Lo primero que hay que mirar cuando se va a comprar una mochila nueva, es que se ajuste al tamaño y a la necesidad de cada niño.
Es preferible elegir la que va a los hombros en vez de una mochila de ruedas. Las mochilas con ruedas, según los expertos, pueden provocar lesiones de hombro porque, a la hora de subir escaleras, hay que levantarla, lo que puede provocar que el brazo y el cuello se tensionen.
Si ya se tiene una mochila con ruedas, es mejor que el escolar la empuje hacia adelante, en vez de arrastrarla, para evitar la tensión en los brazos.
Es importante a la hora de elegir la mochila que las tiras que van a los hombros sean anchas y ajustables; el respaldo acolchado y que no sea más grande que la espalda del niño.
La Asociación Española de Pediatría recomienda, a la hora de cargar la mochila, que su peso no supere el 10 por ciento del peso corporal del escolar, por ejemplo, si el niño pesa 30 kilos, la mochila no debe exceder los 3 kilos de carga.
Sin embargo, hay muchos días en los que los niños tienen que llevar demasiados libros a clase, y muy pesados, lo que supone cargar demasiado peso, una sobrecarga que puede provocar dolor de espalda.
Desde el Hospital Universitario General de Villalba, la doctora Ainhoa Rodríguez Oyaga, especialista en Rehabilitación, aconseja elegir mochilas de calidad “con costuras fuertes, correas anchas y ajustables a nivel de los hombros, dorsal acolchado y cinturón pélvico para que se mantenga pegada a la espalda. El uso inadecuado de las mochilas puede sobrecargar la musculatura de la espalda y generar dolor; además, al intentar compensar el peso, puede cambiar el patrón de la marcha y generar inestabilidad”.
Los problemas de espalda en escolares, son habituales a consecuencia del peso que soportan a diario.
Para evitar estos problemas es importante llevar solo lo estrictamente necesario, es decir, los libros y el material que se vayan a utilizar cada día; y revisar a diario el contenido de la mochila para evitar acumular material innecesario.
Se deben colocar los objetos más pesados en la zona inferior, central, lo más cerca de la espalda, lo demás se va acoplando en los huecos que quedan.
Una vez colocado todo en la mochila, se deben ajustar bien los dos tirantes y, aunque está de moda, es un error llevarla muy baja o colgando de un hombro, siempre tiene que estar pegada al cuerpo para que el peso caiga sobre la zona dorsal y no en la lumbar.
En la prevención de problemas de espalda, influyen varios factores como el tiempo que llevan los escolares las mochilas cargadas a la espalda, este periodo no debe exceder los 15 minutos.
También es fundamental fortalecer la musculatura de esta zona; la doctora Rodríguez Oyaga aconseja que “los niños menores de 6 años con el juego activo al aire libre es suficiente, mientras que los niños mayores deben realizar actividades deportivas de forma regular, siempre a su gusto para facilitar la continuidad en el tiempo”.
La alimentación es otro factor para que el rendimiento físico y escolar sea bueno. El desayuno es la comida más importante del día y, a pesar de ir con prisas por la mañana, no hay que olvidar preparar un desayuno con cereales, lácteos, fruta y una tostada con aceite de oliva o tomate natural para cubrir las necesidades calóricas necesarias para la jornada escolar.
Es importante insistir en que llevar mal colgada la mochila puede sobrecargar los músculos de la espalda, provocar dolor e inestabilidad al caminar. Por ello, hay que revisar cómo llevan la mochila y retirar el peso.
En caso de que el dolor se vuelva intenso se puede tomar algún analgésico menor. Si persiste la sintomatología o es demasiado intensa, pueden consultar a su Pediatra de Atención Primaria.