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La Anti-Ilustraci贸n para el siglo XXI (II)

Jorge Majfud

La dictadura de los millonarios

En las publicaciones de diversas redes sociales se suelen leer bellezas destacadas en formato pasacalle como “No hay que ense帽arle a los pobres a tener envidia de los ricos. Hay que ense帽arles a generar riqueza”. Este ejemplo lo he copiado de una se帽ora de Facebook, quien tiempo atr谩s ofrec铆a a su esposo para realizar cualquier tipo de trabajo. No agreg贸 “a cualquier precio” porque hubieses sido demasiada humillaci贸n.

Es un clich茅 y un fetiche popular apuntar a las altas torres de cristal como prueba del m茅rito de los ricos y de cu谩nto benefician a las sociedades. No importa si muchas de esas obras son hechas con intervenci贸n de los gobiernos y con dinero de los ciudadanos que no recibir谩n nada a cambio m谩s que esos espejitos nuevos y los viejos espejismos de un futuro pr贸spero. Aun cuando toda la inversi贸n (que aman llamar riesgo) haya procedido de sus arcas de Al铆 Bab谩, ninguno de ellos movi贸 nunca un dedo para construir nada. Quienes construyeron, los esclavos asalariados sobrevivientes de los frecuentes y mortales accidentes recibieron una 铆nfima parte para no morirse de hambre y seguir trabajando con ah铆nco, estimulados por la necesidad; nunca por la avaricia de hacerse ricos para producir tanta generosa riqueza.

Como los ricos no levantaron un ladrillo ni calcularon las estructuras, deben justificarse sobreestimando su capacidad intelectual y el riesgo que toman ofreciendo sus capitales para beneficio del pueblo. Lo mismo en la industria de alta tecnolog铆a. Si fuesen tan geniales y creativos habr铆an inventado algo o estar铆an en los equipos cient铆ficos, tecnol贸gicos o de investigaci贸n social. No, ni eso. Est谩n en los lobbies y sindicatos de millonarios, que son cuevas de Ali Baba, siempre ideando nuevas formas para robarle al resto de la poblaci贸n su esfuerzo y creatividad. Es lo 煤nico que saben hacer bien los miembros de la mayor y m谩s brutal dictadura que ha conocido la historia, promotores de guerras, de dogmas internacionales y de odio entre los de abajo: blancos contra negros, gays contra heterosexuales, creyentes contra no creyentes, panaderos contra verduleros, votantes del Partido X contra votantes del Partido Y…

Mientras nosotros estamos tratando de entender el mundo aqu铆, ellos est谩n conspirando para consolidar su poder de robo sobre el resto de la Humanidad. Robo de capitales y robo de conciencias.

En los 12.000 a帽os de historia de la civilizaci贸n, ning煤n hombre rico fue modelo moral ni pas贸 a la historia como un aporte a la Humanidad. En ning煤n caso ninguno nunca invent贸 nada, excepto negocios que les permitieron parasitar la creaci贸n, los inventos y la producci贸n ajena. Pero en la anormalidad hist贸rica de nuestro tiempo son h茅roes, creadores y recreadores de la Humanidad, como Prometeo o Quetzalc贸atl. ¿Por qu茅? Porque tienen el poder de los medios. Porque tienen el dinero suficiente para comprar cuerpos y almas.

Si las personas tienen diferentes intereses y habilidades, ¿por qu茅, para el poder, solo cuentan aquellos fan谩ticos por el dinero? Porque el sistema est谩 dise帽ado y organizado para que una fracci贸n m铆nima de la humanidad motivada por una 煤nica obsesi贸n patol贸gica dicte sobre los dem谩s: es la dictadura de los millonarios.

Pongamos un ejemplo m铆nimo. En nombre de la “libertad de expresi贸n” todos los d铆as Elon Musk sermonea al mundo desde su nueva casa (Twitter/X). Desde all铆, tiene asegurado millones de lecturas de cada tonter铆a que se le ocurre. No est谩 all铆 por la superioridad de sus argumentos sino de sus d贸lares. ¿Me equivoco? Lo mimo da inundar la campa帽a electoral de Donald Trump con 45 millones de d贸lares mensuales (luego dijo que era mentira, ya que no era para Trump sino para su campa帽a, a trav茅s de la corrupci贸n legalizada de los SuperPACs), o promover su odio contra su propia hija trans y culpar a la “cultura woke” como celebrar los golpes de Estado en el Sur Global justificados por sus recursos naturales (Bolivia, 2019, Venezuela 2024) o intentar desestabilizar el gobierno de Lula en Brasil o promover la candidatura de la oposici贸n venezolana en cada elecci贸n. Para estos charlatanes con dinero, Dios siempre castiga a los malos. A ellos los castigan los pobres, los ideologizados por alg煤n hijo gay o por no ser adulados de rodillas, como los dioses celosos que son. Celosos de sus propios egos y furiosos por todo aquello que no puede comprar el dinero, como los argumentos y la dignidad ajena.

Como toda dictadura global y dominante, la dictadura de los millonarios es abstracta, casi invisible como un reflejo lejano en un espejo, y se ejerce a trav茅s del miedo, de la fe y de la moral del esclavo. El esclavo feliz es capaz de defender a su amo y odiar a sus hermanos y vecinos para considerarse un buen esclavo y, a veces, en un candidato eterno a la esclavitud privilegiada de alg煤n puesto gerencial o del 茅xito de un peque帽o negocio que luego confundir谩 con Apple o Amazon y se incluir谩 en el gremio de los Bezos y los Musk, siempre culpando a los impuestos y a los trabajadores fracasados por los l铆mites impuestos a su natural genialidad y a su bondad social derivada del dogma sobre el valor del ego铆smo como motor del progreso, ese dogma perverso atribuido a Adam Smith como agregado de 煤ltimo momento a los Diez mandamientos de Mois茅s.

Comparar nuestro tiempo con los tiempos de la esclavitud no es, para nada, una exageraci贸n. Antes que la fiebre anglosajona inventase la esclavitud hereditaria y basada en una raza, por miles de a帽os los esclavos fueron los sirvientes que trabajaban a cambio de su subsistencia. Con frecuencia, eran esclavos debidos a las deudas, desde los antiguos hasta los esclavos blancos llamados indenture en Am茅rica. ¿Cu谩l es la diferencia de aquellos esclavos con la realidad actual? La mayor铆a de los trabajadores tambi茅n trabaja por la subsistencia, s贸lo que no se les paga con casa, comida y vestimenta sino con algo m谩s abstracto llamado dinero. De hecho la abolici贸n de la esclavitud de grilletes en Am茅rica ten铆a ese incentivo: a partir de entonces los esclavos ten铆an que trabajar por salarios de miseria (muchas veces por la propina), lo cual le result贸 por lejos m谩s econ贸micos a los nuevos entrepreneurs. La 煤nica innovaci贸n introducida por el fanatismo anglosaj贸n cont贸 en comercializar la existencia convirtiendo a hombres y mujeres de piel oscura en esclavitud de grilletes y a perpetuidad, algo que se heredaba por gen茅tica. Eso, en gran medida, termin贸 en el siglo XIX, porque fue reemplazado por la esclavitud antigua: esclavos por nacer pobres; criados, sirvientes, mantenidos, ocupantes. Esclavos por deudas…

Desde el siglo XX hasta hoy, quienes promueven alg煤n tipo de resistencia a este orden no en nombre de la libertad de los esclavistas sino de la liberaci贸n de los oprimidos, son tan cuestionados como los abolicionistas en el siglo XIX. Hay que mirar la historia porque la historia se repite siempre como la misma obra de teatro en diferentes escenarios y diferentes personajes.

Jorge Majfud

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