La llamada carencia severa sube en una proporción mayor que en la mayoría de países de nuestro entorno
Atlas.- Sonia tiene cuatro hijos dos de ellos menores. Es limpiadora. Una trabajadora pobre que no puede permitirse calentar su casa, ni dar de comer carne o pescado cuando quiere a sus hijos. Sobrevive porque tiene alquiler social. Cuando las familias acuden a las ongs a recoger alimentos es porque ya sufren carencias materiales severas. Son las familias monoparentales y las que tienen dos o más hijos las que caen en las redes de la pobreza con más facilidad en España. Un rasgo que nos diferencia de Europa donde son los mayores de 65 años los más vulnerables. Pensiones como la de Adrián que le permite vivir mejor que sus nietos. Ana María se quedó sin trabajo y se ha ido a vivir a casa de su madre con su hija y su marido. El único ingreso que entra en casa es la pensión del hermano. Las ONG que día a día se chocan con esta realidad corroboran el aumento de la pobreza en España a pesar de la mejora de los indicadores económicos.