta reiteración sobre la extrema derecha, nos lleva a lo consabido: “o yo, o el fascismo”. Y en fin… Tantas y complejas cosas.

Impotencia ante el acoso y deseo de derribo, ¿por qué siendo él el presidente, estando en el poder, participando de un Parlamento?: Porque el Imperio tampoco acaba con el fascismo, al revés, lo mima y resguarda de la lluvia, hasta que necesite sacarlo al escenario, como en otras partes de Europa. Imperio que no deja abrir ningún melón que rompiera el pacto del 78, de una transición ideada en la sede de la CIA, que nunca fue para llegar a un punto de Expediente de Regulación de Empleo al franquismo metido en cada costura de esta España con sus toca pelotas. Y nadie (por muy partidos de izquierda que se denominaran) lo ha intentado, porque se está muy bien sin líos y dentro del juego no hace frío.

El presidente ha optado por un tono victimista, compungido y almibarado y suena muy preocupante. Si hay tanto peligro de fascismo, ¿cómo se va o lo piensa siquiera? Si no le apoyamos sin fisuras… ¿Para qué? Más que un periodo de reflexión propia, nos invita a la misma: Pide cheque en blanco, que escenifiquemos ese apoyo sin fisuras para lo que él sabe que tendrá que hacer en próximas fechas (pero que no nos explica). Solo las reacciones de la gente, esta encuesta, este sondeo, esa gente que se moviliza por él… ya es un poco de cheque en blanco, y también, muy irracional.

Lo que ha hecho se parece mucho a ese órdago de dimisión de Felipe González si el PSOE no se dejaba salir de un marxismo con el que él nunca comulgó, para entrar en una OTAN que nos lo cambió todito todo y ya estaba negociada de antemano. Es decir, si no se claudicaba.

La praxis de este Imperio es siempre la misma, usa las mismas plantillas, actualizando un poco el corte, cambiando actores. Pero siempre nos representa el mismo drama.

Sánchez, en vez de actuar como un verdadero presidente de altura, preocupado por la res publica, actúa como hábil gestor de empresa. El mismo chantaje emocional de antaño, hijo de la doctrina del shock yankee, barnizado con los nuevos e infantiloides métodos que se imparten en cualquier centro para directores de comunicación, consistentes en ir al corazón antes que a la razón y machacar con un tema, meternos lo privado por los ojos y, en fin…, la vieja táctica de tinta del calamar: que nos distraigamos de lo importante: Por qué estamos como estamos y por qué no se hace nada con este fascismo, y qué se avecina y qué va a pasarnos. Esta sería una carta responsable, la que respondiera a estas cuestiones.

Nuestro presidente Sánchez es un gran gestor de la política que conviene al Imperio y por ahora no parece lógico que quieran cambiarle, así es. Porque los angloamericanos practican un dicho, que más bien es made in U.K.: “si algo funciona, no lo cambies”. Cualquiera que haya elegido participar en una carrera donde se juegan tantos cuartos, lo sabe…: no puede salirse en mitad de ésta. Así de simple. Como tampoco puede llegar la derechona a subirse al sillón presidencial si a Estados Unidos no le da la gana. Así de claro, pues el amo manda y tiene su ases debajo de la manga. Ya sabremos que en el juego de las trampas y amenazas y acosos, hay más de un cadáver en el armario de cada acosador que poner sobre la mesa, o balas que enviar, como las que le enviaron quien sea, de parte de quiénes fueran, al Pablo Iglesias amortizado, como la pistola que presentaron a Suárez cuando se creyó esta democracia y se resistió a salir…

Así que nos siguen engañando unos y otros aunque no por ello lo que ocurre deja de ser bastante preocupante.

Sí, esta carta obedece a la necesidad que tiene de arroparse y tener salvo conducto ante próximos acontecimientos, en clave guerra (aumento de implicación y costes que pueden llevar aparejados recortes sociales). Y también está en clave próximas elecciones catalanas.

Que no se mueva nadie o “se sienten, coño”

Quieren los mandamases que estemos paralizados y consentidores. Ahora es Sánchez y este Gobierno progre, quienes garantizan que no andemos por la calle alborotando, como cuando Aznar y la guerra de Irak, llamando asesino a un presidente, y masivamente apostando por un “No a la guerra”. Masivo y contundente. Hay precariedades mil y la gente no se echa a la calle. Este gobierno progre es una suma de Pactos de la Moncloa y Pacto Social como antes con los ya inservibles sindicatos. Son la hostia de eficaces. Procuran paz social, acallan, como gobiernan los más movilizadores no movilizan. Y USA es ante todo eficacia, productividad, rentabilidad.

Y plan B: El poder amenaza con el fascismo si no tragamos, fascismo al que no quita fuerza sino lo contrario, como instrumento que es de él (véase Ucrania, Israel) y alternativa que quiere en crecimiento dentro de su estrategia de debilitamiento de Europa, sumisión extrema de ésta a sus designios, política disuasoria para que ningún país pueda subírsele a las barbas. Y al no quitarle fuerzas, este fascismo se crece, usa toda su mala uva por la urticaria que le producen, por ejemplo, los últimos resultados electorales en el País Vasco o que mucha más de media España no los podamos ni ver, que los tengamos calados.

Pero los fascistas españoles y por ahora, siguen en el banquillo de reserva, funcionándoles la cosa con este gobierno progre de políticas de derechas y en todo caso, no de hacer pupa al Sistema, con algún aderezo social, sí y avances que no contradiga ni pise callos al Imperio…

La reacción de Feijóo, asustadito de que le vaya a tocar ya el marrón, es de enmarcar.

Qué calamidad, cuando daban por hecho que el poder les tiene a resguardo de lluvia para cuando les necesiten. Es decir, arropados como a los nazis que ahora señorean en Ucrania los tuvo en su armario canadiense y demás…

¿Qué les pica a los fascistas españoles?

Lo que pasa es que aquí están en armario transparente, con un comportamiento indecente e que no es posible por más tiempo consentir, sin denunciar, pero denunciar, decir “NO” para hacer, y no precisamente este hacer es dimitir.

La derecha, extrema cavernícola, termita acabadora del país, está metida hasta lo profundo en poder judicial, militar, financiero, económico-social, en cada ministerio, en toda la administración pública, en los medios de comunicación y en la mandanga de la Iglesia aquí, donde hay obispos del tiempo de la Inquisición con los que no puede ni el Papa al que estos cargo tachan de “comunista”, nada menos. No les hace falta estar de mas formas en realidad, ni más alto pueden llegar, del rey para abajo.

Derechona zafia, inculta, antidemocrática que nunca acepta el resultado del voto cuando no les favorece, que siembra odio, a la que nunca se ha parado y ha devenido en paleta sin obra productiva, sin interiorización de otras culturas. De ser inventora de mitos absurdos, irracionales, amor de la muerte y sadismo, histriónica imbécil e inconforme, siempre, rancia incondicional de lo feo, por siglos, ha llegado a sacar la lengua a la democracia, al Parlamento, como hizo Conde, a la ciudadanía.

Sin embargo, el mundo que desean, con Leonor I, la Católica, no es posible. Ni mucho menos con un franquito y otro centralismo castellano. Ni se lo creen, engañan a los energúmenos de los suyos, ni ella se lo cree. ¿Sueñan con esta continuadora de Franco y don Pelayo, de Isabel y Fernando, de Fernando VII y Carlos V, el dilapidador en sus guerras de religión de la rapiña que hicimos en América, y del alucinado de El Escorial, Felipe II? ¿Heredera en tiempos que su madre le sabe cómo aconsejar lo que son los hombres en este pantanal machista y que se los folle primero de casarse con nadie?… ¡Qué risa!

Han tenido tiempo de cambiar. Pero no se han civilizado. Es verdad que hemos criado cuervos con sueldos millonarios y pensiones de vértigo. Que ¿qué podíamos esperar? Pero aún así los verdugos son ellos. No hay: encima a culpabilizarnos. Ningún gobierno votado, ningún presidente ha de ser acosado, maltratado, ni se puede consentir su intento de derribo, ese sueño húmedo de capados mentales que cada tanto acarician y ya pasó en varias ocasiones en tiempos de Felipe González, después del 23 F. Golpes de Estado económicos, mediáticos, judicializados, con su olor a billetes de banca y sus banqueros y entrenadores de torturadores y bateadores de cabezas que piensan y no les gustan.

No se les paró jamás ni se les para porque esto, señores, el aguantarlos y no modificar ese status quo de amamantar cuervos, quedó incluido y fue la esencia del pacto de la Transición. Pero esto no es excusa, no, de su falta de civismo mínimo.

¡Hay que pararlos! Si nadie les explicó que estar en el juego democrático es ser y parecer ser demócrata, hay que explicárselo, con hechos. Y se les enseña y se les para, desde las actitudes personales, no imitando ni sus melindres, ni sus tantas otras actitudes.

Pero primeramente desde el Gobierno, que para eso manda, desde el Legislativo, que para eso legisla. Y también, con el pueblo.

Y en este sentido, la estudiada carta de Sánchez, a mí no me gusta. Está desaprovechada. Primar el impacto al corazón, o su daño, no es de altura. Esta carta de mi presidente, me avergüenza también. Pues no se trata de impactos sino de coraje y no admitir más mentiras, si se trata de movilización necesaria del pueblo.

Yo vengo reclamando que ante impotencias se explique al pueblo. Pero sería esto otro: “Señores, señoras, ciudadanos: Mis manos atadas en este momento son esto, esto y esto”.

Pero esta carta es una trampa, obedece a una necesidad, sí, de amarres de amor con su base y electores que van a morir de hambre: literal, por falta de recursos, de cultura, de ideas y de desengaño con esta izquierda bélica que todo lo fía al mañana y a las vocaciones: “España mañana será republicana y paz”, o pasado o veamos cuándo porque hoy por hoy apoyamos al rey y la guerra, es decir, lo contrario, y eso hace neuróticos y pasados y no es de recibo. No vale otra vez abatir banderas, es decir, hacer reverencias con ellas a un superior y al vencedor de un genocidio, como ya se hizo, y arriarlas, dejando atrás las aspiraciones legítimas.

No vale reclamar nuestro silencio o inacción para asegurar la paz social al Imperio, para que traguemos más gastos de guerra y más carestía de vida que el pueblo no quiere y son cuentas que paga, más recortes sociales probablemente ya en mente de los belicistas amigos como la Von Der Leyen, ese esperpento de mujer. Esa que adora a Sánchez.

Los poderes tácticos, los gestores del amo americano en Europa no quieren ver paletos para negociar, ni les cae bien Feijóo, quieren seguir hablando en inglés con Sánchez, se entienden a la perfección. Y el Gobierno, del que ha formado parte Podemos, esperanza reventada de tantos jóvenes, y con IU y ahora Sumar y en fin, de una manera u otra, el PCE, está embarcándonos hasta los topes en la guerra.

Otra sería mi carta y la que necesitamos

Entonces yo explicaría al pueblo por qué, qué otras alternativas tenemos, y si no veo que las haya, preguntaría si queremos esta mierda con un gobierno “progre” o con la derecha violándonos a cara de perro, con represión de a palos, con chulería, con satisfacción de ellos: o sea, en vez de follarnos suavemente.

Explicaría que estamos en Europa, la OTAN y una dependencia de EE.UU. tan brutal y predadora, tan de haber vendido todito el país, que es “a lo que manden”. Explicaría que vienen tiempos que nos lo van a poner peor las cosas y que como presidente tendré que tomar medidas. Pero que dado que os represento, me comprometo a luchar para el pueblo y estudiar otras salidas a futuro que pudieran mejorar nuestra posición, nuestra situación.

Contaría que vamos hacia un federalismo natural y que por ahora y mucho tiempo el sueño soberanía nacional no es posible y por qué, y mucho menos centralista-castellano, esa cosa con la que suelen engañar y engañarse los de derechas porque al minuto uno volverían a ponerse en la foto de otras Azores y a pedir vez para besar el culo a los norteamericanos como hizo Aznar, como incluso el rey, que ya fue ninguneado en alguna ocasión como gobernador de esta Barataria tal la consideran.

Y, tal como ha dicho Puigdemont, me sometería a una moción de confianza, una vez aclarado todito y lo que cuelga y colea de un pacto del 78 que ha resultado fatídico a la larga.

Comprometería, dado lo que ocurre y el mal comportamiento de las bestias, el ponerme a trabajar desde mañana mismo en proceder contra la prevaricación, por el equilibrio en los poderes de forma que todas las clases sociales y no solo las de extracción fascista con sus propias academias de acceso directo, accedan a los máximos puestos por méritos, que retiraré subvenciones directas e indirectas a cualquier injuriador, a que meteré cultura desde el minuto uno en medios públicos, con espacios pedagógicos para que aquí todos aprendamos a ser ciudadanos y civilizados.

Explicaría que voy a trabajar por mi pueblo y no dimitiría, enseñaría mis cuentas y las de mi familia a la luz del día y pediría investigación con garantías para que no quede una sombra. Y les diría que impunidad para nadie y que no quiero sino un “todos contra la corrupción”. Que como quiero mucho a mi familia, entiendo que también quieran mucho a la suya y a su familia los que tienen hijos en precario, desatendidos de la sanidad, o sin techo, o sin unas mínimas de estabilidad. Y que como quiero mucho a mi Begoña, pero es de mi ámbito privado, eso queda ahí y a nadie le importa y que como presidente, el de todos, hablaré de lo que interesa al pueblo en sus necesidades y prometería revisar éstas, apreciarles.

Además enseñaría mi parte de baja laboral, si es que tengo un bajón, normal, porque somos humanos, pero con mi parte de baja por delante, y no tomando una decisión de “curraré en esto y en esto no, y me tomaré cinco días”, como si fuera el propietario de la empresa. ¡Por que es que no se enteran de que son nuestros elegidos y representantes y empleados, no césares que deciden lo que se les venga a la cabeza!

Dicen que desde los tiempos de Napoleón (lo refiere el doctor Marañón en “Españoles fuera de España” a los exiliados o refugiados coyunturales que en unos tiempos fueron de un signo y en otros, de otro, se les introducía en Logias donde ganaron en ser personas civilizadas hasta los carlistas de entonces, que como describió Galdós eran bastante neuras y energúmenos y básicos y en fin, y algún otro. Yo no sé cual será hoy el método ni qué escuela de ciudadanos hay que montar, pero algo hay que hacer.

Y basta ya de falsedades, de bluff, de sondeos, de chantajes y de montajes, de impactos, de listos que lo saben hacer, de burlas. Y ¡basta de alimentar fascismo!

Abochorna lo que pasa en el país pero más en estas horas de angustia internacional, nacional también, como parte del todo mundial que somos, y responsables.

Quiero altura de miras, seriedad, aunque tengamos que estar a lo que diga el amo imperial, pero con seriedad.

Quiero cabezas firmes, reflexiones adultas, análisis y crecimiento de este país que sí, abochorna y duele.

*Enriqueta de la Cruz es periodista y escritora
Federación de Republicanos




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