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El comunismo como estrategia

¿C贸mo escapar de la doble trampa de la utop铆a sin lucha y de las luchas sin esperanza? De hecho, es la perspectiva de tal renacimiento estrat茅gico la que debe ser explorada, retomando lo mejor de lo que las tradiciones socialistas y comunistas nos han legado y continuando con esta tarea

Isabelle Garo




La actualidad parad贸jica del comunismo

El tema de este libro[1] es el comunismo y su actualidad. ¿Por qu茅 volver hoy a la cuesti贸n del comunismo y presentarla como una cuesti贸n estrat茅gica crucial cuando est谩 tan ausente del debate pol铆tico? Con la compleja excepci贸n de Cuba, los pa铆ses que se reivindican del socialismo o del comunismo han experimentado procesos de restauraci贸n del capitalismo. El contexto actual, en Europa y en el mundo, es muy desfavorable para las personas explotadas dominadas a pesar de las muchas luchas y resistencias. Aunque las situaciones nacionales y regionales difieran y aunque el capitalismo se enfrente a una crisis generalizada, su dominaci贸n global est谩 intacta, los fascismos se extienden y la debilidad de las izquierdas radicales es hist贸rica.

Esta debilidad viene de hace tiempo y ha permitido a las clases dominantes vengarse. A partir de finales de la d茅cada de 1970, las limitadas, pero reales, conquistas sociales conseguidas a partir de 1945 fueron sistem谩tica y minuciosamente destruidas. Las pol铆ticas neoliberales impuestas por las clases dominantes se han endurecido constantemente, lo que ha llevado a la regresi贸n social, a la agudizaci贸n de la explotaci贸n y las desigualdades, a la financiarizaci贸n y a la mercantilizaci贸n de todas las actividades humanas. En el contexto de una crisis prolongada que aviva las tensiones interimperialistas y multiplica los focos de guerra, este retroceso viene acompa帽ado de un aumento de la represi贸n y la militarizaci贸n. A este panorama se suman los ya considerables efectos del cambio clim谩tico, que afectan principalmente a la poblaci贸n pobre, a las mujeres, a las y los migrantes y al Sur Global.

Sin embargo, las resistencias populares son fuertes, m煤ltiples y resurgen constantemente. Ahora bien, siguen estando fragmentadas y, a veces, incluso se oponen. Por lo tanto, esta crisis radical y generalizada, despu茅s de lo que Daniel Bensa茂d consider贸 como su largo eclipse, plantea con urgencia la recuperaci贸n del pensamiento estrat茅gico. Esta recuperaci贸n concierne a la alternativa a reconstruir, pero ante todo y sobre todo se trata de la organizaci贸n y reorganizaci贸n de nuestras fuerzas pol铆ticas y sociales, fuertemente impactadas por una prolongada derrota y muy a menudo atrapadas tanto en l贸gicas electorales como en su rechazo puro y simple. ¿C贸mo federar las luchas emancipatorias existentes sin pretender dictar su camino ni unificarlas desde arriba?

En estas condiciones, es urgente volver a abordar la cuesti贸n comunista en t茅rminos de mediaciones y transiciones, m谩s que en t茅rminos de programa o de aspiraci贸n. Para ello, el proyecto del libro era partir de esta situaci贸n global, de sus contradicciones y sus potencialidades, a partir del retorno muy relativo pero real de la cuesti贸n comunista al terreno filos贸fico, mientras que su descalificaci贸n pol铆tica sigue siendo casi total. Al seleccionar algunos autores (Alain Badiou, Toni Negri, Ernesto Laclau) entre los que se han ocupado de esta cuesti贸n en los 煤ltimos a帽os, situar sus enfoques en su contexto permite discutirlos desde el 谩ngulo de un marxismo estrat茅gico que parte de cuestiones contempor谩neas y se nutre de ellas.

El comunismo en la filosof铆a contempor谩nea
Dado que se trata de partir del presente y volver a 茅l a trav茅s de lo que nos puede ayudar a transformarlo radicalmente, partir del an谩lisis de las obras filos贸ficas actuales parec铆a pertinente por varias razones. En primer lugar, porque es sobre esta base que las cuestiones del comunismo y el socialismo est谩n resurgiendo hoy, al menos en Francia. En segundo lugar, porque todos los autores estudiados en este libro han mantenido una relaci贸n –extremadamente cr铆tica– con Marx y el marxismo, lo que le da una dimensi贸n pol铆tica a su obra, que a su vez permite leer a Marx desde el punto de vista de las preocupaciones contempor谩neas. En fin, porque sus obras, le铆das en todo el mundo, son todas, a su manera, vectores de la repolitizaci贸n compleja del debate intelectual en la izquierda, revivificando la cuesti贸n de la transformaci贸n social.

Ahora bien, para entender este panorama intelectual contempor谩neo hay que retroceder en el tiempo: la filosof铆a francesa que surgi贸 en la d茅cada de 1970 se ha dedicado, particularmente, a redefinir el compromiso intelectual. La gran figura de Jean-Paul Sartre, compa帽ero de viaje del Partido Comunista, portavoz de las causas revolucionarias, iba a servir de elemento de rechazo a una parte de la siguiente generaci贸n. En el momento de este profundo giro ideol贸gico en Francia, la ofensiva intelectual y medi谩tica lanzada contra el proyecto comunista bajo la bandera del antitotalitarismo aceler贸 el descr茅dito del marxismo.

Alejados de esta campa帽a, pero en conexi贸n con este clima general, Michel Foucault y Gilles Deleuze, entre otros, participaron a su manera en la mutaci贸n del panorama pol铆tico e intelectual, tanto reinvirtiendo en el terreno filos贸fico de manera original como proponiendo opciones micropol铆ticas que se definieron como una ruptura con las organizaciones del movimiento obrero y con la noci贸n misma de lucha de clases, as铆 como con cualquier perspectiva de abolici贸n del capitalismo. Part铆cipes del rechazo posmoderno de los grandes relatos, de los que el marxismo, a menudo reducido a su vulgata, ha sido una caricatura, estos brillantes e innovadores te贸ricos no marxistas dejar谩n una huella duradera en su tiempo y en la historia de la filosof铆a al lograr reconciliar los opuestos: el academicismo con su cr铆tica radical; el rechazo de las instituciones con su uso virtuoso; el deseo de renovaci贸n pol铆tica y una creciente tendencia a la despolitizaci贸n de masas, que Mayo del 68 s贸lo interrumpi贸 temporalmente.

Los autores estudiados en este libro son, en muchos sentidos, los herederos de los anteriores. Pero interviniendo en un contexto completamente diferente, tambi茅n difieren de ellos en una serie de puntos. Mientras tanto, de hecho, el capitalismo no se ha estabilizado, sino todo lo contrario, y las resistencias se han dispersado a medida que el compromiso keynesiano-fordista entraba en crisis y las formas organizadas de las luchas de clases retroced铆an frente al apetito de reconquista de las clases dominantes. Si todos aquellos de los que he elegido hablar mantienen una concepci贸n ofensiva de la intervenci贸n cr铆ticos y si, una vez m谩s, sit煤an la discusi贸n con Marx y el marxismo en el centro de su propia elaboraci贸n, a su vez abogan por un camino alternativo a la conquista del Estado y a la abolici贸n del capitalismo. No obstante, es la transformaci贸n pol铆tica y social radical la que se convierte en el objetivo de sus planteamientos, en un momento en que las clases dominantes de todo el mundo est谩n librando una guerra social de creciente intensidad.

Uno de los elementos m谩s llamativos de la actual coyuntura ideol贸gica es el retorno del tema comunista al terreno te贸rico y, m谩s particularmente, filos贸fico, aunque siga estando pol铆ticamente muy d茅bil. Este uso positivo del t茅rmino comunismo sigue siendo, por supuesto, muy minoritario, pero reactiva en cierta medida la esperanza que alguna vez pudo tener, aunque permanece desvinculado de las perspectivas pol铆ticas concretas. Y es aqu铆 donde encontramos ciertas constantes propias de un cierto tipo de intervenci贸n filos贸fica contempor谩nea: radicaliza 煤tilmente la cr铆tica del mundo existente, pero tiende a evacuar la cuesti贸n de las transiciones y las mediaciones, es decir, la cuesti贸n de las organizaciones, las condiciones de la lucha de clases y las formas de movilizaci贸n popular, para centrarse en los fines, en gran medida desacoplada de la construcci贸n concreta de las movilizaciones sociales y pol铆ticas.

Desde este punto de vista, Alain Badiou, Ernesto Laclau y Toni Negri ilustran dos tendencias llamativas: por un lado, participan en la fragmentaci贸n duradera de las alternativas y en la dislocaci贸n de tem谩ticas anteriormente articuladas, privilegiando ciertos ejes en detrimento de otros: el Estado y el partido en la obra de Badiou, la hegemon铆a en Laclau, la propiedad en Negri y en los te贸ricos de los comunes. Por otro lado, atestiguan un esfuerzo por repolitizar la teor铆a, pero permanecen situados en el terreno de la teor铆a misma. En otras palabras, tal repolitizaci贸n sigue dependiendo del desplazamiento filos贸fico de la pol铆tica, y esto en la filiaci贸n mantenida y actualizada de la cr铆tica del marxismo desarrollada durante las d茅cadas de 1960 y 1980.

Es importante evaluar en detalle este desplazamiento, que no es una huida de la pol铆tica ni su aprehensi贸n, sino el s铆ntoma tanto de su crisis como de las aspiraciones de su renovaci贸n. Y tambi茅n hay que aprovechar esta oportunidad, con vistas a relanzar la reflexi贸n colectiva sobre la cuesti贸n de la alternativa al capitalismo a partir de la paradoja de esta pol铆tica, a la vez dirigida y eludida, que se designa con el uso filos贸fico del t茅rmino comunismo y que se ha convertido en el emblema de los v铆nculos problem谩ticos entre un proyecto de emancipaci贸n y su concreci贸n.

Un ejemplo: Ernesto Laclau
Ernesto Laclau es uno de los autores de los que habla el libro, aunque no se declare comunista, ya que desarrolla una elaborada reflexi贸n estrat茅gica. Leer con atenci贸n los textos de Laclau es importante, dado el impacto que tiene y ha tenido en una parte de la izquierda radical en todo el mundo, especialmente en el Estado espa帽ol y en Am茅rica Latina. Su trayectoria intelectual y pol铆tica arroja luz sobre las tesis que defiende: nacido en Argentina, miembro de un partido de extrema izquierda que decidi贸 apoyar a un Per贸n considerado antiimperialista, Laclau se form贸 en el marco de una cultura pol铆tica argentina muy singular. Aunque despu茅s se inclin贸 por opciones institucionales de obediencia liberal, afirm贸 que siempre se mantuvo fiel a su compromiso inicial. Y, en efecto, el peronismo puede ser visto como la matriz de su concepci贸n posterior del populismo, como la construcci贸n de una alianza m谩s all谩 de las fronteras de clase, que implica articular y agregar reivindicaciones distintas, incluso francamente divergentes, y encarnarlas en la figura de un l铆der.

Desde este punto de vista, Laclau es uno de los pocos autores que hoy ocupa el campo de la reflexi贸n estrat茅gica, aunque lo reduzca a la 煤nica cuesti贸n de la conquista de la hegemon铆a en el marco de las instituciones existentes y del capitalismo. Su obra abraza el giro ideol贸gico contempor谩neo, sin analizarlo, pero sin renunciar a la intervenci贸n pol铆tica concreta. Y sus procesos son sutiles. As铆, Laclau afirma que las clases sociales s贸lo existen a trav茅s de sus luchas. Esta tesis es tambi茅n la de Marx. Pero Laclau la radicaliza hasta el punto de cortar la definici贸n de esta lucha de cualquier conflicto de intereses econ贸micos y sociales anclado en la estructura misma del modo de producci贸n capitalista. Puesto que ninguna clase tiene alternativa, 茅sta debe ser ofrecida desde fuera: el l铆der es un demiurgo que trabaja por la unificaci贸n pol铆tica de un mundo social que est谩 fragmentado por definici贸n. El 茅xito de esta intervenci贸n depende s贸lo de la selecci贸n juiciosa de una reivindicaci贸n o de una interpelaci贸n entre otras, capaz de catalizarlas. La hegemon铆a se redefine como un medio de acceso al poder social y pol铆tico tal como es, muy lejos de la noci贸n que toma prestada de Gramsci.

A sus ojos, el marxismo es una teor铆a obsoleta, pero tambi茅n una reserva de nociones que hay que redefinir, un vocabulario que hay que retomar. A menudo, la discusi贸n de Laclau sobre las tesis de Marx carece de rigor. As铆, atribuyendo a Marx el proyecto de un comunismo que se resumir铆a 煤nicamente en la dictadura del proletariado y jugando con las siniestras resonancias del t茅rmino dictadura en el siglo XX, Laclau sabe que puede contar con una ignorancia general de Marx y del marxismo tanto como con los fracasos del socialismo estatizado.

Gracias a este sentimiento de rechazo, la estrategia emancipatoria se redefine como la fabricaci贸n de un subterfugio eficaz, un mito unificador, cercano a las concepciones que fueron desarrolladas a principios del siglo XX por Georges Sorel. Lo m谩s importante para Laclau era iniciar el giro ling眉铆stico y ret贸rico del socialismo. En su opini贸n, las “construcciones discursivas”, que permiten utilizar una multitud de referencias heterog茅neas, son las 煤nicas capaces de conferir una coherencia provisional a un mundo social fundamentalmente fragmentado y maleable, ciego a su propio futuro. Es a esta estrategia te贸rica y pol铆tica a la que se refiere la palabra populismo. No es producto de la voluntad popular, sino de su contrario: la construcci贸n de un pueblo es el resultado de la decisi贸n de un estratega que quiere ser su encarnaci贸n y no su delegado controlado colectivamente.

Debajo de apariencia antisistema, esta alternativa a la alternativa [marxista] va a llevar a su autor a adoptar literalmente la democracia liberal. Si bien Ernesto Laclau comenz贸 desvinculando el socialismo y el comunismo, su doble rechazo a la mediaci贸n pol铆tica y a los objetivos anticapitalistas lo llev贸 a proponer un postsocialismo, que es la contrapartida pol铆tica del posmarxismo. En el fondo, no es otra cosa que la democracia parlamentaria burguesa reducida a su propio ideal abstracto y vac铆o: el pluralismo de las opiniones. Es cierto que en un momento en que la democracia se est谩 descomponiendo, recordar los principios reivindicados por el liberalismo cl谩sico adquiere un tinte ¡casi subversivo! Pero, en el fondo, Laclau s贸lo pretende rehabilitar la intervenci贸n en el campo pol铆tico institucional tal como es, tanto reconociendo su creciente rechazo popular como reafirmando su horizonte insuperable. Esta concepci贸n exige una discusi贸n seria, volviendo a la ineludible cuesti贸n de la formaci贸n de un bloque social mayoritario, que Laclau tiene el m茅rito de plantear.

Releer a Marx desde la perspectiva de la cuesti贸n comunista en la actualidad
Partir de estas cuestiones permite releer a Marx de una manera nueva: esta relectura permite subrayar la dimensi贸n profundamente estrat茅gica de su pensamiento, abierta a una posible reactualizaci贸n. En efecto, aunque no sea descriptivo, su an谩lisis del capitalismo sigue siendo inseparable de la perspectiva de la transformaci贸n radical de la realidad social, que es su condici贸n incluso m谩s que su consecuencia. Es esta potencia cr铆tica, tanto te贸rica como militante, siempre reajustada a situaciones concretas, la que se manifiesta en particular en el campo estrat茅gico, de una manera que ha sido muy poco enfatizada hasta ahora.

En otras palabras, lejos de presentar a Marx como el poseedor de una verdad eterna para volver a poner en el camino correcto a quienes se desv铆an de ella, el prop贸sito del libro es precisamente el contrario: dado que algunos autores renuevan hoy los temas del comunismo y el socialismo, dado que la cuesti贸n de la alternativa siempre se busca y se forja en el seno de las relaciones sociales y de las ideas existentes en un momento dado, hay que partir de las cuestiones contempor谩neas. Leer a Marx a luz de ello ayuda a reformular la gran cuesti贸n que fue la suya y que vuelve a ser la nuestra: la de la abolici贸n del capitalismo.

Los cap铆tulos dedicados a Marx se centran en la constante evoluci贸n de su concepci贸n del comunismo, que para 茅l nunca es un proyecto llave en mano, si bien tampoco era una noci贸n evanescente e indefinible. El t茅rmino se refiere al complejo proceso de construcci贸n de una v铆a pol铆tica de impugnaci贸n radical del capitalismo y de la invenci贸n permanente de los medios te贸ricos y pr谩cticos para lograrlo, esbozando los contornos de la sociedad a inventar. Es por eso que su comunismo puede ser calificado como estrat茅gico, alejado de muchas interpretaciones posteriores que le dan rigidez o simplifican sus tesis pol铆ticas.

Abordadas desde este 谩ngulo, muchas de sus preguntas siguen siendo nuestras: ¿cu谩les son las contradicciones del capitalismo y c贸mo podemos intervenir en ellas? ¿C贸mo podemos construir organizaciones que conduzcan las luchas sociales a su fin revolucionario? ¿C贸mo podemos enfrentar la cuesti贸n del Estado y la democracia? ¿C贸mo podemos transformar profundamente las relaciones sociales y el trabajo? Las revoluciones de los siglos XIX y XX tropezaron con todas estas cuestiones. Volver a Marx desde este punto de vista no es buscar respuestas prefabricadas, sino preguntas que todav铆a nos preocupan y an谩lisis que en algunos aspectos siguen siendo inigualables en su fecundidad si nos cuidamos de reactivar siempre su significado pol铆tico.

Cabe a帽adir que esta relectura contradice la tesis todav铆a ampliamente difundida de un Marx apol铆tico, o cuya reflexi贸n pol铆tica s贸lo se encontrar铆a en algunos textos, los que tratan de Francia en particular, pero no en El Capital. Es cierto que Marx redefini贸 fundamentalmente y muy pronto la noci贸n de pol铆tica, neg谩ndose a desvincularla de las dimensiones econ贸micas y sociales, inaugurando una cr铆tica de la econom铆a pol铆tica que las articula. Pero, sobre todo, el an谩lisis de Marx se centra en las contradicciones del capitalismo y en la forma de intervenir en ellas: lejos de proponer un modelo de sociedad ideal, previa a su construcci贸n hist贸rica y que deber铆a completar el sentido de la historia, llama comunismo a su construcci贸n pol铆tica basada en la lucha de clases. Y, ayer como hoy, la lucha de ideas forman parte de esta lucha de clases.

Una de las caracter铆sticas centrales de este comunismo marxista concierne a la transformaci贸n de las relaciones de propiedad, que constituyen el marco jur铆dico y social del capitalismo. Hoy en d铆a, es com煤n encontrar una cr铆tica al capitalismo que denuncia el consumo y sobre todo a las y los consumidores, juzgados como incurablemente intoxicados por la dependencia hacia las mercanc铆as. Esta cr铆tica desarma la acci贸n y pasa por alto la complejidad de la relaci贸n salarial, donde se anudan las condiciones de vida y el esp铆ritu de revuelta, la aspiraci贸n a la justicia social o la adhesi贸n a la visi贸n competitiva del mundo, y toda la gama de sus mezclas. Tambi茅n pasa por alto la dimensi贸n de la individualidad como un lugar contradictorio donde chocan aspiraciones, constricciones y consentimiento.

En las condiciones contempor谩neas, la intervenci贸n comunista debe considerarse principalmente como la politizaci贸n y la organizaci贸n colectiva de esta c贸lera social que se ve renacer en todas partes, y que adopta formas contradictorias, tanto regresivas como emancipatorias. Marx piensa intensamente en esta intervenci贸n como una perspectiva para la abolici贸n de la propiedad capitalista y del sistema salarial a gran escala, y como una reapropiaci贸n de la propia identidad, tanto individual como colectiva, tendentes al desarrollo de la autonom铆a, de las capacidades humanas, del control social colectivo y de la reorganizaci贸n del tiempo vital. Para 茅l, las relaciones sociales capitalistas organizan la confiscaci贸n de la actividad humana y de sus productos, y esta desposesi贸n fundamental golpea con toda su fuerza al sujeto humano.

La reapropiaci贸n, de manera no propietaria, es un motor central de la lucha de clases, el lugar de una posible toma de conciencia m谩s amplia. Las y los productores asociados tienen que recuperar lo que nunca han poseido realmente, pero que ahora les falta m谩s que nunca: el control colectivo de sus condiciones de trabajo, de producci贸n y de distribuci贸n de la riqueza producida.

Una vez redefinida la amplitud de esta reapropiaci贸n, que es el desarrollo de potencialidades in茅ditas, la dificultad consiste en convertirla en un objetivo pol铆tico cre铆ble y movilizador, que debe situarse en el centro de la estrategia revolucionaria: es precisamente esta cuesti贸n la que Marx aborda tanto en El Capital como en sus textos pol铆ticos, ya sean de intervenci贸n o anal铆ticos, entrelazando la cuesti贸n de los fines y de la mediaci贸n.

Por lo tanto, es en el coraz贸n del laboratorio de la producci贸n donde debe situarse la cuesti贸n comunista, teniendo en cuenta la multitud de sus ramificaciones sociales. Es precisamente en este punto donde la explotaci贸n y la dominaci贸n se anudan y se enfrentan a la c贸lera que suscitan, formando una contradicci贸n tan profundamente econ贸mica como social e individual. Son sus capacidades, a la vez falsificadas y negadas, su emancipaci贸n vislumbrada y confiscada, las que llevan a las y los productores a luchar por la reducci贸n del tiempo de trabajo y, a la larga, contra el capitalismo como tal. La cuesti贸n de la propiedad se ensancha aqu铆 a la cuesti贸n de la emancipaci贸n, pensada como un proceso largo y complejo. Esto est谩 muy lejos de un programa comunista que sigue siendo externo y anterior a las luchas y a sus actores.

Para una estrategia de mediaci贸n
La estrategia, de actualidad para todas aquellas y aquellos que quieren abolir el capitalismo y que piensan que una perspectiva revolucionaria reajustada a nuestro tiempo, comienza con la toma de conciencia de la dificultad y la complejidad de dicho proceso hist贸rico. Nunca antes la humanidad ha logrado organizar el dominio colectivo de su futuro. Y es este esfuerzo gigantesco el que debemos hacer sin demora bajo la amenaza de la barbarie. Es por eso que la construcci贸n de la alternativa reside no solo en la elaboraci贸n te贸rica de otro mundo, sino en la capacidad de conectarla con un proyecto de transformaci贸n radical, por un lado, y con las movilizaciones colectivas y las aspiraciones individuales tal como existen hoy, por otro.

En efecto, la construcci贸n de esta articulaci贸n es la tarea pol铆tica por excelencia. Se trata inventar las mediaciones, que no son simplemente medios, menos a煤n etapas, sino formas vivas, formas democr谩ticas de organizaci贸n, de movilizaci贸n y de lucha, programas y proyectos elaborados colectivamente, pero tambi茅n una cultura militante, en parte por reconstruir, formas de vida sociales y pol铆ticas atractivas y dotadas de fuerza de expansi贸n; en suma, m煤ltiples formas de la lucha de clases consciente de sus condiciones y de sus finalidades y de su car谩cter inseparable.

Por dif铆cil que sea esta tarea, no est谩 fuera de nuestro alcance: basta haber participado en una larga huelga o en una movilizaci贸n duradera para saber con qu茅 rapidez y con qu茅 intensidad vuelve a florecer la alegr铆a compartida de una vida social real, intensa y rica, del trabajo repensado, del tiempo liberado. ¿C贸mo se puede garantizar que estas posibilidades se difundan, se consoliden y se discutan? Reflexiones en acci贸n e intervenciones te贸ricas se sit煤an en el punto de encuentro de las estructuras existentes, partidos, sindicatos y asociaciones, a la vez que tienen que ir constructivamente m谩s all谩 de sus marcos establecidos.

¿C贸mo recoger esta din谩mica sin sofocarla, combatiendo tanto la l贸gica de la delegaci贸n como la espontaneidad sin perspectivas? ¿C贸mo escapar de la doble trampa de la utop铆a sin lucha y de las luchas sin esperanza? De hecho, es la perspectiva de tal renacimiento estrat茅gico la que debe ser explorada, retomando lo mejor de lo que las tradiciones socialistas y comunistas nos han legado y continuando con esta tarea. Por supuesto, ning煤n libro ofrece una soluci贸n, pero es urgente un verdadero debate estrat茅gico, incluso a nivel te贸rico, cuidadosamente rearticulado con los retos militantes, para superar la dispersi贸n de las fuerzas de la protesta. Es a esta confrontaci贸n revivida a la que pretende contribuir mi libro, al tiempo que reivindica el proyecto de una abolici贸n colectiva del capitalismo. Lo que, tanto antes como ahora, se llama revoluci贸n.

*Isabelle Garo es profesora de filosof铆a, coordina la Gran Edici贸n de las obras completas de Marx-Engels en franc茅s.

Traducci贸n: viento sur

Notas
[1] Isabelle Garo (2019) Communisme et strat茅gie, Paris: Amsterdam. Libro cuya versi贸n en castellano estar谩 disponible pronto, publicada en coedici贸n por Sylone-viento sury Comunis




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