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La influencia oriental sobre Milei

Las incomodantes payasadas del orador estrella  

Del impulso de Lacalle Herrera al disimulo de Lacalle Pou

Emilio Cafassi (Profesor Titular e Investigador de la Universidad de Buenos Aires). cafassi@uba.ar

Al alba siguiente de los violentos exabruptos con los que la dupla presidencial argentina replic贸 a la hist贸rica marcha universitaria del 23A, reconfigur贸 su estrategia modificando interlocutores y discursos. Posiblemente haya reconocido entre los asistentes a una fracci贸n de su base electoral, carente de encuadramientos, que espont谩nea y capilarmente se sinti贸 convocada por la causa que motiv贸 la movilizaci贸n: la amenaza a la continuidad del funcionamiento del sistema universitario p煤blico. En particular algunos deciles correspondientes a capas medias y sectores populares, laboralmente activos y en franca declinaci贸n, quienes est谩n sumidos en un hartazgo y desaz贸n ante el paulatino aunque inexorable deterioro de sus condiciones de vida durante toda la 煤ltima d茅cada, o m谩s largamente a煤n. Aquellos que optaron por un cambio radical a煤n con la incertidumbre y la dosis de riesgo de todo salto al vac铆o.

Porque a pesar de la agobiante pesadumbre, el acceso a la universidad se le presenta como una suerte de refugio, un basti贸n de contenci贸n y proyecci贸n de futuro para vastas masas de poblaciones, particularmente en el conurbano y las provincias m谩s rezagadas, donde justamente se inauguraron las m谩s recientes nutriendo la explosi贸n de la matr铆cula. Son al conocimiento y la formaci贸n, pero m谩s a煤n, al sue帽o de progreso social, m谩s de lo que las ollas populares lo son a la alimentaci贸n cotidiana que perpet煤a el punto de partida. Al d铆a siguiente se retorna al comedor popular con el hambre arribado en la v铆spera. Es paliativamente necesario. En la universidad -y en todos los niveles educativos- se acumula algo de una espiral ascendente de socializaci贸n, civilidad y aprehensi贸n cognitiva. El hambre que reaviva, es siempre sobre un pelda帽o cognoscente y afectivo superior. Por esta raz贸n resulta artero interrogarse exclusivamente por cu谩ntos se grad煤an, cuando el solo tr谩nsito por la escalera ya es una verdadera conquista.

Sugiero que tales difusos y a煤n inconmensurables sujetos permanecen a煤n permeables a la narrativa acusadora de “la casta” y a su pretendida aniquilaci贸n, aunque sin embargo excluyen a la universidad de los privilegios atribuidos a ella. Si alguna consistencia tuviera tal tipolog铆a y su analog铆a con el sistema de las tradicionales cinco castas hind煤es, en este caso los asistentes aludidos ser铆an parias, es decir precisamente aquellos excluidos de toda estratificaci贸n en el inmenso pa铆s asi谩tico. Se trata de la primera expresi贸n masiva de que no todo ajuste se aceptar谩 pasivamente. Por eso el propio Milei, una vez que acus贸 el golpe, dej贸 de ironizar con las “l谩grimas de zurdos” para llamar al reclamo “causa noble” aunque “pol铆ticamente manipulada”.

Principio del formulario

A煤n no ha producido proporcional indignaci贸n la continuidad de los privilegios de casta, cuanto la vertiginosa incorporaci贸n a ella de los m谩s recientemente incorporados a la pol铆tica. Como el de la senadora del partido gobernante “la libertad avanza” (LLA), la pastora evang茅lica salte帽a Vilma Bedia quien para extra帽ar a sus queridos por la distancia, incorpor贸 al personal del senado a sus tres hijos, a un hermano, una sobrina y su cu帽ada. Varios integrantes m谩s de su familia se sumaron como asesores de otros senadores de LLA mientras ella hizo lo propio con parientes de los que ofrecieron tan cara hospitalidad laboral. El propio vocero logr贸 que su hermano fuera contratado en el ministerio de defensa, entre tantos otros. En el senado se trat贸 el proyecto sobre tablas S-615-/24 firmado por la totalidad de las bancadas y votado a mano alzada un谩nimemente en 49 segundos, sin siquiera mencionar su car谩cter,  triplic谩ndose su propia dieta, adem谩s de incluir un 13° estipendio anual. Los supuestos anticasta arguyeron que no sab铆an qu茅 votaban. Es a la vez curioso que educaci贸n, trabajo y cultura ya no son ministerios sino simples secretar铆as de un ministerio a cargo de una amiga presidencial llamado “capital humano”. Inversamente, la secretar铆a general de la presidencia tiene rango de ministerio a cargo de la hermana, al igual que el amigo vocero presidencial. La draconiana motosierra no se ensa帽a con la casta sino con particular filo sobre recursos vitales como las jubilaciones y pensiones.



Dos d铆as despu茅s tuvo lugar la cena “show” de la “Fundaci贸n Libertad”, una especie de think-tank que re煤ne a CEOS de las principales empresas, mandatarios y exmandatarios con economistas liberales. Trajo un par de sorpresas oratorias para el R铆o de la Plata. Por un lado el presidente uruguayo Lacalle Pou sorprendi贸 concluyendo que el goce de la libertad ten铆a dimensiones diferenciales seg煤n el nivel de acceso a los bienes y servicios b谩sicos, lo que deber铆a leerse como un reconocimiento del retroceso de la libertad en su pa铆s, ya que todos los indicadores econ贸mico-sociales en su gobierno registran una tendencia regresiva en la distribuci贸n de la riqueza. Dijo pelearse con Hobbes en 茅pocas estudiantiles cuando sosten铆a que el “hombre es lobo del hombre” confirmando m谩s tarde que la humanidad super贸 la violencia del “estado de naturaleza” demostrando la falsedad de la aserci贸n. Sin embargo, erigi贸 un Leviat谩n en materia represiva. La ley de urgente consideraci贸n dedic贸 las 2 primeras secciones, los 10 primeros cap铆tulos y los 126 primeros art铆culos a empoderar fuerzas represivas y endurecer normas penales, algo inspirador para el protocolo represivo de la ministra Bullrich en la orilla contraria. No solo contradijo en la pr谩ctica lo sostenido en la disertaci贸n, sino que omiti贸 los resultados obtenidos con la excusa esgrimida del combate contra la inseguridad. El a帽o pasado la tasa de homicidios de Montevideo fue casi similar a la de Caracas (12.6 contra 13.4) donde tambi茅n se aprecia el desigual impacto en la composici贸n social ya que disminuye en la costa (sur). Del 2020 al 23 la cantidad de homicidios se increment贸, la de hurtos y rapi帽as se mantuvo casi constante a pesar del gran incremento del subregistro ante la molicie para la radicaci贸n policial de denuncias. Para continuar con las sorpresas, se mostr贸 partidario de un estado fuerte cuando en todo su mandato se viene verificando una retirada y contracci贸n del Estado de varias de sus funciones, precisamente las m谩s acuciantes para los arrojados a la vera del camino. En consonancia con tal foro, la libertad mentada, es exclusivamente la de empresa, como cuando consider贸 al mercosur como un corset que impide el juego en canchas grandes. La narrativa reciente oculta que en campa帽a consideraba al Estado como lastre y abogaba por su minimizaci贸n, a la espera del siempre moroso “derrame”. 

Ni el progresismo uruguayo ni menos a煤n su izquierda, lograron transmitir algo de su experiencia a pares argentinos, algo inverso con las influyentes derechas y ultraderechas. Resulta ilustrativo el caso del ex presidente Lacalle Herrera, padre del actual, a quien traigo a colaci贸n sin atribuir a la gen茅tica inclinaci贸n ideol贸gica alguna. Adem谩s del lazo sangu铆neo, resulta p煤blica la convergencia no solo partidaria sino del lineamiento interno llamado “herrerismo”, al que debe agregarse la ausencia de toda cr铆tica o distancia respecto a la gesti贸n paterna. En la d茅cada del ´90, pleno auge del consenso de Washington, protagoniz贸 el t谩ndem con Carlos Menen que hubiera despedazado el estado uruguayo con la venta de las empresas p煤blicas que se implement贸 en la otra orilla, si no fuera por el referendum revocatorio que lo impidi贸. Pero fue m谩s expl铆cito a煤n cuando disput贸 un nuevo per铆odo presidencial en este siglo contra Pepe Mujica, quien lo derrot贸. All铆 fue conocido el nuevo vocabulario ultraderechista que hoy utiliza Milei. Por primera vez escuche la met谩fora de una motosierra (no sin antes haber favorecido el monocultivo de eucalipto como simple materia prima) como instrumento de recorte de la inversi贸n p煤blica, desvaloriz贸 al entonces candidato Mujica por su vivienda a la que calific贸 de “sucucho” y propuso crear peluquer铆as y ba帽os en los asentamientos con fines higi茅nicos y desodorizantes entre otras medidas y expresiones de indisimulable cuneo racista. Una raz贸n m谩s para una futura exploraci贸n sobre las influencias de la derecha uruguaya sobre la narrativa y program谩tica neofascista argentina.
Cuando fue el turno de Milei, comenz贸 un verdadero stand-up para  incomodidad de los asistentes que no sab铆an si acompa帽ar sus groseras humoradas, las burlas a cr铆ticos y adversarios ridiculizando sus argumentos o ejemplificaciones con voz gangosa, muecas e infantilismos, para culminar con simplificaciones grotescas de aspectos complejos de la econom铆a. Comenz贸 tratando de hacer una definici贸n del dinero en versi贸n kindergarden, sin advertir que culminaba expresando el concepto de “forma total o desplegada del valor” del cap铆tulo primero de “El Capital” de Marx, categor铆a reapropiada en toda la vulgata marginalista de la que aparentemente abreva el presidente.
La hipotetizada influencia oriental sobre Milei me alienta a explorar en un futuro, m谩s all谩 de los moh铆nes, vocabulario y exabruptos reaparecidos entre los t谩ndems o trenes m谩s evidentes de Lacalle.H-Menem y Macri-Lacalle.P-Milei, aspectos m谩s sustantivos de las intenciones legislativas y disciplinadoras de unos y otros. ¿Cu谩nto se parecer谩n la ley 脫mnibus argentina a la LUC uruguaya y sus suced谩neas posteriores?
Lacalle Pou parece haberle sugerido: “haz lo que hago, jam谩s lo que digo hacer, aunque di lo que digo, as铆 no se reir谩n de t铆”    






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